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La extraña del rapado izquierdo por Usagi Who

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Notas del fanfic:

La historia se irá armando a medida que vaya funcionando con los comentarios, depende de ustedes si sigue o no.

 

Notas del capitulo:

Dere ha optado en el Verdad o Reto, por jugar al Reto. No le gusta perder, pero tampoco quiere darse por rendida, al parecer Lisbeth planea ganar...

 

 

¿VERDAD O RETO?

RETO, LA EXTRAÑA DEL RAPADO IZQUIERDO.

 

          Sentía sus dos dedos moverse dentro de mí, dos para ser exacta. Su mano chocaba contra mi pantalón, que tenía el cierre cerrado. A pesar de que debía hacer fuerza para poder moverla en el pequeño espacio, estaba causando que me pusiera más húmeda de lo que jamás en mi vida había estado y más encima en público. Yo tenía los ojos entrecerrados porque era la única forma de autocontrol que conocía.

          —No me va a ganar —intentaba que ese fuera el mantra que se llevara toda la calentura que me estaba produciendo el mover circular de sus dedos dentro de mí. El problema es que esto no pararía hasta que yo me rindiera o perdiera derechamente y no quería ninguna de las dos, menos terminar sudada y agitada frente a todos.

          Cuando creí que no podría más, abrí un ojo para ver qué expresión se apoderaba de su rostro y me encontré con una sonrisa perversa, como si todo su labio se concentrara en el lado izquierdo. Ella, esa desconocida estaba disfrutando mi humillación.

          Cedí, estuvimos con mi mente a favor de rendirnos, cuando en realidad, sin querer… perdimos.

          Gemí.

          Sin querer, gemí y agité mis caderas para poder dejar entrar y disfrutar mejor de sus dedos. Fue sin querer, en verdad. Es que me había embobado mirando a la desconocida, cuando ya no pude más retener lo placentero de la situación y me dejé llevar.

          Gemí.

          —¡Perdió! —gritaron todos.

          —¡Estuvo buenooooo! —se burlaron algunos.

          —¡Imbéciles! —le grité yo—. ¡No vuelvo a jugar por Reto en toda la puta noche!

          Me levanté del círculo. Sentí los efectos del pequeño show que había montado la extraña en mi cuerpo, intenté desviar los pensamientos de mi mente y me retiré al baño, para poder limpiarme. Los dejé riendo y cómo reían de lo lindo. Eran unos pervertidos y con todo el alcohol y marihuana que llevaban dentro, ya se habían hecho en el juego con unas cuantas mostradas de tetas, bailes eróticos, twerking, orgasmos falsos… pero de ahí a hacer que la extraña me corriera mano ahí abajo, no, eso había sido el colmo de la noche y yo no podía perder así que acepté el reto. La verdad, no pensé que me iba a gustar tanto.

          La mujer, la extraña. Veamos.

          Ella había llegado con dos amigas de Teo, mujeres a las que antes no me habían presentado. Las amigas de Teo era bastante normales, insípidas si se podría decir así, su apariencia no hubiese quedado gradaba en mi retina jamás por sus rasgos tan normales y fresas. Pero esta extraña era radicalmente diferente. Tenía todo el lado izquierdo del cabello rapado y en la piel que se le podía ver llevaba dibujado un Sinsajo. Si puedo decirlo, resultaba bastante original y atractivo. Ahora bien, el lado derecho de su cabello resultaba normal; pelo largo, liso y castaño claro. Traía una polera negra, como las que me gustan a mí de Avantasia con el diseño del disco que más amo, el del espantapajaros. Todo eso, sumado a sus grandes lentes hipsters me hacía pensar que esta niña valía la pena por conocer y no se me iba a olvidar.

          Y menos ahora, que había sido la primera mujer que me había corrido mano… y en público. ¡Qué vergüenza!, me sentí las mejillas arder. Salí al balcón a tomar un poco de aire, que era lo que más necesitaba esta noche.

          Miré las estrellas. El frío se apoderaba de mi cuerpo y porqué no decirlo, también unos cuantos shots de Tequila.

          Cuando tomaba, me deprimía un poco, sí.

          Me afirmé a la barandilla y puse mis codos sobre ella, eché mi trasero hacia atrás, así me sentía más cómoda. Respiraba el aire, me daba vergüenza volver al círculo y seguir jugando, de más algún idiota me preguntaba Verdad: ¿Te gustó la corridita de mano que te dio la extraña? … y yo debería decir: Si, me encantó, ojala lo volviera a hacer otra vez, pero con su cuerpo desnudo sobre mí y su boca mordiendo mi cuello y cada parte de mi cuerpo.

          Ardí por dentro, de solo pensarlo.

          —¿Así que te gustó? —oí una brisa grave que pasaba por mi oído, estremeciéndome, acto seguido sentí cómo unos brazos me rodeaban las caderas y se habrían paso dentro de mi pantalón. Comenzó a moverla como antes en el círculo, pero esta vez desabrochó el cierre y tuvo más libertad— ¿Si te gustó entonces porqué no me lo dijiste, si querías que mordiera tu cuello y tu cuerpo desnudo? —se estaba burlando, ella me estaba haciendo enrojecer nuevamente, estaba violando mi privacidad, mi cuerpo físico y sonreía, sé que sonreía. Debía tomar fuerzas y dejarla ahí, ¿pero porqué se sentía tan placentero?…

          —No soy gay —pude, entre gemidos, decirle al fin— ¡Invertida de mierda! —le grité, quité su mano de mí.

          Nos miramos.

          Yo roja.

          Ella sonreía.

          Entré, con vergüenza. Ahora en mi mente, solo podía pensar en la extraña del rapado izquierdo.

 

 

 

 

         

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Muchas gracias por leer hasta aquí. 

Cualquier comentario será bien recibido.

Disfruten de las letras que el mundo les da !


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