“Cierra tus ojos y djate llevar” para que esta historia se guarde en tu corazn por siempre.
Las caricias de la soledad abrazaban las paredes de aquella habitacin, donde comienza esta historia. El tiempo envolva sus nacientes lgrimas en mscaras que an falsas, curaban su dolor.
Su piel clara y suave como algodn y sus preciosos ojos de rub, se reflejaban en aquellos fros cristales del ventanal. Su frente frgil senta el helado sentimiento de aquellos vidrios, y su profundo respirar dibujaba en ellos… anhelos y sueos.
Una noche de imprudente lluvia, un fugaz relmpago lo dej al descubierto. Desde aquella ventana, Sora pudo ver un cuerpo caer. Pareca que el tiempo se hubiese detenido, para que ese momento se tatuara en sus vidas para siempre. Sin pensarlo, afligido y curioso, rompi las barreras de su encierro. Tom una manta. Decidido… sali a buscarlo y a resguardarlo como un tesoro, sin saber si quiera quien era ese extrao.
Se acercaba de manera lenta y cautelosa, lleg hasta aquel desconocido. Se arrim demasiado sin saber que aquella persona levantara su rostro, y clavara sus ojos en l. Ambos se miraron fijamente.
Sus ojos de rub captaron todos sus sentidos, ahogndolo sensualmente sin saber… en su dulce mirada. (Ojos de rub por decir de una profunda gama de color rojo).
Intent pronunciar algunas palabras, pero su cuerpo estaba aturdido. No saba cmo haba llegado hasta all. Tal vez inconsciente, Sora, estaba decidido a socorrerlo. Lo ayud a levantarse y le sirvi de apoyo para no caer. Caminando lentamente, como tallando los pasos en su caminar, lo llev sin pensar hasta aquella pequea casa. Una casa sencilla y humilde, pero clida fortaleza ante aquella lluvia incesante.
Lo llev hasta el cuarto de bao, lo sent en una silla. Busc tallas nuevas y se las entreg. Calcul la temperatura del agua, y le propuso que tomara un bao para calentar su cuerpo. Sin decir ni una palabra, una pequea sonrisa agradecera aqul gesto noble.
Sora preparaba la ropa para lavar, aquella ropa que traa puesta su desconocido invitado. Encontr su billetera sin tocar nada de lo que llevaba dentro… observ una foto vieja de una bella mujer, y la cerr. Encontr tambin su documento, lo abri despacio y cuidadosamente. Solo observ su nombre, Takumi.
Mientras buscaba algunas prendas de ropa para darle, un silencio absoluto invadi la casa… dejando solamente el sonido de la ducha. Sora se asust mucho, pens que a aquella persona le haba ocurrido algo. Solt la ropa que consigui dejndola caer, y corri a ver como estaba su imprevisto invitado. Abri la puerta sin dudar. Se encontr con un esbelto y sensual cuerpo al desnudo, bajo el agua tibia de aquella ducha. Pareca un ngel, pero su cuerpo tena moretones por todas partes… parecan golpes. De repente Takumi abri sus fros y enormes ojos… vio a Sora parado frente a l, y sali de la ducha. Sora asustado como un nio estaba paralizado, no reaccionaba. Takumi lo tom del brazo y lo empuj hacia la ducha, se abalanz sobre l. Takumi no dejaba mover a Sora, le agarr las manos y presionaba su cuerpo contra la pared (una de las paredes laterales a la ducha). Sora pareca haber enmudecido, quera gritar y no le sala la voz.
En ese momento y detenidamente, Takumi observ a Sora como intimidando su presencia, y descubri algo que ya conoca… que haba olvidado... quizs porque tena fiebre, o el paso de los aos. Pudo ver que Sora tena orejas de gato, y que aplastaba contra la pared su sedosa y larga cola felina. La intriga ante a aquel ser, lo llev a pellizcar una de sus orejitas. Sora peg un grito, le demostr a Takumi que eran real.
La lluvia de la ducha no cesaba, sus cuerpos estaban pegados el uno al otro.
Sin siquiera pedir permiso Takumi llev una de sus manos hasta la entre pierna del chico. Aquellos ojos de rub parecan quebrarse de la desesperacin. Sin saber lo que ocurrira, era una vctima?. Takumi comenz a acariciar las partes ms ntimas de Sora. Mova sus manos como modelando la forma de su pequeo pene. Los Gritos llegaron por fin. Sora no paraba de moverse y logr soltarse. Pero su intento fue en vano. Takumi lo persigui,
Sora resbal y cay al piso. El golpe no fue duro porque Takumi logr abrazarlo por detrs, amortiguando su descenso. Pero sus intenciones no eran buenas. Sora estaba boca abajo contra el piso, Takumi se recost sobre l… aunque Sora luchara por levantarse. Estaban totalmente mojados los dos. Takumi tap la boca de Sora con una de sus manos y ejerca fuerza con su cuerpo para no dejarlo escapar. Su otra mano que pasaba por la altura de su ombligo comenz a bajar. Meti su mano por debajo de su pantaln y de su ropa interior. Volvi a aferrarse al miembro del chico y comenz a masturbarlo, primero suave y luego fuerte. Los gritos de Sora queran estallar pero tena la boca tapada. Takumi lo liber pero estaba el piso mojado, por lo que Sora gateando intentaba ponerse de pie. Fue imposible escapar, Takumi se aferr a su pantaln… lo retir al igual que a su ropa ntima… dejndolo casi totalmente desnudo…tena su remera mojada, an puesta. Intentaba escapar y no poda, se resbalaba como un pequeo jabn en una baadera. Takumi, desnudo, lo tom por las piernas y lo empuj contra su cuerpo. Sora poda sentir en su espalda, por encima de su colita, la grandeza de su atacante. Sora estaba enmudecido, afnico de los nervios. Takumi llev dos dedos de su mano derecha hasta su boca, y los llen de saliva… mientras que con la otra mano descubra la colita felina de Sora. Encontr su lujurioso tesoro, aquel acceso a sus ms degenerados deseos. Moj su miembro con la saliva que haba en sus dedos, y tocndose un poco…se dispuso a todo. Se acomod a la altura que ambicionaba y despacio invadi las partes ms personales del chico. Rendido al no poder escapar, Sora relaj su cuerpo… dejando rodar por sus inocentes mejillas un ro de lgrimas. Takumi no aguantaba ms la temperatura del momento y se adentr de a poco en el cuerpo de Sora, lo haca despacio y lentamente.
*Vi lgrimas en sus ojos, quizs era la situacin… pero su cuerpo me llamaba aunque sus labios me dijeran que no. (Como si lo Pensara Takumi).
*Todo su miembro estaba dentro de m, yo solo poda gritar. Su boca estaba sobre mi hombro izquierdo el cual besaba y morda de manera desenfrenada. Su pecho estaba sobre mi espalda, y a pesar de ello senta los intensos latidos de su corazn y su forma de respirar. Cerr mis ojos y ca en su trampa. (Cmo si lo pensara Sora).
Sin querer o dejndose llevar…surgi una potica transformacin, como la de un pequeo gusano a una bella y majestuosa mariposa…as aquellos gritos desgarradores cambiaron su figura… a nacientes, sensuales y profundos gemidos.
La meloda era una sola… ambos estaban en su punto mximo de placer. Sus gemidos se haban unido en una misma sintona. Takumi le quit la remera a Sora, y acarici cada rincn de su espalda.
*Su cuerpo se mova desenfrenado, se alejaba un poco de mi cuerpo… y luego volva a empujar el suyo contra el mo. Senta todo su ser invadindome, cada parte perfecta de su cuerpo estallaba contra el mo. Senta de manera precisa y perfecta cada parte de su cuerpo.
El momento de concluir se presentaba, Takumi se apart de mi cuerpo un momento… y el final. Sent toda su tibia pasin caer sobre mi espalda. Se recost sobre mi cuerpo una vez ms. Su cabeza haba quedado apoyada sobre mi hombro. Pareca un nio pequeo que se dorma de cansancio.
El tiempo era cmplice de los dos… y silenci sus agujas de reloj, y como una postal resguardo en la eternidad nuestros sentimientos. (Como si lo pensara Sora).
Takumi se levant y tom a Sora entre sus brazos. Caminando cuidadosamente lo llev hasta su habitacin y se recostaron juntos.
De frente el uno con el otro se tomaron de las manos, y se miraron fijamente.
*Aquellos ojos de cielo: los ojos de Takumi son de un intenso celeste como el cielo… ya no son fros, ni me dan temor. Son como beber agua pura y fresca para una intensa noche de verano. Ahora me dan tranquilidad y ternura. (Como si lo pensara Sora).
*Aquellos ojos de rub: los ojos de Sora son como el fuego que te atrapa y no te deja escapar. Son como la caricia tan esperada en noches de soledad. (Como si lo pensara Takumi).
Estaban cansados los dos…sin embargo algo inquietaba a Sora. De sus ojitos bellos nacan nuevas lgrimas, pero no deca nada. Una clida sonrisa de Takumi, dibujo otra en el rostro de Sora… y sin decir nada… Takumi saba lo que pasaba.
Quizs dio un giro la necesidad pero no el sentimiento. Sora tom la mano izquierda de Takumi y la llev hasta su pene, algo haba cambiado en l. El rostro de Sora an continuaba sonrojado y el tamao y dureza de su miembro haba cambiado. Takumi sonri tiernamente y comenz a masturbar de nuevo al chico. Sora estaba boca arriba, sobre la cama. Takumi sin dudar mordisque las tetillas de Sora, las lama tambin. Descendi por su pecho hasta por debajo de su ombligo con su clida lengua… estaba muy decidido y no dud de llevar su boca hasta el miembro de Sora. Donde desenfrenadamente admir cada parte, cada detalle. Los gemidos de Sora eran intensos y sensuales, excitaron a Takumi nuevamente.
*Las manos de Sora que agarraban con fuerza aquellas sabanas, viajaban ahora por mi espalda. No s si era la sensacin pero sus uas eran especiales… como garritas tallando sobre mi cuerpo toda su excitacin. (Como si lo pensara Takumi).
Takumi despeg su boca de aquel glorioso lugar, not que se acercaba aquel momento tan deseado. Un gemido intenso nacido desde sus labios... Sora logr terminar. Ante tal escena Takumi no pudo resistir venirse una vez ms… decorando el vientre de Sora y parte de su pecho, con toda su pasin.
*Un placer intenso recorra nuestros cuerpos. Los brazos de Takumi estaban temblorosos. Acerco su boca a la ma… nuestros labios se fusionaron en un apasinate beso ertico. (Como si lo pensara Sora).
Takumi se recost sobre Sora. El cansancio de ambos los una inocentemente. Y en aquel momento mgico ambos se dijeron un Te Amo inesperado!. Dos palabritas que nunca olvidarn y resguardarn por la eternidad en sus mentes y en su corazn… y por todo su ser.
Era un cuadro lleno de magia en el que sumergidos solos los dos, se reconocieron.
Sora se cro solo desde los 12 aos despus que sus padres murieran en un accidente cuando era pequeo, y su soledad era su nico resguardo. Esperaba a diario aquella caricia que rompiera los fros vidrios de su habitacin, y lo salvara de su soledad.
En cambio Takumi haba perdido a su madre de beb quedando a cargo de su padre. El tiempo pasaba y este desagot su soledad, su rabia y una bronca errada sobre su hijo… Takumi… culpndolo de la muerte de su esposa. Cansado de los golpes y el maltrato de tantos aos…Takumi con sus 23 aos decidi escapar de aquel infierno. As lleg hasta cerca de la casa de Sora, una noche de tormenta, en busca de contencin de su mejor amigo de la infancia… Sora de 19 aos de edad.
El tiempo sigui su ritmo, las cosas cambiaron y ellos… ellos son muy felices. Takumi se fue a vivir con Sora. El padre de Takumi pag su error liberndolo de su sufrimiento. Legalmente le correspondieron muchas cosas a Takumi, quien comparti cada una de ellas y ms… con su mejor amigo, su eterno amor… Sora.
Pero esta historia no culmina, y jams terminar. Se ha resguardado en vuestro corazn como en el mo… quien la escribe. Y aunque no sea una historia real… lo ser para aquellos que sin importar la edad nunca dejamos de soar, nunca dejamos de luchar por nuestros sueos, y que con todo nuestro ser…sabemos amar.
Amor Yaoi
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