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AMOR MALDITO por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el capitulo nuevo en donde se ve de mejor manera la vida tanto de Shaka como de Shun y sus diferencias 

Capítulo 2.– Clases sociales

 

Un rayo iluminó una vez mas la taberna e hizo salir de su ensimismamiento a Shaka que se había quedado pensando en la dulzura de Shun ese día, de su cálida sonrisa, de sus hermosos ojos verdes

– ¿Un encuentro fortuito en el bosque?, no puedes pedir más a los dioses – dijo el muchacho castaño apurando el trago que tenía en las manos. Shaka ya había dejado de beber, estaba concentrado en su historia que no había levantado la copa que sostenía en su mano, ese día… fue ese fatídico día que su destino fue reescrito.

– Los dioses no tuvieron nada que ver, desde ese día me enamoré de esa dulce criatura.

– ¿Y él?

– Él me amó, él me amó…

– Si se amaron ¿Por qué la tristeza en tu voz?

– Aún falta mucho de la historia por contar…

 

***

Shun ensombreció el rostro cuando vio a su hermano salir con una antorcha al verlo venir, estaban tres muchachos mas junto a él que también tomaron antorchas y se acercaron al camino

– Shun por todos los dioses me tenías muy angustiado, ¿Estás bien? – el muchacho más alto de todos de cabellos oscuros que brillaron con un color azulado en la luz de las antorchas se acercó a Shun y luego de darle la antorcha a un pequeño castaño a su lado tomó en brazos a su hermano que dijo:

– Lo siento mucho Ikky, estaba en el bosque recogiendo peras como me dijiste pero unos perros me empezaron a perseguir, corrí y me caí, Shaka me encontró y me trajo a casa, lo siento mucho, en verdad Ikky no quería preocuparte – ante las palabras de su hermano, el muchacho que tenía una expresión fiera en su rostro y una cicatriz sobre su  ceja miró al extraño que había traído a su hermano a casa.

– Muchas gracias mi lord, no se hubiera molestado – dijo Ikky al reconocer a Shaka de Virgo e inclinó su cabeza, Shun se sorprendió ante esto, en especial al ver a los otros tres muchachos imitar el gesto de su hermano, ¿Era su amigo Shaka alguien importante?

– No ha sido molestia, fueron mis perros los que hicieron correr a Shun así que lo menos que puedo hacer es traerlo a casa, bueno… ahora que ya te dejo con tu familia me voy – dijo el rubio montando su caballo y preparándose para partir.

– ¿Vendrás mañana?, te tendré una pera si vienes – dijo Shun con una sonrisa la cual Shaka correspondió.

– Si vendré, te lo ofrecí ¿Verdad?, espero que eso no sea un inconveniente – preguntó el rubio mirando al hermano del joven peliverde que lo tenía en brazos el cual meneó la cabeza y dijo:

– Sería un honor, mi lord, tenerlo en nuestra humilde casa.

– Está decidido entonces, hasta mañana, que tengan todos unas buenas noches.

– Hasta mañana – dijo Shun levantando su mano a manera de despedida mientras Shaka ya cabalgaba de vuelta al pueblo.

 

Esa noche el joven rubio no pudo dormir por muchas razones. La primera fue la fuerte discusión que tuvo con su padre porque ya había llegado a sus oídos la cabalgata que tuvo en la tarde con uno de los campesinos del pueblo. Asmita de Virgo era un hombre sensato y civilizado pero elitista y esa noche habló a su hijo de la importancia de la tradición y de mantener su lugar como heredero de su línea de sangre y el nombre de su casa.

 

La segunda razón para no poder dormir esa noche fueron los ojos de Shun, Shaka se encontraba perdido en esos hermosos ojos verdes, en la dulzura de su sonrisa y en la pureza e inocencia del muchacho que lo había invitado a su humilde casa al día siguiente, él había ofrecido ir y cumpliría su palabra, él iría…

 

La mañana era cálida, los rayos del sol lo bañaban todo y el camino por el bosque rumbo a la cañada estaba casi desierto cuando el lord Shaka de Virgo lo transitó. Shun le había ofrecido una pera si iba a visitarlo pero a Shaka le pareció mejor llevarle él algo de fruta al joven herido. El dar con la pequeña cabañita que estaba al pie de una de las colinas de la región fue fácil, solo tenía que seguir el riachuelo sin desviarse y allí lo vio, Shun estaba sentado en el pasto frente a su cabaña jugando con el conejo que ahora estaba tranquilo comiendo de su mano. Cuando Shun vio venir al rubio sonrió maravillosamente pero en contra de sus deseos no pudo ponerse de pie sino que sujetó al conejo para que no se asustara y miró a Shaka desmontar y atar las riendas de su caballo en uno de los árboles junto a la casa.

– Aún no puedes caminar según veo – dijo el rubio y sonaba algo preocupado pero Shun solo meneó la cabeza con una sonrisa.

– Mi hermano dijo que necesito reposar por un par de días, me vendó el pie y Hyoga me hizo un emplasto de hierbas, ya no me duele mucho – dijo Shun señalando su vendado pie.

El muchacho estaba descalzo y sentado cómodamente en el pasto, Shaka se sacó la capa que estaba usando y lo imitó acomodándose a su lado, así podrían charlar mejor. El rubio tenía en las manos una bolsa de tela que tenía algunas manzanas, peras y claudias. Shun tomó una manzana y sin esperar nada le dio un mordisco, estaba dulce.

– Tu apetito está muy bien – bromeó Shaka tomando una manzana también. Para él las manzanas eran frutas normales pero eran algo escasas por esas tierras por lo que pareció divertido ver a Shun prácticamente devorar la que tenía en las manos.

– Si… mi hermano me trajo una manzana una vez pero era verde y estaba agria pero esta está deliciosa, ¿Hay manzanas en el pueblo?

– No… ¿tú no has ido al pueblo? – Shaka meneó la cabeza pero luego frunció el ceño, pensándolo bien y haciendo memoria al hermano de Shun si lo había visto antes en el pueblo pero al pequeño peliverde nunca lo había visto por allí.

– No, mi hermano dice que es peligroso y no me deja ir, él va con Hyoga a vender las verduras y las frutas que cosechamos y recogemos del bosque, va a vender las ovejas que cuida también y nos trae leche, miel y a veces algo de pan.

– Vaya… con razón no te había visto antes.

– Tu vives en el pueblo ¿verdad?

– Si, en las afueras del pueblo en la mansión sobre el puente junto al monasterio.

– ¿Tu vives en el castillo?, mi hermano me llevó hasta allá una vez, hasta el puente y me dijo que algún día viviríamos como reyes en un castillo como aquel, ¿Tu eres un príncipe?

– No… soy el hijo del Lord de Virgo que es uno de los nobles de la región pero no soy un príncipe, mejor cuéntame ¿cómo conseguiste que el conejo se quedara quieto en tus brazos? – a Shaka no le agradaba hablar de su noble origen o sangre, no quería hacer de menos a Shun y mejor cambió el tema de conversación. Shun sonrió y pasó la mañana charlando con Shaka en el sol comiendo manzanas y jugando con el conejo.

 

Esa fue una de las mañanas más hermosas de la vida de Shun, los dioses los bendijeron y esa mañana el sol los calentó sin quemarlos, suave brisa los refrescaba y ambos se quedaron allí apreciando el regalo de la naturaleza hasta que cayó la noche.

– ¿Tienes que irte? – preguntó Shun mirando profundamente los azules ojos del rubio que lo sostenía en brazos mientras lo llevaba cargado hasta el interior de la pequeña cabaña, su hermano mayor no tardaría en llegar de acuerdo a lo que Shun mismo le había dicho.

– Si, pequeño, tengo que irme, debo llegar a casa y el camino es largo.

– Me gusta estar contigo, ¿Vendrás mañana?, mañana si te prometo que tendré una pera para ti – dijo Shun abriendo la puerta de la cabaña dejando ver una sola habitación circular que tenía un par de camas en los dos extremos opuestos de la habitación, en el centro estaba el lugar que servía de hoguera tanto para cocinar como fogata, había una mesa sencilla con cuatro sillas de madera rústica, unas pocas flores en una vasija y varios frascos de hierbas y especies de todo tipo, era una vivienda común y corriente propia de campesinos, muy diferente a la comodidad y lujo al que Shaka estaba acostumbrado. Shun señaló la cama del extremo derecho y Shaka lo depositó en el lecho de paja acomodando su pierna herida sobre el colchón. Shun hizo una mueca de dolor pero sonrió para no preocupar al rubio que se sentó a su lado y tomó su mano.

– Me preocupa tu pie.

– Está bien, Ikky dijo que voy a estar muy bien en pocos días.

– Quieres mucho a tu hermano ¿Verdad?

– Él es todo lo que tengo, nuestros padres murieron hace mucho tiempo y siempre hemos sido Ikky y yo. Él me cuida mucho, mira ahí llega – Shun señaló al horizonte por la pequeña ventana. Shaka vio a lo lejos una antorcha encendida que se acercaba lentamente y escuchó a las ovejas que ruidosas venían por el camino.

– Es hora de irme, vendré mañana por esa pera– Shaka se puso de pie y se agachó para besar la frente de Shun pero el pequeño movió la cabeza levantando el rostro y el beso no fue en su frente sino en sus labios. Fue un beso muy suave y corto, Shun se sonrojó furiosamente sin saber cómo reaccionar y aún no salía del shock cuando Ikky entró por la puerta y abrió mucho los ojos al ver a aquel caballero visitando a su hermano una vez más.

– Buenas noches, mi lord – dijo Ikky haciendo una venia pero Shaka se pudo dar perfecta cuenta de la ira que estaba reprimiendo, era bastante obvio que al muchacho de cabellos y ojos azules no le agradaba que él estuviera rondando a su hermano.

– Buenas noches, yo vine a visitar a Shun pero ya me iba.

– ¿No quieres quedarte a cenar? – insistió Shun tomando la mano de Shaka y apretándola suavemente. El rubio podía darse cuenta claramente de que el muchachito de ojos verdes se estaba enamorando de él y lo veía hasta con admiración.

– No pequeño, debo irme, cuídate mucho.

– Tu también.

– Adiós…

 

Shaka salió de la pequeña cabaña en la que Ikky se quedó de pie por unos momentos en la mitad de la habitación. La noche estaba cayendo pronto y tenía que encender el fuego en la hoguera, eso lo hacía regularmente Shun pero ahora no podía así que dejó los dos conejos que había cazado y se dedicó a encender el fuego en la pequeña cabaña. Shun no sabía cómo hablar con su hermano pero no hizo falta porque cuando Ikky prendió el fuego se sentó en la cama de Shun y lo abrazó al decirle:

– No quiero que salgas lastimado de todo esto, tu eres muy joven y él no es igual a nosotros, él pertenece a otra clase, él es hijo de un lord, es rico y tiene sirvientes, nosotros somos campesinos Shun, cuidamos la tierra y los animales, somos diferentes, él es un pez y tú eres un ave, lo entiendes ¿Verdad?

– Ikky… él no me haría daño.

– Eso no lo sabes, pequeño, a veces hay cosas que no pueden evitarse, nosotros podemos vivir nuestra vida como queramos, somos libres porque no vivimos atados a lo que la sociedad o el reino nos imponga, él no…

– Pero puede venir a vivir con nosotros ¿Verdad?

– ¿En esta cabañita?, ¿Crees que él estaría contento con cuidar ovejas conmigo o con corretear conejos contigo?, Tú eres muy joven y hermoso, tal vez que le agrades y hasta que te quiera pero tú no eres para él y él no es para ti, mientras más pronto lo entiendas Shun menos sufrirás.

– Pero Ikky…

– Solo medita en mis palabras, yo quiero que seas feliz.

– Soy feliz cuando estoy con él.

– Solo piénsalo, Shun, no te dejes llevar que no todo lo que brilla es oro, el traerá dolor a tu vida y lo que yo menos quiero es ver tus hermosos ojos con lágrimas por su causa, no quiero que tu corazón se endurezca como le pasó a papá, yo quiero que sonrías siempre…

– No me quites esto, Ikky, él vendrá mañana…

– Espero por tu bien que no lo haga…

 

Shaka llegó a su casa cuando la cena ya se había servido. El Lord Asmita de Virgo estaba furioso con su hijo, esa noche tenían visitas y le resultó incómodo al dueño de casa explicar la ausencia de su hijo. De cualquier manera Shaka llegó y se unió a la conversación en el salón en donde se unió a los muchachos más jóvenes.

Era el mismo grupo que había estado con él en la fallida cacería: Milo hijo del Lord Kardia de Escorpio, Camus hijo del Lord Dégel de Acuario, Aioria hijo del Lord Régulus de Leo y Mu que era hijo del Lord Shion de Aries. El joven Mu tenía los cabellos lilas y estaba vistiendo una sotana, Shion de Aries tenía lazos con la iglesia local y había entregado a su hijo Mu que ahora servía al Obispo Dohko que también estaba en la reunión. La Iglesia siempre tenía tratos con la nobleza y por lo regular el supremo Obispo estaba invitado a todos los actos sociales y llevaba a Mu con él.

 

– Dónde estabas amigo, ¿Con el muchachito de ayer? – preguntó Aioria tomando un sorbo de su brandy.

– No que tenga que darte ninguna explicación, pero si, fui a ver como seguía de su pie – respondió Shaka en tono agresivo.

No sabía por qué pero le molestaba la sola mención de Shun en labios de sus amigos, es que ellos no se referían a él de una buena manera. Para nadie era secreto que tanto Aioria como Milo iban frecuentemente a las posadas del pueblo y requerían los servicios de las jovencitas y los jovencitos que trabajaban allí. Shaka no lo hacía aporque lo consideraba indigno, eso de pagar por sexo no iba con él, lo mismo pensaba Camus y Mu no había tenido la oportunidad, él había formado parte de la iglesia desde hacía varios años ya.

– ¿Y cómo está? – preguntó interesado Milo con una sonrisa ladina.

– Aún no puede caminar.

– Bueno, eso no es problema, para lo que yo querría a ese muchachito no es necesario que camine, con que gatee es suficiente – dijo Milo y levantó su copa, Aioria imitó su gesto pero Shaka se levantó y salió al balcón.

A veces sus amigos le parecían en extremo desagradables pero era la única compañía que su padre le permitía tener, Mu dejó su copa y salió tras Shaka el que estaba arrimado a la baranda y miraba la luna.

– No tenías que darle el gusto a Milo de verte molesto – dijo el muchacho de cabellos lilas en un tono suave.

– A veces me exaspera, yo no sé cómo tú, de todas las personas, los aguantas – contestó Shaka mirando a su amigo que sonrió de lado y meneó la cabeza al responder:

– Todos ellos también son hijos de nuestro señor, son las ovejas descarriadas que hay que atraer de nuevo al rebaño, ya madurarán cuando se casen y asienten cabeza que es lo que vas a hacer tu ¿Verdad?, eso dijo tu padre en la cena.

– Yo no me quiero casar con Marin, es muy hermosa pero yo… si te digo algo Mu ¿Prometes guardarme el secreto?

– Claro que si, en mi puedes confiar siempre.

– Lo sé, por eso te lo voy a contar, si mi padre insiste en el matrimonio me casaré con ella pero yo… a mi no me gustan las mujeres, no me quiero casar con ella. Si me dieran la oportunidad de escoger me conformaría con una vida en el campo en donde podría trabajar en la tierra y contemplar el atardecer y el amanecer con… con alguien a quien si ame. – el tono de voz de Shaka no era de vergüenza sino mas bien de resignación, él había aceptado hace mucho tiempo su homosexualidad pero estaba muy consciente de lo que se esperaba de él, tendría que cumplir la palabra que su padre le había dado al Lord Orión del Águila de casarse con su hija pero el poder desahogar su alma contándole a uno de sus mejores amigos su secreto le hacía bien, lo que no podía decirse de Mu, el joven sacerdote se había persignado cuando escuchó aquella revelación, el color se le fue del rostro y abrió mucho los ojos en incredulidad al decir:

– Shaka… lo que estás diciendo va en contra de las leyes tanto de dios como del hombre, no puede ser posible… pero ¿De quién están hablando?, ¿Con el muchachito de ayer?, ¿Te das cuenta de lo que estás diciendo Shaka?, solo lo conociste hace un día ¿Y estás pensando en cambiar toda tu vida por él?, ¿Enloqueciste acaso? – Mu no podía creer lo que estaba escuchando.

– Sé que no es lógico pero cuando lo veo mi corazón late con fuerza, quiero estar con él, la simpleza de sus palabras, la serenidad con la que ve la vida, la paz y la tranquilidad que siento cuando estoy a su lado no lo había sentido antes, sé que es una locura pero es como me siento, lo voy a buscar mañana, ¿Guardarás mi secreto Mu?, no quiero que mi padre lo sepa o nadie más, no quiero que me quiten esto

– No… yo… hiciste bien en confiar en mí.

– Gracias Mu… gracias.

 

Shaka abrazó a su amigo y entró de nuevo al salón, en la baranda la mirada compasiva y dulce de Mu se transformó en un segundo cuando sus ojos brillaron peligrosamente, ¿Cómo era posible?, ¿Cómo era posible que Shaka se pudiera encaprichar con ese muchachito sin gracia si solo lo conoció el día anterior?, ¿cómo?

 

Mu lanzó su copa al vacío y miró al cielo con rabia, él había amado a Shaka desde que tenía memoria, había aceptado entrar al clero porque sabía que su amor era imposible, la homosexualidad era un pecado y él no podía caer tan bajo a los ojos de su padre pero eso no impidió que amara en secreto a Shaka todos estos años, solo para venir a enterarse ahora que él también era homosexual y que estaba encaprichado con un muchachito simple, con un campesino de cara bonita, pero no… él no lo iba a permitir, si Shaka no era para él no era para otro.

 

Mu había hecho la paz con el hecho de que el amor de su vida se casaría con alguna chica en el futuro y formaría una familia, tendría hijos, haría lo que se esperaba de él debido a su noble cuna pero… otro hombre no… eso no, otro no se lo quitaría y mucho menos ese muchacho que no era nada ni nadie y que no lo amaba como él si lo amaba.

 

Shaka sería suyo y nadie podría impedirlo…

 

 

Notas finales:

Chan chan chan... Mu desea a Shaka, qué será que puede hacer para conseguirlo?, eso es en el capitulo que viene

Muchas gracias por leer, saludos, bye


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