Un bosque con arboles moviendo sus hojas a cada respiro del viento, sus parpados se abrieron lentamente hasta que se quedaron pasmados, fijos ante un cielo azul adornado con una pequeña ave de preciosas plumas que pasaba casi desapercibida que rodeaba su cabeza.
Una figura de cuatro patas se acerco poco a poco, entre aquel hocico se ocultaban unos hermosos colmillos blancos que brillaban con la luz de la luna.
-estoy perdido ¿podrías ayudarme?-pregunto K poniéndose de pie, apoyando cada palma sobre el fuerte tronco que estaba a su lado .El lobo se quedo quieto sobre sus patas, después de algunos segundos se sacudió moviendo su cabeza de un lado al otro hasta que se acerco al muchacho que acaba de pedirle ayuda, que se veía tan delicado ,tan dulce a lado de un feroz espíritu del bosque, sin embargo el pequeño muchacho se acomodo en el lomo del lobo cuando este se agacho para que el otro subiera.
Cada paso era como si delicadamente el grafito fuera trazado sobre algún papiro de color amarillento, como si una bella historia dibujada por las estrellas hace muchos años estuviera a punto de ser contada.
Siguieron con cada rama llena de hojas rosándolos suavemente, K se mecía de un lado al otro sobre el lomo del lobo.
-alguna vez tuviste un sueño que hizo que tu corazón palpitara sin parar; tengo hambre de hacer mis sueños realidad ¿Qué te parece si nos llevamos nuestros sueños y nos los comemos para no cansarnos?-termino K con los ojos llenos de un brillo especial.
Llegaron a un lago tan puro y cristalino como los ojos del pequeño muchacho con sus aguas cristalinas que reflejaban claramente lo que estaba a su alrededor, donde había un bote de madera flotando sigilosamente un lado, K se acomodo sobre él y el lobo se puso a empujarlo para llegar al otro lado, algunas hojas amarilla, azules y verdes empezaron a caer de los arboles que se movían armoniosamente.
Después de llegar a la orilla y algunos segundos la esencia de tranquilidad fue interrumpida por un aullido lejano que se notaban más cerca, el lobo se puso en frente del muchacho lanzando un aullido al cielo y mostrando sus colmillos blancos como la luna, una sombra oscura se abalanzo contra el, pero el otro se defendió luchando con cada movimiento rápido y llenos de fuerza, cada latido se convertía en una dura mordida, sin embargo las sombras los empezaron a rodear llenando su corazón de sufrimiento al ver al muchacho a punto de caer sobre un montón de piedras trato de resistir pero otra vez apoyándolo más fuerte contra el suelo lleno de verde y ramas secas con hojas caídas. Trataron de dominarlo .Lucho y seguía luchando hasta que las sombras se dieron por vencidas y huyeron escabulléndose entre la luz y la oscuridad.
El lobo se recostó con la respiración agitada sobre la hierba, el muchacho se acerco al lobo y empezó curarlo moviendo delicadamente sus bellas manos, acariciando suavemente la melena de la bestia.
Pasaron algunos días y el lobo, alguna vez llenos de misterio y fuerza ahora yacía sobre la hierba tratando de sobrevivir .Sin embargo esta vez no estaba solo, tenía a lado a un muchacho pequeño pero lleno de alegría .K le cantaba una canción dulce y melodiosa cuando unos cuervos se posaron sobre la rama del árbol que estaba cerca de ellos.
-El no sobrevivirá más tiempo-dijo el más viejo pellizcando su ala izquierda
-Ahora que está casi muerto. Nosotros somos los dueños de el-dijo otro
--Quiero sus ojos
-Y yo su hermoso pelaje-dijo otro
Empezaron los cuervos a gritar, pero K no se aparto de la bestia
-Yo les daré mis ojos a cambio de los suyos-dijo el muchacho
-Pero también queremos su bello pelaje -reclamaron los cuervos
-Entonces les daré mi voz a cambio-y tomo una hoja verde y fresca que había a su lado, la enrollo y soplo a través de ella, entonces unos melodiosos silbidos se empezaron a escuchar.
Los cuervos muy contentos se llevaron los ojos y la voz de K, pero el pequeño sabia que aquellas aves usureras volverían. Y así lo hicieron.
-Nos gusto el intercambio, pero ahora no podrás hacer nada, queremos el corazón de la bestia –chillaron los cuervos, mientras revoloteaban sobre los dos amantes.
-Les daré el mío-grito K
-¿Sabes que morías? , si nos das tu corazón
-Eso lo sé tan bien como ustedes lo saben-dijo desafiante y levantando la mirada pronuncio con agudeza-solo tienen que cuidarlo, tienen que dejarlo vivir; y yo les daré mi corazón y mi vida –término con una lagrima rodando por su suave piel.
Los cuervos maliciosos empezaron a atacar a K y cuando estaban a punto de llevarse su corazón, la bestia dormida se alzo contra aquellas astutas aves y las ahuyento con su feroz gruñido.
La noche se hacía cada vez mas silenciosa, pero el lobo aulló en señal de profunda tristeza al ver a aquel delicado muchacho, totalmente débil y sombrío, sin embargo aun se podía ver una leve sonrisa en sus labios.
La bestia le dio calor al frio cuerpo de K y se quedo dormido junto a él. K empezó a soñar, caminaba sobre un bello campo de flores con los ojos cerrados, de pronto unos cálidos brazos rodearon su cintura.
-Gracias-le dijo el más grande mientras el otro sonreía dulcemente
-Gracias por darme tus ojos, tu voz pero sobre todo tu corazón .Me demostraste que puedo ser amado por alguien que sin saber mi nombre me sigue queriendo..Ahora puedo volver a ser feliz, llenaste mi frio corazón de un calor especial que hace que me den ganas de vivir si estás conmigo, K.
-No es necesario conocer tu nombre, para conocer tu corazón L
-¿Cómo lo sabes?
-Me lo dijo tu corazón…….
La naturaleza se los llevo .Un lobo junto a un muchacho fueron encontrados días después, los pétalos caídos que volaban libres con el viento cubrieron los restos de los dos amantes, sin embargo sus corazones siguen juntos, amándose cada segundo sin parar.
Su historia había sido por escrita las estrellas y contada por el silbido del viento con la brisa del bosque.