El chocolate perdido.
Hoy es el día mas esperado por mucho donde se demuestra el amor en forma de un empalagoso dulce, en realidad no debería estar aquí pero… se que si no hago esto ese tonto no dejara de molestarme por lo menos un mes entero, suspiro resignado mientras veo la cantidad de tonterías que dicen muchas mujeres.
E dado la vuelta a toda la aldea buscando los perfectos ingredientes para un chocolate, prefiero hacerlo con mis manos a comprar algo que no sé quien lo preparo además soy un genio no será nada difícil para mí hacerlo, incluso aunque no me saliera “Que es imposible” debería estar feliz con el simple hecho de que yo lo hice, justo ahora tengo dos tipos de chocolate en mi mano uno amargo y otro dulce, a mi no me gusta los sabores dulces pero a él le encantan, bajo mis manos y coloco los dos en la cesta, ya preparare algo intermedio.
Mi nombre es Sasuke Uchiha, tengo la piel pálida, ojos como la noche, cabello azabache, soy perfecto en todos los sentidos, hace dos años termino la guerra ninja y ahora se vive una atmosfera llena de paz y tranquilidad, pero siempre hay algunos que no les gusta y por eso es que aun se protege como siempre, al pagar las cosas me encamino hacia mi casa, una mansión en la residencia Uchiha, alejado de tanta tontería cursi.
Todos están felices, pensando a quien darles sus “sentimientos” para que sean correspondidos, estoy seguro que ese idiota llegara tarde con un montón de regalos hechos por niñas tontas que aun creen tener una oportunidad con Mi novio, sonrió orgulloso, se preguntaran a quien va mi intento a la perfección de un chocolate simple… es para Mi Dobe, Naruto Uzumaki.
…El actual Hokage de la aldea de la hoja, hace un año se le propuso el puesto por los otros líderes de aldea, el lo acepto muy feliz, nadie se interpuso ya que él es el héroe de la Guerra, nosotros comenzamos una relación hace medio año, tengo que admitir que no me declare y como no hacerlo si siempre lo había amado, pero por no pensar bien las cosas lo abandone, lo hice sufrir mucho pero aun así el nunca me odio…
…Es mas el día que me encerraron en las profundidades de una celda, él fue el primero en abogar por mí, en ese momento en que me protegía le grito a todos que dejaba su puesto como héroe, como ninja, incluso dejaba sus sueños y se ponía en mi lugar con tal de que me perdonaran, nadie podía creer lo que decía incluso yo que le gritaba que no necesitaba su lastima, en cambio el me dio una sonrisa y me dijo que solo quería ver mi felicidad…
Llegue a mi casa camine hacia la cocina donde saque todos los ingredientes y comencé a sacar los utensilios que utilizaría para hacer el postre, mientras lo hacía recordé esos dos años los cuales fueron duros, tranquilos, nublados pero sobre todo fueron los mejores de mi vida.
….Después de que se me diera el perdón, el Dobe tenía que cuidar de mi todo el día por el resto de mi vida hasta que me reformara, eso no fue lo malo, si no que el muy tonto tenía que vivir conmigo y lo que es peor perdí cualquier derecho en la aldea, me enoje mucho cuando me dijeron que el barrio Uchiha desaparecería para dar paso a nuevas casas para los aldeanos, peor aun Yamato-san fue el que reconstruyo mi casa con indicaciones mías y de Naruto, muchos se reían diciendo que hacíamos nuestra casa familiar.
Ahora no me quejo ya que la caso tiene toque tradicionales con un hermoso jardín y un estanque con otras cosas que pusieron los otros Kages, que estuvieron de metiches en la construcción de la casa del próximo Hokage, paso el tiempo donde fui asignado a Junnin, mientras el rubio era asignado a anbu, que ya estaba a cargo de Shikamaru, cuando se le dio el título al Dobe ya no lo veía mucho, porque la vieja le daba todas las indicaciones y como hacer los trabajos de Líder.
Eso me enojaba mucho mas ya que luego venia con olor a sake o ni venia a la casa, al principio trate de ser indiferente pero con el tiempo no podía, el que cruzaba esa puerta ya no era el tonto rubio, hiperactivo, que hacia las cosas sin pensarlo….No ahora era más maduro todo en el cambio su cuerpo se hizo más alto, su cabello era incluso más doradas, sus ojos ya podían quitar al cielo de su lugar y su sonrisa se había hecho de linda a seductora.
Si eso era lo peor ese idiota se había vuelto el más guapo y seguido de la aldea, tenía muchas pretendientes entre ellas la heredera de Hyuga, cuando comenzamos nuestra relación fue algo…. Raro…
Ya hecha la masa la coloque en el horno para que se hiciera en lo que sacaba unos moldes y preparaba el papel para envolver, no era tan difícil hacer un chocolate, me mire con orgullo por la imagen de aluminio que tenía el papel, sonrei cuando pensé el día en que por fin pude gritar que era mío aquel que un día fue mi mejor amigos, enemigo, compañero y sobre todo familia.
Flash Back.
Era un día como cualquier otro, el cielo estaba despejado, lo pajarillos cantaban y hacia buen tiempo era mi día de descanso y también el día en que el Hokage daría un discurso sobre nuevas reformas, me prepare con mi ropa casual para ir a la dichosa ceremonia, no tarde en reunirme con los demás que no dejaban de molestarme sobre todo el perro ese Inuzuka.
Me decía que mi “marido” me engañaba con media aldea y se reía de mí, no solo el también el capitán de anbu, o las que una vez decían amarme que ahora ya tenían novios, miramos hacia el podio donde salió Tsunade, para después ver al rubio que traía su capa blanca, una playera negra de manga larga, pantalones negros y un collar en el cuello, su sonrisa tranquilizaba a toda la aldea pero más a mí.
Fue un discurso rápido cuando se bajo para venir a saludar a sus amigos muchas chicas le rodearon y le decían cuanto lo amaban y como lo querían tener en la cama… un momento eso me enojo de sobremanera y camine hacia allá para gritarles que le dejaran en paz, pero cuando estaba a punto de hacerlo una chica peli-café lo beso enfrente de todos, pude sentir como mis ojos se nublaban y baje la mirada.
Que podía reclamarle si no era nada de él, si no más que un amigo, si solo eso era un compañero de vivienda que tenía que cuidar porque se lo ordenaron me di media vuelta y desaparecí en una bola de humo, llegue a las esculturas donde estaban talladas los Hokages y que ya estaba mi rubio con una sonrisa muy brillante, lo toque suavemente, mis lagrimas se desbordaron sin control, mientras sollozaba en silencio, no quería que nadie me viera ya que era un Uchija, pero ese lugar era donde me sentía mejor…
- No llores Sasuke-tebbayo –dijo una voz preocupada.
- Vete Usuratonkachi –dije sin mirarlo.
- Pero… me preocupas Sasuke…
- Que te preocupo? –grite- como puedes decir eso cuando me dejas solo en la casa y cuando por fin te veo, te pones de cariñoso con todas las chicas –me levante y lo encare con el Sharingan activado.
- Sasuke…. –me miro tristemente, bajo su mirada y cuando la levanto pude ver determinación en sus ojos, me corrió un escalofrió.
- Déjame solo Dobe –me voltee resignado, sabía que nada conseguiría con esto estaba a punto de irme cuando me detuvo con su mano en mi muñeca.
- Perdóname por dejarte solo, pero no quería molestarte. –con tono apagado en su voz.
- Descuida, se que el gran Hokage no tiene tiempo para sus amigos, es mas cuando consigas novia no quiero saberlo –negué con la cabeza- Solo dime para irme de la casa –sentí como me jalaba, haciéndome voltear para quedar enfrente de el.
- Deja de decir tonterías! –su voz tenía un toque enojado. – El único que me importa eres tu – Dattebayo
- Eso es mentira, eres un tonto yo solo te importo porque te lo ordenaron, porque tienes que cuidar que no haga nada malo a la aldea… -lo mire con mis lagrimas cayendo sin parar- Naruto Te amo, por eso mátame… no quiero este dolor que tengo en el pecho cada vez que no te veo o cuando te veo con alguien más…. –susurre, un silencio se hizo en todo el lugar yo quería huir pero el otro no me soltaba.- Déjame…
- Sasuke-su voz era tranquila y feliz- Yo también te amo–tebbayo, por eso no regresaba a casa porque si te veía quería confesarme y si me rechazabas estaba por seguro que nuestro lazo se rompería –triste- Perdóname por preocuparte –me abrazo.
- Naru…to… enserio…me... amas? –mi cuerpo temblaba de felicidad y miedo.
- Claro que si, crees que seguiría a mi “amigo” por tanto tiempo y como loco –se rio.
- Usuratonkachi…. –nos besamos demostrando todo nuestro cariño.
Desde ese día cualquiera que se acercara al despistado rubio, sufría una mirada horriblemente fría y cargada de celos, odio de un azabache muy posesivo, en comparación que sus amigos solo se acercaban para sacar de quicio al chico orgulloso que les había ganado cualquier oportunidad.
Fin Flash Back.
Ya había terminado de envolver el regalo, suspire guarde el obsequio entre mis rojas y salí hacia la oficina de Mi novio, para darle su dulce y también hacerlo regresar a casa ya que quería tenerlo, me sonroje de solo pensarlo, nunca o más bien todos pensaban que Naru era el que recibía en nuestra relación, cual fue la sorpresa y risa de todos cuando a ese tonto se le salió decir que él era el activo nadie le creía hasta que me preguntaron, después de embriagarme un poco.
Camine notando que eran las 2 de la tarde, mientras me dirigía hacia mi destino me encontré con el perro y su novia la oji-perla, trate de no prestarles atención pero fue imposible cuando me vi rodeado del cejotas y la peli-rosa.
- Sasuke-kun –dijo muy animada de la mano de su novio.
- Uchiha a donde te diriges? –pregunto el perro.
- No les interesa. –dije cortante.
- Qué? Maldito todavía que te pregunto –enojado kiba.
- De seguro le dará su chocolate a Naruto-kun –dijo tímidamente la peli-azul.
- Eso es el poder de la juventud –dijo lee.
- Y donde está el famoso chocolate para Naruto –una voz se hizo resonar cuando voltee pude ver a mi copia barata.
- No les interesa y…. –sentí como el perro del Inuzuka sacaba el dulce de entre mis ropas y se lo daba a su dueño.- Dámelo si no quieres morir –con voz de ultratumba.
- Hahahaha no quiero –fui hacia el pero lo aventó hacia mi copia, la cual lo aventó consecutivamente cada vez que me acercaba a uno de ellos frustrado active mi Sharingan pero eso no los inmuto.
- Basta, solo dámelo –grite tratando de alcanzarlo- Parecen niños. –exaltado.
Nadie se esperaba que al tonto de Lee aventara mas fuerte el obsequio haciendo que este volara hacia el otro lado de la aldea, con una carcajada muy fuerte del perro Salí en dirección de mi regalo para mi Dobe.
- “Buena suerte” –escuche que gritaron todos los idiotas.
Para mi mala suerte alguien, algo o no sé que tomaba el chocolate antes que yo, haciendo que este se fuera hacia otro lado, cuando lo perdí de vista por completo, lo busque como loco por todas partes incluso debajo de las rocas, pero no había ni rastros de él, no me di por vencido por otras horas pero sin éxito alguno, resignado y notando que ya estaba por anochecer, camine por las calles hacia mi casa, en eso me tope con la plasta rosa.
- Sasuke-kun –dijo animada.
- Que quieres, Sakura. –dije triste pero sin dejar que se notara.
- Te estuve buscando para decirte que Naruto salía de su trabajo más temprano –me sorprendí, ella miro hacia otro lado- De seguro ya está en su casa.
- Porque no lo dijiste antes!! –le grite para comenzar a correr, no tenia su regalo, no había hecho nada de comer y lo que es peor mi corazón me dolía y tenía ganas de llorar.
- Espero te guste mi regalo, Sasuke!! –me grito pero no le preste atención.
Cuando estuve enfrente de la casa pude notar que las luces ya estaban prendidas, suspire tratando de tranquilizarme, entre con un “Ya llegue” pude sentir un olor a estofado, que hizo rugir mi estomago, me quite los zapatos y camine hacia donde provenía el olor, al pasar por la sala pude ver muchos regalos y peluches, los mire enojado, impotente y con tristeza, sacudí mi cabeza.
Al llegar a la cocina pude ver al rubio cocinando con una sonrisa tan de él, sonrei de medio lado pero no pude evitar sentir que mi corazón se oprimía, yo tenía planeado otra cosa para este día, el otro noto mi presencia.
- Bienvenido a casa, Sasuke-Dattebayo –dijo con una sonrisa.
- Hola Dobe, tengo hambre –trate de sonar calmado, sentándome en la barra de la cocina.
- Ya casi esta la comida –se movía con experiencia por el lugar, hace tiempo que aprendió a cocinar.
- …. –solo lo miraba moverse pero pude notar que en sus orbes tenía un toque de ansiedad, nerviosismo y curiosidad, sabía muy bien lo que esperaba.
- Teme, ayúdame con la mesa por favor –muy concentrado en su platillo.
- Lo que digas Dobe –trate de sonar divertido sin ningún éxito.
La comida transcurrió rápido, en mucho silencio solo con monosílabas contestaba y el otro no preguntaba mas, termine recogiendo mi plato y lo comencé a lavar con la atenta mirada del contrario, no quería verlo mucho menos que me preguntara que tenia para el de seguro no lo resistiría y haría una tontería.
- Sasu… -lo interrumpí.
- Estoy cansado, me daré una ducha y me iré a bañar. –Salí de ahí notando la mirada triste de Mi rubio.
Tarde en salir del baño, cuando lo hice fui hacia mi recamara donde no salí en un rato, lo único que podía escuchar era el sonido del reloj, sabía que huir no me daría nada pero la mirada que me había dado Naruto no salía de mi cabeza, fue hacia donde él se encontraba estaba en la sala leyendo unas hojas y comiendo unos bombones, se veía muy serio, note que recogía una caja y la abría, sonrió de una manera que yo no había visto en mucho tiempo y siguió comiendo esos chocolates, no pude mas, note como mis mejillas era bañadas por mis lagrimas.
- Naru… -mire hacia el suelo.
- Sasuke… -el otro volteo y se levanto.- Que pasa? –pregunto.
- Eso es… -el no entendió hasta que mire los dulces.
- Ah! Son regalos de las chicas y chicos de la aldea, cuando menos lo note ya tenía mucho –sonrió- No podía decir que no cuando lo habían hecho para mío –rio rascándose la mejilla.
- Eres un idiota –le grite, lo empuje, salí corriendo hacia el baño donde me encerré resbale sobre la puerta para quedar apoyado en ella, sentado en el suelo, solloce y mascullaba entre dientes.
- Sasu… que pasa… estas raro –dijo una vos del otro lado.
- Naruto, eres un idiota, te odio –dije entrecortado.
- Pero que hice-tebbayo –triste.
- Yo… -era un tonto sabia que él no tenía la culpa, pero mis celos y lo que había perdido me hizo lastimarlo sin querer… - No te merezco –dije llorando fuertemente.
- Pero que…
- Yo tenía todo planeado hacer tu chocolate, ir a dártelo a tu oficina, decirte que llegaras temprano para hacerte una rica cena. –grite llorando- tener una noche especial, todo para hacerte feliz, pero en cambio… -llore tratando de limpiar mis lagrimas- Perdí tu chocolate trate de buscarlo pero no resulto y cuando recordé yo… fue mi culpa. –llore, sollozando fuertemente.
- Sasuke –el silencio se hizo presente escuche como Naru se sentaba del otro lado, recargado en la puerta.- Sabes hoy cuando estaba en la oficina entro Sakura-chan con un lindo paquete azul, ella sonreía mucho y me dijo que un tonto chico lo había perdido - se rio bajito- No entendí hasta que probé el chocolate con forma de gotas, era entre amargo y dulce, cuando lo note me los había acabado todos –suspiro.- Estaban muy ricos Sasuke, Gracias.
Yo me había quedado mudo, por la descripción si eran mi chocolates pero como es que…. “Espero que te guste mi regalo, Sasuke-kun” recordé lo que ella me dijo hace horas, mañana tendría que agradecerle.
- Sasu… -escuche como del otro lado se alejaba lo que hizo que me parara rápidamente, pero sentí como se ponía de nuevo del otro lado- Abre la puerta, todavía falta que pruebe completamente mi chocolate. –me sonroje.
- Dobe –abrí lentamente la puerta para encontrar a un rubio con un dulce en la mano que se lo ponía en la lengua no tardo en jalarme para besarme.
El beso sabia a chocolate, a bombones pero sobre todo estaba el calor del otro que tanto me gustaba nos fundimos completamente, sus manos me pegaron su cuerpo, el comenzó una fricción entre nuestros miembros, cuando nos separamos me miro con cariño y deseo.
Me levanto del suelo, pase mis piernas por su cadera para seguir aumentando su erección, llegamos a la cama donde me aventó, siguió con sus besos bajándolos por todo mi cuerpo hasta llegar a mi miembro que pedía atención, comenzó a lamerlo sentí algo frio y abrí lo ojos para mirar pude ver una botella de chocolate, la cual había echado en mi pene, siguió su cometido con lamidas, succiones y alguna que otra mordida me vine en su boca, pude notar como mi semilla se mesclaba con el chocolate.
El me volteo enseñándome un chocolate que había hecho no entendí hasta que él lo metió en mi ano. – “Se derritió rápido” – dijo divertido yo bufe avergonzado y molesto. – “Entra” – dije sonrojado, no tardo en penetrarme primero despacio para luego aumentar el ritmo de sus embestidas, era caliente no tardamos en llegar al orgasmo.
Salió de mí, lo atraje para que se acostara y me acurrucara con él, si este día iba a ser así… no me importaba hacer el próximo año otro regalo para Mi Naru.
No me importaría perder de nuevo su chocolate…
Fin.