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Por las pompas de Kibummie por whitexsun

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Notas del fanfic:

Dedicado especialmente a Juditho-sunbae! Que fue en parte mi inspiración para ésto >.< jejeje Feliz cumpleaños superhipermegaultra atrasado!!! XD jusaofhsohg te saranjeo <3

 

Notas del capitulo:

Bueno, éste es mi primer shot. Es la primera cosa que subo a mi cuenta, así que por favor cuiden de mí!! -hace una reverencia- Soy nueva en ésto así que sean amables (?) jejeje okno, se aceptan críticas constructivas! Además es primera vez que escribo lemon completo y asi... XD 

Espero que lo disfruten! ^o^/

Capítulo Único

La apuesta ya estaba hecha, cosa anormal en el mundo de las hechiceras. Ellas tenían estrictamente prohibidas las apuestas, mucho más si eso incluía a personas comunes y corrientes. Pero como ese grupito era de lo más travieso, no era de sorprenderse.

Observan sus entradas con una marcada sonrisa en sus rostros. Estaban demasiado felices, eufóricas, emocionadas y, ¿cómo no estarlo? Ésta era la oportunidad que estaban esperando. No era sólo por el dinero que ganarían, sino que también podrían ver a esos brillantes chicos que desde hace algún tiempo se volvieron sus ídolos, especialmente desde que habían visto esas fotografías...

Tan redondas, tan respingadas, tan simplemente perfectas…

Esas montañitas que se alzaban orgullosas desde la parte trasera del rubio se veían lo suficientemente tentadoras como para idear algo que les generara la oportunidad de sentir lo “apretujables” que podrían llegar a ser.

Llámenlas pervertidas, pero tenían una irracional curiosidad de saberlo por ellas mismas, y porque se llamaban Han Raeri y Kang Narae, llevarían a cabo su inofensivo plan.

Además, no es como si un poco de magia hiciera daño… ¿o sí?

*********************************************************************

Tranquilidad. Sí, tranquilidad era lo que se respiraba después de un arduo y largo día de trabajo. El fanmeeting programado para aquel día había sido todo un éxito. Fans alocadas por doquier, haciendo fila para poder obtener el tan anhelado autógrafo de sus idols favoritos. Los más carismáticos y brillosos de todos: SHINee.

Aaaah…. Pero que satisfacción más grande es la que se llevaban ese quinteto. A pesar de lo agotador que llegaba a ser su trabajo, al final del día eso era lo que los llenaba, el cariño incondicional que sus Shawols les otorgaban.

-Uuuf… hoy fue un día de locos, ¿no? –el maknae se lanzó despreocupado en los últimos asientos de la van.

-Un día de lo más normal dentro de nuestra rutina, diría yo –el más alto de todos se situó al lado de Taemin, luego de quitar sus piernas de un manotazo y besar el tierno puchero que se había formado a causa de ello.

-¡Yah! ¡Choi Minho! ¿Qué te he dicho sobre profanar los labios de mi bebé frente a mis narices? –El rubio fulminó al recién nombrado con su afilada mirada desde el asiento delante de ellos.

-Ya, Bummie, déjalos ser. No es como si estuvieran haciendo algo malo –el de ojitos de cachorro tomó de la cintura a la diva, deteniéndolo de cualquier movimiento homicida contra su compañero.

-Pero es que puppy…

-Shh, ya lo hemos hablado antes, mi vida. Dejémoslo por la paz, ¿si? –sólo un apretón en ese lindo trasero y unos labios posándose sobre otros bastaron para relajar a Key.

-Y así es como la diva es dominada…

-¡Cállate, rana! –y de nuevo esa mirada asesina se posó en el de ojos grandes.

-Ya basta allá atrás, por favor. Tengan compasión y guarden silencio. Me gustaría dormir un poco antes de llegar al departamento –el líder los miró suplicantes y con ojos pequeños por el cansancio.

La expresión somnolienta del líder fue suficiente como para tocar el corazón de sus dongsaengs. El silencio reinó en el automóvil hasta llegar al departamento. Entre broma y broma subieron hasta su piso y Key, siendo el buen omma que es y jamás dejando su papel de lado por muy cabezas huecas que sean sus hijos (cofcofléaseMinhocofcof) se dirigió a la cocina para preparar la cena. Mientras tanto, mandó a sus “pequeños” a lavarse y cambiarse (cosa que sólo acató el dubu porque el 2Min tenía mejores planes en mente para quitarse el estrés de un día agotador).

Por otro lado, un desobediente dino-perro se dirigió al mismo destino que su diva sabrosa. Lo vio de espaldas cortando unas verduras de forma “profesional” y, aprovechándose de esa oportunidad que la concentración le otorgaba, se acercó sigiloso hasta el rubio, haciéndolo respingar al tomarlo de sus caderas y maldecirlo por tal insensible acto.

-Jejeje, lo siento, precioso. Pero estabas tan concentrado que no lo pude evitar –sonrió como un niño inocente y, utilizando su arma mortal (ojitos de cachorro suplicante *o*), agregó-: ¿Podrías disculpar a este niño malo que sólo quería un poquito de atención y darte unos (muchos) besitos?

¿Y quién podría resistirse a ese gesto y a ese tono de voz? Él no, por supuesto. Con el corazón derretido se giró por completo y lo besó con ternura.

-Tonto, claro que sí. Sólo no lo hagas de nuevo.

-¡Prometido!

Promesa que ambos sabían no se cumpliría porque a uno le tentaba demasiado el pillarlo desprevenido y el otro conocía tan bien a su novio que le era difícil confiar en aquel pacto. Pero decidió dejarlo pasar.

-En fin, trata de ser un buen puppy y déjame seguir cocinando –acto seguido, comenzó a cortar unos vegetales.

Pero como todos y todas sabemos, Jonghyun puede llegar a ser muy hiperactivo a veces, especialmente cuando se trata de su Bummie, así que se imaginarán que lo que menos hizo fue dejarlo cocinar tranquilo. Lo rodeó con sus brazos y aferró las manos en el vientre de la diva, apretujándolo y refregando la nariz en su cuello.

-Jonggie, por favor… -Kibum se removió risueño por las cosquillas- Harás que me corte un dedo…

A pesar de las advertencias de Key, Jonghyun no paró, en cambio, atacó las costillas. Kibum se retorcía como gusano tratando de parar al otro, utilizó manotazos y arañazos, pero nada hacía que el travieso puppy se detuviera.

De pronto una traviesa idea se le cruzó al rubio, haciéndolo sonreír de lado. Se volteó aun entre los juguetones brazos de Jonghyun y, reuniendo toda su fuerza de voluntad para no soltar más carcajadas, le sonrió coqueto y entrelazó sus brazos en el cuello del más bajo. Se acercó lenta y tentativamente a la boca del contrario y lo besó lo más sensual que pudo.

Jonghyun, por otro lado, se detuvo de sus ataques y se dejó ser. No es muy común que su diva lo besara antes de hacer la cena y menos aún después de una cruel sesión de cosquillas en que había sido la víctima.

El beso se fue intensificando poco a poco, tanto así que Key olvidó por unos segundos el objetivo de éste. Tratando de enfocarse y no perderse en el delirio que le provocaban los labios de su novio, alzó la rodilla y comenzó un tortuoso roce en la entrepierna del mayor. En respuesta percibió la tensión ajena, seguida de un imperceptible jadeo y una mordida en los labios. Sonrió satisfecho por el creciente y duro logro. Comenzó a desabrocharle la apretada camisa, acariciando la piel a cada avance.

Por donde se le viera, esto se tornaba de lo más excitante. Sin embargo, seguir con la situación hasta el final no estaba dentro de sus planes.

Luego de un par de toques que prometían endurecer aún más al contrario, cortó cualquier acto indecente y regresó a su tarea original.

Jonghyun, completamente empalado, miró perplejo la nuca de Kibum. ¿Realmente su rubio se había atrevido a provocarlo y botarlo en un mismo instante? Tardó unos segundos en reaccionar.

¡Esto no se quedaría así, carajo! Esa diva aprendería a no dejar a su novio con las ganas.

Ceñudo, avanzó hasta Key y lo volteó bruscamente.

-¡¿Pero qué…?!

Una boca demandante no lo dejó continuar. Frunció el ceño y lo empujó por los hombros.

-¡¿Qué crees que haces?! ¡¿No ves que estoy cocinando, descerebrado?! ¡Tengo un cuchillo en la mano, podría ser peligroso!

-¡¿Y tú crees que es muy bonito que te dejen duro y sin  acción?!

-Pues eso te lo tienes merecido por las cosquillas –le sacó la lengua, gesto poco habitual considerando lo diva y recatado que solía ser siempre.

-Creo que no estás viendo las diferentes magnitudes de los asuntos –lo miró con reproche y a Kibum se le colorearon las mejillas- Para mí esto es algo injusto.

-¿Injusto, dices? ¿Crees que es poco el casi morir ahogado por tus estúpidas cosquillas?

-No exageres. Y sí, es injusto y te castigaré por eso.

Sin darle tiempo a protestar, lo agarró de la nuca y lo acerco rudamente hasta chocar sus bocas.

El rubio gruñó ante la violencia, pero sólo bastaron unas caricias, que se intercalaban desde sus caderas hasta su trasero, ooh sí su trasero,  para dejarse llevar. Ciertamente, su pequeña broma había sido un tanto injusta, pero no sentía ni una pisca de arrepentimiento. No cuando la consecuencia era tan intensa.

Acercó sus caderas hasta restregar ambas entrepiernas. Gimió en el beso, encendiendo aún más a Jonghyun, pero no lo suficiente para el menor.

Como le gustaba voltear la situación y llevar el control.  

Lo que quería era llevarlo al borde, así que con serpenteantes movimientos trasladó su mano hasta el miembro del mayor, acariciando lentamente sobre el jeans.

Vaya que la dureza de su puppy no era una broma y le urgía en demasía sentirla más a piel.

Dejando besos cortos en el descubierto torso de Jonghyun, fue descendiendo y descendiendo, hasta quedar frente al causante de tantas noches de sudor y gritos de satisfacción. Desabrochó el botón y bajó el pantalón hasta las rodillas. Se le hizo agua la boca al ver lo que orgulloso se alzaba y que quería escapar del bóxer. De forma juguetona lamió sobre la tela negra que él mismo había elegido en una de sus tantas salidas de compras con su novio porque Diioosss que apretado y sexy te queda puppy. A pesar de ser una de sus prendas favoritas, estaba obstaculizando su más preciado bien, así que por tan cruel acto la bajó sin remordimientos.   

Por fin podía apreciarlo en toda su gloria.

Sin perder más tiempo, lo tomó con su mano y comenzó un lento vaivén. Un jadeo tras otro fue el indicio a seguir con el siguiente paso. Alzó la cabeza tratando de entablar contacto visual. Al conseguir la cargada mirada llena de lujuria, sopló sobre la punta y prosiguió a lamer y mordisquear el glande, sintiendo el curioso sabor del pre-semen.

-Ngh…no juegues… -logró decir entre los lujuriosos sonidos, empujando la cadera de forma inconsciente y anclando sus manos en el cabello de Kibum.

Key, queriendo llevar aún más a Jonghyun a la locura, dejó de juguetear y engulló de un solo bocado su virilidad. Los movimientos de su cabeza no se hicieron esperar. Jonghyun lanzó un profundo gemido.

Diosss  sentía que en cualquier momento explotaría.

No quería mostrarse tan urgido y necesitado, pero desde hacía unas semanas que no tenía nada de acción con su diva. Malditas agendas apretadas. Pero no dejaría que la abstinencia de esas semanas lo orillara a acabar tan pronto.

¡El que debía ser torturado y suplicar era Kibum! ¡No se dejaría humillar así!

Reuniendo toda la fuerza de voluntad que le quedaba, alejó a Key de su preciado juguete y lo puso de pie.

-Creo que estás siendo un niño muy travieso… –el susurro sonó ronco y causó estremecimientos desde el oído hasta la punta de sus pies-… y no estás entendiendo tu posición en esta situación.

Key lanzó un gritito de sorpresa al sentir que su novio lo levantó desde su trasero y lo ubicó en el mueble de la cocina. Con manos expertas fue desprendido de cada prenda, quedando completamente expuesto ante los ojos hambrientos de Jonghyun. Éste último se lamio los labios, como saboreándose.

-¿Te gusta lo que ves? –la voz pícara sacó de su trance al mayor.

-Sabes que sí, bebé –lo miró con expresión deseosa y Kibum se mordió el labio evitando un gemido de anticipación.

Jonghyun separó las lechosas y suaves piernas de su diva y se ubicó entre ellas. Movió sus caderas fingiendo embestidas, causando el rose de sus hombrías y un sinfín de jadeos quedos desde la garganta de Key.

Como deseaba enterrarse en él.

Y él como necesitaba tenerlo dentro.

-Haa…aahh…Jonggie…por…favor… -imploró con ojos entrecerrados.

Y claro que el bajo tomaría en cuenta aquello, después de todo logró hacer que suplicara, ¿no? (escusa innecesaria porque, lo pidiera o no, él lo iba a tomar en ese momento)

El rubio se arqueó de placer al sentir la juguetona lengua de Jonghyun, lamiendo desde su necesitado pene hasta ese anillo de músculos que se contraía y relajaba ansioso.

¡Oooh cielos! ¡Como amaba esa lengua!

Experta y húmeda se abría paso entre sus nalgas, preparándolo y llevándolo a la locura misma. Se dejó envolver por ella completamente y más aún al sentir los dedos ajenos entrando uno a uno. Se retorció de incomodidad y gimió quedo por el leve dolor. Jonghyun sólo lo observaba con satisfacción y lamía el interior de las extremidades.

-Jjong…ngh…ya…entra…

El mayor le besó el cuello con una ternura que no combinaba para nada con toda la escenita anterior.

-Te amo, precioso –le susurró antes de hundirse en él.

Key cerró los ojos y enterró los dientes en el hombro de Jonghyun. A pesar de todas las veces que lo han hecho antes, siempre se sentía como la primera vez.

-Aaah…tan estrecho…

Bajó la cabeza besando todo a su alcance: frente, ojos, nariz, mejillas, labios; todo con el fin de distraer a su diva del dolor proporcionado por su intromisión.

Kibum movió las caderas cuando se sintió listo. Jonghyun entendió inmediatamente.

Empezó a arremeter contra él despacio, siendo aún paciente. Key se sentía delirar de desesperación. Que le duela al principio no quiere decir que no desea que sea salvaje.

-Ngh...Ngh…puppy…más…más…rápido…aaah…no tengas…compasión…

Para hacer más creíble su petición, comenzó a menear las caderas, lento y en círculos al inicio, pero aumentando la velocidad a cada segundo que pasaba.

Jonghyun, ni bien sintió a Kibum, lo acompañó en las penetraciones, aferrando los dedos en sus caderas, conteniéndose cada vez menos.

-Aaah…Bummie...eres delicioso…

Al presentir que ya no aguantaría más, asió el miembro de Kibum y lo bombeó de arriba a abajo, al ritmo de las frenéticas estocadas.

-Aaaah…Ngh…Oooh, Dios…Jonghyuuun…yo…yo…

-Haa…hazlo, bebé. Juntos…

Un agudo gemido y un gruñido gutural retumbaron en las paredes de la cocina. Saborearon su preciado orgasmo, ese que hace semanas no sentían, hasta la última gota.

Jonghyun se dejó caer sobre el hombro de Kibum y éste cruzó los brazos en su espalda, descansando, tratando de recuperarse de todo el ejercicio previo.

-Wow, eso estuvo genial –comentó el mayor, besando la mejilla de Key.

El rubio sonrió un tanto avergonzado, no es como si fuera un total desinhibido y le encantara hablar de cómo estuvo el sexo justo después de hacerlo (bueno tal vez sólo un poco).

Aún estaba intentando regular los latidos de su corazón cuando Jonghyun lo agarró por sorpresa. Lo bajó del mueble y lo volteó, haciendo que se afirmara de éste.

-¿Estás listo para otra ronda?

-Por Dios, puppy, eres insaciable –el rubio soltó una carcajada.

-Si se trata de ti, por supuesto que sí –el de ojos de cachorro sonrió de lado y se inclinó sobre su diva- ahora prepárate, porque sólo hemos iniciado –le mordió la oreja y Kibum soltó un jadeo.

*** Mientras tanto Onew***

-Haaa, pero que relajante ducha –suspiró el dubu, saliendo del cuarto de baño.

Caminó con dirección a su cuarto mientras secaba su cabello con una toalla.

-Ooh…Dios… Min…ho…más…más…rápido… –Onew se detuvo frente a la habitación del 2Min con los ojos abiertos en demasía.

-Aaah…Tae… -el líder no sabía dónde meterse.

La verdad no era la primera vez que una situación así sucedía, mucho menos cuando vivía junto a esos compañeros hormonados que se lo pasaban follando cada vez que podían y nunca se compadecían de la pobre mente de su querido líder.

Caminó a paso apresurado hasta su cuarto, que por desgracia quedaba junto a la del 2Min y, por tanto, aún se podían oír los gemidos y los golpeteos de la cama contra la pared. Onew se estaba poniendo nervioso.

Se cambió lo más rápido que pudo y salió con dirección a la cocina.

-“Ojalá Key haya terminado de cocinar, tengo un hambre feroz” –pensaba mientras se trataba de acomodar el cabello.

Lamentablemente para Jinki, ese día no era su día.

-Ngh…puppy…qué rico… -la voz orgásmica de Key lo hizo detenerse antes de entrar.

-Oooh, sí, precioso… me encantas… -se le subieron los colores a la cara.

Lanzó un suspiro resignado y se fue hasta el living. Se dejó caer pesadamente sobre el sillón, agarró el celular que estaba sobre éste (porque sí, era tan desordenado que lo dejaba tirado en cualquier parte) y marcó.

-Hola Joon, ¿cómo estás? Bien, gracias. Oye, noche de pollo en tu casa, ¿qué dices? ¿Sí? ¡Nos vemos allá entonces! ¡Adiós!

Luego de cortar, fue hasta la entrada, tomó su abrigo y su billetera y se retiró del departamento, dejando atrás el coro de gemidos.

*************************2 semanas después***************************

Por fin había llegado el día tan esperado para esas pequeñas hechiceras. Hicieron la fila junto al resto de fans, esperaron impacientes por entrar al recinto y corrieron como desquiciadas cuando abrieron las puertas. 

Se aglomeraron junto a las demás. Gritaron como locas cuando las luces se apagaron y el concierto dio inicio, corearon las canciones y deliraron cuando vieron fanservice.

Un concierto de lo más espectacular. Lejos una de las experiencias más emocionantes de sus vidas.

Pero más emocionante sería la misión que debían cumplir.

El momento en que llevarían a cabo la apuesta había llegado.

Con el plan que tenían para escabullirse, todo sería pan comido.

Esperaron hasta que todo el concierto diera su fin y toda la gente comenzó a irse. Aprovechando la confusión, rodearon el recinto hasta llegar a las puertas del backstage.

Al ser hechiceras principiantes, siempre llevaban consigo su libro de encantamientos y sólo podían usar cierto tipo de hechizos y con un poder limitado. Así que utilizando frases simples, lograron paralizar y distraer a los guardias que transitaban cerca, y se internaron entre los iluminados pasillos.

Cada vez se acercaban más a su objetivo.

*********************************************************************

 Estaban totalmente agotados. Dos horas de concierto no es para nada poco y, tener que estar cantando y bailando por tanto tiempo, los dejó fuera de combate.

Ya en el camarín, los cinco se deshicieron en los sillones.

-Siento que un día de estos voy a terminar muerto –comentó el más pequeño de todos, casi ahogándose con el agua de la botella.

-Pues créeme que no eres el único –Jonghyun del otro lado estaba con la cabeza apoyada en el regazo de su diva.

-Necesitamos unas buenas vacaciones… -el líder miró hacia arriba imaginándose en un lugar tranquilo.

-Sí, sería tan ideal –la diva comenzó a abanicarse con unos papeles que estaban por ahí.

-¿A dónde podríamos ir? –preguntó el puppy.

-Un lugar de relajación estaría genial –Onew llegaba a suspirar de sólo pensarse en un spa al aire libre.

-No es por querer ser aguafiestas, pero para que eso ocurra pasará mucho tiempo, recién estamos iniciando el periodo de conciertos –la voz de Minho los sacó de su ensoñación.

-Hyung, ¿por qué eres tan malo? –el maknae lo miró con reproche por haberles matado el sueño.

-No es que sea malo, sólo soy realista –el moreno le apretó la mejilla al pequeño.

-Pues aún así es cruel –los labios del menor formaron un diminuto puchero que el de ojos grandes  no pudo evitar besar.

-¡Yah! ¡¿Qué te he dicho, rana, sobre eso?! –la diva, como siempre, no podía dejar pasar tal acción.

-Y aquí vamos de nuevo… -Jonghyun y Jinki suspiraron al ver aproximarse tal típica escena.

Y así se dio inicio a otra discusión sobre que uno dejara de ser tan descarado y el otro tan metiche. Hubiera sido eterno de no ser por el manager-hyung que entró al camerino.

-Chicos, prepárense, que nos iremos pronto –hizo el ademán de irse, pero se devolvió al recordar algo-: ¡Oh, Key! Me acaban de llamar del programa WGM, quieren que vayas a filmar la próxima semana.

-Perfecto, hyung. Gracias –dicho esto, el manager se retiró.

-Así que… WGM, ¿no? –dijo Jonghyun con un tono de disgusto.

-Puppy, sabes que sólo es un programa –Key rodó los ojos, reconociendo los celos detrás de ese comentario.

-Sí, es sólo un programa, hyung. Sabes que todo es en base a un libreto –el maknae, quien ya había sido partícipe de ello, trató de ayudar un poco a su omma.

-Claro, por supuesto. Pero aún así tendrás que fingir estar casado con una tipa…

-Aigo, Jonghyun, por favor. No quiero discutir –el rubio se puso de pie, tomó sus cosas y salió del lugar. Jonghyun lo siguió con la mirada.

-Hyung, tú sabes cuánto omma ha deseado estar en ese programa…

-Lo sé, Tae, lo sé… -Jonghyun bajó los hombros (que habían estado en tensión) y siguió el camino que había tomado su novio.

-No entiendo a Jjong-hyung. Sólo es trabajo…

-Pues yo sí lo entiendo –Taemin se giró a mirar a su rana- será trabajo, pero, aún así, es difícil ver a quien amas jugando a la pareja feliz con otra persona –el menor sonrió avergonzado.

-Sea como sea, espero que no se agrave y se arreglen. Detesto cuando se pelean, se siente el ambiente demasiado tenso en casa. –el dubu suspiró.

*********************************************************************

-¡Wow! ¡Mira Narae-unnie! ¡Aquí hay todo tipo de hechizos! –Raeri estaba distraída leyendo su libro.

-Es lógico, Ri, de ahí tenemos que estudiar todo lo que una hechicera debe saber.

-Aún así es sorprendente. Aquí sale cómo convertir a alguien en algún objeto o en algún animal o cosas por el estilo.

Caminaban y caminaban sin rumbo alguno. Al rato después se dieron cuenta de que no tenían idea a dónde ir. Pequeño fallo en su plan el estar perdidas.

-¡Diablos, unnie! ¿Qué hacemos? –preguntó la de cabello largo, completamente nerviosa al saberse extraviada.

-Tranquila, ya se nos ocurrirá algo –La mayor trató de llamar a la calma.

Continuaron su camino hasta llegar a una esquina. Cuando estaban dispuestas a doblar, sintieron que alguien se acercaba, así que decidieron ocultarse.

-Estúpido puppy celoso –escucharon refunfuñar.

Narae se asomó por el costado, viendo a nada más y a nada menos que a Key. Sonrió de lado al ver su oportunidad.

-Al parecer  nuestro objetivo vino a nosotras –susurró a Raeri, quien, mientras esperaba, abrió el libro.

-Pues entonces procede, unnie –dijo la otra como si fuera obvio. Narae bufó, pero lo dejó pasar.

Fijó su atención en Kibum, quien se había sentado en unas bancas que estaban contra la pared del pasillo, y sacó su varita. 

¿El plan? Paralizar un momento a Key.

¿El objeto? Poder tocarle las pompas y llevar evidencia.

Sí, de eso trataba la apuesta. Y por supuesto estarían encantadas de ganarla.

Trató de concentrarse exclusivamente en la diva y en lo que quería hacer…

-¡Mira, unnie! ¡Aquí también sale cómo convertir a alguien en conejo! ¿No es adorable?

Sus pensamientos divagaron y, siendo demasiado tarde para retractarse, lanzó el hechizo.

¡Oh, santa mierda! ¡Esto no podía estar pasando!

*********************************************************************

Lo buscó para poder hablar con él. Si bien el asunto no debería de complicarle tanto, no le causaba mucha gracia que SU novio trabajara en ese tipo de programas.

Al doblar por un pasillo, quedó estupefacto.

Frente a él vio a Kibum sentado en la banca, quien poco a poco se iba encogiendo hasta convertirse en un… ¿conejo?

¡Esperen! ¿Cómo que se convirtió en conejo? ¡Eso es completamente ilógico! De seguro se cayó al ir caminando y golpeó su cabeza. Esto no podía ser real.

Se hubiera convencido de eso, de no ser por el par de niñas que se acercaron corriendo hasta el conejo.

-¡Key-ssi! ¡Key-ssi! ¡Oh, diablos! ¿Qué hicimos? –exclamó una.

¿Key-ssi?

-¿Hicimos? Me suena a manada. ¡Tú hiciste el hechizo! –dijo la otra.

¿Hechizo?

-¡Tú me distrajiste y me hiciste pensar en conejos! –se miraban retadoramente una a la otra. Por otro lado, el conejito comenzó a saltar- ¡No! ¡Espera, Key-ssi! –le dio alcance al animalillo y lo tomó entre sus manos.

¡¿Conejo?!

-¡Hey, ustedes dos! –gritó al salir de su asombro.

Las hechiceras se tensaron y se estremecieron de nerviosismo.

¿Ahora quién las salvaría de esto?

-Les estoy hablando, niñas –Jonghyun se fue acercando a ellas- ¿Qué diablos le hicieron a Key?

Trataron de idear una escusa, cualquiera. Pero, al verse acorraladas, la razón y su capacidad de invención se les fue por el desagüe. Los balbuceos no tardaron en aparecer.

-Etto…pues, nosotras…

-Eem… verá…

Ninguna se atrevía a dar el siguiente paso. Jonghyun se llenó de impaciencia.

-Miren, no sé si me estoy volviendo loco o qué carajos, pero sé que vi a Kibum hace sólo unos minutos sentado en esta misma banca y a los segundos después vi cómo se convertía en conejo. Y luego las escucho a ustedes hablar sobre algún hechizo. ¡Oh Dios, que loco suena esto! –realmente quería pensar que esto era sólo un mal sueño.

-Bá-básicamente es eso -se atrevió a hablar la de cabello corto- Se lo explicaremos. Pero primero, debe prometer que va a guardar la calma.

-¿La calma? ¿En serio crees que seré capaz de…?

-Es nuestra única condición, prometemos explicar todo –dijo la de mirada tierna.

Jonghyun no sabía qué hacer. Esto escapaba de todos sus conocimientos lógico-racionales. Las chicas tomaron su silencio como una aprobación.

-Primero nos presentaré –dijo la mayor- Ella es Han Raeri y yo Kang Narae, somos hechiceras en entrenamiento –esperó a ver la reacción del otro, pero al no ver nada extraño decidió continuar-: Pensará que le estamos tomando el pelo, ¿no? Pues lamentablemente para todos, no es así –comenzó a acariciar al conejito Key- Hoy sólo vinimos como unas fans más. Realmente nos encanta su música y…

-Espera, niña…

-Narae.

-Sí, Narae. Suponiendo que lo que me has contado es cierto. Si vinieron como fans, ¿qué diantres hacen aquí? –él las miró con el ceño fruncido y ellas sonrieron nerviosas.

-Pues, verá... –continuó Raeri- Junto a unas amigas hicimos una apuesta y… -guardó silencio.

-¿Y? ¿De qué trataba la apuesta?

-Nos retaron a venir hasta aquí y… tocarle… el trasero a Key-ssi –Raeri desvió la temblorosa mirada.

Jonghyun, tratando por todos los medios no perder los estribos, insistió.

-Muy bien, entonces, ¿cómo es que Kibum terminó convertido en un conejo?

-¡Eso fue culpa de unnie! –se excusó la pequeña.

-¡Deja de echarme la culpa sólo a mí! ¡Tú fuiste quien me hizo desconcentrar!

-¡Basta! Esto no nos está llevando a nada.

-Lo siento –dijeron ambas. Narae prosiguió- Sucede que para que yo haga un hechizo, al ser principiante, requiero de muchísima concentración. Para ello debes pensar a quién quieres encantar y de qué modo. Lo que yo quería era paralizar a Key-ssi unos minutos, los suficientes para poder sacarnos unas fotos tocando su trasero e irnos sin dejar rastro. Pero resulta que cierta persona, justo cuando estaba haciendo el hechizo, se le ocurre mencionar un encantamiento sobre conejos, así que sin querer me distraje y lo convertí en uno.

-Uuuf… de modo que la culpa es compartida, ¿no? –las dos asintieron- Y Kibum es un conejo, ¿cierto? –volvieron a asentir- Pues entonces, dejemos este embrollo y devuélvanlo a la normalidad –ellas volvieron a tensarse.

-Como habíamos dicho, somos principiantes y… no sabemos hacer eso –Narae bajó la cabeza avergonzada.

-¡¿Cómo que no saben?! ¡Traigan a Kibum de vuelta! –las chicas se asustaron. Nunca creyeron ver a Kim Jonghyun tan alterado, menos en su primer encuentro.

-Ha-haremos lo que podamos –dijo Raeri y miró decidida a Narae. Ellas lo causaron, ellas lo resuelven. Punto.

Ubicaron al conejo Key de nuevo sobre la banca. Al  saber que el poder de una no era suficiente, se tomaron de la mano para hacerlo más fuerte. Con sus varitas en mano, miraron al animalito e intentaron concentrarse.

Jonghyun observaba atento todos los movimientos. De verdad que se sentía como en un sueño. Todo aquello no parecía real. Abrió los ojos sorprendido al ver cómo el pequeño amigo peludo comenzaba a crecer y a tomar la forma de su Kibum.

Pero como era de esperarse de un par de principiantes, el encantamiento no puedo completarse correctamente.

-Aigo… mi cabeza… -se quejó Kibum, llevando su mano a dicha zona- ¿Qué me pasó? Me siento tan mareado… -balbuceaba para sí, sin reparar en las personas a su alrededor.

-¿Ki-Kibum?  -sintió la temblorosa voz de Jonghyun.

Se volteó a verlo extrañado. No recordaba nada de lo que había hecho, ni por qué estaba su novio ahí. Sólo recuerda haber salido del camerino un tanto molesto y haberse sentado ahí. Luego de eso, nada.

-¿Jjong? ¿Qué sucedió? –preguntó confundido.

-N-no, no te alarmes, ¿sí?

-¿Alarmarme? ¿Por qué? –miró a todos lados- ¿Y quiénes son estas niñas? –cuestionó al reparar en ellas.

-Larga historia, Key-ssi. Pero queremos pedirle que se relajes y no pierda la calma, por favor –todos tenían el mismo gesto cauteloso, aunque el de las chicas tenía una pizca de culpabilidad.

-¿De qué hablan? –Key siguió masajeándose las sienes, para después subir la mano para acomodar su cabello, como era su costumbre. Claro que esta vez había algo diferente.

Tanteó su cabeza al haber rozado algo esponjoso y largo. Lanzó un grito de sorpresa al sentirlo propio.

-¡¿Pero qué demonios…?!

Llevó ambas manos y descubrió otra más. Las tomó y las estiró.

¡Eran dos orejas de conejo! ¡¿Cómo era posible…?!

-¡¿Qué diablos?! ¡¿Por qué tengo esto en mi cabeza?!

-Y no sólo orejas, también tiene una colita –dijo Raeri, apuntándola.

-¡¿Qué?! –trató de mirársela, terminando tocando la pomposa estructura.

-Bummie, trata de no entrar en pánico…

-¡¿Qué no entre en pánico?! ¡¿Y qué quieres que haga, estúpido?! ¡¿Qué salte en un pie?! ¡Tengo unas orejas y una cola de animal y ni siquiera sé porqué! –Kibum estaba al borde de la histeria.

-Por favor, tranquilícese –habló Narae con voz calma- le explicaremos, pero por favor, esté calmado.

Después de muchos minutos tratando de relajar a Key, por fin pudieron explicarle de qué iba todo eso. Por supuesto que al principio no quiso creer una palabra, era demasiado fantástico como para ser cierto. Pero ahí se encontraba él, con una pequeña laguna en la memoria y orejas en la cabeza.

-Está bien, entonces, ¿cómo vuelvo a la normalidad?

-La única solución que encuentro es la de ir con nuestra supervisora –resolvió Narae.

-Tienes razón. Es la única en esta zona que sabe hacer las mejores pócimas –convino Raeri.

-Entonces, ¿qué esperamos? Llévennos con ella –Kibum estaba realmente impaciente por deshacerse de ese aspecto.

-Espera, Key. Tenemos que sacarte sin llamar la atención

Jonghyun sacó un gorro del bolso de la diva (que había quedado tirada por todo el jaleo) y se lo puso, escondiendo estratégicamente las extensiones peludas.

-Creo que con esto bastará –dijo sonriéndole levemente a su novio- Vamos al estacionamiento. Les avisaré a los chicos. Menos mal se me ocurrió traer mi automóvil hoy.

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El viaje fue relativamente silencioso. Por un lado, las niñas estaban cohibidas y avergonzadas. Además, el sentimiento de culpabilidad las carcomía, así que no hablaban más de lo necesario y una que otra vez para responder alguna duda para saciar la curiosidad del par de adultos.

-Así que sólo son unas cuantas en ésta zona, ¿no? –preguntó Key.

-Sí, somos un grupo reducido de nuevas hechiceras –respondió Raeri.

-Todo esto es bastante extraño –comentó un tanto distraído- Ni si quiera recuerdo bien qué…

Volteó hacia Jonghyun y lo escudriñó con la mirada.

-Ahora que recuerdo, salí del camarín porque estaba molesto contigo –lo miró ceñudo. Jonghyun tragó saliva.

-No creo que éste sea un buen momento, Bummie –dijo señalando con la cabeza a las chicas.

-Ustedes no se incomoden por nosotras. Prácticamente no somos reales –dijo Narae. Jonghyun la fulminó con la mirada.

-No estás ayudando –dijo entre dientes. Luego lanzó un profundo suspiro- Hablaremos de esto luego, ¿sí? Ahora enfoquémonos en éste problema.

Veinte minutos después, llegaron a las afueras de Seúl, en una zona poco transcurrida. Se distinguía una casa grande y rodeada de vegetación. Jonghyun aparcó frente a ella.

Guiados por las niñas, se adentraron a la humilde morada.

-¡Hyemi-sunbae, estamos aquí! –gritó Raeri al entrar a casa.

-¡Oh, niñas! ¿Cómo les fue en…? –la susodicha se calló al ver que tenía visitantes- ¿Y los jóvenes quiénes son?

-Son Kim Jonghyun y Kim Kibum –presentó apurada Narae.

-Sunbae, hicimos algo malo –dijo cabizbaja Raeri.

-¿Qué fue esta vez?

Kibum se quitó el gorro, dejando a la vista las largas orejas. Procedieron a explicarle toda la historia. Hyemi se aclaró la garganta.

-Bueno, primero dispénsenme por este par de niñas. Son unas traviesas sin remedio. Y tengan por seguro que ellas y todas las involucradas recibirán un castigo –las miró severamente- Con respecto a la transformación, a nosotras la hechiceras se nos hace fácil hacernos como se nos antoje y volver a la normalidad, siempre y cuando sea en una misma u otra. En el caso de transformar a una persona común, la cosa es un tanto diferente. Para deshacer el encantamiento se necesita una pócima.

-¿Una pócima, dice? ¿Usted puede hacerla? –preguntó Jonghyun.

-Por supuesto que sí –el rubio pudo respirar tranquilo- El problema es que no tengo los ingredientes conmigo –hasta ahí llegó el alivio- Puedo conseguirlos yo misma, pero me temo que tardaré un par de días.

-¿De verdad? –la mujer asintió- Entonces, ¿debo quedarme así por todo ese tiempo? –volvió a asentir.

-Trataré de demorarme lo menos posible. Si me dan su número los contactaré apenas lo termine.

Ni tonto ni perezoso, Kibum le dio su número. Acto seguido, decidieron volver a casa.

-¿Cómo se supone que vamos a esconder esto? Tenemos agenda –Kibum se mordió el labio preocupado.

-Algo se nos ocurrirá –Jonghyun suspiró cansado.

Luego de un rato, idearon el hacer creer que Key estaba enfermo.

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Al llegar al departamento, se encontraron con todo oscuro y silencioso. Fueron hasta su habitación sin mediar palabra y, luego de turnarse para tomar una ducha y ponerse pijama, se acostaron en una inusual tensión.

-Anda, di algo. Me estás poniendo nervioso –dijo Jonghyun volteando a ver a su diva.

-¿Qué quieres que diga? Me siento completamente fuera de lugar –le devolvió la mirada y se tomó una oreja- Esto es raro.

-Pues yo creo que es adorable –el mayor se la acarició, causando un placer extraño y relajante en Kibum.

Siguieron en silencio por unos largos minutos. Sabía que estaba cavando su propia tumba con la pregunta que haría, pero decidió arriesgarse.

-¿Realmente es necesario hacer ese programa?

-Jonghyun, por favor. No otra vez.

-Pero es que…

-¿Por qué no entiendes que es algo que he querido hacer desde hace mucho? El que me dieran esta oportunidad es un sueño cumplido. ¿Por qué no eres feliz por mí?

-No es que no esté feliz por ti, Bummie. Pero ponte en mi posición también. Dime, ¿cómo te sentirías si yo tuviera que hacer un programa en el que debo fingir una vida de casados junto a otra persona? ¿No te darían celos?

Mentiría si dijera que no, pero en esa situación, no era tan sensato decirlo.

-Pues no lo veas de esa manera y punto.

-Key...

-Estoy cansado, Jjong. Voy a dormir –le dio la espalda y cerró los ojos.   

Jonghyun bufó y se volteó también.

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Los días siguientes fueron bastante monótonos. Llamaron al manager anunciando que Key estaba enfermo y éste se encerró en su habitación todo el día. Por un lado, no quería que los miembros lo vieran con las orejas y tener que explicar toda la extraña situación y, por otro, no quería verle la cara a Jonghyun y discutir otra vez por lo mismo. Éste último estaba con cara de malas pulgas todo el día y los otros tres sentían la tensión en el aire. Detestaban esas situaciones. Lo único bueno: no tendrían esa tensión en el trabajo.

Al tercer día, recibieron la llamada esperada. Hyemi los convidó a ir hasta su casa por la pócima y terminar ahí con todo el extraño acontecimiento.

Ese día no tenían actividades, así que Jonghyun pudo acompañarlo. En palpable incomodidad llegaron hasta allá. Hyemi los recibió amistosamente y los llevó al living.

-Espero  que la magia que se te fue proporcionada al transformarte no haya traído efectos secundarios.

-Para nada, o eso es lo que creo –Key sonrió levemente.

-¿Cómo crees, sunbae? Somos principiantes, pero no es para tanto –dijo enfurruñada Raeri, que traía consigo una jarra.

-Sabemos calcular bien nuestro poder –Narae llegó con una taza.

-Muy bien. Ya que están aquí, acabemos con esto. Kibum-ssi, tienes que beber una taza del líquido que está en la jarra –las chicas se hicieron cargo de servirle.

-Esto, no trae ninguna complicación, ¿cierto? –preguntó Jonghyun, que observaba desde lejos.

A pesar de estar molestos, el mayor seguía preocupándose por su bien estar. El rubio sonrió por eso.

-Por supuesto que no. Lo que sí, es que debes controlar tus emociones. Cualquier cosa inestable en ellos puede causar dolor, retardar el efecto, o bien, hacerlo fallar.

Kibum tomó la taza que le ofrecían y procedió a beberlo. A los primeros sorbos, sintió un dolor agudo en el estómago, sacándole un quejido.

-¿Key, estás bien? –El rostro de Jonghyun mostró preocupación.

-Sí…

-Te dije que controles tus emociones.

-Eso hice –dijo sobándose la panza, aliviando el dolor.

-Tal vez haya algo que te moleste. Mientras no lo resuelvas no podrás beber nada, o no hará efecto.

Key se mordió el labio inferior en un gesto indeciso. Si quería volver a ser normal, debía resolver sus problemas. No es que fuera un gran problema, pero de que molestaba y dolía un poco, lo hacía. Además, ya era tiempo de que volvieran a hablar del asuntito. Miró a Jonghyun y le pidió que se sentara a su lado.

-Sé que ya hemos hablado de esto antes y no hemos llegado a nada. Pero supongo que a estas alturas es importante resolverlo, ¿no lo crees?

Jonghyun suspiró en alivio. Si ambos estaban dispuestos a resolverlo, entonces debía funcionar esta vez, ¿no?

-Ya te había dicho por qué me disgusta el que participes en ese programa. Sólo quiero que te pongas en mi lugar y me digas, ¿no estarías molesto igual?

Se tomó uno minutos para pensar. Se imaginó a Jonghyun siento amable con una chica, llevándola de la mano, abrazándola… El bichito de los celos comenzó a picar. ¿Estaría molesto?  Pues… bastante.

-Está bien, lo admito. Sí me molestaría. No me agrada la idea de que estés de lindo y coqueto con otras personas, aún si se trata de un programa –el rubio se sonrojó levemente. Jonghyun sonrió en respuesta- Pero así como me puse en tu lugar, tú ponte en el mío. ¿Rechazarías la oportunidad de hacer un programa que desde hace mucho quieres participar?

-Claramente no –la respuesta de Jjong fue más rápida de lo que esperó- No es que no lo haya entendido antes y no lo aceptara por eso. Era por el simple hecho de que quería que comprendieras como me siento. No es que salte de alegría por ello, pero lo estoy aceptando –amplió la sonrisa.

Jonghyun se acercó lentamente al rubio y selló ese pequeño capítulo. Tal vez no fue la pelea ni la reconciliación del siglo, pero ahora se sentían más tranquilos.

Un par de chillidos emocionados los hizo caer en la cuenta de que aún tenían compañía. Se separaron completamente sonrojados.

-Por Dios, son un amor –expuso Narae.

-Sí, son una ternurita –Raeri la secundó.

Las miradas de ambas chicas los hicieron avergonzar. Hyemi se aclaró la garganta.

-Perfecto. Supongo que ahora puedes beber la pócima –le sonrió amigable mientras le extendía la taza.

El rubio lo tomó, respiró profundo, tratando de mantener sus emociones en control y comenzó a beber. Al cabo de cinco minutos, el líquido hizo efecto. Las orejas y la cola se retiraron sin inconvenientes.

-Muchísimas gracias, Hyemi-ssi –dijo el Jongkey al unísono y haciendo una reverencia.

-De nada, y disculpen por las molestias –se despedía alzando la mano, mientras los otros avanzaban.

-¡Esperen! –Narae salió corriendo hacia donde estaban ellos y éstos la miraron- Sólo quería disculparme de nuevo –se inclinó en noventa grados- Fue un gusto conocerlos.

-No te preocupes –sonrió el rubio- el gusto…

Fue interrumpido por un fuerte apretón en sus nalgas.

-¡¿Qué diablos?! –se giró para observar a su agresor. Raeri corría en dirección contraria con la mano alzada.

-¡Lo hice! ¡Lo hice!

Key negó entre avergonzado y divertido. Pero la expresión le cambió al sentir otro apretón. Se giró indignado y con las mejillas sonrosadas. Narae no alcanzó a huir, pues Jonghyun la tomó de la muñeca. Al ver a su amiga en problemas, Raeri fue hasta ellos.

-Ustedes no deberían hacer ese tipo de cosas –ellas agacharon la cabezas avergonzadas- No tienen derecho a llegar y tocarle el trasero a Key –bajó la mano lentamente por la espalda del rubio- No, porque estas pompas son mías –le dio un apretón fuerte, haciendo respingar a Key.

-¡Jonghyun! –regañó rojo como un tomate. El mayor rio divertido.

-Sólo digo la verdad, mi vida.

-¡Callate, puppy malo! ¡Sólo, vámonos a casa! –giró en su propio eje y se dirigió al auto intentado ocultar su bochorno. Jonghyun volvió a reírse y se despidió a lo lejos de las hechiceras.

-Sabían mucho de las hechiceras, ¿no? –preguntó Hyemi.

-Sólo lo que le contamos nosotras –respondió Raeri.

-Entonces, sí –Hyemi se rió- Supongo que tendré que intervenir –se fijó en el automóvil que iba alejándose y sopló.

*************************A la mañana siguiente*************************

Luego de una apasionada noche, el Jongkey se encuentra tendido en la cama, abrazados y hasta con las piernas entrelazadas. El primero en despertar es Key, quien se despega del trabajado torso de su dino-perro y se refriega los ojos. Jonghyun le sigue a los segundos después y bosteza.

-Aigo, puppy –su voz suena ronca por recién haber despertado (y también en consecuencia de todo lo que gritó en la noche)- tuve un sueño de lo más loco.

-¿Ah, sí? –se voltea y lo queda mirando- Yo también. ¿Qué soñaste?

-Soñé que me volvía un conejo y unas niñas querían agarrarme el trasero –se rió al acordarse del absurdo sueño. Jonghyun lo siguió.

-Jajaja, yo soñé algo parecido

-Pues que conectados estamos, entonces –el rubio sonrió de lado.

-Puede ser. ¿Quieres estar más conectado conmigo, bebé? –Jonghyun movió sus cejas de forma insinuantemente cómica, causando más carcajadas en la diva.

-Sabes que me encantaría…

Jonghyun giró y lo dejó bajo su musculoso cuerpo. Le acarició las mejillas y le besó toda la cara hasta fundir sus labios en un demandante beso.

-Te amo, precioso. Aunque dentro de unos días vayas a engañarme con una japonesa.

-Te amo, bobo. Sabes que soy sólo tuyo –le sonrió con ternura y Jjong le besó la nariz.

-¿Y tus pompas también? –le preguntó acunándolas en sus manos. Key se rió.

-Especialmente mis pompas...

FIN

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado! La verdad es que me dió mucho nervio el subirlo, no estaba segura si estaba bien y asi, pero unas amigas que lo leyeron antes (Akemi, Oniko, Flor) me animaron a subirlo ^^ Muchas gracias!!!

Ojala nos leamos en el futuro. ^o^/

Besiitooos!!!

PD: ¿Merece algún review? -pone ojitos de cachorro.

 

 


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