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In Secret Love We Drows por Luna Shinigami

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Yu Gi Oh

"In Secret Love We Drows "
By: Luna Shinigami

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El suave telón fue levantado con paciencia y pericia, el rojo de la tela se difuminaba con el dorado de las pequeñas aplicaciones.

En primera fila se encontraba la familia Kaiba… una de las más prestigiosas del país y de la región oriental del continente…

Eran cuatro hombres, el padre… Gozaburo Kaiba un hombre serio de principios ortodoxos y conservadores, un tanto cruel con sus hijos sobre todo con el mayor
… que eran tres; el mayor Seto Kaiba, con unos ojos azules y penetrantes, el cabello castaño, frió, petulante y según decían muchos sin corazón, tenia 20 años; Noa Kaiba su mellizo, eran completamente diferentes, este tenia el cabello entre verde claro y azulado claro, con los ojos azules como los de su hermano pero con una sonrisa alentadora y muy manipuladora y finalmente estaba el menor Mokuba Kaiba, con el cabello oscuro como la noche y con los ojos iguales a los de sus hermanos con apenas quince años.

Su debilidad era el teatro, la música clásica, la alta alcurnia de la aristocracia, fue allí cuando vieron los tres la ilusión más bella del mundo, un ángel rubio que tocaba finamente.

Cuando el telón subió por completo comenzó el solo de violín por parte de un chico rubio, no mayor que los mellizos Kaiba… tenia unos gruesos lentes oscuros que tapan completamente la visión de sus ojos, estaba vestido de negro y en sus manos tenia un delicado stradivarius… todos los del memorable publico quedaron fascinados con la pequeña aparición…

Pero aun más con la interpretación del violín en esas manos, por primera vez en su estoica y corta vida, el ojiazul de cabellos castaños abrió los ojos para poder apreciar más al joven… como reconociendo desde lejos a ese ser, su memoria no encontraba datos pero su cuerpo y su inutilizado corazón si… pero eso era casi imposible… aunque Noa también esta estupefacto viendo al rubio mecer sus cabellos y ladear su cabeza cuando afianzaba más el violín en sus manos … ambos quedaron hechizados por las notas de tan encantadora sirena…. Las notas tristes y nostálgicas hicieron que los corazones de muchos se paralizaran… finalmente se termino el solo y dio el comienzo de aquel lujosos teatro, claro que los mellizos ya no pusieron más atención, sino que sus mentes recreaban una y otra vez la forma de aquel sireno en forma de ser humano…


El rubio caminaba despacio detrás de bambalinas y cerro sus ojos cuando un olor casi asfixiante llego a su suave olfato.

-estuviste bien…- murmuro la voz que hizo estremecer al rubio bonito.

-gracias señor Deblin…- murmuro entre dientes, para seguir caminando pero el hombre no lo dejo seguir tomándolo de un brazo y lanzándolo contra la losa fría, sabia que iban a golpearlo, pero alguien lo evito, lanzando un puñetazo al estomago del sujeto.

-le dije que si volvía a tocarlo se moría, ¿tengo que hacerle gráficos?- dijo fríamente la voz, mientras ayudaba a levantar al excelso violinista -estas bien???- le pregunto al chico rubio entre sus manos.

-sip… gracias Antul….- susurro entre los dientes recargándose en los brazos de aquel hombre de cabellos negros.

Salieron juntos de aquel teatro, haciendo que el frío de la noche sucumbiera a sus huesos, el rubio enfoco su rostro en el cielo y Antul lo abrazo tiernamente por la espalda.

-en que piensas ..???- pregunto dándole un pequeño beso en el cuello.

-en que seriamos si fuéramos libres???... digo si Yami pudiera tener otra oportunidad aparte de tocar el piano, o si Tristan no tuviera que ser chelista, o si tu no tuvieras que ser flautista o si yo tuviera que ser violinista, si hubiéramos tenido la oportunidad de hacer algo más…- dijo cansado y bajando el rostro para poder abrazar más al chico pelinegro que tenia su edad.

-es estupido pensar en algo que jamás podremos tener, Joey y lo sabes…- dijo cansado, besando el cuello de aquel rubio, sin que este se inmutara por aquello lamiendo aquella delicada piel que era dulce como la miel… sintieron que la gente comenzaba a salir y se separaron un poco, el ojiazul y el chico de ojos ámbar solo se miraban en silencio, bueno el ojiazul lo miraba ya que el otro aun tenia sus gruesos lentes puestos.

-debemos ir adentro… no creo que al amo Pegasus, le guste saber que estamos afuera…- dijo cínicamente el pelinegro.

El rubio solo sonrió dándole la mano a aquel joven… intentaron entra por la puerta trasera del teatro pero les fue imposible, la mano de un pequeño lo sostenía.

-disculpe joven… yo quería felicitarlo…- dijo el chico de cabellos negros, el menor de los Kaiba, Antul se tenso cuando vio allí a la familia Kaiba, a la familia victima de todo su sufrimiento y toma la mano de Joey más fuerte.

-muchas gracias pequeño…- murmuro Joey sonriendo… sintiendo el temblor de su "amigo"… sintió las presencias de los otros pero ni se inmuto, solo le hizo una leve reverencia al pequeño frente a él y dio la vuelta, para asombro de los Kaiba, ya que nadie los había tratado tan fríamente.

Joey caminaba aun con una temblorosa mano del muchacho que vestía de negro -eran los Kaiba ¿verdad?- pregunto sin sonreír.

-que comes que adivinas amigo mío… eran ellos…- dijo amargamente entrando a un sótano debajo del teatro principal, allí donde estaba su amo, en la oscuridad solo se podían escuchar los suaves murmullos y notas del chelo y el piano, que traían tanta tristeza contenida… imposible de no escuchar…

Con cuidado Antul le acerco el violín a su amigo y él se dispuso a tocar la flauta traversa… las notas de los cuatro eran verdaderamente tristes… de repente el piano ceso toda nota y los pasos del pianista llegaron hasta donde estaba el flautista.

-perdóname cuervito…- murmuro Yami antes de silenciar aquellos labios con un beso apasionado, las notas del chelo y el violín embargaban el lugar, los amigos llegaron hasta una lujosa cama donde se recostaron entre besos y caricias, el llanto en los ojos del ojiazul no se hizo esperar, mientras su "amigo " entraba en él y lo embestía con una fuerza sobre humana, llegándole a doler incluso las entrañas… los músicos no cesaron de tocar, incluso cuando un tercer miembro llego a la sesión de sexo, el hombre de cabellos violetas, arranco a Yami del interior del chico y lo embisto fuertemente… ordenándole al chico de cabellos tricolor que pusiera su miembro en la boca del flautista…. Como pudo Yami obedeció cerrando sus ojos ante el dolor ajeno… estaba sentado en el pecho de su amigo mientras su amo lo poseía salvajemente… no era justo… pero no era la primera vez ni seria la ultima para ninguno de los cuatro.

Los músicos no cesaron de tocar y cada vez lo hacían con más ahínco… no debían fallar… no podían darse ese lujo… finalmente el hombre y Yami descargaron en el cuerpo del pelinegro todo su esencia, Yami se vistió y volvió al piano, mientras que el hombre le indicaba a al castaño de ojos mieles que se desvistiera y dejara el chelo… así lo hizo, el pelimorado, comenzó a masturbarlo y al encontrarlo lo suficientemente duro hizo que entrara en el pequeño flautista… que se retorcía del dolor, pero el flautista sabia que quería su "amo" verle sangrar … así que sintió cuando un segundo miembro entro en su boca y de nuevo toco tragarse todo el néctar de su amo, el violín y el piano sonaban tristemente.

Tristan lo embestía duramente…. Mientras su amo se masturbaba le encantaba que sus pequeños se divirtieran un poco con el ojiazul… lo beso con dureza y obligo a Tristan a que lo penetrara más duro… así se divertía el hombre… torturando a los pequeños…

Luego el turno de "divertirse" fue para el rubio que fue obligado a sentarse y en él su amigo… el rubio lo besaba con cariño y con pequeños mordisquitos en su cuello como para que olvidara que de cierta forma lo estaba violando… hasta que no resistió más y mordió finamente la yugular de su amigo con sus afilados colmillos… sabia que lo que hacia estaba mal, pero necesitaba beber de su sangre…. El hombre de cabellos violeta claro sonrió… así siempre había sido el rubio, el mejor de los cuatro…

Lamentablemente así siguió la noche para todos los muchachos… una noche como siempre en sus "entrenamientos"


El castaño ojiazul miraba las afueras de su mansión, todo el tiempo había estado pensando en aquel angelito rubio, en aquella tristeza de sus notas del violín… pero al parecer no era el único….

Estaba pensando en sus suaves manos, en su tersa piel, en su rostro lejano pero conocido, una sentimiento cuando lo vio se despertó en él de manera curiosa, como cuando veía aquel fantasma que lo cuidaba en las noches y lo escondía en los entrenamientos de su padre, aquel fantasma de ojos rubios que lo cuidaba de todo mal…aquel fantasma rubio tan parecido al violinista de notas tristes…

Fue cuando escucho la puerta abrirse y dejando ver el cuerpo de su malogrado mellizo.

-hermano que haces tan tarde levantado????- pregunto su mellizo.

-lo que haga o deje de hacer Noa, no es tu problema….- respondió secamente, mientras se apartaba de la ventana y tomaba un pequeño morral de piel negra y se colocaba una capa para salir.

-de nuevo a la caza… hermano mío…- dijo petulantemente Noa -hagas lo que hagas… no me importa pero el rubio es mío…- sentencio -lo sabes, desde que lo vimos lo sabes, así que haz lo más sano aléjate de él… Seto….-

el ojiazul no lo observo, solamente se alejo de su mansión tropezándose con su padre y luego de la venia que este le dio… salio de la mansión, una encumbrada de la alta sociedad, inmensa, demasiado para cuatro personas… camino lentamente por los caminos empedrados y subió la capa a su rostro… ese era su trabajo, capturar y destruir, esa era su vida, la vida del hijo mayor de los Kaiba… de una familia completa dedicada a librar a Gran Bretaña de todas las alimañas del universo.

Sentía la brisa suave en su rostro pero aun pensaba en aquel joven rubio que ni se inmutaba con su presencia cuando todos parecían tenerle miedo y respeto, sonrió, nadie les había temido… y aunque el rubio jamás los miro al rostro, sabia que no les tenia miedo, era más como un odio silencioso, de repente sintió la sombra de su próxima cacería pasara a un lado suyo.

Tomo una flecha con la punta en plata y disparo a la sombra, que se tambaleo de un lado a otro… otra flecha… y la sombra extrañamente seguía de pie… con sigilo se fue acercando para ver más de cerca de su presa… le extraño muchísimo ver a un joven con el cabello oscuro y los ojos verdes delineados que sonreía, eso era lo extraño.. Sonreía el muy maldito animal… sonreía sabiendo que su muerte estaba próxima…

El sujeto volteo a ver al castaño y sonrió más alocadamente, mostrando unos colmillos alargados en su dentadura perfecta.

-si es el mayor de los Kaiba…- dijo sardónicamente.

-quien eres???- pregunto entre frió y asustado el castaño ya que jamás en lo que llevaba de su caza nocturna alguien había sobrevivido a una flecha de plata y menos a dos.

-déjeme presentarme - respondió haciendo una venia - soy Duke Deblin… socio de su padre en el teatro, joven Kaiba…- otra risa sardónica - ah y amigo cercano de Maximillian Pegasus su padrino, mi joven señor…-

El ojiazul abrió los ojos grandemente, un demonio nocturno no tenia nada que hacer con los hombres que se dedicaban a cazarlos… era mentira, con firmeza tenso de nuevo el arco y otra flecha de plata se clavo en su corazón, el chico de ojos verdes dejo de reír mientras el sabor metálico de la sangre inundo su boca y lo hizo caer de rodillas.

Las flechas de plata empezaban a quemar su piel y sus órganos internos, Duke se maldijo mentalmente por ello, ¿Cómo había caído en las garras de un niñito tonto?, solo habían sido cinco minutos después de la hora en que su amante le había dicho que saliera… cerro sus ojos con impotencia esta vez Pegasus no lo iba a salvar… sonrió sarcásticamente… por lo menos el idiota que lo había golpeado en este momento debía estarse arrepintiendo de vivir esa vida maldita…. Escucho los pasos cercanos del ojiazul y al levantar su mirada esmeralda, se topo con los ojos azules más fríos que había visto en su vida… vio como el chiquillo Kaiba sacaba una especie de hoz y luego no sintió más.

Por otro lado el ojiazul vio como aquel cuerpo que estaba a su diestra comenzaba a quemarse lentamente y luego salir incinerado… era el fin de esa alimañaza, pero que tenían que ver su padre y su padrino en todo esto?... Ra posiblemente una maldita mentira, así que volvió en sus pasos para la mansión… ya había acabado esta noche con un maldito mal nacido ente de la noche… sonrió un poco, tal vez tendría la oportunidad de ir de nuevo al teatro mañana….


El cuervo del pelinegro estaba hacia un lado y el pelicastaño lo limpiaba con cuidado.

-auchhhh…- dijo pasito.

-quito Antul, si te mueves no puedo curarte…- respondió Tristan -Joey aléjate de la ventana…. Yami tráelo para acá….- murmuro el castaño, mientras el pianista se acercaba al rubio violinista y lo quitaba de la maldita ventana.

-como esta Antul??'… pregunto Yami, mientras el rubio se recostaba debajo de la cama, esperando que el sueño lo venciera.

-estoy bien… ¿Qué le pasa al rubio?- pregunto el cuervito alzando la cabeza y mirando al chico de ojos violetas.

Yami se encojio de hombros y dijo como sin importancia -se siente culpable por lo que te hizo… sabes que a él no le gusta alimentarse de esa forma…-

Antul sonrió y se vistió con cuidado bajo al suelo de la cama y acaricio los pequeños mechones rubios que habían sido visibles a esta insipiente mañana -no te preocupes, rubio bonito…e s natural…a demás así evitaste que el amo me diera un castigo más fuerte…- sonrió tomando la mano de su amigo, oculto de la luz solar en aquel pequeño lugar.

-esta noche estará de peor genio cuando se entere…- la voz fría e insensible del rubio hizo que tanto el chelista como el pianista bajaran a mirar debajo del lecho.

Tristan tembló fuertemente -de que tenía que enterarse???-

-Deblin murió esta madrugada… lo mato un Kaiba….- dijo sin ningún temblor en la voz.

Ya mi se levanto con rapidez y comenzó a moverse desesperado por la habitación -nos culpara… nos culpara, por estarnos "entrenando" no cuido a su amante y nos… dios que vamos a hacer???-

Antul dejo que una pequeña lágrima cubriera su rostro y Tristan fue a calmar al chico de cabellos tricolor que estaba por más desesperado.

Joey solo ladeo su rostro y toco con sus manos el violín tratando de ponerse a tocar en su incomoda posición, las notas eran estridentes y cargadas de rabia, no solo ante su supuesto amo sino también a aquella persona que les había desgraciado la vida y sobre todo a él… aun recordaba la ultima vez que vio a ese hombre inmundo que tenia poder… un hombre de cabellos grises y alto con los ojos grises, la única y la ultima vez que lo vio, pronunciando su maldita sentencia.

"el reto para Seto"

el arco se movía grácil mente entre las cuerdas, cuando escucho las notas violentadas del piano y el llanto inclemente del joven, era obvio, a pesar que Pegasus se ensañara con todos igual tenia cierta fijación por el pianista de cabellos tricolor… y el miedo de su amigo era fácilmente notable… el chelo le hizo compañía, una migo eso era Tristan… un amigo, un hermano muchísimo más que un amante, así hayan sido obligados a compartir el lecho, los besos, las caricias y el sexo, solamente eran buenos amigos y hermanos por pacto. La flauta se unió lisonjera a la tristeza, una que hizo que una lagrima que no había salido en años de su rostro fluyera tristemente, un pequeño que nunca debió estar allí y cual único pecado fue estar en el momento equivocado de la hora equivocada, del día equivocado, que recordaba de su bello amigo nada, ni siquiera la forma de su labios o sus ojos, nada, lo único que sabia era que tenia el olor a violetas y sándalo y que su cuerpo tenia marcas de sus pequeños instintos por volver a sus más primitivas ansias…

Escucho pasos furiosos por el pasillo y alerto a sus amigos con dos notas más elevadas del violín… era un código, los muchachos se tensaron pero trataron que el pánico no los venciera a la hora de enfrentar a la bestia que los había recogido.

La puerta se abrió de par en par… dejando ver a un mal humorado Maximilian Pegasus, su amante no había regresado y eso lo tenia de pésimo humor.

-Joey…- pronuncio como una sentencia de muerte.

-si amo- respondió de manera monótona quitando sus manos del violín y prestando atención hasta el más leve murmullo de su amo.

-donde esta Duke???- pregunto impaciente.

Joey sonrió, sabia que lo iba castigar pero el momento en que escuchara el corazón rompiéndose de ese hombre seria pago a todo -ha muerto señor, el joven Kaiba lo asesino esta madrugada…- dijo secamente.

Y efectivamente escucho un imperceptible sonido de dolor de aquel hombre y sonrió más fuerte, quien pudiera ver su rostro bonito, vería claramente que era una sonrisa macabra y fría desprovista de sentimientos, solo burla al dolor ajeno… escucho cuando las cortinas fueron cerradas… en aquel sótano había una ventana de conexión a otro cuarto que dirigía hacia las escaleras… que hacia que la luz del sol fuera necesaria… y obligatoria en ese lugar.

-ustedes ponganse a tocar¡¡¡- grito duramente el hombre y saco del cabello al rubio… al escuchar las tonadas pudo escuchar los sollozos silenciosos de sus hermanos de tormento.

Una patada llego a su cuerpo, como mieles de golpes más…. Se escucho a lo lejos el suave aleteo de un látigo y el rubio de ojos miel abrió sus ojos, el primer latigazo llego presto pero no grito, a ese le acompañaron una lluvia de golpes más dados que inundaban su cuerpo… aunque era preferible eso a ser obligado a uno de los vejámenes del pelilila.. Cuando el cuerpo pálido del joven rubio brotaba un líquido rojizo de su cuerpo se detuvo, alzándole el rostro.

-esta noche será tu ultima noche Wheeler… esta noche vendrás a tocar en la residencia Kaiba… querido ..- dijo dejando a los chicos en Shock.

Por fin el día por el cual había sido torturado y entrenado desde los ocho años venia y no sabia si sentirse feliz o triste, de cualquier manera si salía vivo o muerto se libraria de vivir con el hecho de maximilian Pegasus en su vida.

Sonrió sarcásticamente levantándose del suelo, dejando que la suave sangre tiñera su cuerpo blanco de rojo escarlata… el cabello rubio parecía brillar más ante la posibilidad de ser libre.


La noche llego con rapidez y con delicada ausencia la luna no apareció en el firmamento, como mal augurio para cierto castaño que se movía rápidamente entre los pisos de su habitación, fue cuando el suave golpeteo de una manito en la puerta lo hizo salir de sus cavilaciones.

-Seto.. Estas bien???- pregunto el pequeño con voz tierna

-entra Mokuba….- dijo suavemente a la única razón por la cual podía sonreír en esa casa.

El pequeño lo hizo y entro despacio para poder ver a su hermano, definitivamente el castaño era un espectáculo digno de ver, traía una camisa blanca, con un pantalón café y en conjunto con una chaqueta a la cintura que le llegaba hasta las rodillas, todo un buen ejemplo de caballero del siglo XVIII… el pelinegro sonrió.

-estas nerviosos Seto???- pregunto el pequeño.

-no- mintió el mayor -aunque no se porque hoy tiene que ser la prueba final de los cazadores, tiene que ser precisamente hoy…- dijo sentándose en la cama y afilando el pequeño cuchillo con mango de oro que tenia en su mano.

-es eso o estas nervioso porque veras de nuevo al ángel rubio del teatro de ayer…- sonrió Mokuba al ver el pequeño sonrojo que se formaba exquisitamente en las mejillas del castaño.

-Mokuba que cosas dices….- dijo poniendo más énfasis en el cuchillo para no ponerse más nervioso.

-la verdad… ese ángel rubio impacto a todo el mundo… sobre todo a Noa, que no ha hecho más que decirle a mi padre que lo contrate permanentemente…que lo quiere de sirviente en la mansión… Noa esta loco…- termino diciendo Mokuba en una sonrisa…

-no esta loco, es un imbecil…- el castaño se levanto ofuscado, su hermano menor por apenas unos minutos no era santo de su devoción, ya que a pesar de su apariencia tranquila era igual de venenosos a su padre e igual de cruel… les gustaba capturar a los entes nocturnos para torturarlos de la forma más cruel y luego de semanas de daño los mataban… para él lo mejor era una muerte digna… aunque sea eso se merecían.

Mokuba lo miro fijamente sabia que lo que decía Seto era cierto, su hermano Noa tenia una forma cruel de divertirse y para muchos eran sabidos los desmanes del muchacho, que no solo se divertían saltando mujeres en los caminos y violándolas salvajemente sino también torturando a los entes oscuros de las maneras más dolorosas que podría encontrar una mente humana…sentía lastima de aquellos que caían en las manos de su padre y Noa, fuera lo que fueran no merecían ese tormento… abrazo a al castaño aquel único ser humano que creía lo suficientemente bueno para vencer la maldad de su alrededor… la noche continuaba lamentablemente para mal…


Todo estaba dispuesto.. Yami miro con terror aquella gente le daba mala espina y solo pudo aferrarse a la mano del rubio que estaba enfrente, con una actitud soberbia… las miradas recaían en el rubio, ya que él seria la atracción de la noche.

Sintió como la mano de aquel hombre rubio lo tomaba con fuerza y luego depositaba un tierno beso en sus labios.

La noche comenzó tocando macabramente para aquellos hombres, ese era su maldito teatro.. Antul vio como llegaban los Kaiba y el mayor de ellos, Gozaburo miraba a Joey lujuriosamente… trato de pensar en otra cosa, cuando comenzaron a tocar haciendo que la gente se sentara a su alrededor disfrutando de una noche macabra que daba por comenzar.

Con una pequeña inclinación de la cabeza el rubio dio por iniciada la velada y comenzó a mover el arco y tocar especialmente una tonada macabra e insultante , los demás le siguieron y la música era deliciosamente salvaje y sádica, como si llevara a los cuerpos a entregarse vilmente en un maremoto de sangre y lujuria.

El castaño miro fijamente aquel cuerpo del ángel que lo había cautivado desde que lo vio, ahora tocando esa tonada más parecía un demonio que un ángel.

Su mirada azulina noto que este tenia los ojos cerrados como una especie de ritual y algo en él le pareció extraño, algo que antes no había notado… las notas se hicieron más fuertes sorprendiendo a todos incluyendo a Pegasus y a Gozaburo… un viento fuerte quebró absolutamente todos los vidrios de la mansión, pero la música no cesaba, parecía que esta estaba empujando a la naturaleza a destruir aquella mansión.

La gente comenzó a correr como loca entre tropezones y golpes, pero los músicos ni se inmutaban por aquel pequeño aviso de la naturaleza… finalmente solo quedaron allí los Kaiba, los músicos y Pegasus… pero las notas lejos de apaciguar fueron cada vez más martirizantes, al punto de hacer que el viento llegara hasta el cuerpo del rubio violinista y lo hiciera revoletear con gusto, lentamente esos ojos bonitos se abrieron por primera vez en diez años… mostrando un color ámbar hermoso aunque lamentablemente sin vida alguna en ellos, ahora por fin el castaño había visto el porque. De que su apariencia fuera algo extraña.

-yo soy el reto…yo soy la prueba final- murmuro el rubio en tono frió y a Seto Kaiba lo dejo congelado.

Los músicos dejaron de tocar, más sin embargo ese viento antinatural no se iba de allí… -dile al menor que salga de aquí… solo a él lo dejare salir…- replico en voz fría..

Mokuba tembló ante la actitud del rubio violinista que había cautivado su joven espíritu de artista.

-Wheeler a que juegas¡¡¡¡- dijo duramente Pegasus mirando al que por años había torturado.

El rubio ni le presto atención seguía mirando fijamente y sin mirar al castaño -dile que se valla es por su bien…- dijo en un tono más suave… tratando de medio sonreír.

El ojiazul por fin conecto su cerebro con su habilidad lingüística -Mokuba sal de aquí…- replico sacando su arco y apuntando contra el rubio, este ahora sonrió de verdad, el pequeño seria salvado, lo único bueno que haria en su corta y patética existencia.

-pero…- trato de decir el pequeño, algo para hacer reaccionar a los que se encontraba allí.

El pianista se acerco lentamente al pequeño y le dijo con dulzura -ve, tu hermano saldrá en un momento… pequeño…- dijo suavemente haciendo que el pequeño Mokuba abandonara la habitación y la mansión.

El viento se volvió más duro y la expresión del rubio se endureció, haciendo que se volcaran los objetos y que los cuerpos se pudieran medio mantener.

-Antul, Yami, Tristan… salgan de aquí….- dijo el rubio y eso a los demás no les causo la menor gracia.

-nunca rubio tonto…- dijo Antul parándose a un lado de él, Yami lo imito y Tristan igual…

-tontos que salgan¡¡¡- dijo desesperado, sentía como el arco del ojiazul se tensaba y aquellos hombres tenían en sus chaquetas armas con balas de plata.

No lo pensó dos veces y cerro sus ojos llevando el violín a sus manos y tocando con fuerza, de nuevo aquel viento que se apodero de los tres muchachos que fueron despedidos duramente por una ventana. Las demás vías de acceso prohibían que los cuatro humanos escaparan.

El ojiazul miraba aquel joven que le robo el corazón y ahora debía matarlo para cumplir con la orden ancestral de su familia… una flecha salio disparada de su ACRO pero Joey a penas y si se movió esquivando la flecha.

-joven Kaiba,…. Prométame que si sale de aquí con vida, liberara a mis amigos…-

El castaño lo miro, Sabih que el rubio debía morir -lo prometo…-

Noa se acerco a su padre y sacaron dos dagas con las cuales comenzaban acercar al rubio.

-que te pasa Wheeler… tienes miedo…- dijo el mellizo de Seto Kaiba -hermanito, ya ves porque quería al rubio, un hermosos vampiro…-

-lo sabias???- pregunto perplejo Kaiba.

-si, nuestro padrino lo entreno bastante bien…- dijo en tono sardónico mientras e iba de tras del rubio pero este con una habilidad mucho más superior le dio la vuelta y de sus uñas las garras de vampiro comenzaron a estrangular al joven mientras sentía como los huesos frágiles del cuello colapsaban en sus manos suaves de violinista…que solo atino a sonreír por la mejor melodía que llegaba a sus oídos.

Todos quedaron en shock cuando el cuerpo sin vida de Noa Kaiba cayo a sus pies… con un fulgor r de muerte el rubio vampiro comenzó a incendiar las cortinas y las puertas de aquella mansión.

-que te pasa imbecil… -dijo preocupado Pegasus -esto no debía acabar así…yo no te entrene de esa forma…-

-lo se…- dijo fríamente y con una velocidad asombrosa se acerco al que en otrora fue su amo y su verdugo clavando sus uñas en su corazón y sacándoselo de la caja toraxica haciendo que cayera de rodillas ante el rubio.

-negro, como tu alma…- dijo antes de destripar aquel insano músculo que durante años estuvo en el cuerpo del pelilila… la sangre cubrió sus finos dedos, que lamió como si fueran un rico dulce… la hora del mayor de los Kaiba había llegado pero el ojiazul se interpuso entre su ángel y su padre.

-no pasaras de aquí…- aléjate Seto..- pronuncio en voz grave -no es a ti a quien quiero matar… es a tu padre que me convirtió en lo que soy…-

Seto abrió los ojos con asombro cuando vio como su padre ante sus ojos se transformaba en un ente de la noche, alargando sus colmillos y mirando fijamente al rubio.

-Seto, Seto, mi querido Seto… te entrene bastante bien… eres el mejor cazador que he visto en siglos…. Ahora te presento a mi verdadero hijo… a Joseph… el vampiro que durante años a estado aquí junto a ti…- dijo en tono tenebroso, cuando se acerco al rubio este le dio un manotazo dejándolo en el aire.

-suéltame, tu no tienes derecho a llamarme hijo…- respondió secamente l rubio.

-que delicado… lo prometido es deuda… jamás lo lastime, ahí esta al pequeño dragón con vida y viviendo mucho mejor que tu, hijo mío…- sonrió el hombre lanzando al castaño en los brazos del rubio, que solo atino a abrazarlo y darle u pequeño beso en los cabellos castaños… ese gesto esa caricia, ese olor… el que lo estaba abrazando era su fantasma de cabellos rubios.

-no tenias porque a verme vendido a Pegasus…- dijo con enfado el rubio sin soltar al ojiazul.

-tu te lo buscaste…porque intentaste salvar a ese mocoso y a su hermano…Mokuba solo es un estorbo a mis planes… debí haberlo matado…- dijo fríamente acercándose a Noa y clavándole los colmillos para beber algo de su sangre aun caliente, haciendo que esta se deslizara por el mentón y finalmente por la clavícula -además que bien que disfrutaste tu estadía allí… según Pegasus nunca vio a nadie montar tan bien como tu jajá jajá…- el rubio lanzo con tal atino una de las flechas que tenia el ojiazul que la clavo en el hombro derecho del mayor.

-no sabes lo que pase…"padre"… golpe tras golpe, violación tras violación… dolor tras dolor… maldito seas mil veces…- dijo sin aliento y el ojiazul se congelo.

Que era toda esa pesadilla que estaba pasando, comenzó a hiperventilarse por el humo que hay adentro de la habitación.

Gozaburo retiro la flecha de sus hombros y la sangre se escurrió como un rió

-te negaste todo, desde el principio renegué de ti, un vampiro con sentimientos humanos, imposible….un inútil que defendía la vida ajena por la propia… un vampiro que negó el poder de ver por salvarle la vida a un niño frágil y enfermo…- Seto lo miro fijamente volteándose en los brazos del rubio y el hombre que creyó su padre rió macabramente -si Seto, ese imbecil rubio que te tiene entre sus brazos sacrifico su visión por ti, por eso no es más que un maldito inútil, el día que te encontró estabas temblando del frió entre las calles de Londres con un pequeño entre manos, tenias fiebre y él te encontró -señalando al rubio que le sostenía la mirada - te trajo a casa y te abrigo junto con los otros huérfanos que había escondido en la azotea… entre ellos Noa… que se aprecia a ti, pero estabas débil y enfermo, así que bajo solicitando mi ayuda, yo solo le pedí una cosa, su visión a cambio de tu patética existencia… luego fue fácil dejarlo abandonado a manos del sadista de Pegasus para que entrenara sus ojos y que mejor que la música para ello junto con los otros tres huérfanos que había salvado de morir igual que tu… no sabes lo que me satisfizo la primera vez que lo vi llorar debajo de ese loco pervertido, por fin me vengaría de tu sangre… de tu madre….- sonrió más macabramente.

El ojiazul preparo en su mente y los fragmentos de ella…

Antes de entrar a esa casa no recordaba nada, pero después… cuando entrenaba para acabar con cualquier vampiro… su padre lo disciplinaba fuerte siempre se escondía en la azotea para poder ver entre un rincón a su fantasmita rubio que le besaba con cariño los castaños cabellos… ahora que miraba bien al rubio, veía la razón de su ser sin vida..

-padre me entrenaste bastante bien… -replico el ojiazul, sacando unas flechas y disparándolas con gusto contra aquel hombre.

-no Seto…- lo agarro fuertemente el rubio tratando de que no matara al otro vampiro.

-quieres que lo salve??- pregunto escéptico.

-tu nunca le ganaras… mí pequeño cazador…- sonrió de nuevo y se atrevió a darle un pequeño beso en los labios lo cual sorprendió al ojiazul -lo único que lamento de no poder ver son tus ojos azules…- otro beso más apasionado dejando al ojiazul en la inconciencia y recostándolo detrás de unos sillones, el fuego jugaba a consumir todo.

-que piensas hacer hijo mío??- Dijo con sorna Gozaburo quitándose las tres flechas de su pecho.

-matar a una rata infeliz.. Que se cree dueño del mundo y sus alrededores, algún problema padre mío…- respondió con una sonrisa, tomando entre sus manos al ojiazul y lanzándolo con una fuerza impresionante por la ventana para que cayera en la fuente.

-siempre lo mismo, maldito corazón que tienes hijo mío…-

-si padre maldito corazón que me hace amarlo…- respondió lanzándose en contra de aquel hombre.


La casa se quemaba rápidamente y los gritos dentro de ella no se hicieron esperar, el ojiazul despertó de su ensoñación apenas aterrizo en la fuete, gracias al cielo no se lastimo…se levanto entrapado en agua viendo a su hermano menor llorando en los brazos de los músicos.

-HERMANO¡¡¡¡- grito el pequeño mientras se lanzaba a sus brazos.

-donde esta Joey'???- pregunto Antul.

El ojiazul solo miro fijamente aquella mansión…que se consumía entre las llamas, una lagrima traicionera salio de sus ojos -gracias…- murmuro al viento… cuando el amanecer terminaba por entrar en las vidas de nuevo… la gente en Londres fue testigo de un gran acontecimiento…la familia Kaiba fe destruida ahora solo queda un pequeño y su hermano mayor, que se dedica a en las noches a buscar al rubio que los salvo de morir en las calles de frió.

Las noches llegaron con rapidez y la gente fue olvidando lo sucedido, pero una noche en especial, se encontraban dos cazadores en las calles cuando se detuvieron en seco, escuchaban a lo lejos las notas tristes de un stradivarius… no sabían de donde provenía esa música pero el castaño corrió entre las calles como desesperado motivado por las finas notas del violín… pero tan pronto llegaba al lugar desaparecía…

-Joey…- murmuro el castaño llevándose de nuevo en sus paso para ir por su hermano menor, lo que no alcanzado a ver desde lejos fue una figura rubia que sostenía un violín en sus manos.

-algún día mi ojiazul… algún día estar junto a ti….- murmuro levemente mandando un beso en el aire para luego desaparecer entre las sombras como un canto invisible de las notas de su triste violín…



Nota/campaña: No permitamos que el PLAGIO se lleve nuestro trabajo, así que si conoces una historia Robada, por favor denúnciala a sus respectivos dueños. No es justo que nuestras horas de dedicación se vayan a la basura y se vean inmiscuidas en una total falta de respeto para el Autor y los lectores. Entre más luchemos, más saldremos adelante. Luna Shinigami se adhiere a la propuesta de Katrinna Le Fay… no permitamos semejante abuso….bueno aunque yo plagie tus palabras jijijij XP… bueno pero eso puede perdonarse…

Bueno ahora sip… como por el quinto One-shot, ahora se me esta volviendo maña… pero bueno francamente ni se como quedo, así que sus comentarios bueno o malos están bien recibidos, mejor para mi… jijijiji... no lo se como que me gusta hacerlos sufrir????... bueno este fic es dedicado como siempre a Liz… porque no puedo hacer el que me pediste en mi vida haré un Yugi x Kaiba, lo siento… hasta Yami y Joey pero no más hasta allí llega mi prolifera imaginación, a Remi…a si y ha Kaede Sakuragi XP, estoy cojiendo tus malas mañas…. Bueno se despide su vampirica amiga… luna Shinigami…. Mata Ne¡¡¡

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