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MI QUERIDO LOKI (CHIBIFIC) por Sangre Samurai

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Notas del fanfic:

He borrado "En la Luz y en la Oscuridad" por cuestiones de Copyright... me siento muy triste, pero fué necesario, ya que así me lo pidieron en la Oficina de Registro de Autor... que no debía estar publicado bajo ninguna circunstancia sin casa editorial que lo respalde... y como en eso estoy, tomé la decisión...

Espero que mis lectores me sepan disculpar... quizá después pueda resubirlo...

A cambio, lees dejo este "Chibific" no tiene nombre, así le puse y así lo dejé... son historias de mi imaginación de la infancia de Loki y de Thor...

Espero les guste.

Notas del capitulo:

Loki tiene cuatro años, como hermano pequeño, envidia los juguetes de su hermano mayor.

Thor tiene seis años ¡Que responsabilidad es ser el hermano mayor!

Loki tiene cuatro años, unos ojos verdes enormes y expresivos y un cabello negro largo y brillante del que Thor se ríe a menudo porque es diferente al de toda la familia. Siendo Odín, Padre de Todo y su esposa Frigga poseedores de rubios cabellos, su hijo mayor no podía menos que heredar sus rasgos físicos. Thor era el vivo retrato de su padre a su edad, según decían, y se sentía orgulloso de ello… además del rubio cabello, sus ojos de un azul límpido se parecían a los de su madre.

Loki era diferente, y eso en ocasiones le ganaba algunas palabras duras por parte de su hermano, principalmente cuando discutían. “Eres un azabache” le dijo una vez para molestarlo y lo consiguió. Loki solía responderle siempre, seguir la discusión hasta que uno de los dos se cansaba, pero como no conocía que quería decir su hermano con esa palabra que le sonó a insulto... rompió a llorar mientras corría a refugiarse en brazos de su madre.

Thor arrugó la nariz. La palabra no la inventó él, pero Balder su amigo, se la enseñó para molestar a su hermano. Ahora iba a ser acusado. Siempre que Loki lo acusaba, Frigga le imponía un castigo disgustante y le daba el sermón de siempre: “Eres el hermano mayor, debes cuidar y respetar a Loki si deseas que él te respete también…” ¡Qué molesto era ser el hermano mayor! Y tal como pensó, a los pocos minutos, aparecieron los dos buscándole hasta dentro de la habitación que los hermanos compartían.

-Thor, querido mío- dijo gravemente la reina- ¿De dónde sacaste la idea de llamar “azabache” a tu hermano menor? Respóndeme.

El futuro Dios del Trueno, ante una orden de su madre, jamás se rebelaba. Por muy duro que fuese su carácter y muy terrible su enfado. Pero, como logró observar a Loki, escondido tras ella, con una sonrisa de plena satisfacción, no quiso ser reprendido solo y entonces lo acusó también.

-Loki rompió mis caballos de juguete... Le dije que no quería que los tomara, pero lo hizo sin mi permiso y además, los rompió. Por eso me enojé.

-¿Es cierto eso, cariño?- preguntó Frigga, sin cambiar un ápice el tono de voz para ninguno de sus dos vástagos.

Loki les dio la espalda y se cruzó de brazos, mientras arrugaba el ceño en evidente actitud de capricho.

-Dile que rompiste mis caballos favoritos, Loki- dijo Thor, viendo que equilibraba el regaño o quizá, lo desviaba a su favor.

-Habla ahora o te castigaré solo a ti por esta travesura...

De nuevo, los ojos esmeraldas del niño se arrasaron de lágrimas. Miró a su madre en silencio, pero con la elocuente petición de que no lo obligara a confesar frente a Thor. Pero Frigga fue implacable, se cruzó de brazos también y esperó.

-Thor no quiso prestármelos... yo los tomé para jugar... uno de ellos era ya muy viejo y se rompió... no fue a propósito...

-Muy bien, ambos tendrán un castigo... se han comportado de forma egoísta. Pero siguen siendo hermanos y no consentiré que permanezcan guardándose rencor. Ahora deseo que se den la mano y bajemos los tres a la terraza, quiero tenerlos bajo mi vigilancia el resto de esta tarde.

Ambos niños se tomaron de la mano y caminaron frente a su madre, Obedientes y en silencio, aunque de vez en cuando Thor apretaba demasiado la mano de Loki, logrando que hiciera un gesto de dolor. Pero aún así, no logró arrancarle otra palabra o queja.

 

***

 

Ni Loki ni Thor recibieron una sola palabra más de regaño o de recriminación. Pero no dudaron que su madre cumpliría su palabra de darles un castigo. Al día siguiente Thor fue por sus preciados juguetes y los llevó con uno de los servidores de palacio, al que se conocía por su habilidad para tallar la madera. Docenas de veces le había tallado al rubio sencillos juguetes, haciendo una pausa en su trabajo cuidando los jardines. Thor levantaba un trozo de madera cualquiera y se lo llevaba, el servidor sacaba una pequeña navaja de bolsillo, inspeccionaba brevemente el material y en un par de minutos le devolvía un conejo, un gato, un ave o quizá un arma, que maravillaba al príncipe.

-Oh… cuanto lo siento, joven Thor... no parece que tengan remedio, a no ser que quiera que los una con algún pegamento...

Loki se sintió muy arrepentido cuando observó a su hermano con un gesto de tristeza y decepción. Los caballos eran importantes, Padre se los había regalado después de regresar de una incursión en Midgard, un artesano los había hecho exclusivamente para él y solo para él... eran irremplazables.

Thor fue llamado en ese instante por su madre, lo hizo entrar con ella a sus habitaciones y salió muchos minutos después, con una amplia sonrisa que hacía dudar que realmente se le había dado un castigo.

Loki estaba escondido tras las cortinas del ventanal, creyendo que nadie le miraba y esperando a su hermano. Frigga fue directo a él y lo tomó de la mano. Era su turno.

Thor aguardaba en su alcoba, subido en su cama, sentado con las piernas cruzadas y descansando sobre ellas una caja envuelta con papel brillante. Miraba hacia la puerta porque sabía que de un momento a otro, su madre y su hermano entrarían por ella. Lo cual ocurrió pocos minutos después.

-Thor, tu hermano tiene algo que decirte... anda Loki.

El niño pelinegro se adelantó, con las manos cruzadas tras su espalda. Miró fijamente al mayor y sin preámbulos dijo:

-Siento mucho haber roto tus caballos... no volveré a tomar nada tuyo sin tu permiso y quiero que me disculpes. ¿Puedes perdonarme?

-¿Thor?

-Te perdono, Loki... yo debí explicarte y prestarte algún juguete también...

Y sin que su madre interviniera, los dos niños fueron a abrazarse con una amplia sonrisa en sus rostros. Eso era todo lo que una madre podía desear... que además de mediar sus diferencias, tuvieran en claro que el cariño no se afectaba con los enfados.

 

***

 

Sentados los tres en la cama, Thor entonces procedió a abrir la caja que su madre le entregara. Tan desesperado como el mayor, Loki casi se metía de nariz dentro, curioso de saber que cosa contenía. Con una gran exclamación, Thor sacó del interior de una caja de madera cuatro nuevos caballos de juguete, que reemplazarían los dañados en su colección. Pero, no eran de madera sencilla como los primeros. Estaban tallados muy artísticamente y tenían incrustaciones de una piedra negra y brillante, que los convertía en los objetos mas maravillosos que ambos niños habían visto hasta ese día.

-¿Qué es, madre?

-Es una piedra semipreciosa… muy bonita y de gran valor.

-¡¡¡Wooo... ahora tengo unos caballos que son de gran valor!!!! –exclamó Thor, feliz por el regalo y haciendo cabalgar en el aire a dos de sus nuevos juguetes.

Loki estaba tan sorprendido como su hermano. Y deslumbrado por el obsequio. Thor se dio cuenta y dijo.

-¿Trajiste algo para Loki?

El menor abrió grandes y esperanzados sus bellos ojos verdes, pero Frigga fue terminante al responderles.

-No. Loki causó el daño de romper lo que no le pertenecía. Mientras no sepa cuidar las cosas, no le daré objetos así para que juegue.

Loki ensombreció su rostro y Thor dejó de sonreír. Frigga se puso en pié y llamó a las nanas de sus hijos para indicarle que debían estar acostados a temprana hora, sin ninguna clase de excusas. Como siempre, más que un castigo, les había dado una lección.

-Madre...- dijo Thor, pidiéndole que lo escuchara- Yo también quise hacer sentir mal a mi hermano... ¿Por qué yo no le pedí una disculpa?

-Muy bien, cariño. Esperaba que dijeras eso por ti mismo. Dime ¿Quieres pedirle una disculpa a Loki?

-Claro que si. Hermanito perdóname... prometo prestarte mis otros juguetes y te prestaré estos cuando madre diga que ya puedes usarlos... mientras, te regalaré dos de mis otros caballos... pero debes prometer que los cuidarás.

Frigga no pudo quedar más satisfecha del final de la pelea entre sus hijos.

-Thor... esas piedras preciosas que tanto valoraste en tus caballos, por cierto... son azabaches...

 

***

 

Pero Loki tenía ya cuatro años. Edad en la que, además de comprender perfectamente cuando hacía algo indebido, también aceptaba los riesgos de empeñarse en hacerlo. Y los nuevos juguetes de su hermano, con azabaches o sin ellos, o precisamente por ellos, quitaron su ambición por los juguetes viejos. Ahora Loki quería tener los nuevos.

Pasaba diario muchos minutos al día mirando la caja donde estaban guardados. Miraba y pensaba si valía la pena arriesgarse para volver a contemplarlos y tenerlos entre sus manos. Deseaba tocar esas piedras negras con las que habían intentado menospreciar el color de su cabello y que ahora, le gustaban.

Se miró también al espejo por horas. Ahora ya no le molestaba ser diferente. Si no era rubio ni de ojos azules como Thor. Su cabello negro y sus ojos verdes le comenzaban a agradar más.

Al final, sabía que los quería y los quería ya. Extendió su mano hacia la caja y cerró los ojos. Unos segundos después, la caja comenzó a moverse. Entonces Loki recordó que su error la primera vez había sido hacer levitar los juguetes con los ojos cerrados, y por eso se habían caído estrepitosamente al suelo y se habían roto. Pero con los ojos abiertos era más difícil lograr mover los objetos sin tocarlos.

Aún así, se concentró y sus ojos de esmeralda comenzaron a brillar con intensidad.

La caja, más pesada y grande que la otra, salió de la repisa donde estaba guardada y comenzó a flotar con lentitud. Flotó hasta bajar, cuidadosamente, entre las manos del niño, quien sonrió ante su triunfo y se dispuso a contemplar los objetos de su deseo.

-¿Desde cuando puedes hacer eso, Loki?

Loki palideció al verse sorprendido. Si, hacía varias semanas había descubierto que podía hacer ciertas cosas que otros niños no, ni siquiera Thor. Mover objetos sin tocarlos era lo favorito que acababa de descubrir, también podía volver invisibles cosas muy pequeñas y por breves instantes. Jugaba mucho con esas recién descubiertas habilidades. Pero ignoraba la razón por la cual, decidía no contarle a nadie.

-No sé...- respondió, entregando la caja a su sorprendida madre.

Frigga la devolvió a la repisa y Loki aprovechó para salir huyendo con rumbo al jardín. Escuchó que le llamaban un par de veces, pero no se detuvo. No lo podía saber, pero lo intuía... lo que su madre acababa de descubrir, le cambiaría la vida para siempre.

Odín, el poderoso Padre de Todo, escuchó a su esposa mientras meditaba sobre tal descubrimiento. Loki parecía tener una natural predisposición para usar la magia. Hacer levitar objetos era muy avanzado para un niño de tan corta edad, al menos era lo que ella pudo observar entre su casta de Vanir. Los Vanir, a diferencia de los Aesir, controlaban la magia. Frigga misma la usó mucho en su juventud, antes de desposar al rey de Asgard y la practicaba de vez en cuando solo por no perder el hábito.

Odín no podía tolerar que ella se expresara con orgullo por el don descubierto en su hijo menor. No cabía en su pensamiento que se identificara así con él.

-Frigga, recuerda quien es Loki.

Para la reina, aquellas palabras sonaron mal en sus oídos.

-Loki es nuestro hijo. Cuando llegó, me pediste que lo recibiera como tal y yo acepté. Lo amo igual que amo a Thor y el saber que tiene poderes mágicos, me hace sentir como si tuviera herencia mía. Por favor, querido dueño mío, no me hagas decirte algo desagradable...

-Los Jötnar no poseen magia... Solo hacen cosas con frío y con hielo...

-Loki sí puede.

-¿Sabes lo que eso significa?-Frigga negó con un movimiento de cabeza- Quizá Laufey le abandonó a su suerte porque no es un Jotun legítimo. Tú sabes la resistencia que ellos tienen para mezclarse con otras razas... y por su tamaño tan pequeño comparado a otros hijos de los Gigantes de hielo... debe ser un mestizo...

-No lo digas como si le tuvieras asco, mi señor... mestizo o no, Jotun o no... Ahora es un hijo de Odín y un ciudadano de Asgard. El segundo príncipe de esta casa.

...

El segundo Príncipe de esta casa... aún en el presente Odín se estremeció al recordar las palabras de su esposa. Se volvió a mirarla con compasión y cariño. Frigga sufría enormemente la ausencia de Loki. Primero, dándolo por muerto, después enterándose que sería juzgado por crímenes de guerra contra Asgard y contra la media tierra. Pero pese a todo, pese a cada crimen probado contra él. Pese a todos los intentos por asesinar a su propio hermano... Frigga no cambiaba ni un átomo el amor que sentía por el que consideraba su hijo, aguardaba con ansiedad el momento en que Thor lo presentase ante ellos.

Sus ojos se iluminaron cuando escuchó sus pasos, cuando anunciaron su llegada y exclamó con dolor cuando lo vio entrar. Derrotado, humillado, con cadenas rodeándole las muñecas y una infame mordaza sellando sus labios.

Era el inicio del juicio y del castigo para Loki Laufeyson, despojado de su título de Segundo Príncipe coronado de Asgard.

Thor también sufría enormemente, los sentimientos propios se mezclaban con la lealtad que debía a Asgard y a Midgard... Había creído muerto a Loki, había llorado ¡Por todo lo eterno! Mucho había llorado su muerte, tenía desgarrado el corazón... cuando descubrieron sus planes en la tierra, un sentimiento de esperanza anidó en el corazón del rubio, pero las cosas habían salido tan mal... y ahora, aquel a quien tanto amaba, le miraba con desprecio... y su obligación era presentarlo ante su Padre para ser tratado como un criminal... ¿Dónde había ido el hermano pequeño con el que peleaba y jugaba? ¿Dónde el adolescente frágil del que se había enamorado?

Con mordaza o sin ella, Loki no pronunciaría una sola palabra, no al menos hasta que fue liberado de ella, movió los músculos del rostro para relajarlos un poco, sonrió con una mezcla de soberbia y de ironía y se dispuso a confrontar su destino... solo... sin Thor, quien fue enviado fuera por Odín, temiendo que el amor entre ellos ganase sus obligaciones y lo defendiera, como siempre lo había defendido. Loki impidió que las lágrimas se derramasen cuando lo vió marcharse... lo odiaba... o lo amaba demasiado...

Notas finales:

Esta historia ya está terminada, espero sea de su agrado...

Otra vez me disculpo por borrar el otro fic, anoche hasta lloré por tomar esa decisión... pero ya tenía tiempo meditándolo y no hubo remedio...

Un abrazo a todos y todas y mi eterno agradecimiento...

Los reamo.

Sangre Samurai.


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