Al amanecer ahí estaba, recostado y aun dormido en su cama, aun desnudo y agotado, Takano-san salió de la cama con sumo cuidado sin despertarlo y se colocó los pantalones, observo una vez más a su compañero antes de ir a la cocina para preparar el desayuno de los dos.
Batió los huevos para hacer una omelette y puso la cafetera.
- ¿Por qué aun estas en mi casa? – la pregunta no le llamo la atención, había logrado aceptar el mal carácter de Onodera al despertar
- Estoy preparando el desayuno… ¿Quieres pan tostado?
- Si… puedes ponerle mantequilla
La voz de Onodera se había suavizado y era más agradable, y mientras el otro preparaba el pan, Onodera saco el jugo de la nevera y lo sirvió en los vasos, aunque no actuaba como un novio cariñoso tampoco ponía reparos en la presencia de su acompañante. Tomaron asiento en el salón para desayunar mirando el partido de tenis, Nadal iba ganando , ambos se complacieron de saberlo, le preferían sobre los demás jugadores de tenis, principalmente sobre Yocovick al cual consideraban un idiota y para nada estaban de acuerdo con que fuera el número uno del mundo.
- Quieres que bajemos a la playa por unas cervezas – la vos del azabache sonó cálida mientras al otro le bastaba con asentir
- El día está muy bonito, hace un sol precioso, tal vez podríamos bañarnos en la playa
- Si está bien – su respuesta cortante tampoco sorprendió a Masamune
Lamentándose por el silencio de su compañero se resignó a hacer aquello único que sabía hacer esperar a que él comenzara una conversación y seguirla mientras quisiera mantenerla, de vez en cuando se preguntaba si no sería una venganza por parte del otro. Si acaso no se vengaba de vez en cuando los desaires que él le hiciera en la juventud.
Aun eso no importaba, principalmente porque le ama, y eso es suficiente para perdonar sus desaires y pedir perdón por errores del pasado.
Pero la playa está lejos de llegar, ambos pasan el día dentro de casa mirando la televisión Takano-san se decide a preparar Fetuccini Alfredo mientras el otro trata de recoger y organizar un poco su habitación, la cual es un desastre pese a los intentos de Masamune por tenerla limpia.
En la cocina comienza a sonar el teléfono del azabache, y sabe que se trata de su madre, quien le ha estado llamando mucho más seguido que en el pasado.
- Hola mamá
- ¿Por qué siempre tardas tanto en contestar a tu madre? Desconsiderado
- Lo siento mama, pero tengo muchas cosas que hacer
- ¿con quién? Masamune quiero que la traigas a casa, si es algo serio necesito conocer a tu novia, y si no lo es, no tienes excusa para dejarnos a tu padre y a mi plantados continuamente
- Tomando en cuenta que tu esposo no es mi padre y…
- Cállate, dices tonterías, claro que es tu padre o quien pago tus estudios
- Mi trabajo como diseñador grafico
- Y lo de diseño grafico
- Mi trabajo como mensajero… ¿Mamá, acaso se te ha olvidado que me salí de tu casa a los 18… que estuve en casa de los abuelos y que ellos no tenían dinero para pagarme ningún estudio superior??
- Sabes que si no utilizabas el dinero que yo te enviaba fue por capricho tuyo
- Si lo sé, pero vamos mamá ¿Qué sucede?
- Vas a cumplir treinta, te tendrás que casar algún día y yo no puedo seguir esperando a que lo hagas solo, por eso tu padre - remarca con acritud la palabra padre – y yo, te hemos concretado algunas citas, ya sabes que está relacionado con familias distinguidas… no lo sé… tal vez encuentras a la chica ideal para ti
- Mama me case hace seis meses… - sonríe un poco – recuerdas que dijiste que no permitirías que me casara con una mujer de 50 años… fue por eso que no te invite, temía que hicieras un escándalo en mi boda…
Se ríe mientras aleja el teléfono de su oído, su madre le reprocha lo absurdo de una idea como esa mientras el continua en la absurda postura de no decirle a ella… de no decirle a nadie… el silencio se apodera del momento, si el hablara ahora no tendría el valor para terminar las palabras, es un hecho que no niega ser quien es o vivir como vive, pero también es una realidad que nunca ha sacado a nadie del error sobre su preferencia sexual, fuera hombre o mujer siempre se mantuvo lejos de la discusión sobre su inclinación sexual.
- Mama es inútil que trates de casarme, ya te lo dije, no puedes obligarme y lo siento pero ahora estoy por almorzar, la persona que está conmigo se molestara si demoro más de la cuenta
- Y ¿Qué tiene de importante, si no la valoras lo suficiente para presentársela a tu madre?
- La valoro lo suficiente como para no obligarla a un encuentro contigo
Sin más cuelga el teléfono, no debería ser cruel con ella, simplemente porque la quiere y la extraña, pero también continua sintiendo el dolor de su abandono, en un momento absurdamente adolecente en el cual todo le dolía y hacía daño.
Prepara la mesa y camina a llamar al otro para comer, pero el otro duerme sobre la ropa que ha deshecho en la cama. Se acerca y besa su cabello de forma secreta e íntima.
- ¡Oye vago… despierte y ven a comer!! – su vos se impone sobre el silencio de la habitación y el otro se levanta pronto sale caminando detrás de él.
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