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El liguero por YisusCraist-Of-Yaoi

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Notas del fanfic:

Kuroko no basket no me pertenece a mi. Todos los derechos reservados a su autor original. Yo solo humildemente shippeo a sus personajes. 

Notas del capitulo:

Si les gusta no se olviden de un review. Tengo una familia que mantener(?)

El liguero

[AoKagaKuro]

 

Tenían muchas cosas en común ambos.  El amor por el básquet, una estupidez crónica incurable, la talla de calzado, habilidades similares de juego y un fetiche oculto. Este último lo descubrieron en una situación por demás extraña. Era el cumpleaños de Kuroko Tetsuya, el mejor amigo de ambos, quien fuese sombra de Aomine y actual sombra de Kagami. Estaban preparándose para la fiesta sorpresa que le preparaban en Seirin, la misión de ambos era ir por el chico para llevarlo. Llegaron al lugar entre peleas, discusiones y bueno…son Kagami y Aomine. Tocaron la puerta y Kuroko les indicó que podían pasar, que no estaba disponible para abrir. Ambos se miraron extrañados y entraron al hogar del peliceleste. Parecía algo vacío, seguro sus padres estaban fuera. Desde la segunda planta se volvió a escuchar al chico.

 

-Pasen por favor – les dijo y los dos jóvenes subieron hasta la habitación del ojiazul. Ahí estaba el chico con una vestimenta de lo más provocativa como si se estuviese vistiendo. En su cama había una bolsa de regalo tirada, pero eso no era lo importante. La piel blanquecina del chico portando unas medias que le cubrían las delgadas piernas de una forma seductora, unas panties que marcaban bien el arco entre sus piernas y unos ligueros que le sujetaban todo, era como la gloria aquella escena del chico levemente inclinado acomodando la media izquierda. Aquel conjunto en blanco y encajes era casi tan claro como su piel, tan tentador que nadie en su sano juicio después de ver ese derroche sexual que emitía el jugador podía declararse heterosexual. Los pequeños listones, los broches, los detalles…todo era armonía encima de sus piernas. – Hola Kagami-kun, Aomine-kun –dijo con total naturalidad a sus dos amigos y estos solo retrocedieron un poco cerrando la puerta.

 

-¿Qué rayos fue eso?...-dijo Aomine algo impactado.

 

-¿Y me lo preguntas a mí? Nunca había visto a Kuroko así –el pelirrojo estaba sonrojado de gran manera tallándose los cabellos e intentando calmar a su corazón que palpitaba con fuerza.

 

-Debe ser un error yo…-Aomine intentó abrir de nueva cuenta la puerta pero fue detenido por Kagami.

 

-Sabes que pasara si entras de nuevo – dijo un serio Kagami. Sabía que de ver nuevamente esa escena mandarían al carajo el autocontrol que ambos habían intentado llevar desde que conocieron al peliceleste, y es que si de por si ambos iban por la vida deseando al más bajo ahora con más motivo desearían un poco de él, o tal vez todo. Ambos se miraron y asintieron sabiendo lo que pasaría. Abrieron la puerta y lo vieron sentado leyendo una tarjeta.

 

-Kuroko tu…-fue interrumpido por el menor.

 

-Es un regalo de Kise…-dijo pensando que esa sería la pregunta. Y en parte lo era pero más importante que eso era el por qué lo estaba usando. Los chicos se acercaron poco a poco perdiendo el temor ya que ver al chico hablar con tanta naturalidad les había ayudado a recordar que aquel era su amigo por encima de todo. Kagami miró dentro de la bolsa al notar que había algo más y sin consentimiento sacó la otra parte de regalo y era un bote de lubricante.

 

-¿AH? ¿Qué rayos tiene en la cabeza Kise? –dice guardando el bote de igual cuenta. Aomine recibe un mensaje al móvil en ese momento y se dispone a leerlo.

“Cuiden de Kurokocchi chicos ;D”

 

Sí, todo había sido un plan elaborado por Kise. Aunque el rubio no era tan inteligente, posiblemente fue bajo la influencia de Akashi o algo por el estilo. Kuroko seguía ahí sentado en la cama con las piernas ligeramente abiertas y sin camisa. Esos botones rosados, esa piel como nieve y los labios tan deseables, aún más que antes.

 

-Creo que esto es un poco incómodo –dijo sin expresión levantando uno de los ligeros para después soltarlo y dejar una leve marca roja en su piel, no era dolorosa pero se marcaba con facilidad – me pondré algo más cómodo –dijo poniéndose de pie totalmente tranquilo cuando siente que aprisionan sus dos muñecas. Al mirar nota que sus captores fueron ambos, los dos sujetaban cada una y eso le pareció de lo más extraño - ¿Kagami-kun? ¿Aomine-kun? –dijo mirándolos.

 

-Tetsu …-dijo Aomine tomando la iniciativa jaló al chico hacia atrás para que quedase en medio de ellos. Ambos chicos altos entrecerraron los ojos un tanto lujuriosos mientras Kuroko les observaba con curiosidad sintiendo que estaba  siendo aprisionado por ambos cuerpos. Aomine bajaba la mano jugando con el encaje de la vestimenta del peliceleste mientras este se quedaba en silencio dejándose tratar y sintiendo como la mano de Kagami, un poco más tímida, se posaba sobre su desnuda cadera. El no desconocía lo que estaba pasando pero tampoco estaba deseoso de detenerlos, era su cumpleaños.

 

La mano más conocedora de Aomine delineo el trasero pálido de su exsombra mientras que la de Kagami se posaba sobre su pecho acariciando con un poco más de dulzura su pezón. Un rubor muy leve se apodero de las mejillas de Kuroko quien cerraba los ojos sintiendo el tacto de ambos, arrastrándose a la ola de emociones que tocaba su puerta. Daiki se desprendió de su camisa sin vergüenza mostrando su bien formado pecho; Kuroko ya le había visto de esa forma antes pero nunca tan cerca y con la oportunidad de tocarle. Pasó sus manos por el pecho del moreno, era curiosa la tonalidad de él y como sus manos hacían un gran contraste. Después regresó la mirada a Kagami y se posó en la orilla de su camisa intentando levantarla un poco para tocarles de igual forma, no le gustaba mucho la idea de solo ser el quien fuese tocado. Kagami entendió la señal y se desprendió de su camisa sonrojado hasta las orejas; así pronto Kuroko se encontraba delineando con la punta de sus dedos los bien formados músculos de ambos. Aomine y Kagami se encontraban acariciando con un poco más de valor las piernas y caderas del chico al igual que su trasero y la espalda con ambas manos. Kuroko tenía entrecerrados los ojos ahora sin mirar a ninguno entreabriendo los labios y mordiéndolos en ocasiones, no había escena más erótica que la que ver al chico disfrutando del tacto de ambos.

 

-Hey, Kagami. Quita esa expresión –dice Aomine en tono burlesco mientras se desprende del cinturón de su pantalón y lo baja lentamente.

 

-¿Qué crees que haces, Ahomine? – dice sosteniendo a Kuroko un tanto protector abrazándolo por la espalda.

 

-¿No es obvio? Veamos qué tan lejos podemos llegar. –se relame los labios y se acerca al rostro del más bajo. Kagami los observa y ve como Kuroko es quien toma la iniciativa de besar al moreno poniendo sus brazos alrededor de su cuello. El beso es intenso, lleno de deseo, tan pasional que siente que provoca en él un efecto nuevo, una erección que rosa el trasero del más bajo y este inmediatamente lo nota separándose del beso que tenía con Aomine.

 

-Parece que Kagami-kun se ha emocionado –dice ladeando el rostro y aun cuando el pelirrojo estaba con una expresión de furia por la burla del chico lo detuvo del mentón besándolo justo como lo hacía con Aomine, aprovechando que entreabrió los labios para introducir su lengua a la boca del otro. El moreno les observaba y acercó sus labios al pecho del peliceleste lamiendo aquellos botones rosados haciendo que el chico se retorciera un poco por el escalofrío que se presentó en su espalda. Mientras estaba concentrado besando aquella zona desabrochó el cinturón del pantalón de Kagami y este le ayudo como pudo para desprenderse de la ropa quedando así ambos en bóxer. El peliazul se acercó al cuello del peliceleste y empezó a lamer y dejar marcas en la zona haciéndole emitir sonidos aun dentro del beso que tenía con Kagami; el pelirrojo acariciaba sin pudor las caderas y el trasero pálido del chico mientras que las manos de Aomine le recorrían todo lo que por enfrente podía tocar.  Se incorporaron dejando de besar al chico pero aun pegados a él cuando ambos jóvenes altos se miraron y para aumentar la intensidad del momento se besaron frente al peliceleste quien les miraba en medio de ambos. Fue un beso corto pero muy profundo que los dejo sin aliento.

 

-Ven, Tetsu…-dijo Aomine sentandose en la cama y el chico siguió sus indicaciones para besarle parándose frente a él pero inclinándose para alcanzarle un poco. Las manos de Aomine pasaron por la columna del chico hasta llegar al trasero donde bajo un poco las panties dejándole al descubierto. – Hey, Kagami. Trae el bote… te encargarás de eso…-dijo Aomine apretando el trasero del chico abriéndole un poco para mostrar su entrada. Kagami trago saliva nervioso, nunca había hecho algo como eso pero Kuroko le miraba de esa manera entre timido y deseoso que no podía negarse. Tomó el bote con las manos temblorosas y se paró detrás del chico. Mientras el pelirrojo tomaba valor los otros dos se volvían a besar de la misma manera – toca, Tetsu…-dijo Aomine en voz ronca mientras ponía las pequeñas manos del otro encima de su bóxer para que le acariciara la ya muy notoria erección. El chico atendió mientras Kagami colocaba el líquido entre sus dedos para después pasearlos por la entrada del chico quien tembló ante el contacto. Lo rozó en diversas ocasiones hasta que introdujo la punta del dedo haciendo que Kuroko lanzara un leve quejido. Aomine le tomó por la nuca para profundizar el beso y que no se quejase. Kagami entro lento pero seguro mientras el chico temblaba un poco hasta que se acostumbrase. Colocó un poco más de líquido para introducir un segundo dedo y hacer movimientos lentos hasta que se acostumbrase. Mientras el peliceleste le arrebató un poco el bóxer al moreno para masajear con mayor facilidad la erección del chico. Aomine sonrió de manera sensual ante sus acciones y observo el rostro de Tetsuya sonrojado y gimiendo por lo bajo por los movimientos que los dedos de Kagami hacia en su interior.

 

-¿Te sientes bien, Kuroko? –preguntó Kagami preocupado mientras Kuroko asentía sin poder hablar.

 

-Es hora…-dijo Aomine mirando a ambos. Le indicó a Kagami que se acostase en la cama, pensaba chistar pero si alguien tenía un amplio conocimiento de ese tipo de situaciones era el moreno. Pronto Kuroko se acomodó encima del pelirrojo mientras le arrebataba los boxers.

 

-¿Kagami-kun siempre me deseo asi? –preguntó directo, como siempre lo hacía.

 

-¿Qué cosas dices, Kuroko? –contestó viendo como el otro se movía provocativamente encima de sus caderas rosando su entrepierna con la erección del otro.

 

-Yo quería ver a Kagami-kun así- confesó el otro.

 

-Yo…yo también… aunque no imaginaba que estaría ese sujeto aquí –mira a Aomine con cara de pocos amigos.

 

-Tambien quería ver a Aomine-kun de esta manera –dijo Kuroko sincero.

 

-Ah, Tetsu es un pervertido –dijo a tono de burla Aomine mientras tomaba las caderas de Kuroko para levantarlas un poco –me gusta….-susurró a su oído mientras preparaba su erección en la entrada del chico.

 

-Se cuidadoso, Aomine-kun….-dijo en su tono neutro para después sentir como el otro entraba en él. Kuroko se retorció un poco encima de Kagami quien le miraba con preocupación. –Ah…-gimió y posó sus labios encima de los de Kagami mientras poco a poco el moreno le embestía. Tal vez en ese momento el pelirrojo no era quien le daba placer al chico pero suficiente era con verlo temblar y gemir de esa manera por encima de él. Aomine continúo embistiéndolo poco a poco con más fuerza llenando su cuerpo de ligeras perlas de sudor, mordiendo la  espalda del chico, siendo rudo como el sabia y desbordando pasión.

 

-Ugh. Tetsu eres tan caliente…-dijo con ese lenguaje tan abierto que tiene pero ninguno de los dos se quejó al respecto. Estuvo un rato ahí escuchado el golpeteo de la piel de ambos y de los gemidos de Kuroko que cada vez se alzaban más hasta que Aomine salió de su interior.- anda Kagami o haré que se venga antes de tiempo. –el pelirrojo miró  Kuroko con la vista algo desorbitada, la piel con un ligero sudor y las mejillas sonrojadas. El más bajo se sentó acomodándose en la erección del chico sosteniéndola para hacerla entrar en él. Kagami se quejó, era tan apretado y cálido que se sentía en el paraíso. De saber que estar en Kuroko era tan placentero lo hubiese hecho hace tiempo. Empezó a mover sus caderas contra el chico quien ya estaba más acostumbrado a las penetraciones moviéndose de igual forma en leves saltos contra el chico. Mientras Aomine se paró encima de la cama masturbándose frente el rostro del chico viendo como Kagami le daba placer y le hacía gemir. Diablos, aquella escena era mejor que todo el porno que había visto.

 

Aquel liguero que le seguía aprisionando las piernas al igual que las medias había sido la perdición para ambos. Pronto los gemidos de Kagami y Kuroko se escuchaban en todo el cuarto.

 

-No…no puedo más…-dijo Kagami mientras daba un par de estocadas fuertes y se corría en su interior. Después Kuroko le siguió manchando el pecho del pelirrojo mientras temblaba a sobre manera. Por ultimo Aomine tomó el mentón del peliceleste para poner su erección sobre su rostro y terminar en él manchándole con el líquido blanquecino.

 

-Ah…e..eso es…sucio Aomine-kun –dijo Kuroko quitándose las manchas blancas del rostro.

 

-Oh, vamos que te gustó – dijo orgulloso el moreno de su acción.  Kuroko se tiró en la cama a lado de Kagami quien aún estaba en shock por lo que había pasado. Aomine se tiró con desinterés a lado de Kuroko y los tres miraban el techo totalmente agotados y algo sucios.

 

-¡Seirin! –dijo Kagami sentándose. Tomó su móvil y notó un mensaje ahí mismo.

 

“Fue mala idea dejar que Riko prepara la comida, estaremos en el hospital. –Hyuuga”

 

-Ugh…-dijo Kagami agradecido de no estar ahí. Se tiró de nueva cuenta y miró que Aomine y Kuroko ya habían caído victimas del sueño. Bueno, era el cumpleaños del menor y ese había sido su regalo…al menos se le veía feliz.

 

>>>>>>>>>>>>>al día siguiente<<<<<<<<<<<<<

 

Kuroko despierta totalmente despeinado y con un dolor de espalda de muerte. Mira a su lado izquierdo, luego al derecho y nota que los jóvenes siguen ahí. Había tenido una tarde noche tan intensa con ambos y debía admitir que era jodidamente afortunado. Sacó su móvil y se tiró en medio de ambos.

 

*click*

 

Tomó una foto de él entre los dos musculosos chicos.

 

*enviar*

 

“Gracias por el regalo, Kise-kun”

Notas finales:

Este fanfic fue petición de Kuroko no basquet ~ comunidad fujoshi. Si tomas el fanfic no olvides dar crédito y poner el link de mi cuenta.

-Yisus


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