A Hae le gustaba la música, mucho, pero cuando su padre murió no contaba con los recursos para seguir sus estudios, así es como su tío, hermano de su padre ofreció ayudarlo y enviarlo a estudiar al mejor conservatorio del país, por lo que su madre estuvo de acuerdo y se fue a vivir con su rico tío.
Él podría estudiar música, nada podría ser mejor.
El tío era un buen hombre que no tenía hijos por lo que quería que él fuera reflejo de lo que él deseaba en un hijo y él quería un hijo concertista de violín, él amaba la música así que fue feliz, pero a él le gustaba también el rock, y a escondidas de su tío se convirtió en el guitarrista principal de una banda, pero no lo malentiendan, él también amaba el violín sólo que ocultó su faceta rockera a su querido tío ya que no quería decepcionarlo, en el día era el recatado y formal sobrino concertista, el mejor de su clase y pronto a graduarse, que gracias a sus altas aptitudes en violín daría muy pronto su primer solo en un gran teatro junto a una importante filarmónica y en las noches se escapaba por la ventana de su habitación para convertirse en el guapo, hiperactivo y alegre guitarrista de la banda de rock “ Sin Rostro”, se llamaban así ya que usaban máscaras para cubrir su identidad, todos ellos eran concertistas de música clásica con temor a que sus padres los descubrieran.
Él tocaba en una banda de rock, nada podría ser mejor.
El tío era el más ansioso por el concierto así que contrató al más conocido maestro y concertista de violín del país para ayudar a Hae a prepararse para el importante día.
Hae, te presento al profesor Lee, él te ayudara a prepararte para tu concierto, dijo un día cuando Hae venia llegando del conservatorio.
-Mucho gusto Sr. Lee- dijo alargando su mano para estrechársela, mientras el maestro volteaba a verlo.
- El gusto es mío – le contestó el maestro.
El profesor era muy atractivo, más alto que él, de corto cabello negro y labios rellenos, su mano era grande y blanca. Era joven, algunos años más que él quizás, y vestía formalmente.
-El profesor Lee no sólo te dará lecciones de violín, si no que te dará lecciones de cómo enfrentar un escenario con tanta audiencia, ya que él tiene mucha experiencia, ha dado conciertos en muchos países y hemos tenido la suerte que haya vuelto a Corea hace sólo un mes y se quedará por unos meses antes de volver a su rutina de concertista según me ha dicho.
-Así es, tengo un estudio que es ideal para practicar, por lo que luego de tu academia deberás ir a diario además de los fines de semana- dijo el guapo maestro
Pensó con horror que ya no le dejarían tiempo para él, ya eran difíciles las prácticas con la banda y ahora sería imposible, además pronto debía ir a una competencia de bandas de rock con los chicos, lo más importante que hayan hecho y necesitaba practicar, pero su espíritu optimista no lo dejó rendirse.
-Claro, allí estaré – contestó con una sonrisa.
Así empezó con sus clases particulares en el estudio privado de este profesor, era un hombre extremadamente frío, serio, formal y exigente, se aburría horrores en sus clases, pero eso cambiaba cuando el maestro Hyukjae tocaba el violín, Hae se quedaba pegado en los labios de éste cuando cerraba los ojos apoyado en la mentonera del violín y empezaba a tocar.
Él lo observaba embelesado mientras el profesor hacia magia con sus dedos recorriendo las cuerdas en el mango del violín arrancándole notas para soñar.
Él tenía un excelente maestro, nada podría ser mejor.
Al profesor le gustaba mucho la música clásica siempre estaba oyendo su iPod ya que él decía que sólo escuchando su iPod se ponía de humor, porque según él no le gustaba enseñar realmente, sólo lo hacía por ayudar a jóvenes músicos a desarrollarse pero no porque tuviese la vocación de maestro.
Continuó con su rutina, alguna veces aburrida (excepto cuando podía mirar a su guapo profesor sin que se diera cuenta), moría de ganas de quitarle lo estirado, desordenarlo un poco, hacerle cosas para mayores de edad, pero el profesor ni cuenta se daba.
Casi se le cayó todo el pelo cuando se dio cuenta que el concierto y la competencia de bandas eran el mismo día, pero él era muy optimista, estaba seguro que podría hacer ambos ya que la competencia de rock terminaría un poco antes, el problema sería escapar para ir a la competencia.
A una semana de los conciertos, en una de sus salidas nocturnas fue descubierto por su tío, quien al enterarse se indignó, la única respuesta que se le ocurrió fue que se escapó a ver a una chica, ante eso su tío lo disculpó pero le prohibió volver a salir antes del gran evento, el tío debía hacer un viaje de negocios y llegaría el mismo día del concierto y para asegurarse que su sobrino no volviese a escapar pidió al sexy y frio profesor Lee que pasara esa última semana en la casa de él y peor aún, quedándose en la habitación de Hae así podría vigilarlo más de cerca.
El profesor no puso ningún inconveniente y se mudó ese mismo día con Hae.
Él quería morir, no solo debía permanecer en casa sin ir a las prácticas con la banda, sino que además debía lidiar con la extrema cercanía de su guapísimo maestro.
Él quería decirle lo que sucedía, quizás entendiera…pero no lo creía, el maestro era demasiado rígido y serio, pero debía intentarlo, necesitaba ayuda y el único que podría hacerlo era él.
-Profesor…podría hablar con Ud. como…amigo?
El profesor suspiró pesadamente y como si le molestara el que el chico quisiera ser su “amigo”, le contestó.
-Supongo que no tengo más alternativa – dijo resignado.
El maestro era guapo, pero en serio que era un amargado.
-Mmm, no profesor, olvídelo, gracias – dijo también en el mismo tono y volvió a su práctica.
El maestro se levantó de su silla y se acercó a él.
-Lo siento, dime que es lo que sucede.
Primera vez que su maestro era tan amable con él. Se armó de valor y le dijo si le permitiría salir en las noches para ver a su “novia”, el maestro frunció el ceño y camino hacia la ventana se paró frente a ella con las manos en la espalda.
-La amas?
Hae pensó en el rock como si fuese su “novia”
-Sí señor, la amo.
-En ese caso yo no soy nadie para impedirte verla, puedes hacerlo, pero a cambio quiero que me digas siempre la verdad.
Se sintió culpable, como le diría siempre la verdad si ya le estaba mintiendo?
-Si maestro.
Y desde esa noche él pudo volver a salir, ya había preparado un bolso con sus cosas para el día del concierto, su ropa, zapatos, todo debía ser planeado metódicamente para que nada fallara ese día.
Él podría seguir practicando para la competencia, nada podría ser mejor.
Cuando regresaba de las prácticas su maestro ya estaba dormido, así que entraba en puntillas para no despertarlo, a veces se quedaba observándolo, le gustaba mucho ese hombre, pero definitivamente no encajaban, eran tan distintos, pero sus impulsos lo traicionaban y en varias ocasiones se encontró estirando su mano para tocar su rostro dormido, siempre alcanzó a detenerse, menos la noche antes del concierto.
Cuando llegó, el maestro como siempre ya estaba dormido, hacía calor así que solo se cubría la mitad del cuerpo con la sábana y para el descontrol de Hae estaba con el torso desnudo, y que torso!!! Tenía el cuerpo de un dios, jamás se lo habría imaginado, ya que se veía muy delgado, el hombre era exquisito, se pasó bastantes películas a color con él en un nanosegundo, el sexy maestro se había dormido escuchando música en su iPod, Hae no pudo evitar acercársele mucho, necesitaba tocarlo, y con la excusa de quitarle los audífonos se acercó a él, cuando se los quitó ni siquiera se movió, y solo por curiosidad se los puso él para escuchar la música que a él le gustaba, su sorpresa fue enorme cuando oyó a su banda de rock favorita tocar en el iPod de su maestro.
A su querido maestro le gustaba el rock, nada podría ser mejor.
Sin poder evitarlo esta vez sí le permitió a su mano el tocarlo, recorrió suavemente el contorno de rostro, la línea masculina y marcada de su mandíbula, su nariz y sus deliciosos labios, pero no pudo detenerse ahí, con un dedo bajo suavemente por su cuello, pasando por su manzana de adán siguiendo el camino entre sus pectorales y entre la barra de chocolate que tenía por abdominales, definitivamente era el hombre más irresistible del mundo, al llegar al borde de su pantalón de pijamas se detuvo, ya que su maestro se movió en sueños, dormido subió sus brazos por sobre su cabeza y los dejó ahí, para Hae fue lo máximo, se veía expuesto y sensual.
Sin pensarlo se desnudó y se sentó sobre su maestro tomando las muñecas de éste sobre su cabeza y lo besó profundamente, Hyukjae se despertó sobresaltado para encontrarse a su aplicado alumno encima de él, qué pasaba?, estaba soñando?, no, esto no podía ser un sueño, pero no se iba a poner difícil en ese momento, la verdad él también deseaba al lindo chico desde hacía tiempo, así que sin intentar soltarse se dispuso a responder sus besos con tanta pasión como su alumno.
Cuando Hae lo notó, se separó un poco de él y sonriendo le dijo:
-Lo siento maestro, pero esto es más fuerte que yo.
Y sin esperar respuesta volvió a su tarea, lentamente deslizo sus manos por los marcados brazos de su maestro mientras bajaba sus besos por el cuello, pecho y abdomen de éste, haciendo que el maestro suspirara de ansias por más, llegando a su objetivo, coló una mano bajo el pijama de Hyuk y se lo quitó junto a su ropa interior, Hae quedó maravillado con la espectacular vista que le regaló el cuerpo perfecto de su maestro, y se lanzó a su despierto miembro, Hyukjae no se lo podía creer, el chico era increíble, casi lo hace ver estrellas en menos de un minuto, pero se detuvo justo antes, decepcionándolo sólo hasta el momento en que ve que el chico mete sus dedos en su boca para lubricarlos y se dispone a prepararlo, cuando se dio cuenta de lo que sucedería se asustó.
-Que..qué haces..?? – dijo preocupado
-Solo…relájese maestro, le prometo que lo disfrutará – dijo sonriendo y guiñándole un ojo.
Y sin dejarlo responder lo volteó en un rápido movimiento y metió sus dedos en él, Hyukjae pensó que eso no estaba bien, debía detenerlo, pero como los hombres son hombres sea como sea en cuanto sintió que el chico pasaba su mano por debajo de su abdomen y empezó a masturbarlo, dejó de pensar.
Y sí que lo disfrutó, podía esto ser mejor??, claro que no, el chico se lo montó como si fuese el último día del mundo y francamente él ya no podía quedarse tan tranquilo, se quitó a Hae e invirtió las posiciones quedando él arriba y empezó a besarlo con hambre quería devorar al lindo chico, se acomodó sobre Hae y se auto penetró con fuerza, una y otra vez, hasta que Hae ya no tenía conciencia de lo que sucedía solo se concentró en sentir todo el placer que su maestro le daba, Hyukjae ya no soportó más y el mundo real se disolvió en un montón de estrellas y puntitos de colores, Hae, no aguantó mucho más ya que Hyukjae se apretó tanto que lo dejo con cerebro a punto de estallar.
Él hizo suyo a su perfecto maestro, nada podría ser mejor.
Quedaron exhaustos uno al lado del otro, abrazándose y sin decir una palabra se durmieron casi de inmediato.
Al día siguiente Hyukjae despertó adolorido y algo confundido, estaba solo en la cama y en la habitación, se levanto y vio en la mesa de noche una nota:
Querido Maestro:
Prometo llegar antes del concierto. Anoche fue increíble, debemos repetirlo, aún necesito aprender más de usted.
Con amor
Hae.
Con amor??, se sorprendió de lo directo que era su pupilo, sonrió para sí mismo, guardó la nota y se preparó para la noche.
(Nota del autor: mientras leen esta parte les recomiendo que estén escuchando “Tuxedo, de SuJu” ya que creo que queda bien con la escena final)
La noche estaba deliciosa, no hacia frio ni calor, el concierto estaba pronto a comenzar y Hae corría a toda velocidad por las calles para llegar a tiempo, iba feliz, su banda había clasificado para la final. Parecía que le habían salido alas y volaba para llegar a tiempo con la adrenalina a mil, se deslizaba, saltaba y esquivaba como un gimnasta los vehículos, las bancas de los parques y a las personas, mientras sonreía hasta que le dolía la cara, pensaba que era el mejor día de su vida, empezando por la noche anterior, recordaba cada detalle del escultural cuerpo de su maestro, cada curva, cada monte, cada olor y sabor de él, le encantaba su maestro ahora lo reconocía abiertamente, haría todo lo posible para que fuese solo de él desde este momento, no lo dejaría escapar, sería suyo.
Con eso en mente iba llegando al teatro, se detuvo una manzana antes en un parque a cambiarse de ropa rápidamente, se quitó los pantalones a saltos sin hacer caso a las miradas sorprendidas y espantadas de las personas que había en el lugar, debajo de éstos tenia los del tuxedo, se quitó la chaqueta de cuero también tenía la camisa debajo, se quitó las botas a tirones y se calzo los zapatos, se amarró la faja, metió todo dentro de la mochila y continuó su carrera sin la pajarita y sin chaqueta, ya se las pondría al llegar, solo faltaban 10 minutos, voló por la última calle, cuando estaba por llegar vio a su maestro esperándolo fuera del teatro vestido con un tuxedo que lo hacía ver endiabladamente sexy.
Cuando Hyukjae vio que su lindo chico venia corriendo sonrió ampliamente.
Cuando Hae vio por primera vez la sonrisa de su maestro se enamoró perdidamente de él.
Sin detenerse Hae se lanzó sobre Hyukjae y él lo recibió con brazos abiertos, sin dejar de sonreírse el uno al otro.
Hyukjae le preguntó:
-Clasificaron?
-Síiiii…!!!!, un momento… tú sabias de la competencia?
Hyukjae se encogió de hombros aún con Hae en sus brazos.
-Claro, te seguí desde el primer día…y a mí… también me gusta el rock- le confesó sonriendo aún más.
Y sin poder evitarlo Hae lo besó. Luego entraron rápidamente al teatro mientras Hyukjae se quitaba su propia pajarita y chaqueta para terminar de vestir a Hae y lo empujaba al escenario.
Hae volvió la vista atrás y definitivamente tendría que hacer algo respecto a ese maestro luego, ya que verlo solo con pantalón y camisa blanca abierta lo había dejado bastante excitado.
Él se había enamorado por primera vez, nada podría ser mejor.
El concierto fue todo un éxito, su tío estaba feliz y más que orgulloso cuando el maestro Lee le dijo que quería llevarse a Hae con él a Europa para convertirlo en un concertista de excelencia como él.
Se quedaron en Corea un mes más para la graduación y la final de la competencia de bandas (de la cual no importa el resultado).
Se fueron a Europa a iniciar su nueva vida juntos, en un país donde sus preferencias sexuales no le importaba a nadie.
Convirtiéndose en unos aclamados concertistas de violín.
Mientras que en las noches uno se convertía en un guapo, hiperactivo y alegre guitarrista de una banda de rock y el otro en un sexy chico vestido de cuero fan número uno del guitarrista de la banda.
Nada, pero nada en este mundo podría ser mejor.