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Dulce Tentación por MidoriShion

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Notas del fanfic:

Este Fanfic va dedicado a Kurenaix1 que no puede vivir sin MuraAka.. espero que te guste!!!

Notas del capitulo:

OneShot MuraAka... espero que lo disfruten..

Entró a su apartamento, las luces estaban apagadas pero sintió un dulce aroma proveniente de la cocina. Se abrió paso moviendo las sillas lentamente para no hacer mucho ruido. Entró a la cocina y no había nadie, solo estaba la pequeña ollita llena de dulce apoyada en la mesada. Agarró una cuchara y tomó la ollita entre sus manos para probar pero se dio cuenta que de la misma calló un papelito, se agachó para levantarlo. En él estaba escrito:

"¿Quieres saber que tan dulce puedo ser?

Leyó el papel desconcertado. ¿A qué se refería? Escuchó un ruido proveniente del pasillo y dejó la ollita en la mesita donde la encontró, ese dulce ya no le interesaba. Caminó pesadamente por el comedor moviendo nuevamente las sillas y en la entrada del pasillo encontró una gran caja con los más ricos chocolates que se podían encontrar en la tienda, pero esta caja tenía algo diferente. En su interior había un pequeño sobrecito. Lo abrió y encontró otra notita.

"¿Quieres disfrutar el sabor?

Nuevamente no sabía a qué se refería. Miro la caja por segunda vez buscando si había algo más pero en ese momento escuchó la puerta de su habitación cerrándose con fuerza. Mmmm ¿todavía estaba despierto?.. Se fue acercando a su pieza lentamente.

-¿Aka-chin?- Pregunto antes de llegar, pero no recibió ninguna respuesta. Llegó a la puerta y una nueva nota estaba pegada en ella

“¿Puedes comerme?”

Dejo la caja de chocolates a un costado antes de abrir lentamente la puerta para entrar. Las luces estaban apagadas pero podía distinguir una figura sentada en la cama.

-Pasa Atsushi- le dijo y el peli morado avanzó dentro del cuarto viendo con más claridad a la persona que estaba cruzado de piernas y brazos en la cama. La tenue luz la luna que entraba por la ventana resaltaba el blanquecino tono de la piel del más pequeño y sus hermosos cabellos rojos, pero ¿Qué era eso que había en su cuello?

-Aka-chin tu cuello…- Iba a preguntar pero fue interrumpido por el pelirrojo.

-Ven... Pruébalo Atsushi - Ordenó al mayor señalándose el cuello.

Obedeciendo casi al instante el mayor se acercó a la cama tomando ligeramente en sus brazos el pequeño cuerpo de su pareja y lamio la suave crema. Aquello era dulce, pero probándolo directamente desde el cuerpo de Seijuuro, para Atsushi era lo más dulce del mundo. Después de haber disfrutado la crema lamiendo por completo lo que quedaba en el cuello el mayor no pudo parar. Una leve sonrisa se dibujó en el rostro de Akashi.

-¿Te gusta lo que tus labios tocan Atsushi? ¿Seguro no quieres un poco más de eso? – Dijo señalando el pote de crema que había quedado en la mesa de luz. El mayor lo miró y negó con la cabeza.

-No necesito más. El cuerpo de Aka-chin es lo único que quiero saborear ahora.- Dijo mientras levantaba en sus brazos el cuerpo del pelirrojo para posarlo delicadamente en la cama y acomodarse con cuidado sobre él. Desde esa posición podía ver la sonrisa ladina que se formaba en los labios del menor, era una clara provocación. Sin darle tiempo poso sus labios en los del más pequeño besándolo con pasión mientras que sus manos recorrían la suave espalda, bajando lentamente hasta tocar el trasero de este. Separó sus labios al sentir la falta de aire y antes de continuar aflojó la hebilla de su cinturón, en su rostro solo se podía ver lujuria, quería poseerlo en ese mismo instante. Se acercó nuevamente al rostro de Akashi para besarlo pero esta vez fue detenido. El pelirrojo poso su dedo índice en los labios del mayor y lo miró con reproche.

-No Atsushi, esta vez lo haremos a mi manera.- se puso de rodillas sobre la cama y aprovechando la confusión del mayor le quito la remera que llevaba puesta. –Ahora acuéstate mirando el techo.- Ordenó a lo que el pelimorado obedeció sin ninguna objeción. Akashi se dirigió a la mesa de luz y del cajón sacó un par de esposas.

-¿Qué harás Aka-chin?- pregunto Atsushi un tanto confundido. El pelirrojo lo miro y simplemente rió ante la inocencia de este. Tomó las muñecas de Murasakibara y enganchó en una de ellas un lado de las esposas, cruzó el fierro de la cama y esposó la otra muñeca dejando casi sin movilidad al grandote. -¿Aka-chin?- preguntó aun confundido.

-Shhh... No te preocupes Atsushi.- Le respondió el menor, subiendo lentamente sobre el cuerpo del pelimorado. Acomodándose sobre sus caderas con las piernas abiertas pudo sentir la potente erección de este rozando sus nalgas lo que provocó un estremecimiento que recorrió su cuerpo de punta a punta. Con la sonrisa ladina aún dibujada en sus labios bajó lentamente para besar los labios ajenos, jugando con la lengua en el interior de su boca. Atsushi estaba por completo incomodo, de esa manera no podía tocar ni sentir la delicada piel de su amado, varias veces por reflejo intentó mover las manos pero las esposas lastimaban sus muñecas. Sin avisar los labios de Akashi dejaron los ajenos para comenzar a besar suavemente ese tenso cuello, bajó lentamente recorriendo con sus labios el torso desnudo de su amante hasta llegar a su abdomen. El mayor no podía hacer más que disfrutar las acciones del pelirrojo que lo tenía sometido a su antojo y placer. Sin remordimiento, el pelirrojo bajo los pantalones del más grande dejando al descubierto su erecto miembro, tomándolo entre sus manos comenzó a lamerlo de abajo hacia arriba hasta llegar a la punta metiéndolo por completo en su boca. Sin dudarlo comenzó el vaivén en su boca, presionando fuertemente con sus labios el gran miembro de su amante, desde ahí abajo podía ver la cara del grandote haciendo muecas, estaba al borde de la excitación.

-Nghh... A-Aka-Chin... yo… -Antes de poder seguir hablando arqueo su cuerpo ante la llegada del éxtasis, corriéndose en la boca de su amante.- Perdón Aka-chin –dijo desviando la mirada apenado por no poder controlarse, sin embargo al pelirrojo no pareció importarle. Hábilmente trago todo el espeso líquido que quedaba en su boca y relamiéndose los labios dibujo una sonrisa lasciva en los mismos. Se quedó mirándolo por un rato con un gesto de reproche en sus ojos.

-Ya te dije Atsushi que no te preocuparas... Solo déjate llevar.- Sin decir más volvió a acomodarse sobre las caderas del pelimorado, tomó con una mano el miembro semierecto de este masturbándolo con fuerza hasta que volvió a su estado anterior. – Así Atsushi… solo relájate.- Lo volvió a mirar, las muecas de placer del grandote no hacían más que excitarlo. Sin más, se colocó de rodillas sobre él. Lentamente y sin prepararse comenzó a auto penetrarse con el gran miembro de su amante. Mordía sus labios para evitar gritar ante el dolor que sentía, si bien no era la primera vez que los hacían esa posición era de las más dolorosas. Con las manos apoyadas en el pecho del pelimorado continuó bajando sus caderas hasta sentir que lo tenía por completo en su interior. Se quedó quieto por un momento acostumbrando su cuerpo hasta que finalmente comenzó a moverse, lentamente, subiendo y bajando. Desde ahí podía ver el rostro sudado del mayor, sus cabellos revueltos, la cabeza prácticamente hundida en la almohada por el placer.

-Lo siento Aka-chin… pero ya no puedo aguantar.- Si bien tenía las manos esposadas nada le impedía mover su cuerpo. Dicho esto comenzó a mover sus caderas, dando fuertes estocadas al pequeño sentado encima de él. Akashi mordió con más fuerza sus labios tratando de aguantarse los gemidos de placer pero nada pudo hacer. En ese momento se encontraba casi gritando, su cuerpo vivía una mezcla de dolor y placer incomparables. Se atajó fuertemente del abdomen de su amante y con la otra mano comenzó a masturbarse a sí mismo. El mayor continuó las embestidas cada vez con más fuerza hundiéndose en el pelirrojo. Cerró fuertemente los ojos.- Nghh A-Aka-chin... yo nuevamente... ahh... No puedo más.- dijo al borde de la excitación.

-Hazlo Atsushi.- ordenó el pelirrojo quien estaba a punto de correrse a causa de las embestidas y sus propia masturbación. Cerró con fuerza los ojos y encorvando su cuerpo hacia atrás dejo escapar su esencia en el pecho del mayor. El pelimorado apretó sus puños con fuerza, ya que otra cosa no podía hacer y en una última y fuerte embestida acabó dentro del pequeño cuerpo del Akashi quien cayó de súbito sobre él.

-Aka-chin… ¿estás bien?- Preguntó Murasakibara preocupado de haberse pasado. El menor solo asintió con la cabeza para luego quedarse dormido ahí donde estaba, sobre el torso de su amante.

-Aka-chin... Despierta Aka-chin... Debes soltarme… Aka-chin.- Se quejó el pelimorado pero no recibió respuesta alguna. Akashi estaba por completo dormido, rendido en su pecho. Suspiró. Que más daba. Esposado o suelto ahí estaba acostado con él. Con el dulce que más amaba.
Notas finales:

Reviews son amor..!!! toda crítica es bienvenida!! 


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