Alana POV:
Al principio creí que era todo parte de un confuso sueño del que no tardaría en despertar.
Ese sentimiento de desespero inmenso que se desvanecía lentamente conforme avanzaba entre las calles. Pero por pequeños momentos se desprendía de mi mente que lo que estaba pasando no era nada de lo que yo daba por sentado y que el plazo de un sueño no tenia por que alargarse tanto y consumir la vida del cuerpo que habitaba.
Sentía que me consumía desde el centro de mi ser y que debía deshacerme de esa sensación repulsiva que creía que llevaba dentro. Buscaba todo tipo de manera de acabarlo de una buena vez y para siempre, creyendo de forma vacía que podía simplemente echar el problema por la borda y dejar que se ahogara.
Rescatándome de mi ensimismamiento apareció otra persona en el cuadro que me obligo a ver que no era más que la sencillez con lo que las cosas caían y el desprecio que le guardaba yo a todo aquello lo que causaba. La mentira amarga que nos ofrecía la vida al dejarnos despertar cada día esperando fintar a la muerte y hacer otro punto a favor de este espejismo prestado que creíamos nuestro. Era simplemente YO y mi odio lo que provocaba lo que había creído una pesadilla. Esta persona me enseño a vivir, no de la manera en la que la había estado viviendo hasta aquel momento, sino que cambiando radicalmente el sistema que tenía. Aprendí a divertirme, a no arrepentirme, a tomar decisiones y a ser una versión mejorada de mí.
Pero al final nada vale realmente la pena ¿te das cuenta? La verdad es que este sabor a mierda que nos queda en la boca luego de una noche en la que intentamos ahogar nuestra miseria en algo llamado “alcohol” no es nada más que un pequeño precio que se entrega para compensarle al destino los pocos momentos que no pudo deleitarse con nuestra desgracia. Solo es un golpe que nos da para recordarnos que no somos nada y que lo que hacemos, todos esos momentos felices, lo terminamos pagando en algún momento que él elegirá cuando quiera.
Dime si no, pero por donde yo lo veo, si voy a sufrir por algo, más vale que sea algo que valió la pena.
Recuerda que si no tiene sentido, probablemente lo estés viendo desde la perspectiva de la vida depravada de alguien que vive con abstinencia al sexo y al alcohol. Personas vacías sin sentido de la conservación y copadas de amargura, que no han probado el dulce manjar de la lujuria y la libertad. Tienen miedo a entregarse a los brazos de una vida que sí vale ser vivida con todo y los castigos del destino que llueven a cantaros de vez en cuando. No saben lo que significa el no tener miedo y el caminar sin preocupaciones. Porque la ilusión de el que “la vida les pertenece” es aun para ellos una verdad rotunda que les hace eco todas las mañanas cuando despiertan y para ello la única cura es encontrar un ángel de alas negras que les despabile y le quite la cortina negra a sus vacías existencias para que finalmente elijan vivir al máximo.
Yo me propongo ser ese ángel.