Akashi Seijuurou llevaba tiempo en el negocio. Estaba incluso cotizado en el mercado del homoerotismo como uno de los actores con mayor salario, había hecho algunas apariciones en televisión y era muy popular entre los magnates que pagaban grandes cantidades de dinero por una noche con él, pero este se excusaba diciendo que solo lo hacía para las cámaras y el ser actor de tal género no significaba ser un hombre fácil. Akashi tenía su propia ideología lo que lo convertía en un elemento fiable para la compañía ya que muchos jóvenes que entraban fácilmente se relacionaban con otros por dinero o placer y adquirían enfermedades dejándolos fuera del negocio, pero el pelirrojo era cuidadoso.
Un día le llamaron para un nuevo proyecto, básicamente era actuar como si fuese un estudiante de preparatoria y jugaba basquetball. Le pasaron los datos y en su mente le causó un poco de gracia que con su altura lo eligieran, pero su agente le comentó que fue seleccionado por sus rasgos juveniles. Revisó el libreto como un profesional mientras observaba el uniforme colgado en el camerino y los maquillistas le preparaban, como un trabajo profesional de una empresa reconocida todo tenía que quedar perfecto. Salió con su porte sereno y se topó en el pasillo del set de grabación a un pelimorado que le veía con desinterés. Akashi sintió un escalofrío en su espalda al ver al otro portar un uniforme deportivo también, sus dudas se disolvieron cuando su representante y otro joven empezaron a conversar.
-Buen día. Yo soy Himuro Tatsuya de la empresa Yosen. …l es Murasakibara Atsushi. Será su compañero por hoy Akashi-san –dijo formalmente el representante del alto. Realmente era grande, le llevaba bastante diferencia. Murasakibara solo asintió como saludo al pelirrojo y este devolvió el saludo con la mirada sin dejar su actitud superior.-es la primera vez que trabajaremos con el Emperador, esperamos no decepcionarle. –comentó el representante y es que era bastante difícil lograr un contrato con Akashi por lo cual tenía que llenar sus expectativas. Ambos se retiraron dejando solo a su representante y al pelirrojo.
-Murasakibara Atsushi es nuevo en el negocio pero ha tenido una popularidad creciente como su altura – mira de reojo a Akashi su representante. Se trataba del reconocido Mibuchi Reo de las empresas de homoerotismo Rakuzan a la cual pertenecía Akashi- espero que no sea doloroso –dijo a tono de broma.
-El dolor es parte del trabajo –dice caminando hasta el set sin hacer caso a su representante. Pronto empezaron a prepararse para el rodaje tomando sus posiciones para grabar. Les dieron indicaciones y grabaron la primera escena de los dos jugando un uno a uno quedando perfecta. La siguiente escena era de un Akashi intentando seducir a Atsushi con un ‘bloqueo’. Básicamente era ponerse delante de él fingiendo que lo bloquea mientras sus cuerpos rozaban de manera provocativa para excitar al otro. Aquellos movimientos sensuales y elegantes del pelirrojo dieron efecto en el más alto que debajo de las ropas empezó a mostrar una leve erección. Pronto dieron corte a la escena para pasar a la parte del sexo. Atsushi respiró con pesadez, no se había acostumbrado aun a la parte de interrumpir para cambiar de escenario y tener que caminar por los lugares con ‘eso’ totalmente levantado. Su representante se acercó para darle algo de agua mientras los maquillistas le arreglaban los mechones morados.
-Wow, cuidado que vas a sacarle un ojo a alguien con eso –se rió su representante mientras se acomodaban en la nueva locación que era un vestidor.
-¿Cuándo empezaremos? –dice irritado.
-No desesperes –le dice Himuro totalmente relajado – ya están tomando sus posiciones. –le señaló cuando ve al joven con heterocrimia entrar a escena totalmente relajado. El director de película le indicó a Murasakibara tomar posición sentado en el banquillo del vestidor y le explicaba a Akashi que hacer. Ambos entendieron a la perfección y comenzó el rodaje.
Akashi se encontraba de pie frente a un Murasakibara sentado con las piernas abiertas y este le jaló hacia donde estaba para plantarle un beso demandante mientras acariciaba la espalda del emperador con sus grandes manos. Lo hacía sentir aún más pequeño con esas grandes caricias tanto así que no tardó en calentarse. Los besos de Atsushi pasaron a su cuello mientras sus manos le desprendían la camisa deportiva; Seijuuro estaba sentándose encima de las caderas del pelimorado moviéndose provocativamente mientras le quitaba de igual forma la camisa mostrando su bien marcado pecho. Se besaron los labios de nueva forma de manera intensa mientras se acariciaban hasta donde sus manos alcanzaban y se separaron a falta de aire cruzando sus miradas. Una vez más ese choque eléctrico invadió la espalda del pelirrojo que se sentía muy extraño. Se separó un momento sin despegar su mirada de él, viéndole de manera sensual y analítica mientras le desprendía del short. Por debajo de esa prenda ninguno de los dos tenía nada para acelerar la escena. La cámara grababa de distintos ángulos el cómo Akashi se inclinó hacia Atsushi posicionando sus labios en la gran erección del otro lamiendo con un deseo que nunca había demostrado el otro.
-Oye, Akashi-san nunca había hecho eso…-susurró Himuro a Reo.
-Tiene razón pero… es un profesional sabe lo que hace –dijo Reo confiando en su actor.
Atsushi pronto empezó a gemir mientras sus ojos se desorbitaban y sus cabellos caian a los lados. Le sostuvo la cabeza a Akashi para profundizar su acto y cuando sintió que no podía más le detuvo, ahí no podía terminar el video. Siguió rodando y ahora Akashi se desprendía de su short para posicionarse encima del otro. El pelimorado tomó un pequeño bote que estaba ahí cerca y colocó el líquido en sus manos poniendo una cantidad abundante en la entrada de Akashi; el líquido se sentía frio en un principio pero después era cálido lo que permitiría no tardar con la preparación. Atsushi tomó al chico por las caderas y lo acomodó de forma tal que su miembro entrase sin problemas y así poco a poco empezó a invadirle.
-Aka-chin…-susurró Atsushi pegando el cuerpo del otro al suyo en un abrazo mientras le penetraba – te amo Akachin …-dijo a su oído del lado donde la cámara no grababa y en voz muy baja para que no se escuchara.
-¿Qué…dices? –dijo con la mezcla entre placer y confusión mientras entraba por completo la enorme erección del chico que vaya y le estaba costando, lo sabía desde que vio su altura.
-Me gusta Aka-chin desde que vi su primer película –dice el otro sin dejar lo que hacía, de repente la voz le temblaba un poco, era difícil tener una conversación en esa situación y más con tantas cámaras.-solo por eso acepté de Muro-chin trabajar aquí porque me dijo que podía estar con…mgh…-se quejó al sentir que había entrado por completo al igual que el pelirrojo. Era tan estrecho y cálido que se sentía en el paraíso- llegué hasta aquí por ti.
Podían darle un batazo en la cabeza a Akashi en ese momento pero en todos los años que había estado en el negocio, tanta gente siendo galante, romántica, detallista e intentando quedar con él nunca se había topado con una declaración de amor de lo más tierna mientras que la situación y el momento no era precisamente igual de tierna. Aun así sentía que se derretía dentro del abrazo de Atsushi y tal vez era el calor de su mejilla, lo tremendo de aquella erección o que, definitivamente, su sinceridad le había llegado al corazón.
-Hagamos un trato…-susurró Akashi al oído del pelimorado- si me haces gemir hasta gritar saldré contigo –dijo rodeándolo por el cuello con sus brazos. Había hecho eso con tantas personas que muchas veces tuvo que fingir placer pero esa vez no lo haría, esa vez esperaría a que el otro le diera el placer que hace tiempo que no sentía. Atsushi aceptó el trato iniciando un movimiento de cadera lento que era como una tortura para las emociones del bajo puesto que a aquello le había anexado un par de besos y mordidas en el cuello y hombros que lo estaban enloqueciendo. El director de cámaras y los trabajadores de escena notaron esa extraña magia que ambos emitían, era una de esas grabaciones donde el sexo no era solo sexo si no que estaba acompañado de un verdadero erotismo que no tocaba lo vulgar pero haría despertar bien las emociones de quien viera tal escena. Akashi arqueó la espalda hacia atrás lo que fue aprovechado por el otro para apoderarse de uno de sus pezones el cual lamió y fue el detonante para que el otro lanzara un gemido más ese no era un grito. Prosiguió aumentando la velocidad de sus embestidas hasta que prácticamente estaba haciendo dar brincos sobre él al pelirrojo quien se mordía el labio para no emitir tal ruido pero de un momento a otro su piel se erizó, la parte baja de su ombligo se abultaba un poco cuando la erección entraba por completo debido a lo grande que era, su piel ardía y empezaba a temblar llevándolo a un orgasmo con lo cual gimió en un grito que le salió del alma acompañado de un gemido ronco por parte de Atsushi. Todo terminó con ambos cuerpos manchados con la semilla del más bajo y con la escena de la entrepierna de Akashi llena de la esencia del más alto.
La grabación fue perfecta. La luz, la escenografía, la actuación fue divina. El director estaba encantado con los actores y prometió llamarlos de nuevo para una posible secuela. Todos estaban encantados ya después de haber limpiado el lugar y acomodado todo. Se disponían a partir para cenar y hablar de futuros negocios cuando notaron la gran ausencia de sus estrellas.
-Descuiden, ellos tenían cosas que hacer –se excusó Himuro revisando su móvil al igual que Reo. Ambos rieron con complicidad.
-Vamos, hablemos de negocios señores –dijo caminando de lo más contento puesto que no solamente conseguirían una gran paga sino que también futuros contratos y que ahora su estrella había logrado su sueño. Seguramente Akashi lo convencería de no dejar el negocio siendo tan bueno.
-Aka-chin –decía abrazando el cuerpo del pequeño después de una noche entera de placer en la gran casa del pelirrojo. Akashi solo movió el cuerpo para mostrar que estaba despierto pero se quejó del dolor en su espalda – te amo mucho Aka-chin…
Y Akashi de nueva cuenta sintió esa sensación en su espalda que si no era amor no sabía de qué se trataba.