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Las Esposas Policiales* por Akaikyh

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Notas del fanfic:

*Las mismas que en la anterior cuenta xD*

Y sólo recordándoles, la primera parte de este fic se encuentra en mi antigua cuenta: Akai_Minina69 

 

Las Esposas Policiales parte 1

 

Disfrútenlo n_n!!!!

Notas del capitulo:

Ay, no! xD

Esta historia va para largo, definitivamente x3

(Ah! La verdad que no quiero acabarla jajajaja) xD

 

No sabeeen!!!

Ya quería subir este capi!!! >3<!!

Ya verán por qué ;)

No había nada. Con la luz de la luna, y desde arriba, todo el callejón parecía mucho más claro que cuando estaban allá abajo. Las escaleras estaban vacías, había un puñado de grandes bolsas negras hasta el fondo del callejón, un montón de cajas de cartón sin armar apiladas por allá, y dos grandes contenedores de basura verdes. Nada más. No monstruos, ni asesinos subiendo las escaleras, nada. El único movimeinto que hubo llamó la atención del azabche y volteó al inicio del callejón, donde pasaba con ese mismo ritmo tranquilo aquel hombre que los había asustado, pero éste ni siquiera advirtió que estaba siendo observado desde aquel techo.

 

-No nos vio-ttebayo- susurró Naruto, que también ya se había asomado.

 

Sasuke vio lo que tenía en su mano: era una llave mecánica española, vieja y oxidada, de esas que servían para poner o quitar tuercas. No medía más a una zanahoria, pero en esos extremos, era un excelente arma de defensa. Voltearon al techo y vieron que arriba solamente había una pequeña choza para tapar probablemente le tinaco del agua, más un pequeño rectangulo de ladrillos con una puerta a un lado, probablemente eran las escaleras para llegar al techo desde el interior del edificio.

 

-Ven.

 

Sasuke llegó primero a la choza que protegía en tinaco de agua; había el suficiente espacio para que ambos se resguardaran dentro, con un medio trapeador que por ahí encontraron retiraron toda telaraña que estuviera adentro y después se acomodaron sentados uno junto al otro.

 

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-Mira- señaló Itachi delante de él- un teléfono público.

 

-No tengo dinero- contestó Deidara- ¿Además a quién le llamaríamos?

 

-Pues no lo sé, a mis padres o a los tuyos; así les diríamos lo que está pasando para que al menos no se preocupen- dijo Itachi ya caminando hacia el teléfono, al menos junto a él había un poste de luz.

 

-Pues para empezar no tenemos dinero, y no creo que bajando la palanca salga dinero- dijo Deidara refiriéndose a la palanquita del teléfono junto a la ranura donde se metían las monedas para hablar; con esa palanquita, el teléfono regresaba cambio o el dinero completo en caso de que la llamada no se hubiera realizado.

 

Itachi vio la palanquita y con un dedo la bajó; al acto, se escuchó un ruidito y un par de monedas salieron por un hueco especial para eso. Ambos miraron las monedas y después se voltearon a ver sin creer lo que veían.

 

-¡A mis padres! –gritaron los dos al mismo tiempo mientras metían los dedos por el huequito para apartar cada quien las monedas.

 

-A los míos; son dos sus hijos perdidos- djo Itachi intentando quedarse con todas las monedas.

 

-Por lo mismo debemos llamar a mis padres; ellos perdieron a su único hijo- protestó Deidara tambien peleando por las moneditas- Si llamamos a tus padres, yo seré el seme de aquí a que tu padre nos perdone todo lo que hemos hecho- condicionó Deidara.

 

Itachi paró sus movimiento un segundo, como recapacitando tras la amenaza del rubio ; y de improviso, aventó a Deidara con el hombro, introdujo las moneditas en el teléfono mientras impedía el paso al rubio con todo su cuerpo y a velocidad luz apretó los dígitos del teléfono de su casa.

 

-¡Cuelga! Llama a mis padres, ellos no nos gritarán- se quejó Deidara ínutilmente, pues sabía que Itachi no le haría ningún caso.

 

-¡Shh! Está marcando…

 

Incluso sin acercarse al teléfono, Deidara pudo escuchar la voz desdesperada al otro lado de la linea que decía:

 

-¿Sí? ¿Quién habla? –como sonido de fondo, se escuchaba el llanto desesperado de la madre de los azabaches.

 

-¡Papá, soy Itachi…!

 

-¡Itachi, malagradecido y desgraciado! ¡¿Dónde demonios han estado en todo este tiempo?! ¡Mi auto ha sido reportado como robado! ¡¿Dónde está tu hermano?!- interrumpió el señor Uchiha gritando y llegando los gritos hasta el rubio.

 

Deidara, recordando de golpe el centenar de gritos, tundas y regañadas que el señor Fugaku les había dado a los largo de toda su niñez, entró en pánico al imaginarse que todo lo que habían sufrido no se compararía con lo que les esperaba una vez que llegaran con el padre de Itachi… De un movimiento jaló el teléfono de las manos de Itachi y se giró sobre sí mismo enrredándose con el cable del teléfono mientras decía:

 

-¡No regresaremos hasta que prometa no regañarnos! ¡Ni un solo grito! –y sin más, colgó.

 

Itachi lo miró con la mandíbula y el moco hasta el suelo. Después, su expresión cambió a uno de total furia.

 

-¿Qué? –dijo Deidara con simpleza- No regresaré mientras siga enojado.

 

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-¿Ne, Sasuke? –Naruto supo que el azabache estaba despierto porque sintió que éste movía la cabeza hacia él tras su pregunta- Me arrepiento de haber querido regresarles todas las bromas a tu hermano y al otro, queriendo escaparnos de ellos-ttebayo.

 

-Yo también- respondió Sasuke- Es increíble que el karma nos odie tanto… es como si Itachi y Deidara fueran sus favoritos; nunca se meten en problemas.

 

-Sí, es como si los problemas que les corresponden a ellos se nos vinieran a nosotros-ttebayo- se quejó Naruto encogiéndose de piernas.

 

-Y en el remoto caso de que ellos estén en líos, pareciera que a nosotros nos llevaran siempre entre las patas- completó Sasuke.

 

-Sí, ¿desde cuándo se supone que tu hermano no está en casa-ttebayo?

 

-Mmm, tienes razón; desde que llegaron mis padres, Itachi los recibió pero después, cuando…- se cayó al recordar por qué Itachi y Deidara no habían estado presentes cuando sus padres regresaron de cenar- Bueno, después les dije que Itachi se había ido a casa de Deidara y después de eso ya no volvimos a casa- recordó Sasuke.

 

-Ahora hasta a mí me va a dar con el sartén tu papá cuando nos vea-ttebayo- dijo Naruto angustiado, pero ese comentario le hizo gracia a Sasuke, que se rió levemente. Naruto sonrió tras escucharlo.

 

-¿Qué hora será-ttebayo?

 

-No lo sé… los celulares también se perdieron en las mochilas, ¿recuerdas? –Naruto dejó caer pesadamente su cabeza sobre el hombro de Sasuke.

 

Unos segundos estuvieron callados pero después Naruto recordó algo; se la pensó mucho en si debía hablarlo con Sasuke o no, pero mientras lo decidía ya había dicho:

 

-¿Sasuke?

 

-¿Qué pasa?

 

-Pues…- y con esa simple palabra, Sasuke supo a lo que el rubio se refería; se ruborizó al recordar el beso que se habían dado en aquella celda.

 

-Olvídalo- interrumpió Sasuke.

 

-Pero…

 

-Sé a qué te refieres… en la celda, ¿no?- Naruto también ruborizó al saber que Sasuke ya sabía que él pensaba en “eso”.

 

-¡No creas que estaba pensando en nada extraño, teme! Sólo lo recordé porque…- y entonces se le acabaron las excusas al rubio.

 

-¿Por qué?- quiso saber Sasuke.

 

-Porque… bueno…, la verdad se me vino a la cabeza de repente-ttebayo ¡Junto con tooodo lo que nos ha pasado desde esa tarde en el parque junto al perro-caballo! –mega aclaró el rubio.

 

Entonces, de un movimiento, Sasuke se sentó frente a Naruto y se inclinó hacia él, rosando apenas sus labios con los del rubio, que al contacto reaccionó primero a hacerse hacia adelante pero después realmente reaccionó y se retiró hasta darse un cabezazo contra la pared del cuarto del tinaco. Todo sucedió en apenas cuatro segundos.

 

-¡¿Pero qué…?!

 

-¿Ves? No significa nada, dobe- trató de decir Sasuke lo más calmado que pudo, pues realmente no se esperaba ese sorpresivo calor en el rostro ni ese nerviocismo en todo su cuerpo.

 

Naruto no dijo nada más. Sintió que no podía hablar tras haber sido besado por el azabache; sintió su rostro al rojo vivo cuando Sasuke volvió a sentarse a su lado, y tenía miedo de que el azabache lograra escuchar su acelerado corazón que golpeaba con fuerza en su pecho.

 

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En el parque donde Deidara había conseguido su camuflaje se encontraban los dos, arriba de un árbol. Las hojas los tapaban de la vista de lo que sea que estuviera allá afuera. Se acomodaron como pudieron entre las ramas y encomendándose al Dios de los koalas, Deirada e Itachi intentaron dormir entre las ramas de aquel árbol.

 

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Sin saber si el otro ya se había dormido o no, pronto ambos fueron cerrando los ojos; estaban cansados, revolcados, asustados y preocupados por los otros dos locos y por ellos mismos. Era un mar de emociones lo que sentían y aquel beso había sido como un detonador dentro de ellos; pero se las arreglaron para cerrar los ojos y dormir. Al menos, allá arriba, se sentían más seguros que abajo, en aquellas oscuras y tenebrosas calles desconocidas.

 

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-¡Despierta, despierta! –sacudió Deidara fuertemente a Itachi.

 

Éste despertó norteado y por poco se caía del árbol con las zarandeadas del rubio. El día era claro y el cielo estaba despejado. Tardó poco en recordar dónde estaba y tooodo lo que les había pasado apenas la tarde-noche anterior.

 

-¿Qué sucede?

 

-Mira, un niño- dijo Deidara. Itachi se asomó hacia abajo esperando ver un niño jugar en el arenero o los columpios; lo que no se esperaba era encontrarse ya con la mirada de aquel niño, que los veía curioso desde abajo.

 

-Preguntémosle dónde estamos- dijo Dei a Itachi casi avisando lo que haría y seguido volteó de nuevo con el niño- Ven, niño, ¿quieres un dulce? –el niño sonrió y estiró la mano, pero al acto Deidara recibió un golpe de parte de Itachi.

 

-¡Idiota, ¿quieres que todos piensen que le estás vendiendo droga?! –le gritó Itachi enojado.

 

-¡Vas a espantarlo!- gritó de vuelta el rubio, y devolviendo también el golpe.

 

Itachi lo tomó de un hombro y trató de empujarlo pero Deidara se sujetó de él y ambos terminaron cayendo al suelo; por supuesto, el niño corrió al verlos caer y se detuvo y volteó una vez que estuvo lejos de ellos.

 

-¡No, espera! –gritó Itachi- Sólo queremos saber cómo se llama esta calle.

 

-¡No debo hablar con extraños! –gritó el niño y después salió corriendo y se perdió de vista antes de que Itachi o Deidara pudieran levantarse del suelo.

 

-¡Mocoso tonto, si hubiera sido droga hasta nos hubieras dicho tu tipo de sangre!- gritó Deidara agitando un puño.

 

-¡Ya cállate! ¡Deja de mencionar esa palabra en un parque!- le gritó Itachi, refiriéndose a a palabra con “D”.

 

Se levantaron y observaron a su alrededor, esperando encontrar inútilmente algo que los ubicara. Entonces itachi hizo una mueca y un sonido de dolor al mismo tiempo que se llevaba ambas manos a la pierna, a la altura del bolsillo, y se encorbaba un poco. Al poco tiempo, el pantalón se manchó de sangre.

 

-Itachi…

 

Éste metió trabajosamente las manos dentro del bolsillo y un sonido tintineante y familar se escuchó, y del bolsillo salió el par de juegos de llaves de las celdas de donde habían salido corriendo.

 

-Me clavé las llaves al caer –dijo Itachi, sin darle mucha importancia.

 

-¿Tú fuiste quien las conservó todo este tiempo? –preguntó Deidara un poco sorprendido, mientras veía a Itachi tocarse cuidadosamente donde se había lastimado, como inspeccionando con el tacto el daño.

 

-No es grave –dijo Itachi, al aire. Y guardó de nuevo las llaves en el bolsillo- Pueden servirnos de algo –le dijo al rubio.

 

-Ahora de día será más fácil movernos- dijo Deidara.

 

Itachi iba a responder cuando escuchó cerca de ellos un suave ronrronéo. Al voltear a un lado de ellos, se encontraron con un gato negro que se lamía una pierna; éste de pronto se detuvo y, aún con la pata alzada, observó a los dos humanos… y observó… y observó; esos ojos amarillos de pupila dilatada que simplemente observaba a Itachi y Deidara. Asustados hasta con un gato, ambos gritaron y salieron corriendo del lugar, dejando al pobre gato con una gotita tras la nuca.

 

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Sasuke se despertó por el constante movimiento que hacía Naruto, aún sentado.

 

-¿Qué te pasa, dobe… Naruto? –corrigió Sasuke.

 

-Tengo que ir al baño-ttebayo- dijo Naruto, levantándose- Lo haré aquí, así que volteadito- le dijo al azabache; éste se levantó y desvió la mirada.

 

-Sólo cuida que no salpiques en los tubos verticales que hay junto al tinaco- le dijo Sasuke, como mirando al cielo.

 

-¿Por qué-ttebayo? –preguntó Naruto, que ya estaba descargándolo todo.

 

-Porque cuando el agua del tinaco hierve demaciado, la presión escapa por esos tubos- explicó Sasuke- Y si orinas en ellos, estarás orinando en el agua que utilizan en este edificio… muy probablemente con la que se bañan.

 

El sonido de la cremayera de Naruto se escuchó y después éste caminó a paso rápido lejos de ahí, jalando a Sasuke.

 

-Entonces vámonos rápido de aquí-ttebayo- dijo un Naruto apurado.

 

En algún baño del edificio alguien hacía gárgaras con el agua que salía de la regadera; de pronto se detuvo al saborear el agua diferente, pero sin darle mucha importancia, siguió jugando con el agua en la boca.

 

Apenas iba a decir algo el azabache por las prisas del rubio cuando notó algo a lo lejos que lo hizo detenerse en seco y fijar su vista frente a él.

 

-¡Naruto! –éste volteó al no sentir a Sasuke caminar- Naruto, dime que ves lo mismo que yo- dijo el azabache, señalando algo frente a él.

 

Naruto volteó a donde decía Sasuke y primero abrió los ojos sorprendido para después entrecerrarlos para ver mejor.

 

-No puede ser-ttebayo… ¡Son Itachi y Deidara!

 

A unas ocho o diez cuadras, o mejor dicho, techos, resaltaban dos personas que brincaban en su lugar y agitaban las manos viendo hacia donde estaba el par esposado. Entre tanto techo gris, el cabello dorado de Deidara y el negro azabache de Itachi se distinguían a leguas. Para salir de dudas, los dos de hasta allá movían sus cabellos para hacerlos resaltar más.

 

-¿En verdad son ellos-ttebayo? –preguntó Naruto esperanzado y feliz como nunca de ver a ese torpe par.

 

-Son ellos- aceveró Sasuke- Si no son ellos por el cabello, lo son porque sólo a ellos se les ocurre brincar y moverse de ese modo.

 

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-¿Nos habrán visto?- preguntó Deidara bajando lentamente los brazos luego de haberlos agitado como si ellos y los otros dos fueran los únicos que habían sobrevivido a un apocalipsis zombie.

 

-Sí, nos reconocieron- dijo Itachi al ver que los saludos con las manos eran devueltos frenéticamente.

 

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-Tambíen subieron a los techos- dijo Sasuke sonriendo, sintiéndose en sincronía con su hermano como jamás había sentido.

 

-¿A cuántas calles crees que estén-ttebayo?

 

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-No lo sé- respondió Itachi a la pregunta de Deidara- Intento contar los techos pero me confundo; parece que a veces hay dos tinacos en un solo techo y en otros sólo uno.

 

Y era cierto; de principio creyeron que había un tinaco por techo, por lo que sólo era cuestión de contar cuántos eran para saber a cuántas calles estaban los otros, pero luego se dieron cuenta que algunas casa tenían dos tinacos en el techo y otros solamente uno, y tan parejos que eran los techos, no distinguían cuántos techos eran realmente.

 

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-Debemos llegar con ellos-ttebayo- dijo Naruto apurado, no quería pasar otra noche solito (a excepcion de con Sasuke, claro); sentía que de estar los cuatro juntos, él se sentiría más tranquilo.

 

-Ya lo sé, pero ellos deben saberlo también- repuso Sasuke, perdiendo de nuevo la cuenta de cuántos techos los separaban.

 

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-Tengo una idea- dijo Itachi.

 

Desde el otro lado, el par esposado podían ver a Itachi y a Deidara que se tomaban de las mano y se separaban un poco.

 

-¿Se estarán burlando de nosotros-ttebayo?

 

-No, espera; intentan decirnos algo.

 

Vieron que Itachi daba un salto hacia adelante y después Deidara lo imitaba, quedando un poco más adelante y sin soltarse de las manos; de nuevo Itachi saltaba hacia adelante y después Deidara lo hacía. Dieron un par de brincos más hasta que Sasuke dedujo lo que querían decir aquellos dos.

 

-¡Ya lo sé! –exclamó el azabache menor y jaló a Naruto hasta quedar más al centro del techo.

 

Ya estaban esposados así que Sasuke sólo se separó un poco de Naruto y después hizo lo mismo que Itachi: dio un gran salto hacia adelante.

 

-¿Pero qué haces-ttebayo? –preguntó Naruto extrañado.

 

-Ellos quieren hacer lo que dijiste, quieren que nos veamos; salta hacia adelante como yo lo hice.

 

Naruto obedeció aún sin entender lo que pasaba y después Sasuke volvió a brincar hacia adelante y le indicó al rubio que volviera a brincar; así lo hizo el rubio y con el siguiente brinco de Sasuke, pudieron ver que tanto Itachi como Deidara empezaban a saltar ahí mismo en su lugar y después parecían abrazarse.

 

-Nos entendieron- dijo Sasuke sonriendo victorioso.

 

-¿Pero qué les dijimos-ttebayo? –preguntó el rubio confundido.

 

-Ellos nos dijeron que debíamos bajar del techo y caminar derecho, en dirección a ellos- explicó Sasuke- Y nosotros, al imitarlos, les dijimos que estabamos de acuerdo.

 

-Ooohh…- Dijo Naruto imprecionado; “Mente Uchiha” pensó- Oye, ¿y realmente nos entendieron-ttebayo?

 

-Espero que sí, dobe.

 

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-¡Nos entendieron! –gritó Deidara al ver que, en efecto, Naruto y Sasuke entendían que debían caminar derecho hasta encontrarse.

 

-¡Vamos! Antes de que nos alcance la noche de nuevo.

 

Desde un techo y el otro, pudieron ver que los otros ya empezaban a bajar por donde habían subido. La mayor preocupación de todos era la misma: debían reunirse antes de que anocheciera.

 

CONTINUARA. . . . . . . . .

Notas finales:

Esperemos que al menos sepan caminar derecho para encontrarse con el otro par XD

(Nya!!!!! El beso!!!!! >3< )

Así soy yo: Impredecible :B (Ay, sí!! xD)


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