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Nuestro Fuego No Morirá. por AliceMisaki

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Notas del fanfic:

Hoolaa n.n/ (qué me importa que ya sea 17 x3 lo subo igual)

Quería subir este fic el día de San Valentín pero... se me alargó y no tenía internet para subirlo TwT... en fin n.n les dejo el fic... suelo disfruten y nos vemos abajo n.n

Notas del capitulo:

One Piece no me pertenece T.T pero le pido prestado sus personajes a Oda-sama para crear estas historias :D

Era un mañana tranquila en el Moby Dick, todos dormían plácidamente... bueno, casi todos, eso porque cierto rubio pelo de piña se había levantado temprano y estaba arreglando varias cosas para un viaje que emprendía todos los años en esa fecha: 14 de febrero. Prácticamente, él era el único que celebraba esa fecha, pero para poder hacerlo, tenía que ir a la isla en donde los cuerpos de Oyagi y Ace yacían. Aun recordaba esa fecha hace ya varios años, el 14 de febrero era su fecha especial, era su aniversario con Ace. Ése día... seguía fresco en su memoria...    

 

Ya había oscurecido y estaba solo en el barco... bueno, solo con Ace. Desde que llegó, el pecoso le había quitado el sueño y cada vez que lo tenía cerca, las ganas de abrazarlo y besarlo se hacían mayores, creyó que nunca podría decirle nada... hasta ese día.

- Ace, ya volviste - le dijo llegando a su lado, él estaba sentado al pie del mástil y por supuesto se sentó junto a él, mirando en la misma dirección que el pecoso.

- S...sí - le respondió algo nervioso.

- Ace yo... quería decirte algo... - buscó con su mano la contraria y enlazó sutilmente sus dedos, sin apartar su vista del frente - Me gustas Ace, y mucho - sintió al menor apretar suave su mano, como sorprendido.

- Marco... yo... también me gustas... - dijo casi en un susurro, el rubio giró a verle y vio sus mejillas sonrojadas. Su mano llegó a su barbilla e hizo que lo mirara, suavemente besó sus labios con cariño, sintiendo al menor respondiéndole, le atrajo a su cuerpo y lo abrazó acercándolo más a su boca, sintiendo la lengua de Ace sobre sus labios y cómo lo abrazaba por el cuello, empujándolo para que se recostara en el piso con él sobre su cuerpo, Marco aprovechó de abrazarlo por la cintura y acariciar su espalda, disfrutando del roce de su lengua con la suya.

- Se mi novio Ace - le dijo cuando se separaron, mirándolo con un brillo especial en sus ojos, los oscuros ojos de Ace brillaban como las estrellas tras él en el cielo, y más aún cuando le dio la respuesta.

- Claro que sí Marco - y le dedicó una de esas sonrisas que amaba en él, para iniciar otro beso más apasionado, esa noche durmieron juntos... entregándose al otro totalmente.    

 

Sonrió ante ese recuerdo... pero cada vez que ése venía, también llegaban otros...    

 

Pasaron los meses, la tripulación lo supo y los molestaron por unos días, era de esperar, sobre todo de Thach, quien siempre les dedicaba cada frase “tierna" cuando los tenía cerca.  Claro que también tenían sus momentos de pasión en la habitación del rubio, y no era raro que cada cierto tiempo Ace llegara al desayuno con la camisa de Marco tapando un poco la gran cantidad de marcas rojizas en su cuello, torso y espalda... y ahí iba de nuevo Thach, cuando Marco llegaba detrás del pecoso, a decirle que se le había pasado la mano y preguntándole qué tal había estado la noche, con un tono más que sugerente, ganándose una colleja de parte de la pareja.    

 

Rió suavemente ante las ocurrencias de su hermano...      

 

Luego había venido la traición, el asesinato de Thach y cuando Ace se había ido.

- Ace... por favor... no quiero perderte - fue lo que le dijo abrazándolo casi con desesperación.

- Marco... volveré... te lo prometo - y lo besó por última vez, pero para sus adentros pensaba “perdóname Marco...es una promesa...que no podré cumplir.

- ¡Oi, espera! ¡Espera Ace! - le gritó desde la barandilla de la cubierta, con su brazo estirado en su dirección, pero ya se había ido, “Te amo..." un pensamiento que no alcanzó a decirle.    

 

Aún tenía la sensación de sus labios... un beso tan corto... que le supo a despedida.    

 

Luego la guerra en Marineford y con ello, el peor dolor de Marco... tener a Ace tan cerca y no haber podido salvarlo... viendo a Akainu atravesándolo...  

- ¡¡¡ACE!!! - sólo atinó a gritar por su novio, el dolor lo consumía y su corazón se partía a pedazos...  

Y al fin... su entierro...    

 

Un sonrisa triste se formó en sus labios y una lágrima traicionera cayó por su mejilla.    

 

El día de su segundo aniversario fue a visitar su tumba, llevándole un ramo de flores a Ace y una botella de sake a Shirohige. Tal fue su sorpresa que no pudo seguir avanzando, quedó estático en su lugar, se le cayó el ramo y la botella... y pequeñas lágrimas caían de sus ojos.

Ace estaba ahí, sentado sobre la lápida de su tumba con la vista en el suelo, moviendo los pies como como un niño esperando algo, no tenía ni su sombrero ni su collar puestos y cuando levantó la vista y vio al rubio pasmado saltó de la lápida y corrió a abrazarle con una sonrisa en su rostro. Llegó con él y se abrazó a su cuerpo, enterrando su cara en el pecho del mayor con cariño. Marco no lo podía creer, Ace lo estaba abrazando... se sentía tan real que pasó sus brazos alrededor de su novio y lo apresó en un agarre desesperado, sintiendo el calor de su cuerpo, era real, podía tocarlo... tomó su rostro y lo hizo mirarle a la cara para besarlo apasionadamente, como hace tanto tiempo quería hacer, Ace le respondió sin dejar de abrazarlo, sintiendo las lágrimas del rubio mojar su rostro, se separó de él.

- No llores... te prometí que volvería, ¿no? - dijo con lágrimas en sus ojos.

- Ace... no vuelvas a dejarme... - cayó de rodillas al suelo con su novio acariciando su espalda y su cabello mientras él lloraba en su hombro sin soltarlo.

- A ver mi piñita... ¿Vas a sonreír para mí? - le preguntó tomando su cara entre sus manos para verle. Marco río ante el apodo que había extrañado tanto y miró a Ace con una sonrisa tierna en su rostro - Eso es lo que quería - besó sus labios - Te extrañé mucho Marco - una lágrima cayó por su mejilla. Lágrima que fue detenida por el pulgar del rubio.

- ¿Cómo...? - no pudo seguir.

- ¿... es que estoy aquí? - Marco asintió - Te dije que volvería Marco... aunque... sólo es por hoy, éste día... el día de nuestro aniversario - lo abrazó y lo volvió a besar.

- Te amo Ace... volveré todos los años... te lo prometo...    

 

Y ésa era la razón por la que hoy estaba tan feliz... iría a ver a su amado como lo había estado haciendo todos estos años, esta vez llevaba bombones para el pecoso, sabía que le gustarían. Y ahí fue, se convirtió en fénix y fue volando hasta la isla con la bolsa atada a su ropa. Cuando llegó se extrañó de no encontrar a Ace donde siempre le esperaba.

- ¿Ace? - le llamó en un susurro, el viento empezó a soplar más fuerte y se arremolinó sobre su tumba, entre la maraña de pétalos de flores se fue distinguiendo una figura, el viento dejó de soplar y las flores volvieron a su lugar, dejando ver a un sonriente Ace sentado en la lápida de su tumba.

- Marco... llegaste temprano - le dijo con una sonrisa.

- Quería verte - le respondió feliz. - Has cambiado mucho... - y era verdad, ahora era el capitán de los Piratas de Shirohige, quiso mantener el nombre de su padre hasta el fin y esperaba que así siguiera. Pero aparte de eso, estaba mucho más mayor, y empezaba a notarse.

- Han pasado muchos años Ace... - dijo nostálgico, lo había perdido hace tanto y tenerlo ahí lo hacía volver todos esos años, a cuando él seguía vivo y estaban juntos. Pero en cambio, para Ace fue como quedarse congelado en el tiempo, sin envejecer ni nada, aún seguía con sus ojos, su rostro y su sonrisa, tan lindo como siempre.

- Si... - lo abraza y le da un beso.

- Te traje algo - tomó la bolsa que traía y sacó la caja de bombones mostrándosela - aún puedes comer... y no me digas que no - le sonrió. Se sonrojó ante eso y abrió la caja, recibiendo el olor dulzón de los chocolates en su interior.

- ¡Que rico! - exclamó alegre y tomó uno de los bombones - ven aquí - le mostró el bombón al rubio y éste entendió. Acercó sus labios al chocolate y lo agarró con los dientes, acercándolo a la boca de Ace, éste lo mordió, pasando a rozar sus labios con los contrarios, Marco se comió la mitad que había quedado en su boca.

Fue ahora él quien ponía un bombón en los labios del pecoso, Ace lo aceptó y el rubio fue acercándose lentamente, disfrutando del sonrojo que se instaló en las mejillas de su novio, lamió el chocolate y lo mordió, Ace se comió su mitad y miraba a Marco, feliz como un niño pequeño, el rubio se acercó a sus labios y los besó, metió su lengua en su boca y Ace sintió el sabor del chocolate en la boca de Marco, cerró los ojos con placer al saborear lo dulzón del chocolate y su saliva. Se separaron y se relamieron los labios, quitando los rastros de chocolate en ellos.

- Espera - Ace se acercó y lamió la comisura de los labios del rubio, sacando una manchita de chocolate de ellos. Así estuvieron hasta que los chocolates se acabaron, Ace ahora se encontraba entre las piernas de Marco, con su espalda pegada a su pecho y disfrutando de la suave brisa y esos fuertes brazos rodeándole.

- Siempre espero por este momento Marco - le dijo acomodándose en él.

- Ace... ¿Cómo es donde estás? - le preguntó curioso.

- Pues... es como si durmiera plácidamente, no hay ruido, ningún sonido en absoluto y todo es de tonos claros, como un amanecer... no tengo noción del tiempo aunque siento la presencia de Oyagi, Thach y todos los que murieron en la guerra, a veces es como si nos juntásemos todos y fuera la realidad... pero solo son sueños, eso es todo lo que hago... sueño todo el tiempo - le dijo con voz triste.

- ¿Y cómo sabes cuando vienes?

- Es casi como volver a nacer, siempre veo tu rostro en mis sueños antes de venir, y recién ahí sé que ha pasado un año. Siempre mi sueño es verte de espalda y yo me acerco a ti y te abrazo, escucho a Oyagi reír y desearme un buen día, luego aparezco en mi tumba y tu estás ahí sonriéndome - Marco apresó a Ace contra su pecho acariciando su suave cabello con la nariz.    

 

No muy lejos de donde él estaba, uno de sus tripulantes lo veía escondido detrás de un árbol, veía a Marco apoyado contra un árbol y con los brazos como abrazando algo, movía sus labios como si estuviera hablando, ahora separaba sus brazos y lo vio como besando al aire.

- ¿Qué te pasa Marco? - se preguntó el joven. Ése día le había seguido por curiosidad, era raro que se fuera en la mañana y llegara y entrada la noche.    

 

Ace besaba a Marco y sentía sus manos en sus caderas, metió su lengua en su boca y disfrutó de la reacción del otro. Se iba oscureciendo cuando escuchó un ruido, no le dio mucha importancia y abrazó a Ace. Sabía que esos eran sus últimos momentos juntos, por lo menos hasta el próximo año.

- Ace, quería preguntarte algo - dijo poniéndose de pie, ayudándolo a levantarse él también.

- Dime - dijo abrazándolo.

- Pero... no aquí. Ven, sube - tomo su forma de fénix y miró a Ace, años hacía de su último vuelo juntos. Ace subió a su espalda y Marco alzó el vuelo.

- Como extrañaba esto - dijo abrazándose a él, disfrutando del viento en su cara, sintiendo cómo Marco se elevaba más y más, cerró los ojos y se dejó llevar por el suave roce de sus flamas con su piel, haciéndole cosquillas. Marco buscaba el lugar indicado, cuando lo encontró se dirigió a ese lugar. Ace sintió que Marco descendía y abrió los ojos, estaban en un claro precioso, con vista al mar inmenso frente a él, sintiéndose el dueño del mundo.

- Ace - le llamó Marco, el pecoso se dio la vuelta y vio a Marco acercándose. Él se quedó en su lugar. El rubio se acercó hasta estar frente a él, se arrodilló y miró la cara sorprendida de Ace, de entre su chamarra sacó una pequeña cajita con un listón - Portas D. Ace - dijo mirando la cajita en sus manos - Dime que me harás el hombre más feliz del mundo... se que sólo puedo verte una vez al año, pero así como te veo sé que es porque la vida y la muerte me están dando la oportunidad de poder hacer lo que no alcancé a hacer durante tu vida. Ace... ¿Quieres ser mi esposo? - le dijo mirándolo a los ojos y abriendo la cajita, revelando los dos anillos en su interior, ambos con detalles de fuego, uno rojo y llameante como las llamas de Ace cuando era usuario y otro azul y dorado, como sus propias llamas cuando se convierte en fénix. Ace sonrió con esa sonrisa preciosa que tanto lo caracterizaba

- Claro que sí Marco - el rubio sacó uno de los anillos, el azul y dorado y lo puso en su dedo anular en la mano izquierda. Besó sus nudillos antes de levantarse, Ace tomó el otro anillo y vio que tenía un grabado por la cara interna, “Nuestro fuego no morirá. Te amo Marco", sonrió ante ese detalle y una lagrimilla rodó por su mejilla.

- El tuyo dice lo mismo, sólo que con tu nombre, claro - le dijo con una sonrisa dándole su mano izquierda, Ace la tomó y lo puso en su lugar, entrelazaron sus dedos y se besaron con amor, sin prisas y con calma, sintiendo la tranquila respiración del otro en la cara, luego de unos minutos se separaron - volveré el próximo año, volvamos ya - volvió a transformarse y Ace subió a su espalda, se lanzó al vacío y tranquilamente volvió a la tumba de Ace, apenas tocó el piso volvió a su forma humana con Ace aún en su espalda quedando a caballito.

- Jajaja... Marco, bájame, jajaja - le dijo riendo feliz de cómo lo llevaba.

- No quiero - fue toda la respuesta que recibió, Marco miró por sobre su hombro y le sonrió a Ace.    

 

Tras el mismo árbol, el joven vio a Marco volver de donde quiera que haya ido, esta vez iba con las manos tras su espalda y su pose era como si cargara a alguien, volvió a la tumba del antiguo Comandante de la Segunda División y fue como si entrelazara sus dedos con otra mano que no estaba, volvía a mover la boca mirando hacia un lado como si hablara con alguien, pero a su lado no había nadie. El no había alcanzado a conocer a Hiken no Ace, se podría decir que era un recién llegado a la tripulación, pero tenía una noción de quien era Portgas D. Ace y cual era su relación con su actual capitán. La noche caía rápida sobre ellos y la media noche se acercaba.    

 

- Volverás el próximo año, ¿Verdad? - le preguntó Ace mirándolo con cariño.

- Claro que volveré... no te dejaré ahora que eres mi esposo - Ace se sonrojó ante su comentario - pero ya... va siendo la hora de irte... te extrañaré mucho Ace.

- Y yo a ti Marco - se abrazó a su cuello y lo besó con cariño. El rubio aprovechó de abrazarlo por ultima vez antes de sentir cómo su cuerpo se desvanecía lentamente, abrió sus ojos y vio los oscuros ojos de Ace mirándole con amor, sintieron el viento arremolinarse alrededor de ellos, señal de que ya era la hora de partir.    

 

Tras el árbol, el joven no daba más de la impresión. Allí, entre los brazos de su capitán, entre un remolino de pétalos de flores, estaba Ace, abrazando y besando a Marco, vio como un par de alas aparecían lentamente en su espalda y se separaba de él.    

 

- Te amo Ace... hasta el próximo año... y feliz aniversario, mi amor - le dijo Marco al borde de las lágrimas al ver cuando su novio empezaba a flotar en el aire, y entre los pétalos desapareció... dejando a Marco al medio de un círculo formado por aquellos pétalos, con su mano izquierda alzada, donde se veía un anillo rojo fuego en su dedo anular. Sus ultimas palabras las recordará todos los días... hasta el próximo año “También te amo Marco... Gracias por amarme... y por seguir amándome". Y era la verdad, nunca se volvería a enamorar de alguien como lo hizo de ése pecoso juguetón, de su esposo Ace.  

Suspiró y se convirtió en fénix, alzando el vuelo de vuelta al barco, volvió a mirar hacia abajo y vio a alguien escondido tras un árbol, bajó a buscar a su comandante de la cuarta división.

- ¿Qué haces aquí Mira? - le preguntó cuando estuvo tras él, el joven se dio la vuelta y lo miró asustado.

- Ca... Capitán... yo... - le dijo nervioso y sorprendido.

- Te escucho - le dijo tranquilo.

- Tenía... curiosidad de saber qué era lo que hacía todos los años en esta isla - empezó a decir.

- Sabes que en esta isla están los cuerpos del Primer Capitán, Shirohige, y el del Comandante de la Segunda División... -

- Portgas D. Ace - terminó de decir el joven - sí, lo sé capitán.

- Tu no lo conociste, él murió en Marineford, deberías saberlo, el hijo de Gold D. Roger no tenía derecho a vivir. Pero a nosotros nunca nos importó quien fuera su padre... él fue una gran persona, y la más importante para mí - dijo con nostalgia, mirando en dirección a la tumba de Ace.

- Capitán... ¿Él fue tu pareja? - el rubio negó con la cabeza.

- Él ES mi pareja, no porque haya muerto yo dejaré de amarlo. Ahora, respondiendo a tu duda... por alguna razón Ace vuelve en esta fecha, este día es mi aniversario con él, y él puede venir por este día y pasarlo conmigo - le dijo con una sonrisa.

- Entiendo... - susurró - pero... ¿Cómo puede ser? Yo no vi a nadie, todos los movimientos que hacías... era como si estuvieras con alguien, pero sólo estaba el aire - le dijo. Marco abrió los ojos sorprendido ante sus palabras y volvió a mirar la tumba de Ace, luego sonrió.

- Así que nadie más que yo puede verte, ¿Eh? - miró al joven con una sonrisa - Tendremos que esperar hasta el próximo año para saber eso. Ahora sube, nos vamos.

- ¿Subir?... - vio como Marco se convertía en fénix, era la primera vez que lo veía tan cerca, con un poco de miedo subió y Marco los llevó al barco.  

 

- Buenas noches Mira - y sin más se dirigió a su habitación - ¿Así que solo yo puedo verte Ace? - dijo ya estando en su cama, mirando el techo.

- Así es Marco - le respondió una voz muy conocida, giró su rostro y le sonrió al pecoso que le miraba del otro lado de la habitación - me dejaron venir a dormir contigo - fue y se acomodó junto con él en la cama, Marco le abrazó.

- Créeme... no creo que durmamos esta noche - besó suavemente sus labios.

- Ya me lo suponía - le respondió con una sonrisa.  

Y cómo lo dijo su esposo, no durmieron esa noche, sino que se la pasaron amándose por todo el tiempo que no habían podido hacerlo. En la mañana al despertar, Marco vio a Ace mirándole, le sonrió y su piel se fue iluminando cada vez más, hasta que entre tanta luz desapareció. Marco volvió a dormirse con una sonrisa en sus labios, soñando con su pecoso que le cuidaba desde donde quiera que estuviera.  

 

Notas finales:

Waaa n.n que lindo n.n espero les haya gustado... de mi otro ficción, les traeré pronto la actualización y... les traigo otro para empezar, creó que lo subiré la próxima semana... hasta entonces nos vemos n.n

*besitos chibi* bye bye n.n/


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