Desde que fui seleccionado como aprendiz de caballero de oro, para algún día pudiera llegar a ser el Caballero de Cáncer.
Todos mis compañeros siempre me vieron como si no fuera humano ya que por tener rostros humanos incrustados en todas las paredes de mi templo. Pero nunca se pusieron a entender que lo hacía no por gusto, lo hacía porque era el deber del Caballero de cáncer, demostrar siempre que en su corazón no habitaban esos sentimientos, aquellos que hacían sufrir a los humanos.
Pero en el fondo siempre los tuve, pero tenía que esconderlos, no por el temor a que los demás lo supieran, sino que no quería que mi corazón fuera lastimado por alguien que supiera amarlo, por eso siempre cargaba esa mascar, la que siempre cargue y a la vez odie desde el primer instante en el que tuvo contacto con mi rostro, esa mascara que demostraba indiferencia, la que nunca demostró los sentimientos que estaban almacenados en mi corazón, sino que demostraba odio, maldad.
Pero todo esto cambio el día en que todo termino.
Si el día en el que se confirmó la paz de los dioses y el adiós a las amenazas a la tierra. Nuestra Diosa Athenea (Sahori Kido), decidió que lo mejor para todos nosotros era deshacernos de los malos recuerdo, de las constantes batallas y despojarnos de nuestros mayores temores, yo me deshice de todos los rostros humanos que estuvieron mucho tiempo colgados en estas paredes, y fueron reemplazados por mascaras de carnavales y réplicas de cuadros de pintores famosos.
Pero de único que no me pude deshacer fue del escudo que por mucho tiempo estuvo puesto en mi corazón, de eso se encargó la persona de la cual me enamore perdidamente, si de un caballero de oro, no de uno cualquiera, sino uno lleno de amor, de amabilidad, que lo único que ofrecía era su amistad sincera, pero lo que quería que me ofreciera era que él estuviera enamorado de mí, pero como hacerlo, si lo único que yo inspiraba era temor, el inspiraba confianza.
De quien mi corazón se enamoro fue de Alderban el Caballero de Tauro, a él le entregue todo mi amor que existía en mi interior solo que él no lo sabía.
Pero hoy estoy decidió a confrontarlo a decirle todo aquello que mi corazón guarda, porque siento que si no lo hago, me moriré de la angustia de no saber que pudo haber una posibilidad de que el aceptara mis sentimientos.
Así que el día de hoy voy al Coliseo para el entrenamiento matutino que tomamos para estar siempre preparados para cualquier enfrentamiento que pueda surgir en el futuro.
Logro verlo se encuentra sentado en las gradas tal vez esperando que le toque combatir con alguno de nosotros. Me acerco a él, y con mi mano derecha tomo su hombro para saludarlo.
- Hola Alderban – te sonrió, justo en el momento el que tomo asiento.
- Hola, Death Mask - odio que me digan así, pero que se le va hacer, ya que yo tengo prohibido dar a conocer mi verdadero nombre – ¿qué te pasa? – logras desubicarme con esa pregunta.
- A mí no pasa nada, porque lo preguntas – me pongo nervioso
- Es que últimamente te ve que andas en las nubes, o si no tú rostro refleja tristeza.
- Es que hay algo que me preocupa – te lo confieso sin mírate a los ojos.
- Ya se, mal de amores - me lo dices sonriendo
- Que cosas dices - me sonrojo, no puedo creerlo el Gran Death Mask el Caballero De Cáncer sonrojado.
- Anda dime quien es el afortunado – noto que en su rostro sus ojos se ven opacados por la tristeza, pero no logro comprender por qué ese cambio tan repentino.
- Esta bien – nervioso y mirando por todos lados - pero no aquí – diciendo esto y guiándolo con la mirada para retirarnos de ahí, y fuimos a dar a su templo.
- quieres algo de tomar – como siempre tan servicial
- Si un vaso con agua - y justo veo como se retira a la cocina, para luego traer mi pedido, como me gustaría que con un poquito que me quisieras cariño con un poquito nada más me harías el hombre más feliz sobre la faz de esta tierra.
- aquí tienes, dime que era lo que me querías decir – pero solo miro tu labios y solo pienso que con un besito que me dieras tu estarías dándome la felicidad.
- bueno, la verdad hay alguien que me gusta – acto seguido desvió mirada hacia la nada.
- y sabe que te gusta – sonriéndome
- Ese es el problema que no sabe cuánto me gusta y no sé cómo decírselo – nervioso por estarte confesando mis sentimientos.
- Pues en verdad, sí que te dio muy fuerte – sonriéndome
- Ayúdame, en vez de burlarte de mi desgracia – enojado por tal comentario tuyo.
- No me burlo, solo me sorprende de que te hayas vuelto inseguro por tus decisiones – sentándote a mi lado – pero bueno, si en verdad lo amas, no le des más vuelta ve y dilo así – dándome un abrazo y yo me sonrojo por tu acción y desvió mi mirada hacia mis manos.
- Bueno, está bien, pero no te vayas a enojar y no me niegues tu amista después de esto – veo que te sorprendes y te separa de mi - cuando estoy solo contigo me ha gusta contemplar el destello de tus ojos y tu forma de mirar soy tan feliz contigo que el estar sin ti se me hace más eterno y a través del tiempo te quiero más, eres tú de quien estoy enamorado y sé que si no me correspondes no te preocupes algún día todo esto que por ti hoy siento se me pasara – poso mis manos en mi rostro para tapar mi rostro ya que se ve amenazado por unas lagrima y estoy dispuesto a irme, pero justo cuando me dispongo hacerlo mi acción se ve interrumpida por una mano depositada en mi hombro deteniéndome en este sofá.
- A dónde vas, tú no eres un cobarde y en cuanto se te pasara este sentimiento solo espero – siento que mi corazón se ha vuelto loco por tanto palpitar, que son ocasionadas por tus palabras – que sea pronto y que lo nuestro dure por muchos años – no puedo creer lo que me ha dichos.
- Que quieres decir Alderban – me encuentro algo ansioso por tus acciones y solo espero que correspondas a mis sentimientos.
- De que tú también me gustas Death – me pongo tan feliz, que no puedo evitar abrazarlo, pero al darme cuenta me dispongo a soltarlo, pero siento que mi cintura es rodeada por sus brazos – Te gustaría ser mi novio - separándome de su cuerpo.
- Hablas en serio - noto en tu mirada de que estas hablando en serio – Si me gustaría ser tu novio – pero justo en este momento la duda ataca a mi corazón - pero que dirán los demás en cuanto se enteren de que me tienes a mí por novio.
- Pues siendo sincero, a mí no me molesta el que dirán, ya que en el corazón no se manda – me abrazas – y no te preocupes, yo luchare par que este amor no desaparezca – tomas mis labios con un ardiente beso y así sellas el comienzo de esta amor, que hasta la fecha aún no se consume.
Pensamientos de Death Mask
Sabes bien que yo te necesito, que sin ti no podría vivir solo tú sabes que yo te quiero tú sabes que yo te adoro y que no te dejare de amar.
En un mundo ya sin sentimientosla violencia desplazo al amor pero tú y yo nos queremos pero tú y yo nos amamos.
Como un amor profundo como el mar. Amor que nace del alma. Tu eres mi compañero perfecto, eres el amor que la vida entrega sin ponerme condición.