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Mi único Amigo... por CelesNicole

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Notas del capitulo:

Bueno, graciias por los reviews y por leer :33 Iba a tardar más tiempo en actualizar, pero en fin... 

Capítulo 3: Una nueva compañía

 

De nuevo el sol salió. El despertador no sonó esta vez, era sábado. Cuando Vegeta se despertó y miro el reloj vio que eran las “10am”. Con algo de pesadez se levantó lentamente y se dirigió al baño. Luego de haberse dado una ducha y haber curado un poco sus muñecas, bajo a comer su desayuno. Al bajar notó que se encontraba solo, de nuevo. Pero prefería eso antes de encontrarse a su padre en la casa. Subió de nuevo a su habitación.

-Otro sábado aburrido. –Suspiro cansado y se asomo por la ventana. Vio un camión de mudanza. –Hm… parece que habrá nuevos vecinos. Ya que.

Se levantó y sacó un libro de su mochila, la maestra de poesía les había dado un trabajo grupal para el lunes, y claro, ya que nadie se le acercaba a Vegeta, él mismo tenía que hacer el trabajo solo.

Él libro constaba de 500 páginas de poemas que eran realmente aburridos y bajaban más los ánimos de Vegeta. Todos hablaban de amor y amistad.

-Odio estas cosas.

 

Aunque era muy inteligente, se le dificultaba un poco ese tipo de tareas, por lo qué luego de una hora decidió tomar un descanso y salió a caminar por la ciudad.

 

La gente que pasaba enfrente de él cambiaba de vereda o volvía por donde había venido. Vegeta estaba acostumbrado así que siguió sin más. Al llegar a unas cuadras cerca de su escuela pudo ver el camión de mudanzas y dos personas de cabellos negros y alborotados entrar a su nuevo hogar.

-¿Nuevos vecinos? Es extraño, la gente de este barrio siempre se va.

No quiso acercarse a esas nuevas personas, de seguro se asustarían y huirían de la ciudad. Siguió con su camino hasta llegar a pasar al lado de un callejón. En él pudo escuchar pequeños sollozos, parecían de un cachorro.

Se sintió conmovido por el llanto del animal y entró al callejón, en él vio a un pequeño cachorrito, ya de casi 5 meses.

-Tranquilo pequeño… te sientes solo, ¿Verdad? –Susurró en voz baja acercándose al pequeño. Este último retrocedía, se veía asustado. -No te haré daño… yo también sé lo que es estar solo… -Murmuró intentando tranquilizar al pequeño.

Estiró los brazos y logró tomarlo con sus manos. Lo acurrucó en sus brazos y se lo llevó como si fuera un bebe.

Pudo ver que el pequeño tenía una mancha negra en el ojo, era bien peludo, su cola era esponjosa, su pelaje era blanco y en ciertas partes tenía tonos marrones. Pudo distinguir que era una perrita. Tenía apenas algunos dientitos, y sus ojos eran color caoba.

-Que hermosa eres, dime… ¿Estabas sola ahí? ¿Tus papás te abandonaron?

La perrita lo miraba sin entender. Vegeta parecía un loco hablándole a un perro. El azabache sonrió dulcemente a la cachorrita

-Te llamaré… Kiara… Y seremos muy buenos amigos. –Susurró, abrazando un poco más a la pequeña.

Vegeta no tenía idea de qué hacer con el animal, ni siquiera sabía si podría tenerla en la casa sin que su padre la tire a la calle de nuevo. Pero no podía dejarla sola en ese callejón, podría enfermar o morir de hambre.

Se dirigió a su casa de nuevo, mirando bien si estaba su padre en ella. Al no oírlo por ningún lado supuso que ya se habría ido, así que rápidamente subió a su cuarto.

-Kiara, aquí vivirás… conmigo. Por lo menos hasta que encuentre un buen hogar para ti.

Dejó a la pequeña en la cama y bajo a la cocina a prepararse el almuerzo y conseguir comida para su nueva acompañante. Aseguro la puerta con llave para que no salga de su alcoba, no podía arriesgarse a perderla y que su padre la encuentre primero

Abrió la nevera y trató de buscar algo para la pequeña.

-¿Qué le puedo preparar? Aquí no hay comida de perro.

Siguió revolviendo hasta que decidió darle un tazón con leche y un poco de carne molida.  Puso todo en una bandeja y procuro subir rápido antes de que su padre aparezca.

Subió a su alcoba y vio a Kiara recostada en su cama, revolcándose en esta. Apenas vio a Vegeta saltó de la cama y corrió a sentarse en frente de él.

-Mira… te traje algo de comer, toma.

Dejo la leche y la comida a un lado y Kiara comenzó a comer desesperadamente, parecía que tenía bastante hambre. La miró con ternura y luego comenzó a comer su almuerzo.

**

2 horas después…

 

Vegeta había aprovechado que su nueva amiga estaba dormida y siguió con sus deberes. Le faltaban solo 200 páginas más, estaba a punto de seguir cuando de repente escucha un portazo venir de la sala, y unos pasos subiendo por las escaleras.

-Oh… ¡debe ser él!- Rápidamente se levantó, guardo todas las cosas de la escuela y cogió a Kiara para dirigirse al baño, cerró la puerta y la metió en la tina.

-Quédate aquí… No hagas ruido, si él te ve te echará.

La perrita le lamio la mano y se sentó dentro de la tina, Vegeta le sonrió tiernamente y salió del baño cerrando con llave, en ese momento su padre golpeo la puerta salvajemente.

-Mocoso, hoy traeré a unas personas a la casa, no quiero que salgas de ahí por nada del mundo, ¿¡Entendido!? Si quieres irte vete por la ventana.- Preguntó, o más bien ordenó con un tono furioso. No espero una respuesta, ya que desapareció apenas dio su advertencia.

Vegeta se quedo pensando “¿Visitas? ¿Quién podría ser?... Bueno, seguro serán las personas de su trabajo o algo así, mejor no me meto.”

Abrió la puerta del baño, se acercó lentamente a Kiara y le acarició la cabeza dulcemente.

-Ya se fue… Quiero darte algo. Sígueme.

Comenzó a caminar seguido de la pequeña hacia uno de los cajones de su armario y sacó un collar, de esos que se les ponen a los perros, color rosa con el nombre “Kiara” grabado en una placa plateada y se lo mostró.

-Pertenecía a mi anterior mascota, ella también se llamaba Kiara… Pero un día desapareció y lo único que quedo de ella fue su collar, el cual encontré en la entrada. Ahora será tuyo, así si te pierdes todos sabrán que vives aquí…- “Aunque dudo mucho que alguien tenga el coraje de acercarse, pero en fin…”

Se lo colocó y le quedo perfecto, después de todo su anterior perrita era de tamaño pequeño.

-Te queda hermoso… -Acomodándoselo bien y acariciándole el lomo.

La perrita hiso una mueca parecida a una sonrisa y comenzó a mover la cola y saltar de aquí para allá. Vegeta sonrió y decidió seguir con su tarea, prefería tener el día de mañana libre y disfrutar con su nueva y quizás única amiga, Kiara. Pero antes, sacó un hueso de juguete para que se entretenga.

-Veamos… solo 200 páginas más… Maldita poesía.

 

2 Hora más tarde…

 

-Al fin termine con esto. Bueno, que hora será…

Miro el reloj para percatarse de que apenas eran las “17pm”. Se recostó en la cama y miro el techo pensativo, hasta que su estómago sonó. Tenía hambre.

- No puedo bajar a comer nada… pero no puedo permitir que Kiara muera de hambre. – Mirando a su mascota que jugaba alegremente con el hueso de goma.

Se levantó y de entre sus cosas sacó dinero que tenía guardado. Su padre era muy cruel y desatento con él, pero le había dejado suficiente dinero como para que se fuera de la casa.

-Claro que no puedo irme aunque quisiera…- Suspiró y tomó algunos dólares. Cerró el cajón y tomó un bolso.

- Kiara… ¿Tienes hambre? –Preguntó haciendo un tono de voz algo agudo. La pequeña se giró a verlo enseguida.

-Guau Guau- Ladró con esa voz chillona de cachorro mientras dejaba su juguete a un lado y se acercaba a Vegeta.

-Ven, vamos a comer algo, entra aquí- Señalando el bolso- Debo llevarte aquí para que nada te pase.

Kiara lo miro sin estar del todo convencida, pero al final accedió y saltó al bolso. Vegeta lo tomó y abrió la ventana, desgraciadamente estaba en un segundo piso, pero siempre tenía un plan.

Muchas veces había bajado desde su venta; había un árbol justo al lado de la misma, Vegeta saltó de la ventana hacía el árbol y bajo por este, parecía todo un atleta, y eso era porque tenía la suerte de ser ágil.

Cayó al piso y rápidamente corrió fuera de su patio. Cuando se encontró completamente fuera, empezó a caminar lentamente por el barrio, dirigiéndose a una veterinaria cercana.

-Luego de comprar tú comida, iremos a algún lugar donde podamos comer. No te preocupes si no aceptan animales, todos le temen a mi padre así que puedo hacer lo que se me dé la gana- Sonrió tristemente, no le gustaba que la gente le tema pero a veces servía de mucho.

Al llegar a la veterinaria agarró un paquete de comida de cachorro y lo colocó en la caja.

-¿Quieres algo de aquí Kiara?

La perrita se bajó del bolso y comenzó a indagar el local, hasta llegar a la zona de las camas para perro. Se acostó en una y alegremente se frotó en ella.

-Veo que te gusta… Está bien - Vegeta levantó la camita y la puso en la caja, la perrita no podría dormir para siempre en su cama.

Entonces Kiara volvió a entrar al bolso. Vegeta agarró una caja, donde los gatos hacían sus cosas, y la puso también en la caja. Tampoco quería que la criatura hiciera sus asuntos por su cuarto.

Entonces la vendedora apareció y miro a Vegeta.

-Joven Vegeta, buenas tardes –Dijo amablemente la vendedora, la única en el barrio que conocía a Vegeta y no le temía.

-Hola Valeria, quisiera llevar estas cosas. –Señalo a la caja y sonrió a la mujer, de aparentes 30 años.

-Aww ¿Quién es esa ternurita? –Acercándose a Kiara, la cual estaba en el bolso.

-Se llama Kiara, la encontré en un callejón y me la quede. Tuve que usar el bolso para que mi padre no la viera. –Explicó con una sonrisa, levantando el bolso para que la mujer pudiese acariciar a la mascota.

-¡Es hermosa!... Tienes razón, tu padre nunca fue muy apegado a los animales, la verdad cuando les regale a tu anterior perrita él nunca la quiso, solo fingió hasta que rompió conmigo. Luego desapareció…-Decía tristemente.

-Si… pero no importa, por lo menos encontré a una nueva amiga. Hoy me dijo que no salga de mi habitación porque traería visitas, me dio hambre así que salí por la ventana.

-Ten mucho cuidado, ese árbol nunca me pareció nada bueno. –Embolsó las cosas y le cobró. –Adiós Vegeta, cuídate mucho.

-Gracias por todo, adiós. –saliendo de la tienda directamente hacia algún lugar para comer. Metió las bolsas en el bolso ya que era bastante grande.

Ese gracias por todo había sido por muchas más cosas, esa mujer lo había cuidado desde los 4 hasta los 7 años, había sido la “madre” más buena que había tenido.

**

Al llegar a un lugar pequeño pero muy acogedor, entró y nadie le dijo nada sobre Kiara. Se sentó bien al fondo y pidió un café con medialunas. Abrió el paquete de comida de perro y dejo que Kiara comiera dentro del bolso.

-Que suerte tienes, no tienes que esperar a que llegue la orden. –Le dijo con cierta molestia. No le gustaba esperar.

Kiara lo miro y siguió comiendo.

 

Luego de casi una hora…

Vegeta y Kiara se dirigían a una plaza hasta que sea la hora de la cena. Entonces volverían a ese lindo lugar, a pesar de que todos lo miraban con mala cara.

-Puedes ir a correr si quieres, yo estaré en la banca. –Le dijo señalando el lugar, mientras se sentaba en una banca vacía.

Alegremente la perrita comenzó a jugar con otros perros mientras Vegeta observaba. Él sol se puso y ya era de noche, Vegeta decidió que ya era suficiente y fueron a cenar.

 

Otra hora después…

 

Vegeta trepó el árbol y llego a su habitación. Apenas estuvo allí, colocó la cama de Kiara justo al lado de la suya y la caja para gatos en el baño. Agarró a Kiara y la colocó en la tina de nuevo.

-Debes darte un baño. Te encontré hoy y estabas muy sucia, te perdone durante todo el día pero apestas. –Rió comenzando a llenar la tina, Kiara lo miró con mala cara pero se dejó lavar.

-Hm… Eres más blanca cuando estas limpia. –Dijo en tono de burla, Kiara gruñó molesta, como si entendiera cada cosa que decía…

Apenas la bañó, se dio una ducha y se dirigieron a sus camas, ya era hora de dormir.

Notas finales:

Espero les haya gustado... la proxima actualización tardará un poco más... es que ni yo se como continuar la historia XD Ya hice hasta el cap 5, pero puse algunas cosas que me meten en un embrollo TREMENDO. No tengo más imaginacion xd

Pero apenas se me ocurra algo sigo... para el 5 de marzo mas o menos actualizo... Besos :3


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