El día siguiente llego, un castaño de ojos azules se movía pesadamente entre las cobijas de su cama, miro el reloj en su i phone, faltaba una hora para llegar al instituto, así que se metió rápido a darse un baño y cambiarse, sobre su escritorio reposaba una cajita roja con un moño azulado, en su contenido el regalo de San Valentín, cuando leyó el papelito que le toco, apenas y pudo creerlo, claro que era Butters, inclusive intento cambiar el papel por algún otro, quien fuera, todos menos Butters, pero nadie quiso cambiar, así que resignado, tuvo que aceptar a su pareja de intercambio.
Cuando salió ya vestía con su típica sudadera roja, jeans cafés y converse negros, tomo la pequeña cajita y la guardo en el bolsillo de la sudadera, a pesar de no ser ni las 7 de la mañana, podía sentir el nerviosismo recorrer todo su cuerpo, cuando bajo a la cocina, su madre había dejado pastel de chocolate con helado de vainilla y malteada de fresa sobre la mesa, al verle sonrió cariñosamente mientras decoraba unas galletitas que acababa de hornear.
-hola amorcito- lo saludo dulcemente dedicándose a los aperitivos sobre la charola, el chico de cabello castaño tomo asiento en la mesa mirando con delicia los postres que ahí se encontraban –hola maa- correspondió el saludo tomando un tenedor para poder saborear aquello de aspecto delicioso, y no solo aspecto, su madre era muy buena cocinera, causa por la cual él había sido tan gordo en la infancia.
Al terminar sonrío complacido mirando los trastes sin nada en su contenido, se levantó y tomo su mochila, suspirando molesto de tener que ir a la preparatoria, pero más que eso, estaba nervioso, de tener que reencontrarse con Butters después de llevar tanto tiempo ignorándole, pero tomo un suspiro y fue a la parada de autobús, donde diariamente se encontraba con Stan, Kyle y Kenny.
Cuando llego el chico de cabello negro platicaba cómodamente con el de cabellera roja, mientras el pobre leía tranquilamente su playboy del mes con un ligero rubor en sus mejillas.
-hola chicos- les saludo con una pequeña sonrisa, Stan y Kyle le miraron y Kenny simplemente siguió atento a las chicas de su revista.
-hola culón- le respondió el saludo kyle, Eric ya no era gordo, pero los sobrenombres nunca habían desaparecido, Cartman miro molesto al chico pelirrojo quien sonreía con satisfacción.
-cállate maldita rata judía, no soy gordo soy fuertecito- y sin hacerse esperar, el de ojos verdes reacciono aún más enojado por el comentario.
-¡Deja de decirme así gordo culón estúpido!- Stan llevo su mano al puente de la nariz, cansado de ser esa su rutina, no había una mañana en que Kyle y Cartman no discutieran por cualquier cosa, era algo tan cotidiano, como lavarte los dientes en la mañana o ir de lunes a viernes a la escuela. Perdido un poco en sus pensamientos, cuando los volvió a ver ya ambos se encontraban tirados sobre la nieve agarrándose a golpes, Stan noto cuando de la sudadera del chico castaño salió una pequeña cajita roja con un moño azul, la tomo y estuvo a punto de abrirla.
-¡HEY! ¡Jodido hippie deja eso!- Cartman rápidamente aparto a kyle quien se encontraba encima suyo para arrebatarle la cajita al azabache, sus mejillas ahora se encontraban un poco ruborizadas ante la mirada desconcertante de Marsh y Broflovski, inclusive Kenny les miraba de reojo dejando a un lado sus chicas.
-¿Para quién es eso?- pregunto el pelirrojo reincorporándose y sacudiendo la nieve que mojaba su chaqueta naranja y jeans verdes.
-solo es el regalo del jodido intercambio- volvió a guardar la cajita en su sudadera y metiendo las manos en el bolsillo para que nadie volviera a agarrarla.
-¿y tanto drama por eso?- Stan no apartaba su vista de Cartman notando aquellas mejillas ligeramente ruborizadas.
-Es algo que no te importa- Y para su suerte el autobús llego en ese momento, Cartman subió rápidamente para ya no volver a hablar con Stan o Kyle acerca de ese asunto, los dos mejores amigos se sentaron juntos como siempre, y Eric a un lado del rubio quien reía pervertidamente con la revista entre sus manos, “maldito pervertido” pensó mientras intentaba ver lo que el otro miraba con tanto interés, Kenny al darse cuenta soltó una pequeña risita y le acerco un poco la revista, el resto del camino ambos estuvieron con mejillas rojas y sonrisas maliciosas.
Butters sacaba un par de libros de su casillero con nerviosismo, miro aquella cajita roja entre su mano y sintió una inquietud recorrer todo su cuerpo, al verlo llegar sus ojos se iluminaron y de la distracción casi caía la cajita al piso, la tomo rápidamente y la oculto entre su pecho con una respiración agitada, el castaño camino detrás de él y siguió su recorrido como si Butters no estuviese ahí, tal como si no existiera, apretó la cajita y cerro el casillero de golpe, llamando la atención de algunos alumnos, pero no la de Cartman, se quedó inmóvil, ante las miradas de quienes lo veían curiosos, miro a Eric de nuevo, y las lágrimas volvían a acumularse. Desvió la vista al piso y camino al aula de clases, ya en su lugar, golpeaba sus nudillos con una mirada apagada, muy pocas veces vista en él, ¿pero de que otra forma podría estar?, el señor Garrison entro al salón con una sonrisa.
-Hola chicos- saludo sentándose sobre el escritorio y acomodando sus lentes, más nadie le prestó atención, bufo con molestia –espero que todos trajeran sus regalos para el intercambio de San Valentín- tomo la lista de alumnos y los fue nombrando para sacar asistencia, después de eso comenzaron con el intercambio, varios recibían y daban regalos, algunos resignados y otros satisfechos. Bebe le dio a kyle un osito de peluche, y como siempre en los intercambios // al menos en mi escuela ¬¬ // después de dar el obsequio, ambos se daban un abrazo.
-bien kyle, ¿Quién te toco en el intercambio?- cuestiono el señor Garrison quien comía chocolates de un regalo que le había dado un tipo con el que había cogido la noche anterior. El pelirrojo miro la cajita azul donde estaba el regalo, suspiro con obvia molestia, y en un tono de voz apenas audible dijo -..Cartman…- El castaño sonrió con satisfacción, adoraba cuando obtenía algo de Kyle, un regalo, aun mejor, el judío se acercó y le dio la cajita con furia en su mirada, Cartman sin esperar la abrió y le sonrió al ver el contenido, unos audífonos con azul y amarillo, las chicas como Wendy y Bebe les miraron con brillo en los ojos esperando el abrazo –bien, ¿Qué esperan?- hablo Nicole quien era abrazada por su novio Token, ambos chicos se miraron de manera un poco incomoda y en un rápido movimiento de dos segundos se abrazaron y se soltaron, Butters miro con molestia aquella escena, Kyle Broflovski, debía de admitir que siempre había tenido algo en contra suya, sentía que en cualquier momento él podría reclamar a Eric Cartman como suyo, pero eso nunca lo permitiría, porque Eric Cartman ya tenía escrito el nombre de Leopold “Butters” Stoch con tinta azul permanente en todo su cuerpo.
-y Cartman.. ¿A ti quien te toco en el intercambio?- Dijo el señor Garrison quien seguía comiendo los chocolates, y fue en ese momento cuando sus mejillas volvieron a tomar un color rojizo, al igual que en la mañana –B…Butters- El nombrado abrió sus ojos bastante sorprendido, se levantó de su lugar acercándose al castaño, Eric saco de su sudadera la cajita roja con el moño azul y se la entrego sin mucho cuidado, Butters la abrió y sonrió con un brillo en sus ojos, era un reloj, muy parecido al que él le daría, solo que este era de plata y en vez de la esvástica tenía una pequeña carita de Hello Kitty en azul.
-mu-muuchas graciias Eric- y con su corazón latiendo fuertemente, le abrazo sin importar que todo el salón los viera, las mejillas del mayor estaban en una totalidad roja, tomo a Butters por los hombros y lo separo del abrazo sintiendo vergüenza de que todos en el aula hubieran visto eso, sin contar las miradas de las chicas.
-No hay de que – con poca fuerza lo empujo haciendo que su sonrisa cambiara a una expresión herida, desvió la mirada hacia su mochila donde se encontraba el reloj con la Esvástica, sus pensamientos se vieron repentinamente interrumpidos por el señor Garrison.
-Bien.. ¿Quién te toco en el intercambio Butters? – el rubio tomo una bolsa rosada de regalo que tenía y se la entregó a Wendy, una bufanda que combinaba con la boina que siempre traía, el intercambio siguió, y el rubio ya no se sentía tan mal, no dejaba de contemplar el regalo que el castaño le había dado, cuando el timbre para el almuerzo se escuchó, todos salieron bastante animados, cartman tomaba sus cosas, cuando estaba a punto de salir sintió que alguien le agarraba del brazo, al ver quien era sintió su corazón latir con fuerza.
-Eriic… te-tenemos que hablar….-