Había viajado unas cuantas horas apenas. Finalmente había llegado el día en que el gran filme de “The Avengers” vería la luz, para la ocasión, habíamos sido llamados a la mítica ciudad de Moscú para una sesión de fotos previa al estreno. Por supuesto, nadie se había negado, habíamos convivido tantos meses juntos que aquello era un simple pretexto para volver a vernos de nueva cuenta. La sesión sería en un hermoso edificio de la ciudad, justo en la cima de este para que la hermosa ciudad fuera el toque perfecto como fondo de todas y cada una de las tomas.
Bien, ahí estaban todos, la bellísima Scarlett, el excéntrico Robert, el pequeño Mark (si tan solo de estatura, es un gran hombre como persona), Jeremy , por supuesto, el apuesto Chris Evans era quien no estaba presente, pero bueno… Y también estabas tú… ¡Oh Tom! ¿Cómo puedes ser tan jodidamente hermoso? Recuerdo que llevabas una hermosa chaqueta de cuero negro y tus jeans de igual color, tu camiseta de un color grisáceo y del cuello de esta colgaban tus amadas gafas de sol. ¿Qué más podía pedir? Desde que nos habíamos separado en Nueva York al término de la filmación de la cinta no había podido admirar de nueva cuenta tu bella figura. Sonreías con todos los ahí presentes, tu modo tan grácil y elocuente de expresarte hacía que más de uno se uniera a tus charlas. Tomé aire antes de finalmente caminar hasta donde te encontrabas, al notar mi presencia, ignoraste a los demás y me dedicaste una de tus mágicas sonrisas, aquella hilera de perfectos dientes blancos se mostraban debajo de tus finísimos labios. De alguna manera extrañaba tu cabellera negra, hacía resaltar el hermoso y pálido color de tu piel, pero tu hermoso color natural no estaba nada mal. Tu barba perfectamente cortada y arreglada le daba el toque final a tu apariencia, ¿Podría Dios crear a un ser tan perfecto como tú? ¿Acaso no eras un hermoso ángel caído? Oh Tom, Tom… Mira cuantas barbaridades me haces decir.
-Hola, Chris- Oh sí, mi nombre brotando de tus magníficos labios, el tono de tu voz cargado de una alegría oculta. Estrecho tu mano y te devuelvo la sonrisa, ¿Qué puedo decirte? Desde que te veo sea donde sea, una sonrisa es la que adorna estúpidamente mi cara.
-Tom…-Tu nombre brota de mis labios mientras vuelves a sonreír. Por favor, no sigas Thomas, debo controlarme y no me estas ayudando en nada. Pero no es tu culpa, por supuesto que no. Desde la primera vez en que nos conocimos para la realización de la primera parte de Thor quedé prendado de tu belleza, y jamás llegué a siquiera imaginar que llegaría el punto el que serías el dueño de mis sueños más eróticos, que mi única fantasía sería probar tus labios sin inhibición alguna. Te habías convertido en el mundo entero para mí. Oh mi amado Thomas…
Las voces de los directores a cargo de la sesión comienzan a escucharse, nos indican que debemos tomar turnos, todos tendremos nuestras propias fotos. Una grupal, una de Scarlett con Robert… No creo que sea necesario mencionar todas las que nos tomamos aquel día. Finalmente el hombre se acerca a nosotros con una sonrisa en los labios.
-Quiero algunas de ustedes juntos, Tom, Chris… Ya saben, para complacer a sus fans- Una sonrisa cómplice se dibuja en sus labios. Si, ya lo sé. En una ocasión escuché aquella palabra (más específicamente en Nueva York durante la filmación de la escena en el parque) “Thorki”… Mi curiosidad había sido más grande que mi prudencia. En cuanto introduje la palabra en el navegador, un sinfín de fotos se desplegaron en mi portátil, en todas éramos tu y yo en los trajes de los dioses asgardianos los protagonistas, besos, caricias, todos fotomontajes por supuesto, pero bien elaborados. Suspiré, y fue entonces cuando otra palabra apareció en mis búsquedas: Hiddlesworth. La extraña y magnifica combinación de nuestros apellidos, dios, me hubiera detenido con aquellas imágenes, pero no fue suficiente. En cuanto la teclee en el buscador ahora las imágenes de nosotros fuera de nuestros papeles fueron las que inundaron mi pantalla. Miles de chicas nos imaginaban como una pareja que se amaba en las sombras, dibujos, videos, historias sin fin plagadas de sexo, entre otras cosas. Aquella noche no pude conciliar siquiera el sueño. Estaba excitado, si esa era la palabra. Imaginarte debajo de mí, gritando mi nombre mientras nuestros cuerpos se fundían en uno solo. ¡Oh Tom! ¿Cuándo me había enamorado de ti de esta manera? No podía recordarlo. Pero simplemente te amaba.
Posamos para la cámara, un par de abrazos, unas sonrisas.
-No es suficiente, ¿Pueden intentar algo más… Intenso?- El hombrecillo nos ordenaba parecer unos verdaderos homosexuales ante la cámara… Lo habíamos hecho en varias ocasiones. Mirarnos fijamente a los ojos y después separarnos con una sonrisa, nuestro divertido “bromance” como solían llamarlo los fanáticos. Por supuesto, la verdad que se ocultaba tras aquellas muestras, no era sino que en verdad yo estaba enamorado de ti.
Nos sonreímos complicemente en aquel momento y nos posicionamos uno enfrente del otro, nuestras miradas se entrelazaron en aquel bello momento. Podía perderme en el azul cielo de tus ojos una y otra vez. Podía escuchar las risillas cómplices de nuestros compañeros de película, cuchicheando a nuestras espaldas, pero al fin y al cabo cada quien a lo suyo.
-Compañero, tus ojos son impresionantes…- Las palabras brotaron por si solas. Me estaba dejando llevar por lo que mi mente estaba pensando al mirarte. Mi amado Tom, mi bello Tom, mi perfecto Tom… Tu rostro parecía haber sido tallado por los mismos ángeles, creo que debería ser un pecado que un ser humano sea tan bello como tú. Me sonríes y guardas silencio, sabes que es parte de nuestro teatro.
-Y tus labios…- No puedo detener las vergonzosas palabras que brotan de mí. Todos creen que actuó pero se equivocan. Estoy completamente perdido en la admiración que te tengo. Apenas parpadeo, tú me miras mientras la sonrisa comienza a desaparecer de tus labios. No amor mío, ya no puedo contenerme. Esta vez mi deseo me lleva demasiado lejos, y finalmente uno mis labios con los tuyos, tú te sorprendes de inmediato pero no me alejas. Nuestras bocas se abren lo suficiente como para que nuestras lenguas exploren la cavidad ajena. Escuchó las voces a nuestro alrededor, no distingo que dicen, seguramente están tan sorprendidos como yo lo estoy ante la forma en que correspondes mi beso. Siento tu mano posarse en mi pecho. ¿Me amas, Thomas?¿Me amas tanto como yo a ti? Nos separamos ante la falta de aire, pero son apenas unos segundos en los que recobramos el aliento antes de consumarnos en un nuevo beso. Basta amado mío, si no nos detenemos creo que te haré el amor frente a todos los presentes. Nos volvemos a separar ante la falta de aire, nos miramos en silencio complicemente. Oh Tom, no sabes cuánto había esperado este momento, tus labios han sido el mejor de los regalos. Deslizo mi mano por tu mejilla y finalmente me armó de valor para observar a nuestros espectadores. Todos guardaban silencio y prácticamente estaban con las bocas abiertas….
-Chris, no me refería a eso…- El hombre sale de su estupor apenas- Omitan aquella toma, las demás fotografías estarán bien… - Todos sonríen como estúpidos. Han sido testigos de la verdad aquel día. Seguramente esto estará en todos los medios mañana. Elsa… Mi hermosa Elsa, cuanto lo lamento…
Me miras mientras un leve sonrojo cubre tus mejillas.
-Eres un estúpido, Chris… Uno muy lindo- Murmuras apenas audible para que yo lo escuche. Te das la media vuelta y me das la espalda apenado. Pero ahora lo sé Tom, ahora lo sé. Mi tortura personal ha terminado. Aquel único contacto había contestado la unica duda que me habia torturado desde hacía mucho: Me amabas tanto como yo a ti.
