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Hijo de la Luna por Lula Mato

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Notas del fanfic:

¡Hola!

Bueno, vengo a traerles un One Shot que lo hice hace unos ¿diez minutos? xD 

Sí bueno, me tardé mucho pero igual, me gusta demasiado el tema de fantasía y esas cosas así que decidí hacerlo.

 

NOTA:


El final puede ser interpretado de diferentes formas, así que me avisan cómo fue tomado SU final de la lectura.

 

Espero les guste.

Notas del capitulo:

¡Hey!

 

Bueno como ya escribí arriba ^^ es de tema FantasíaCiencia Ficción. 

 

Un BangLo medio raro, todo amorfo pero bueno. :D

 

¡DISFRÚTENLO!

 

“Cuenta la leyenda que en la época de comparsas, desfiles y carnavales, en el período de apogeo para los gitanos, una mujer deseosa de conseguir el amor de aquel hombre que tanto le ha impresionado, un noble caballero de los reinos altos. Él gallardo, rico y apuesto. Ella gitana, pobre pero hermosa, de bellos sentimientos y fuerte carácter, perfecta e imperfecta. Hecha para él y él para ella pero ¿por qué no estar juntos?

Simple, ella no tiene permitido acercarse a los guardias reales. La consigna gitana se lo impedía, su familia, su comunidad, hasta el mismo hecho de que el amor de su vida no sabía que existía.

Ciertamente eran personas muy creyentes, a la tierra, a la vida, a Dioses. Aquellas divinidades que desde sus inicios fueron inculcados, y entre todos esos, se encuentra la Luna. Luna que con sus blancos rayos ilumina el camino de los gitanos viajeros, Luna que con su calidez en la noche brinda una luz de esperanza para aquellos que entre los barrotes de una cárcel la contemplan. Luna que es alabada por una joven que tanto pide por un amor.”

 

-Ya deja esos libros tontos, Yong Guk- Decía un joven pelinegro que al ingresar a la habitación del mencionado toma asiento a su lado.

 

Es jueves por la noche, el cielo está despejado y se puede percibir los rayos de luna atravesar por las ventanas del lugar. Ambiente tranquilo para leer un buen libro, y eso es lo que hace Bang Yong Guk. El joven es un chico amante de la literatura mundial, cree que es lo más interesante el poder conocer sobre mitos, cuentos y leyendas de países ajenos al suyo, y por ende el motivo de su afinidad por el relato que está leyendo.

Lo encontró la noche del miércoles de esa misma semana cuando navegaba por la red en busca de relatos que narren las costumbres, tradiciones e historia de países alrededor del mundo. Cuando vio la imagen que traía el archivo de esta historia fue algo que enseguida le sorprendió. Era un chico de piel pálida con ojos celestes,  labios finos color carmín y dientes moderadamente filosos, inexplicablemente sintió una atracción que le hizo abrir y descargar la leyenda desde entonces la lee pero por miedo a acabarla no lo hace de corrido. Tan solo una página por día.

 

-Him Chan, si tuvieras el mismo interés por la lectura del  que tienes por ir de fiesta, a estas alturas ya serías un erudito- Sarcásticamente responde el mayor mientras cierra su cuadernillo fijando la mirada en el rostro de su amigo y regalándole una sonrisa.

 

Porque sí, tanto fue el interés, que después de descargárselo fue corriendo a la papelería más cercana para anillar sus hojas.

 

-Eres un puto cruel conmigo- Espeta el pelinegro con cara felina al tiempo que golpea con poca fuerza el hombro de su amigo.

 

-No lo entendiste ¿verdad?- Y ríe, demostrando sus perfectas y rosadas encías más una tierna carcajada reprimida.

 

-Lo entendí, estúpido. No me creas tan tonto. En fin, yo no vine a tener una charla intensiva de tu obsesión por la lectura, al contrario, quiero que vayas conmigo a despejar tu mente- Propone HimChan con una sonrisa brillante, levantándose de la cama donde antes se encontraba para dar una pequeña caminata, echando un vistazo a la habitación de su amigo.

 

-HimChan, ya sabes que las fiestas no van conmigo- Niega ante la proposición, camina hasta el menor de ambos y le retira la imagen que se encontró en internet sobre la historio que actualmente lee.

 

-Uno. ¿No crees que ya estas grandecito como para creer en seres míticos? Y dos. De hecho es una excursión, la idea fue de Daehyun así que va a ir él con su cachetón novio, Uppie y yo, y no quiero que te quedes en casa un fin de semana completo- Vuelve a pegar la impresión en la pared que se encuentra sobre el escritorio.

 

-Uno. No es un ser mítico pequeño idiota, es una simple foto que me pareció atractiva. Dos. No quiero hacer mal tercio, seguro van a “acampar” y no quiero pasar la noche escuchando los “ruidos del bosque” que ustedes harán. PERO agradezco la oferta-  Trata de responder lo más calmado que puede, ya que está a punto de romper en risa.

 

Aunque es verdad lo que dice, Dae Hyun y Young Jae seguro van a pasarla de fogosos en el campo mientras que Chan y Jong Up de melocitos caminando desnudos y bañándose en el río.

 

-Vamos Yong Guk, no has salido desde que te empezó a interesar los cuentitos de otros lugares. Ya va a ser un mes. ¡Por favor, por mí!- Tratando de hacer su más tierno rostro.

 

Le han encargado, más bien dicho, ha apostado con sus amigos a que lograba convencer al líder de ese grupo, para que salga de su casa. Todos sus amigos ya han intentado fallando en al instante. Los No rotundos del mayor no dan chance a negociaciones.

 

-¿Si te digo que sí, quitarás esa cara de perro y me dejarás en paz?- Pregunta ya atosigado de tanto arrumaco y caras tiernas. Tal vez sí sea buena idea salir a despejar su mente.

 

-¡Sí, sí! Te dejaré en paz hasta el mañana por la noche- Emocionado sujeta por los hombros a su mejor amigo y lo sacude fervientemente.

 

-Entonces sí. Pero si vuelves a zarandearme, te sacaré los ojos bizcos que tienes- Y una sonrisa de complacencia porque le ha dejado de sacudir, aparece en su rostro.

 

-¡Gracias! ¿Ya te dije que te quiero y que eres el mejor? Bueno pues. Te quiero, te quiero, te quiero. Eres el mejor de todos. Mañana pasamos por ti a las cinco de la tarde, lleva todo lo que necesites para acampar- Habla a una velocidad casi letal, si sus palabras fueran balas ya hubiera acribillado a Yong Guk.

 

-Sí lo sé. Me quieres, me amas y todo lo demás, también sé que soy el mejor. ¡ESO YA LO SÉ! Ok, tendré en cuenta todo eso. Los espero entonces- Termina y acompaña a su querido mejor amigo hasta la puerta para despedirlo, cerrar la misma y volver al lugar dónde estaba antes.

 

Sentado y cómodo en su cama, con la espalda pegada al respaldo de ésta, sus pies cruzados, con el anillado en sus manos y una buena taza de té en la mesa de noche.

 

“La hembra gitana llorando por el amor que al parecer nunca iba a tener recurrió al último método para obtenerlo. La Luna. En noche de jueves, con el cielo despejado y la Luna asomando su belleza y resplandor por el horizonte, la mujer se introdujo al bosque más cercano, corrió por alrededor de dos horas, ya siendo las once de la noche llegó al lugar que había encontrado días antes. Un claro en el bosque, con árboles por los costados, en el centro un lago pequeño de aguas cristalinas perfectas para reflejar a la Luna que tanto necesitaría esa noche.

Entonces, la joven chica, dándose cuenta de que ya casi nuestro satélite estaba en el centro del cielo, empezó con sus súplicas. Todas ellas con el mismo mensaje: Luna reina del cielo, Diosa de todos los astros, razón de vida, ayuda para los viajeros. Compadécete de esta pobre alma desesperada, ten piedad de mí, de mi vida, de mi corazón. Haz que el hombre que yo amo sepa lo que siento, haz que ese apuesto caballero me ame también. Quiero que él y yo seamos felices para siempre. Te daré cualquier cosa que me pidas, te daré mi ser, mi fortuna. Mi alma.

Y así fue como a las doce en punto de la noche de un jueves, la Luna despertó gracias a las súplicas de una gitana que pedía porque su amor sea correspondido, dando a cambio cualquier cosa que Luna pidiera. Tendrás a tu hombre piel morena, habló desde el cielo la Luna llena, pero a cambio quiero, el hijo primero que le engendres a él.

Y así fue como a la mañana siguiente el caballero vio a la gitana vendiendo sus productos, fue amor a primera vista, se prendió tanto de ella que después ya no la pudo dejar.”

 

Un joven que lee “Hijo de la Luna”  se da cuenta de que por coincidencia es el mismo día que en la historia, jueves. Casualidad, piensa. Pero la verdad es que entre casualidades y realidades no hay mucha diferencia. Sin embargo Bang Yong Guk no tiene ni la mínima idea de lo que le espera.

 

—0—

 

Bang Yong Guk llega de sus estudios en la Universidad a su departamento, únicamente con la idea de arreglar su maleta para la excursión. No le agrada mucho la idea de hacer mal tercio entre dos parejas que de seguro se la pasarán “disfrutando” de la excursión, pero algo le hace que no pueda negarse a la idea de ir a un bosque. Tal vez sea el hecho de que tan inmerso está en la leyenda, que cree en esas pequeñas casualidades de las que hablábamos antes. Después de todo, las leyendas cuentan parte verdad y parte ficticia de lo que en realidad pasó.

Se escucha el pitido de la bocina que pertenece a una furgoneta negra con sus cuatro amigos dentro. Him Chan al volante, Jong Up como copiloto y el DaeJae en la parte trasera.

 

-Genial, tendré que aguantar sus cochinadas. Por favor esperen hasta que esté dormido para hacer sus guarradas-  Bromea pero a la vez dice lo que siente. Sonríe y saluda con un apretón de manos a sus amigos. Sube al auto y parten con destino fijo: Reserva Ecológica Seoraksan.

 

Todos bromean y ríen, ya entrada la noche empieza el silencio a hacer presencia entre aquellos jóvenes, las parejas se acurrucan unos con otros mientras que el solitario muchacho va con su mirada perdida en el paisaje que se despliega ante sus ojos. Un hermoso lago, el auto recorriendo su orilla, el agua es oscura con destellos brillantes, pero otra cosa le atrae. Sí, la Luna. Luna que sorprendentemente hoy se encuentra más blanca, redonda y lustrosa que nunca, causando un poder de letargo en él.

 

-¡Hemos llegado! ¡Orinar, orinar, ORINAR!- Grita alegremente Dae Hyun mientras baja corriendo de la furgoneta para ir directo al bosque y poder deshacerse de aquella sensación que le invadía desde que partieron, y todo por no haber ido al baño.

 

-No vayas muy lejos tragaldabas que puedes perderte- Grita un preocupado líder mientras pone sus cosas en el suelo polvoriento del bosque.

 

Tiene una rara sensación, es como un dejavú pero él en lugar de “haberlo vivido” lo ha imaginado. Reconoce ese claro en el bosque, con el final de ese gran lago que vio en el camino y a sus costados los árboles altos de copas verdes.

 

-Estamos en…. No, no puede ser- Sacude su cabeza de un lado a otro para desechar esa idea absurda pero que le tiene algo intrigado.

 

-¿Qué pasa hyung, te sientes mal?- Pregunta un pequeño y castaño niño con ojos rasgados y blanca sonrisa.

 

-¡Ves, todo por estar metido en tu departamento como si fueras a  morir por una vez que salgas!- Exagera el chico con dientes de conejo mientras le sienta en un troco seco.

 

-¿Qué paso, de qué me  perdí?- Inquiere el guapo niño de labios gruesos mientras su pareja se acerca y le abraza por la espalda.

 

-¡No pasa nada! ¡Him Chan, quieres dejar de ser tan dramático! No me pasa nada, Uppie. No estoy enfermo, me siento de maravilla. Gracias por su interés, punto- Culmina explicando todo y deshaciéndose de sus amigos que tanto invadían su espacio vital.

 

“Espacio vital” Para Bang Yong Guk algo muy importante. Su espacio vital es el área que tiene para él mismo, y que nadie puede invadir, nadie puede acercarse demasiado a él porque si no ya estás invadiendo su espacio vital.

 

-Bien, si no ocurre nada, entonces comamos, desempaquemos y a la bolsa- Sentencia el cerebrito de los cinco.

 

-Al saco mi amor, se dice al saco- Corrige su amante y todos ríen. Es cierto que Young Jae puede ser el más inteligente de los cinco pero en cuanto a deportes y cosas de “hombres” sus conocimientos y habilidades son nulas.

Y de hecho, así lo hicieron. Una vez terminada la ronda de historias de terror alrededor de la fogata que Up prendió, todos ellos arman sus carpas y se disponen a dormir. El joven amante de los cuentos, saca de su mochila la historia que aún no culmina y empieza a leer una nueva página.

 

“De la unión del amor entre gitana y caballero nace un niño blanco como el lomo de un armiño, de labios finos color carmín, ojos grises en lugar de verdes. Nace una noche de viernes, nueve meses después de la charla que la gitana tuvo con la Luna. El guardián del reino al mirar a su hijo llega a la conclusión de que ese pequeño es producto de un engaño….”

 

 Bang Yong Guk deja de leer porque cree haber escuchado un ruido afuera de las tiendas, asoma su cabeza al exterior por entre el cierre de la suya para verificar que todos estén dormidos y a salvo y sí. Todos están bien. Tal vez fue por el cansancio, piensa y decide que terminará de leer su segunda página de historia para luego dormir.

 

“El hombre al sentirse traicionado toma a la gitana en manos, presa de la furia y con un chuchillo la hiere de muerte, ésta al verse lastimada toma a su niño,  levanta  su mirada hacia el cielo y con sus últimos suspiros de vida dice: Luna ama de mi felicidad, fallé al pedirte que me concedas el amor de éste hombre, lo único que quiero es que cuides a mi  hijo que ahora te entrego para que lo tomes por tuyo. Antes de verse concluido el ofrecimiento el  hombre arrancha al bebé de brazos y lo lleva hasta el bosque para dejarlo ahí, pero como las casualidades siempre se ven prestas a aparecer en los momentos precisos. Padre deja a su hijo en el mismo lugar donde su madre hace exactamente nueve meses pidió por el amor….”

 

Esta vez ya no es un sonido extraño sino una sombra que se refleja en la tela verde de la tienda de acampar. Tan rápida como un rayo pasa por el refugio de Yong Guk y éste al verse sorprendido decide bajar un poco la cremallera negra y metálica, para poder mirar qué ser vivo la ha provocado.

Y como si de un espejismo se tratase, como si sus ojos le engañaran, ahí parado a orillas del lago, siendo bañado por los rayos de blanca luz de la Luna un ser de no más de diez y siete años se yergue para verse completamente brillante cuando dichos flajelos luminosos tocan su piel. Por mas raro que parezca es como si la luz fuera una tierna caricia para el joven, éste se ve sonriente, casi con una expresión de ternura y amor. Yong Guk se queda estático sin dar crédito a lo que sus ojos presencian, sin entender qué es exactamente lo que está mirando, y que ahora, también le mira.

Blanco, casi albino de largas piernas y plateado cabello. Así es el niño que está caminando tranquilamente entre las aguas poco profundas del lago como si fuera algo normal nadar a esas horas de la madrugada. Y esta criaturita no le quita los ojos de encima a un hombre de veinte y cuatro años con orbes rasgados y sonrisa de encías. El pequeño sonríe y poco a poco se acerca a la tienda donde el mayor se halla.

 

-Nunca he visto a otra persona por aquí, es algo nuevo tenerlos en esta parte del bosque- Rompe el silencio el menor, sentándose tan cerca de la tienda donde el mayor ni siquiera ha pensado salir, todo por culpa del asombro.

 

-Tú… tú… - La impresión no le deja pronunciar palabra alguna, es algo tan sorprendente como ese niño se parece tanto al niño de la portada de la historia que lee.

 

-Yo me llamo Zelo ¿y tú?- Bastante sociable para su edad y teniendo en cuenta que, según lo que ha dicho, no ha hablado con nadie.

 

-Bang… Bang Yong…. Bang Yong Guk- Y es lo único que el joven cree que podrá pronunciar de ahí en adelante, porque aún no procesa bien la información.

 

Siendo Him Chan o cualquier otra persona, no estaría tan sorprendido, pero en su caso es algo, por no decir, totalmente diferente. El hecho de leer una historia que trate sobre un niño abandonado a su suerte en el bosque. Niño de características similares a las que ese que está en su delante posee, un bosque parecido a donde están, y en un mismo día como el que cruzan. Eso ya es demasiado.

 

-Un gusto, me parece interesante tu madriguera. No está hecha de cosas del bosque ¿verdad?- ¿MADRIGUERA? ¿En serio ha dicho eso?

 

Y basto con solo esa frase pronunciada de los finos labios de aquel infante para darse cuenta de que la parte verdad de aquella leyenda no fue el milagro del amor, sino el abandono del niño hijo de la luna.

 

-No, es hecha de caucho. Se saca de los árboles pero no de los que tú ves por aquí…. ¿Tú vives aquí?- Ya organizadas sus ideas logra pronunciar oraciones completas y hasta preguntas, veamos cómo resulta todo.

 

-Sí, desde que tengo memoria. Vivo aquí en este espacio de tierra y bajo el cuidado de mi mamá- ¿Mamá? Eso no se lo esperaba.

 

-¿Y dónde está tu mamá? ¿Por qué no te ha vestido ni puesto zapatos?- Pregunta el mayor con cara de asombro.

 

-Nos está mirando justo ahora. Porque  ella no quiere que sea como ustedes, no quiere que me vuelva como mi padre y termine abandonándola-  Responde tranquilamente mientras sonríe al cielo, específicamente a la Luna.

 

-¿Cómo se llama tu madre? ¿Por qué no quiere que te vayas? ¿Qué hizo tu padre?- Son tantas preguntas que nos sabe por dónde empezar. Ahora ya está fuera de su carpa y sentado frente al pequeño.

 

-Yo le digo Mamá o como todos la conocen: Luna. Porque dice que cuando yo nací fui ofrecido a ella y por eso no puedo alejarme, si lo hago mamá morirá y no volverá a salir más. ¿Mi padre? El apuñaló a la mujer que me dio a luz, y vino a dejarme solo en el bosque cuando yo tenía un día de vida ¿Despreciable, verdad?- Contaba tranquilamente el niño mientras revisaba y tocaba la tienda de acampar del extraño en aquellos parajes.

 

-Entonces es verdad. Tú eres el hijo de la Luna- Se escapa en un inconsciente impulso aquella frase de la boca de Bang Yong Guk en un susurro.

 

-Ajá. ¿Puedo hacerte una pregunta?- Inquiere Zelo mientras vuelve a sentarse cerca del intruso, ahora frente a frente y mirándolo a los ojos. Recibe un  en forma de señal con la cabeza.

 

-¿Has estado enamorado? Lo digo porque mi mamá siempre me cuenta la historia de la gitana que me dio a luz, dice que ella estaba tan enamorada del caballero que….-Y no acaba de contar la historia porque el mayor le interrumpe.

 

-Vino a estos parajes para pedirle a la Luna, digo, a tu madre, que le haga sentir su amor correspondido- El pequeño abre los ojos de sobre manera para luego sonreír.

 

-Exactamente. ¿Has estado?- Vuelve a preguntar el niño con tanta curiosidad que se le puede ver claramente en sus ojos.

 

-Sí. Aunque no lo creas me ha pasado y de alguien que hasta hoy, yo creía inexistente-Responde Bang Yong Guk con la mirada fija en el firmamento, observando las estrellas y a la Luna misma.

 

-Tú conoces mi historia, todos piensan que soy un invento, un rumor. Pero no es así, estoy vivo y soy de carne y hueso, hasta sentimientos poseo, incluso cuando me han visto siguen pensando en que soy algo ficticio. Has sido tú, el único que ha creído en mí- Dice conmovido el pequeño Zelo, con lágrimas en los ojos. Lágrimas entre alegría y furia. Entre algo nuevo que está apareciendo en su pecho y algo que al parecer siente, no está bien.

 

-¿Tan solo estás aquí?- Inquiere el joven amante de los libros, algo le dice que su vida monótona cambiará desde esa noche.

 

-Sí. Si bien hablo con mi mamá, siento que necesito alguien que esté conmigo, que juegue, alguien con quien reír, alguien que me quiera. Pero para mí desdicha, no habrá nadie que deje su vida para unirse a la mía- Eso es lo que piensas, dice mentalmente el mayor.

 

Si bien es cierto, la vida de estudiante es algo estresante y de por sí aburrido, la vida de Yong Guk es mucho más, si no fuera por sus amigos, ésta sería una pérdida de dinero, tiempo y energía. Pero, desde que encontró aquella historia, ha tenido un giro nuevo en su ánimo, semblante y actividades. Todo trata sobre ella.

 

-¿Qué pasaría si te digo que yo podría dejar mi vida para unirme a la tuya? ¿Me aceptarías?- Arriesgada frase que tal vez le cueste todo por lo que ha luchado, su familia, sus amigos, en sí, todo aquello que ama. PERO, también puede darle un motivo nuevo por cual seguir vivo, seguir viviendo y vivir eternamente.

 

-Yo no tengo nada que ofrecerte, más que mi corazón, mi gratitud y si es posible, mi amor eterno. No solo por el hecho de haber dejado tu vida por estar conmigo, sino porque me has demostrado que eres real, que hay personas que todavía creen en historias como la mía, quiero que seas la fuerza en la cual me quiero apoyar. Te prometo amarte hasta el fin de mis días si eso pasa- Con sus labios tiritando al igual que su cuerpo, con brillantes ojos color plata recibiendo el inicio de las saladas gotas que se llaman lágrimas, así es el rostro que mira Yong Guk ante él. Simplemente perfecto.

 

Caminando directo al lago, ahora con Zelo y Yong Guk tomados de la mano, entrelazando sus dedos, el uno en una simple tela blanca y el otro en pijama ,se adentran en las aguas tranquilas que para sorpresa del mayor no estaban heladas, por el contrario, estaban cálidas y muy transparentes. No sentía que se ahogaba sino que podía respirar profundamente, limpiar sus pulmones con el agua que fue bañada por la madre Luna. Sentirse purificado de todo mal. Y, dentro de ésta, con un beso como sello de su pacto, Bang Yong Guk aceptaba quedarse de por vida con Zelo.

 

A la mañana siguiente, con el Sol desplegando sus rayos por todos los lugares que sea posible,  un grupo de cuatro chicos se levantan. Algo raro está pasando, porque su líder, que por lo general era el primero en realizar tal acción, hoy no ha sido así.

Caminan hasta encontrarse con su tienda color verde de caucho abierta de par en par, uno de ellos se adentra y justo encima de las mantas, de ése saco de dormir color negro y mullido, observa una carta y algo más.

Esa lectura que hace dos días HimChan había visto en las manos de su mejo amigo. La foto de aquella criatura de blanca piel con rostro de niño, y aquella carta. Carta que dice:

 

[Amigos que más que eso fueron mis hermanos, como sabrán mi vida no ha sido tan interesante por lo que he decidido tomar otro rumbo y vivirla lejos de todo trajín. No se preocupen por mi, estaré bien y con la persona que amo. No olviden que siempre los querré y por favor contengan sus guarradas.

                   BANG YONG GUK.]

 

Con sonrisa y ojos cristalinos un mayor de piel tersa y ojos felinos sale de aquel lugar. He perdido a mi amigo piensa por unos micros segundos, pero a la vez se reprende por ello y rectifica su oración: Ganamos un guardian, su vida estará completa de ahora en adelante. 

Los menores preguntan por su líder y el ahora primer mayor responde unicamente que está bien y a salvo. 

 

Notas finales:

Muchas gracias por leer mis trabajos, pero que les haya gustado.

 

Besos

// Con mucha baba ^3^ :P--__ //


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