—Aka-chin esto no está funcionando. — Le había dicho. — Ya nada es lo mismo y creo que ya no deberíamos estar juntos. — Expresó el pelimorado mientras miraba fijamente al que hasta ese momento era su novio.
—Es por él ¿Verdad? — Contestó el pelirrojo sin cambiar en nada su expresión. —Sé que estás enamorado de él, está bien, eres libre, no te preocupes, siento no haber cumplido con tus expectativas, gracias por todo hasta ahora, que seas muy feliz a su lado.
Luego de eso, se marchó dejando al otro con la palabra en la boca, así era como todo terminaba, mejor dicho “como todo empezaba” porque si bien ya no estaban juntos, Akashi Seijuro ya no estaba solo.
Hacía poco rato había ido al doctor, después de estar varias semanas con molestias, al principio no le dio importancia alguna, pero tenía demasiados vómitos y nauseas y el hecho de no aguantar ni el agua lo tenían mal. Jamás se había sentido así.
No tenía lógica alguna, todo lo que le había dicho el tal medico ese era demasiado extraño, casi como una broma, pero ¿Quién? acaso ¿Alguien se atrevería a bromear con el apellido Akashi? A sus 24 años ya tenía un imperio de nivel que ni con todo el trabajo de sus vidas algunos podrían alcanzar.
Debido a su súper nivel intelectual había terminado su carrera a la mitad del tiempo que correspondía, tenía una excelente situación económica y ya no dependía en nada de su padre, hacía más de 7 años era pareja de Atsushi y este ultimo año se habían ido a vivir juntos, estaban bien, al menos eso pensaba, gran culpa del quiebre era suya, ya que el trabajo le consumía todo el tiempo, lo había dejado demasiado solo.
El pelimorado tenía su pastelería, un pequeño negocio que acababa de formar, Seijuro le había apoyado y ayudado para que lograra el tal anhelado proyecto, en sus vidas todo estaba bien, muy bien, eso era lo que creía, hasta que empezó a notar la distancia.
Atsushi ya no era cariñoso, había comenzado a perder el interés, ya no lo saludaba ni se emocionaba como antes al verlo, no fue complejo saber cuál era el problema .después de todo él siempre se anticipaba a los hechos.
Siempre había sospechado de esa amistad tan entrañable, Himuro Tatsuya no le caía mal, demasiado guapo para estar interesado en su novio, pero resultó que si, al final Atsushi se había enamorado de él y la verdad es que no lo culpaba, en ese momento Akashi comprendió que había perdido a la única persona cercana a la que podía llamar “Familia”
¿Y que mas daba? siempre había estado solo, debía retomar su vida “antes de Atsushi” lo más pronto posible.
Las lágrimas se agolparon en sus ojos al recordar los momentos felices que habían vivido mientras caminaba a su departamento de lujo, él era Seijuro Akashi, no debía llorar ni mostrarse débil, además debía resolver “ese” pequeño gran problema que se alojaba en su interior creciendo como un parasito.
Llegó hasta su departamento, demasiadas cosas le atormentaba, le estaba lloviendo sobre mojado, primero la extraña enfermedad, luego la separación de Murasakibara, estaba triste confundido y muy asustado ¿Por qué le pasaban esas cosas? no dejaba de preguntárselo.
Se secó las lágrimas, al final el dolor le había ganado al orgullo, tomó una prenda de ropa del que ahora era su “ex novio” se la acercó a la cara acariciando aun la última esencia que quedaba de su olor, ahí volvió a llorar, se daría el gusto por ahora, ya mañana sería un nuevo día y debía comenzar de cero.
“Cariño, cariño mío, puedo ver tu sonrisa cuando cierro los ojos.
Porque te echo de menos, necesito que estés aquí.
Perdona que no pueda decir estoy en casa correctamente.
Nunca pensé que te sentías solo”
Se paró buscando una maleta para comenzar a dejar la ropa del hombre al que amaba mientras inconscientemente tocó su vientre.
Atsushi era y fue siempre el único. “Mi primer amor no es dulce ni hermoso como un caramelo, es amargo y duele”