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Solo tu... por Shiza-chan

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Notas del fanfic:

Yeii el segundo fic :DD

Bueno este fic esta dedicado a una gran amiga que me dio muchos animos con mis otros fics (los cuales aun no acabo) y pues esto es como una especie de regalo de agradecimiento:)

Sin  mas los dejo leer :v

Solo tú…

Me levante cerca de las 5:00 de la mañana, mucho antes de lo usual ya que yo entraba hasta las 7:00 de la mañana a la prepa. Estaba demasiado nervioso como para conciliar el sueño así que me puse a caminar en círculos por mi habitación esperando a que amaneciera para poder irme. Lo había decidido desde hace tiempo, hoy sería el día en el que le diría a Nico lo que sentía por él, no me importaba el que me rechazara ya fuera porque los dos éramos hombres, o porque yo no le gustara, o por ser mi mejor amigo desde hace años. Simplemente ya no podía seguir ocultándolo, el hecho de estar a su lado y no poder tocarlo, abrazarlo, decirle “te quiero”  tal y como yo quería me estaba matando, comiendo desde adentro.

 Me hacía sufrir demasiado, era más de lo que podía soportar.

 Solamente quería estar a su lado.

 .

 .

 .

 Baje rápidamente las escaleras después de darme una ducha y vestirme. Llevaba unas jeans grises algo ajustados, una playera negra de manga larga y unos converse negros, pues a pesar de estar a principios de noviembre no hacia tanto frio como otros años, o por lo menos yo no lo sentía.

 Me despedí de mi madre, tome mis cosas y salí de casa.

 La escuela quedaba a unas cuantas cuadras de casa por lo que no tarde mucho en llegar. Me apoye en una pared junto al portón de la entrada y, llámenlo instinto o costumbre pero lo primero que hice fue buscarlo con la mirada; faltaban 15 min para entrar pero por lo general él solía llegar incluso antes que yo así que me preocupe cuando la campana sonó y él seguía sin aparecer. Al cabo de un rato di por hecho que no iba a venir así que di media vuelta con la intención de entrar a la clase que tenía.

 

-¡Arthur!- me detuve en seco. Sabía de quien era esa voz y lo que provocaba en mí.

 Lentamente mi vuelta y bueno, hay estaba Nico con esos ojos azules que me hipnotizaban y ese cabello castaño con olor a café negro recién preparado que simplemente me hacía caer rendido ante él.

 Suena algo cursi, lose, pero bueno, supongo que eso es lo que pasa cuando te enamoras.

 Se acercó rápidamente hasta quedar frente a mí. Llevaba puestos unos jeans negros, playera blanca, chaqueta negra y unos Vans grises. Dios, se veía tan atractivo. Mordí el interior de mi labio obligando a mi cerebro a no decir una estupidez y actuar normal.

 

-Hola Nico- salude lo mejor que pude tratando de ocultar mi nerviosismo.

 

-¡Hey Arthur! ¿Por qué no has entrado?

 

- Te estaba esperando. Es raro que llegues tarde, por lo general ese soy yo

 

-En eso tienes razón -sonrió a la vez que una risita burlona escapaba de sus labios

 

- Oyes ¿Tienes hambre?- pregunto de repente sacándome de mi estupor.

 

-La verdad no-Respondí dejando caer los hombros, pero entonces un gruñido proveniente de mi estómago me delato.

 Había salido tan rápido de casa que no me había detenido a desayunar.

 

-Eso es un si- dijo burlón tomándome de la mano mientras comenzaba a caminar.

 

-Oyes ¿A dónde vamos?

 

-A la cafetería de la escuela.

 

-Pero tenemos clase de química.

 

-Si pero es con la señora Russell y ten por seguro que no nos dejara entrar.

 

-Bueno si pero...

 

-Pero nada. Además, tú tienes que comer algo. Vamos Arthur ¿sí?-dijo poniendo cara de cachorrito herido.

 

Suspire derrotado. Cuando Nico se ponía de esa manera no había forma de hacerlo cambiar de opinión, así que me deje llevar por el hasta la cafetería. Pedimos unas crepas y un capuchino cada uno y nos fuimos a sentar a una mesa que estaba bajo la sombra del único árbol que todavía conservaba la mayoría de sus hojas a pesar de la temporada, aunque estas ya habían adquirido los tonos anaranjados y amarillos característicos del otoño.

 

-Te gusta...-dijo Nico observándome fijamente. Desvié la mirada hacia abajo fijando mi atención en la crepa que llevaba por la mitad tratando de hacer menos notable mi sonrojo.

 

-¿Qué cosa?

 

-El árbol. Llevas bastante tiempo mirándolo.

 

-Algo así, es...lindo ¿No?

 

-Sí, lo es...

 

Levante la mirada y me topé con su sonrisa. Llevo su pulgar a su boca, lo lambio y lo acerco a la comisura de mis labios. Instintivamente retrocedí tapándome la boca con una mano.

 

-¿Q-que haces?

 

-Tenías restos de dulce en el rostro

 

Dijo lamiendo su dedo quitándose el dulce que me había alcanzado a limpiar volviendo a sonreír.

 No necesitaba ser un genio para saber que en este momento podía competir contra un tomate maduro

 

-Me lo hubieras dicho

 

-No habría sido tan divertido

 

-Tonto...

 

Estuvimos un rato así hasta que la campana sonó y tuvimos que ir a la siguiente clase. Toda la mañana transcurrió de manera tranquila pero yo me sentía cada vez más nervioso a medida que se acercaba la hora de salida. Estaba decidido a decírselo, el problema era ¿Cómo hacerlo?

 Toda la semana había estado tratando de reunir el suficiente valor para hacerlo que me había olvidado de ese pequeñísimo detalle. Fantástico ¿No?

 .

 .

 .

 Okey ¿Cómo llegue aquí? Ni yo  lose. Solo recuerdo que en la última había recibido una nota de Nico diciendo que tenía algo importante de que hablar conmigo y que lo viera en el gimnasio de la escuela por la tarde después de que todos ya se hubieran ido. Luego de eso salió tan rápido del aula que no tuve oportunidad de preguntarle para que, así que me fui a casa y regrese más tarde.

 Eran aproximadamente las 6:30 de la tarde por lo que ya había comenzado a oscurecer. Entre por la puerta lateral que daba a la duela. Debido a la falta de luz no alcanzaba a ver con claridad. Solo logre distinguir unas cuantas colchonetas de gimnasia que estaban tiradas por ahí gracias a la poca luz de luna que entraba por varias ventanas situadas en la parte más alta de las paredes, de espaldas a las gradas.

 Entre sacando mi celular para poder tener una mejor visión y evitar tropezarme con algo que estuviera tirado en el suelo. Me detuve cuando estuve en el centro de la duela. Marque el número de Nico para saber en dónde estaba y casi se me detiene el corazón del susto cuando escuche el tono de "perfect weapon"* sonando a mis espaldas.

 Rápidamente me di vuelta y ahí se encontraba el.

 

-¡Por Dios, Nico!, casi me matas del susto.

 

-Perdona esa no era mi intención -respondió con la mirada baja mientras volvía a guardarse el celular en el bolsillo trasero del pantalón

 

-Ya no importa. Pero enserio ¿Por qué te gusta tanto el rock? - dije suspirando pesado colocando una mano en mi pecho sintiendo los acelerados latidos de mi corazón.

 

-¿Quién sabe?- sonrió dejando caer los hombros restándole importancia.

 

-Bueno ya,-dije más calmado- ¿Para qué querías que viniera?

 

-Tengo algo importante que decirte...

 

-La verdad yo también tengo algo importante que decirte, pero, hazlo tu primero-dije tratando de reunir más tiempo para idear una manera para decirle a Nico lo que sentía.

 No se me había ocurrido absolutamente nada (en todo el sentido de la palabra) en el lapso de tiempo que hubo entre la salida de la escuela hasta este momento.

 

-Primero tú...- dijo avanzando un paso quedando a pocos centímetros de mí

 

-No en verdad tu prim...

 

-Vamos Arthur. Dilo tú...- insistió. Mis manos empezaron a sudar y pequeños temblores se apoderaban de mi cuerpo. Eleve la vista para ver sus ojos.

Estaban fijos en mí.

Baje la mirada sintiéndome desfallecer. Mis piernas no reaccionaban y se me entrecortaba la respiración. Como siempre, esos ojos me atrapaban, me hipnotizaban y se apoderaban de mis sentidos.

 Los mire de nuevo una última vez para darme valor.

 

-N-nico yo…

 

-Tranquilo. Sea lo que sea te escuchare- su voz sonaba acompasada, tranquilizadora.

 Tome una bocanada de aire y cerrando los ojos dije:

 

-Me gustas- después calle apretando aún más los parpados. No escuchaba nada y eso me asustaba y calmaba a la vez.

 Sentía una gran opresión en el pecho. Quería saber su respuesta pero a la vez esta me aterraba, y entonces cuando escuche su risa, casi podía haber jurado escuchar el sonido mi corazón fragmentándose.

Hubiera elegido estar en otra situación, por mala que fuese, cualquiera...

 

Pero no está.

 

Jadeé involuntariamente aun sin abrir los ojos. Si lo hacia las amargas lágrimas que retenía se escaparían y no quería eso. Me había jurado a mí mismo que no me pondría así. No debía llorar, debía ser fuerte y aceptar su decisión fuese la que fuese.  Pero dolía demasiado.

 Retrocedí cuando sentí que se acercaba más a mí.

 

-Arthur ¿Podrías abrir los ojos?

 

-No…-dije apenas logrando callar un sollozo ahogado que quería escapar de mis labios.

 

-Arthur...- lo sentí acercarse una vez más pero esta vez no me moví. Los músculos se me habían entumecido y el frio que creía no sentir se apodero de mí haciéndome temblar.

 

Una de sus manos subió rozando mi mejilla suavemente para después aferrarse a mi nuca y atraerme hasta el solo para plantarme un beso en los labios.

 Abrí los ojos por la sorpresa, cerrándolos después para disfrutar de la sensación todo lo que me fuera posible. Sus labios eran suaves, dulces, perfectos.

 Nos separamos debido a la falta de aire y nos quedamos viéndonos a los ojos. Las lágrimas con las que había luchado por retener rodaron por mis mejillas.

 

-P-pero, te reíste

 

-¿Pero sabes por qué lo hice?- dijo volviéndome a besar de manera rápida -Porque. Eso era lo mismo que yo te iba a decir.

 

-N-nico yo...- tartamudee siendo callado por sus labios por los cuales me deje llevar.

 

Bajo una mano hasta mi cintura aferrándose a esta mientras que con la otra me acunaba el rostro al tiempo que yo pasaba las manos alrededor de su cuello y me colgaba de él.

 Deslizo la mano que tenía en mi cintura más abajo hasta dar con mi trasero y apretarlo.

 

-Ahh...Nico- gemí en medio del beso sintiendo mi rostro arder.

 Di un paso hacia atrás tropezando con una de las colchonetas que había en el suelo cayendo los dos en esta. Después del susto por la caída ambos nos echamos a reír.

 

-Esa estuvo buena jaja- rio viéndome directamente a los ojos - ¿Pero sabes? Me gusto más lo que estábamos haciendo hace unos segundos - tomo mi rostro entre sus manos y volvió a besarme como hace unos momentos.

 

Se movió para acomodarse en medio de mis piernas todavía estando encima de mí. Dejo mi cabeza en la colchoneta para bajar las manos lentamente por mi torso colándose por debajo de mi playera subiendo esta poco a poco dejando parte de mi abdomen expuesto.

 

-Ahh!..-jadeé al sentir el contacto de su piel contra la mía.

 

- Arthur...te necesito.- susurro en mi oído erizándome cada vello del cuerpo.

 

-N-nico no creo que...

 

-Por favor...- suplico besando mi cuello-no sabes cómo te deseo.

 

Sí lo sabía. Yo había sentido exactamente lo mismo cada vez que lo veía, fue en ese entonces cuando entendí aquella frase: "Tan cerca, pero a la vez tan lejos"

 Sabía el dolor que provocaba tener a esa persona a tu lado y sin embargo no poder alcanzarlo.

 Lo sabía más sin embargo, en estos momentos, estaba inseguro.

 

-P-pero ¿y si alguien nos ve?

 

-Art, es viernes, dudo que haya alguien en la escuela aparte de nosotros.

 

-P-pero

 

-Arthur. Por favor-suplico juntando su frente con la mía - no te voy a forzar a hacerlo si no quieres pero, piénsalo antes ¿sí?

 

Solo necesite unos segundos para tomar la decisión. Porque, a pesar de estar nervioso y con el corazón latiéndome a mil por hora, si era Nico, mi Nico, todo estaría bien.

 

-De acuerdo...- dije en un susurro apenas entendible abriendo las piernas de a poco dejandole mas espacio para moverse -Solo. Ten cuidado ¿quieres?

 

-O Art...-suspiro y volvió a besarme. Pero esta vez con más pasión, con deseo, casi desesperado.

 Bajo lentamente por mi cuello hasta donde el borde de mi playera se lo permitía.

 

-Sube los brazos-pidió y así lo hice de manera que pudiera sacarme la playera arrojándola a un lado.

 

Paso su mano por mi torso desnudo dejando pequeños besos mientras bajaba hasta que dio con el hueso de mi cadera, el cual delineo delicadamente con los dedos índice y medio.

 

Llevo su mano izquierda hasta mi entrepierna y comenzó a sobar por encima de la tela del pantalón.

 

-Ah...n-no ahi...mng...

 

-Shh...Apenas estamos empezando- canturreo con una media sonrisa en el rostro.

 

En ese momento saco su lengua y comenzó a lamer desde la parte baja de mi estómago, subiendo lentamente hasta mi clavícula la cual mordió y chupo levemente. En definitiva no necesitaba ser un genio para saber que eso dejaría marca.

 

-O-oyes... no hagas eso... no quiero tener que darle explicaciones a mi madre de porque tengo chupetones en la base del cuello.

 

-Entonces si no puedo lamer ahí, creo que jugare con otra cosa ¿Te parece?-

 

Sin esperar respuesta aprisiono una de mis tetillas en su boca y comenzó a estrujarla (sin llegar a lastimarme) mientras que pellizcaba ligeramente la otra con su mano derecha.

 

-Ah...n-no...Me...mng...ref-feria a eso...-trataba de decir entre jadeos pero me era demasiado difícil.

 

Seguía jugando con mis tetillas, chupando y mordiendo, al mismo tiempo que frotaba por encima de la tela el bulto en mi entrepierna que crecía a medida que las caricias se iban intensificando.

 

Gemí sintiendo mi cara arder al igual que el resto de mi cuerpo. Me había excitado tan rápido con apenas un par de toques suyos y eso apenas era el comienzo.

 

Deslizo ambas manos por mi cintura para desabrocharme el cinturón y poder quitarme los pantalones, los cuales al igual que el resto de las prendas que vestía, quedaron arrumbados por ahí, quedándome solo en ropa interior.

 

-O-oyes eso no es justo...- tartamudee

 

-¿A qué te refieres?

 

-A que tú aun tienes toda tu ropa, eres un tramposo.

 

-Hm...Y tu un pequeño pervertido-dijo entre risas mientras comenzaba a quitarse la chaqueta y el resto de la ropa con maestría pero a la vez de una manera tal…excitante. Llegando al grado de casi parecer ensayado.

 Me reprendí mentalmente por pensar en eso, ignorando en qué momento se había quitado los jeans quedando en las mismas condiciones que yo.

 

Una vez más emprendió un camino de besos desde mi clavícula hasta el elástico de mí bóxer mirando este con una sonrisa maliciosa.

 Entonces de una manera tan de película tomo el borde del elástico con los dientes y fue bajándolo de a poco hasta toparse con mi miembro completamente erecto.

 

-Ahh...mn...N-nico...ghn-me mordí el labio tratando de callar los gemidos que se empeñaban en salir de mi boca.

 

Llevo su mano hasta mi pene y comenzó a frotarlo lentamente de arriba abajo, presionando ligeramente la punta con su pulgar.

 

Sostuvo la base con su mano y acerco su boca dando largas lamidas de la base a la punta, abrió sus labios y beso la punta para meterlo lentamente en su boca hasta tenerlo completamente dentro de esta.

 

-Ahh! Nico...n-no...-

 

Envolvió miembro con su lengua y comenzó a mover la cabeza de arriba a abajo.

Deje de pensar. Deje de lado lo que estaba haciendo y en dónde. Me dedique simplemente a sentir y dejarme llevar.

 Todo lo demás dejo de importar.

 

-Mng...Nico...Po-por favor, no pares-

 

Enrede mis dedos en sus cabellos moviendo levemente su cabeza en señal de que aumentara la velocidad. Eche la cabeza hacia atrás arqueando levemente la espalda cuando cumplió mi petición moviendo la cabeza de arriba abajo cada vez más rápido.

 

-Ah-jadeé-Nico...m-me vengo- No sé si me había escuchado o no pero en cuanto termine de decir eso aumento más el ritmo (si es que se podía) así que sin poder evitarlo me corrí en su boca soltando en gemido más alto que los demás.

 

-Eso fue rápido…-dijo en tono burlón a la vez que pasaba su lengua por sus labios de una manera estúpidamente sensual lamiendo los rastros de semen que habían quedado en la comisura de sus labios. Espera ¿sus labios?

Entonces sentí como si alguien me hubiera dado en puñetazo en el rostro cayendo en cuenta de algo…

 

-¿T-te lo tragaste?

 

-¿Eh?

 

-¿Te tragaste...eso?-pregunte sintiendo mi cara arder de vergüenza cuando asintió a modo de respuesta. Oculte mi cara detrás de mis manos.

 

-No hagas eso. Adoro ver tu rostro sonrojado- dijo con picaría tomando mis muñecas para descubrir mi cara.

 

-Pero... ¡Dios! ¿Cómo pudiste?- dije en tono apenado mirándolo a los ojos.

 

-Porque venía de ti. Por eso-sonrió y me dio un beso rápido en los labios- Ahora, ¿Continuamos?- sonrió de nuevo de manera dulce.

 

Asentí volviendo a acostarme en la colchoneta. Lo vi hincarse; torció el labio mirando hacia abajo, indeciso. Levanto la vista y me miro a los ojos de la misma manera en que hacia un padre cuando su hijo pequeño le preguntaba algo, incómodo y este no sabía que responderle.

 

-Art, sabes...sabes que no puedo entrar así como así ¿No?

 

-¿A qué te refieres?

 

- ¿Cómo decirlo?...-dudo un momento y después hablo- bueno, digamos que como el cuerpo de un hombre no está diseñado para hacer este tipo de cosas tengo que "prepararte" por decirlo de alguna manera, para evitar lastimarte. ¿Entiendes?-

 

Asentí a pesar de no haber entendido del todo a lo que se refería. Hizo el mismo gesto que yo y llevo 3 dedos a su boca lambiéndolos y lubricándolos con su saliva. Separo mis piernas dejándome completamente expuesto, y dirigió la mano que anteriormente había estado en su boca a mi entrada.

 Solté un jadeo seguido de varios otros cuando sentí uno de sus dedos entrar; comenzando a abrirse paso en mi interior. ¿A eso se refería con preparar? En verdad no llegaba al grado de ser doloroso pero si muy incómodo.

 

-Relájate...- demando Nico con voz serena.

 

Asentí cerrando los ojos presionando mi cabeza contra la colchoneta tratando de ignorar esa sensación.

 

Al poco tiempo sentí otro dedo entrar, haciendo como si fueran tijeras en mi interior. Luego entro un tercero y después nada. Levante la cabeza percatándome de que Nico estaba buscando algo en su pantalón; saco su cartera de uno de los bolsillos traseros y de esta un pequeño paquetito metálico el cual reconocí como un condón.

 

-Sabes que no puedo embarazarme ¿verdad?- pregunte divertido al verlo abrir el paquetito con los dientes.

 

-Créeme me lo agradecerás después...

 

-Hmm...- me apoye en los codos pero todo rastro de burla desapareció al igual que la ropa interior de Nico.

 

No mentiré, algo parecido al pánico me recorrió el cuerpo entero cuando vi lo bien "proporcionado" que estaba Nico en ese sentido. ¿Se suponía que esa cosa iba a entrar en mí? Desde un principio me había hecho a la idea de que yo sería el pasivo pero la verdad era que en este momento me estaba arrepintiendo de eso.

 

-Tranquilo…-dijo sacándome de mi ensañamiento colándose frente a mí con una sonrisa compasiva en el rostro- Hare lo posible por que no duela.

 

No dije nada. Simplemente le dedique una mirada y una sonrisa nerviosa y me extendí de nuevo en la colchoneta viendo cómo se colocaba en medio de mis piernas.

 .

 .

 .

 Solté algo parecido a un chillido y las lágrimas escaparon de mis ojos sin poder evitarlo. Me aferre fuertemente a su cuello ocultando mi cara en su pecho y cerré los ojos para evitar que más lagrimas salieran de ellos.

 

-Shh...Tranquilo, tranquilo.-musito pasando una mano por mi espalda trazando pequeños círculos y líneas con sus dedos rozando mi espina dorsal -Ya paso la peor parte...

 

-Mentiroso...-dije entre hipidos golpeando débilmente su pecho- dijiste que no dolería y eso no se sintió precisamente como una caricia.

 

-Dije que haría lo posible porque no doliera, nunca asegure que no lo fuera a hacer...

 

-Idiota...-me encogí aún más en su pecho. Paso una mano por mis cabellos y deposito un suave beso en estos mientras se inclinaba hacia adelante para que volviera a quedar recostado ya la punzada de dolor que sentí al comienzo me había hecho impulsarme adelante para refugiarme desesperadamente en él.

 

Beso mi frente y entrelazo sus manos con las mías situándolas una a cada lado de mi cabeza.

 

-Avísame cuando estés listo...

 

Simplemente me limite a darle una sonrisa de lado dejándome hacer al momento en el que comenzó a depositar pequeños besos en todo mi rostro; lo cual de una u otra manera logro hacer que me relajara.

 

Estuvo así durante un rato hasta que deje de sentir dolor - o por lo menos de manera tan insistente-. Entonces hice un leve movimiento de cadera indicándole que ya podía moverse.

 Las primeras estocadas, aunque lentas, lograron hacer que el dolor que creí se había esfumado regresara, aunque no de manera tan persistente.

 Me aferre a su espalda dejando largas marcas de aruños a lo largo de esta conforme aumentaba el ritmo.

 

Aunque pueda sonar masoquista llego un momento en el que ese dolor se transformó en placer así que cruce mis piernas alrededor de su cintura y lo tome por la nuca para besarlo.

 

-Ah...Nico...mas...mas rápido

 

-Nmg...Art... Estas tan estrecho...mn...-

 

-Ahh...Nico- gemí aferrándome mas a el

 

-Arthur...

 

Dio un par de embestidas más -duras y certeras- para por fin correrse al igual que yo, cada uno gimiendo el nombre del otro.

 Ahora entiendo por qué uso condón.

 Salió con cuidado y se recostó detrás de mí atrayéndome a él con sus brazos. Podía sentir su cálido pecho subir y bajar contra mi espalda. Me encogí más en él y cerré los ojos dejándome llevar por el calor que irradiaba su cuerpo. Así a pesar de casi ser invierno estaba seguro de no pasar frio.

 

-Arthur...

 

-Mnn..- masculle semi dormido. Me hizo voltearme para quedar cara a cara con él; acaricio mi mejilla con su pulgar y entonces me beso. Tierno, dulce, cálido. Abrí los ojos para mirarlo y como siempre termine por perderme en esos pozos azules que desde un principio me hicieron quedar profundamente enamorado del sujeto que ahora estaba recostado a mi lado.

 

-Te amo Art.

 

-Y yo a ti. Nico...

 

 

~EXTRA~

 

Baje corriendo las escaleras. Estábamos a mediados de diciembre y afuera caía nieve dándole a todo un hermoso tono aperlado. Hoy era el último día de clases antes de salir de vacaciones de invierno y como todos los días luego de que me propusiera ser su novio, si, su novio, Nico pasaba a recogerme para ir a la escuela.

 Me despedí de mi mamá, me puse mi saco y cuando salí, ahí parado en la entrada, recargado sobre la cerca estaba él.

 Sonrió al verme y cuando estuve lo suficientemente cerca tomo mi rostro entre sus manos y me beso, tal y como hacia todos los días.

 

-Hola amor- dijo apenas se separó de mí.

 

-Hola Nico

 

-¿Nos vamos?-pregunto extendiendo su mano cubierta por tres pares de guantes.  Me enfoque mejor en lo que traía puesto dándome cuenta de que llevaba como dos abrigos, unos jeans oscuros y un par de botas estilo militares.

-Jamás entenderé porque eres tan friolento- dije entrelazando nuestras manos mientras ambos comenzábamos a caminar.

 

-Ni yo porque eres tan estúpidamente adorable. Pero bueno hay misterios en esta vida que jamás se resolverán ¿No crees?

 

-Puede que tengas razón...-sonreí volteando a verlo por el rabillo del ojo aferrando más el agarre de nuestras manos.

Notas finales:

*Perfect Weapon - Black veil brindes

Bueno creo que eso es todo. Espero que les haya gustado :D

Un review no mata a nadie -3-


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