Como lo había pensado mi temor llego, ese día salí y por error mío no cerré bien la puerta de mi habitación, y por la tarde cuando regrese , fui directo a mi habitación y cuando entre pude notar algo extraño y empiezo a recorrer el cuarto con la mirada y fue cuando mis ojos se posaron en el caballete vacío y un miedo embargo todo mi cuerpo por que el cuadro faltante era en el que estaba plasmado el rostro de Shun y en el profesaba todo mi amor en él, pero note algo raro era una nota y pude ver una caligrafía maravillosa era la de Shun.
“El cuadro esta, donde debe estar.”
Atte. Shun de Andrómeda.
Y entonces me dirijo hacia su habitación y justo en frente de su puerta me detengo, me encontraba todo nervioso y me embarga unas ganas de retirarme, pero faltó tiempo para hacerlo y es cuando observo que se abre la puerta y me deja ver la presencia de Shun, como siempre me recibe con una sonrisa.
- Tardaste en venir – me lo dice sonriendo - anda no te quedes ahí parado, pasa – apartando su cuerpo de la entrada para darme paso.
- Este…hola…yo solo…solo…vengo por un cuadro – todo nervioso me encontraba y con la mirada fija hacia la nada.
- Hablas de este cuadro – señalándome el lugar donde este posaba colgado.
- Si de ese – y es cuando siento que un sonrojo invade mi rostro – me lo das.
- No puedo, ya que este cuadro al igual que tu corazón ya me pertenecen – es cuando noto que se hacer demasiado hacia mí y con su brazo derecho toma mi cintura y me acerca más hacia él, y yo no me resisto a tal acontecimiento, en mi interior noto un cosquilleo que a pesar de ponerme algo incómodo lo siento agradable.
- De que estas hablando.
- Seiya, bebe – me sonrojo aún más ante tal palabra – ¿Quieres ser mi novio? – siento su mirada fija y noto que con su mano libre me toma del mentón y hace que mis ojos se posen ante los suyos solo por unos segundos, ya que ellos se atreven a mirar sus labios, aquellos que en mis sueños solo me atrevo a besar.
- Este shun – noto algo de tristeza en su mirada – ¿no es ninguna broma? – se lo pregunto todo preocupado de todo esto se tratare de un juego.
- Claro que no bebe, tu sabes que yo no me atrevería a jugar con estos sentimientos y sobre todo si eres tu quien los provoca – me lo dice sonriendo – Pero aun no me respondes a la anterior pregunta.
- Este…yo…yo…Yo acepto ser tu novio – Solo digo a la vez que cierro mis ojos.
- Que bien – abrazándome a un más – are que nunca te arrepientas ante tal decisión – y justo en ese momento siento algo húmedo en mis labios, y no me lo podía creer él me estaba dando un beso y me sentía también que me estaba derritiendo ante tal abrazo, que me estaba dando.
- Aishiture – te lo digo y noto que me sonríes de una manera que lo único que provoca es que mi corazón salte alegría.
- Yo también te amo, Seiya y te demostrare lo que puedo hacer para que este amor que apenas comienza no fenezca pronto – Yo solo me conmuevo por tus palabras ya que en ellas encuentro seguridad, y tu aprovechando este momento en el que me encuentro vulnerable, depositas un beso y lo único que hago es posar mis brazo ante cuello para luego rodearlo y profundizar este beso.
Y todo esta historia empezó gracias a un cuadro en él se plasmó todo un amor que se puede guardar en el corazón y se manifestó atreves de un lienzo, y de lo cual no me arrepiento de haberlo hecho, porque comprendí que se puede hacer… EL RETRATO DEL AMOR.
FIN
(De este escrito, porque esta historia de amor apenas comienza)