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Avaricia. por Seiken

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Disclaimer: Estos personajes no me pertenecen y por lo tanto no gano dinero, solo la satisfacción de recibir sus comentarios, quejas o sugerencias… para quienes no hayan visto el Reboot de Thundercats, ¿Qué esperan? ¡Vayan a verlo que no se arrepentirán!

Thundercats-Thundercats-Thundercats

Resumen: Esta vez Grune se ha aliado a una fuerza superior y tomara lo que siempre ha querido.

Thundercats-Thundercats-Thundercats

Avisos:

Este fic es Slash, si no te gustan las relaciones homoeróticas no seas grosero, simplemente no lo leas.

Esta historia está basada en los Thundercats que acaban de salir, no tiene muchos spoilers más allá de los que ya deben de saber.

Fic dedicado a Yuriko Hime por soportar mis constantes incoherencias y la que me ayudo a escribir este capítulo tan rápido…

Thundercats-Thundercats-Thundercats

Capitulo 3

Habían pasado varios días de viaje desde la última vez que encontraron un grupo de lagartos, para su buena suerte los alimentos que tenían almacenados eran suficientes para continuar su trayecto y hacia pocas horas acababan de rellenar las cantimploras con el agua cristalina de un lago.

Tygra y Lion-O habían sido los encargados de cazar algo para comer, Cheetara se encargo de recoger los dulces y coloridos frutos que colgaban en las copas de los árboles de más de 30 metros de altura y los mellizos de prender el fuego para cocinar lo que trajeran, Panthro se encontraba con su verdadero amor, el tanque que nunca dejaba que Lion-O tocara y el cual revisaba cada vez que se detenían.

Al regresar traían consigo la carne que necesitaban, Lion-o parecía de cierta forma avergonzado y Tygra parecía estar furioso, no era para menos, si se tomaba en cuenta que estaba bañado de pies a cabeza por la sangre morada de la bestia.

Tygra siempre había sido un felino extremadamente limpio, en el castillo de Thundera no pasaba un solo día sin bañarse, lavar el polvo y el mal olor de su pelaje siempre reluciente, a diferencia de Lion-O que podía pasar varios días sin acercarse al agua.

Su padre le decía que los suyos amaban el agua y obviamente no podía negar que se trataba de un tigre cuando para poder tranquilizarse siempre tenía que sumergirse en ella, una tina, un lago, lo que fuera que le contuviera, aunque lo gracioso era que le mareaba el constante movimiento de las olas.

Arena, tierra y sangre comenzaban a incrustarse en su cabello y Lion-O lo único que había hecho era mirarlo de reojo con cierto asomo de culpabilidad, de la misma forma en la cual se comportaba cuando sabía que hizo algo malo pero no quería admitirlo.

Mientras comían Tygra no le había dirigido la palabra ni una sola vez, tenía ese gesto que significaba que lo quería lejos, cuando su ceja estaba ligeramente arqueada y sus labios apretados en una mueca de disgusto. — No esta tan mal…

Intento pronunciar el hermano menor, encogiendo los hombros, esperando recibir la furia del tigre, a quien jamás le había gustado estar sucio y por alguna razón que no alcanzaba a comprender del todo le encantaba bañarse.

Tygra le respondió señalando la sangre que comenzaba a secarse sobre su ropa y la que había creado un mechón duro en su cabello, el cual colgaba hacia el lado derecho de su cabeza pareciendo un cuerno. — Déjame ver, de alguna manera lograste bañarme en lodo, arena y sangre mientras que tú no tienes una sola gota encima de esto, no… no esta tan mal desde tu punto de vista.

Limpiándose la boca con el dorso de la mano le informo deseoso de quitarse la sangre y la mugre de su pelaje. — Iré a darme un baño…

Lion-O le dijo entonces tratando inútilmente de calmar la molestia de su hermano mayor, ya era de noche y no pensaba que fuera buena idea que se separara del grupo por algo tan trivial como una ducha, además, solo eran unas gotas allí y allá, ni siquiera se le notaba después de que se limpiara con su capa ya que según Tygra había sido “su” culpa que la sangre salpicara en “su” dirección, así que sería “su” capa la que tendría que limpiar “su” desastre.—No creo que sea buena idea que vayas solo, puede ser peligroso.

Tygra le respondió entonces señalando el lugar en donde ya dormían Cheetara, los mellizos y Panthro, sólo quedaban ellos dos en pie, sin embargo, Lion-O tenía que cubrir la primera guardia. — Debo despertarlos para que estés más tranquilo “señor de los Thundercats”… llevo semanas sin darme un baño decente y a cambio de ti, Lion-O… a mi no me gusta estar sucio.

Lion-O se quejo inmediatamente, no consideraba que estuviera tan sucio, sólo lo habitual. — No estoy tan sucio…

Las comisuras de sus labios se torcieron en una sonrisa y le dijo. — No para tus estándares…

Tygra se alejo en la oscuridad dejándolo solo, Lion-O se sentía sumamente nervioso al dejarlo ir, ignorando sus preocupaciones se concentro en el fuego que aun brillaba con fuerza, el lago no estaba demasiado lejos y después de días sin encontrar ningún indicio de los lagartos o Grune, seguramente esa noche no los encontrarían.

Panthro al notar su preocupación le dijo caminando en su dirección, sentándose frente a él. — Por qué no vas a dormir, niño, yo hare guardia desde este momento.

Lion-O suspiro revolviendo el fuego con la punta de una varita diciéndole. — Tygra fue a darse un baño.

Panthro le respondió mirándolo fijamente, sin ninguna clase de expresión en el rostro, más que la indiferencia. — Si quieres puedes acompañarlo.

Lion-O se levanto ofendido y dijo algo inseguro, controlándose para no olisquear su propia axila para descubrir si tenían razón. — Tú también me dirás que huelo mal.

Panthro sonriendo y levantando las cejas, de tal forma que Lion-O se dio cuenta que Tygra solo le estaba molestando “otra vez” pronuncio. — Yo no he dicho eso, sólo dije que si querías acompañarlo podías ir.

Lion-O estaba un tanto confundido, si no necesitaba bañarse porque alcanzaría a Tygra en el lago, eso era absurdo a menos que hubiera otra razón… sonrojándose se rasco la cabeza y le informo. — mejor iré a dormir un poco.

Panthro se encogió de hombros. — Como dije antes, ese muchacho se meterá en demasiados problemas.

Thundercats-Thundercats-Thundercats

Al otro lado de ese mismo bosque una patrulla muy grande de lagartos y sus maquinas se había detenido, uno de ellos esta olisqueando el suelo percibiendo el indiscutible aroma de carne cocinándose, así como el de Thundrilium y varios Thunderianos.

No esperaban encontrarles aquí y si se lo informaba al General Grune seguramente los premiaría por eso, llevaban varios días estacionados en ese punto sin saber porque, el general comenzaba a impacientarse y todos los lagartos sabían de lo que era capaz un gato en ese estado.

Acercándose a Grune, el cual estaba sentado en una pesada silla, devorando un trozo de carne, le dijo hincándose en el suelo. — General Grune…

Grune respondió tirando el hueso quebrantado al suelo sin mucha paciencia. — ¿Qué?

El lagarto trago saliva y trato de recordar que estaba a punto de decirle para que se le recompensara por su descubrimiento. — General…

Grune se levanto del asintió y repitió su pregunta, esta vez sujetando el cuello del lagarto. — ¡Que!

El lagarto intentando soltarse pronuncio tan rápido como su falta de oxigeno se lo permitía. — Descubrí el olor de los Thundercats… están en el bosque, es reciente… tal vez, tal vez aun estén aquí…

Grune se quedo quieto algunos segundos, saboreando el futuro sabor de la victoria, para después dejar caer al lagarto y comenzar a reírse, carcajearse con las manos en la cintura, el destino se estaba poniendo de su parte, dentro de poco esa fastidiosa misión podría convertirse en una delicia.

Los lagartos creyeron saber el motivo por el cual Grune estaba riéndose, pero era diferente a lo que ellos pensaban, en una bolsa que colgaba de su cinto tenía el collar que le regalo al príncipe, lo encontró en su habitación y esperaba ponérselo cuando lo hiciera suyo, ahora le serviría para encontrarlo. — Localiza este olor y llévame con él.

El lagarto asintió tragando algo de saliva, como esperaba que se enfocara en un solo aroma cuando era mucho más fácil seguir el de la carne cocinándose, si encontraban a todo el grupo encontrarían el thunderiano que desprendía esa esencia.

Al principio pensó que se trataba de la mujer a quien su general estaba buscando, decían que era hermosa para ser un gato, pero al olfatearlo una segunda ocasión vio que se trataba de un varón, uno de los gatos, pero quien no lo sabía.

Grune le instruyo a un grupo de camaleones que se movieran por separado para capturar al tigre, los demás podían ser eliminados y al león podrían cortarle el brazo para lo que le importaba, lo único que necesitaba era la espada del augurio, no el cuerpo unido a ella.

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Algunas horas después Tygra nadaba en el agua cristalina del lago, se había dado un largo baño, lavado su ropa de toda la sangre y mugre acumulada, y ahora solo disfrutaba de moverse en aquel líquido.

Su ropa estaba secándose en una de las ramas de los arboles cercanos y la luz de la luna iluminaba su pelaje rayado.

Tygra estaba demasiado tranquilo, dejándose llevar por el sonido del agua y los animales silvestres, algunos insectos cantaban sus canciones nocturnas, acompañados de las ranas, nada podría salir mal.

Quien pudiera verlo se daría cuenta de la belleza que estaba escondida debajo de su ropa de color verde, músculos definidos, pelaje lustroso, un rostro bonito que aún conservaba algunos de los rasgos finos de su adolescencia, ojos dorados que brillaban cuando los rayos de la luna se reflejaban en ellos.

Era todo un espectáculo poder verlo nadando en ese lago, tanto Grune como cualquier otro serían unos Thunderianos muy felices.

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Grune quería llamar la atención de los Thundercats, provocar que se dispersaran para poder alejarlos de su presa, según le había informado uno de sus camaleones, su gatito no se encontraba con ellos y el único que montaba guardia era Panthro.

Su príncipe se había separado del grupo en la peor de las noches posibles y conociéndolo como lo hacía, teniendo en cuenta la dirección que había tomado algunas horas antes, seguramente se encontraría nadando, intentando ignorar esas terribles semanas.

Le hizo una señal a un pequeño grupo de soldados para que atacaran a los Thundercats, mientras tanto, el seguiría a sus camaleones en busca de su premio.

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Algunos minutos después Panthro escucho un movimiento en la maleza, el indescriptible sonido de un lagarto avanzando hacia ellos con demasiada lentitud, sin dejarle ver que lo había descubierto bostezo y se levanto, caminando en dirección de los otros como si estuviera dispuesto a dormirse durante la guardia.

El odio y la estupidez de los lagartos debía ser su peor defecto si pensaban que cualquiera de ellos se quedaría dormido durante su turno.

Acercándose a donde se encontraba el rey lo golpeo con la punta de su pie despertándolo casi inmediatamente si acaso estaba dormido en primer lugar y al juzgar por la usencia de su hermano ese no era el caso. — Estamos rodeados.

Lion-O movió su brazo para empuñar la espada con tanta lentitud como pudo para que los lagartos no los descubrieran, Cheetara abrió los ojos también, habiendo escuchado el susurro de Panthro.

Los mellizos aun seguían durmiendo en el interior del tanque felino junto a Snarf, la molesta mascota del rey que estaba contando los segundos para el golpe de sus enemigos, esperando que Tygra no hubiera sido encontrado todavía.

Repentinamente una multitud de lagartos cayeron de las copas de los árboles y otros tantos camaleones se volvieron visibles con sus armas apuntándolos, listos para disparar.

Lion-O se levanto de un salto al igual que Cheetara, Panthro solo tomo una postura de combate, extrañándose por el comportamiento de los lagartos, porque no disparaban como debían hacerlo.

Uno de ellos estaba temblando, un camaleón que parecía demasiado nervioso, el cual estaba intentando no presionar el gatillo de su arma, un lagarto de mayor tamaño, con picos en toda su espalda y rostro le ordeno. — ¡Todavía no disparen! ¡Grune no ha dado la señal!

Sin embargo, el camaleón ya no soporto la ansiedad de tener a los Thundercats frente a ellos, habiendo escuchado que uno solo derroto al escuadrón que protegía la puerta de la mina de Thundrilium y disparo provocando un caos.

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Tygra escucho las explosiones que procedían del claro en donde estaba su hermano y se dio la vuelta en el agua, podía ver el fuego y el humo, los habían encontrado. — Lion-O…

Inmediatamente intento nadar por su ropa y sus armas, las que dejo a su lado pensando que nada malo podría ocurrir, bajando su guardia cuando sabía que podrían estarlos buscando. — ¡Maldita sea!

Al acercarse al paramo en donde se desvistió pudo ver como las hojas de los matorrales más altos se movían y se detuvo junto a unos carrizos, aguzando su vista descubrió un lagarto caminando sobre sus cuatro extremidades.

Junto a él se encontraba Grune y a su lado, varias figuras que se dibujaban en las plantas que eran lo suficiente altas para cubrir a un pequeño contingente de soldados, sumergiéndose un poco más intento que no lo descubrieran cuando el rastreador señalo en dirección del lago.

Grune recogió sus armas, dándoselas a uno de los lagartos, mientras que su ropa la sostuvo cerca de su rostro y comenzó a olerla, como si intentara apropiarse de su propio aroma, sumergiendo su nariz en ella para después intentar localizarlo en el lago.

Tygra sintió un escalofrió recorrer su espalda, como muchas otras ocasiones que apenas recordaba, cuando Grune aún estaba a cargo de su entrenamiento, pero como en todas aquellas ocasiones no comprendió del todo el porqué, que era aquello que Grune buscaba con tanta desesperación.

Lo tenían rodeado, estaba desnudo, desarmado y dentro de poco amanecería, por lo que sin duda lo encontrarían cuando los primeros rayos de luz brillaran, si acaso no lo hacían antes, ya que pudo ver como varios cuerpos caían al agua.

Tygra intento controlar su respiración y se sumergió tanto como pudo en el lago, avanzando en la dirección de los demás, el único lugar al que podía ir, esperando que de alguna manera hubieran sobrevivido al golpe de los lagartos.

El tigre salió apenas lo suficiente para recuperar el aliento y continúo nadando en dirección de unas rocas, esperando que le dieran suficiente camuflaje, con mucha suerte no habría camaleones de ese lado, con mucha más suerte podría encontrar ayuda o algo de ropa y su arma si interceptaba a uno de sus enemigos.

Esa situación era tan ridícula y humillante que se preguntaba que más podría pasar.

Grune al ver que no lo encontraban hizo un ademan de olfatear el aire para después pronunciar como si le estuviera hablando a un niño o peor aún, a un Snarf. —Ven gatito, gatito, ven…

Tygra apretó los dientes, que clase de burla era esa y repentinamente una silueta oscura se elevo detrás de él, cubriendo su boca para que no gritara pronunciado acercándolo un poco más en dirección de las rocas. — Guarda silencio…

Tygra obedeció a la voz que le ordenaba guardar silencio y lo sumergía en el agua, justo a tiempo para que un par de camaleones pasaran por encima de ellos, gritándole a Grune. — No está. ..

Grune pregunto furioso, apretando el puño enfrente de su rostro, seguro que Tygra aun seguía en el lago y que solo era cuestión de tiempo para encontrarlo. — ¿Cómo que no está? ¡Búsquenlo, él es mío!

Ambos Thundercats salieron a respirar, en ese momento Tygra le pregunto a Panthro, quien había logrado llegar a tiempo, sólo porque los otros dos decidieron quedarse a enfrentar al menor grupo de lagartos y los camaleones eran especialmente débiles en combate. — ¿Qué?

Panthro no le respondió, no era el momento, Tygra intento ignorar el miedo que repentinamente llegaba como si fueran olas, acompañado de la misma clase de escalofríos que sentía los últimos días de su entrenamiento bajo la tutela de Grune. –Tenemos que irnos…

Tygra le dijo susurrando. — Tiene mi ropa y mis armas…

Panthro ayudándolo a salir del lago le respondió demasiado serio, provocando que Tygra se detuviera un par de segundos. — Por lo menos no te tiene a ti.

Si fuera otra clase de situación la mirada de profundo horror en la cara del príncipe seria divertida, sus ojos estaban desorbitados, sus dientes apretados y volteo en dirección de Grune, un gesto que no debió realizar porque sus ojos brillaron en la oscuridad señalando su posición.

Grune les ordeno a sus tropas señalando la dirección en donde estaba el príncipe. — ¡Vayan por el! ¡Tráiganmelo!

Pero no estaba dispuesto a que sus soldados dañaran al príncipe así que levantando su maza corrió en su dirección golpeando el suelo con esta provocando que una onda de choque los derribara al suelo y al ver a Panthro junto a su príncipe perdió la razón, no pudo contener su furia, tampoco quiso hacerlo.

Una de las descargas casi le da a Tygra, a la que sin su armadura no podría resistir, Panthro apenas tuvo tiempo de salvarle pero no de esquivar la siguiente ráfaga, la cual los golpeo a ambos.

Panthro y Tygra cayeron al suelo, el mayor sobre el cuerpo del menor que tenía un pequeño hilito de sangre recorriendo su frente pero seguía despierto, tratando de levantarse.

Grune cargo al príncipe en sus brazos obligándolo a colocar su cabeza sobre su pecho, como si se tratase de una novia o un gatito cansado, advirtiéndole. — Todo esto te lo has provocado tu solo, si no hubieran huido tu hermano podría seguir con vida, lo único que tendrías que hacer es darme lo que me pertenece… pero no, tuvieron que salir de la celda que los protegía, tu hermano tendrá que morir y ahora estas malherido, Tygra.

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Tenían varios rapones pero aun así habían logrado derrotar a cada uno de los lagartos, Lion-O estaba inquieto, Panthro y su hermano ya deberían haber llegado a ellos. — Ya deberían haber llegado…

Cheetara coloco su mano sobre su brazo diciéndole intentando tranquilizarlo. — Tú eres el rey, Lion-O, si quieres buscarlos eso haremos.

Lion-O negó aquello con la cabeza diciéndole — Yo los buscare, ustedes esperen aquí para cuando regresen.

El joven rey siguió el camino de destrucción que Panthro había dejado a su paso, cada vez eran más lagartos, como si el mayor contingente no fuera el que los ataco sino el que estaba en esa dirección.

Aquel era el lago en donde sabía que se encontraba Tygra así que Lion-O comenzó a correr tan rápido que sus piernas comenzaban a quejarse, esperaba encontrar aun más lagartos en ese punto, sin embargo, solo encontró el antes hermoso lago destruido, no había nada, ni lagartos, ni camaleones, nada.

Pero si muchas huellas que no se molestaron en cubrir, las que llevaban al otro lado del bosque, en donde se encontraba el campamento de Grune.

Panthro que acababa de recuperar el sentido se maldecía interiormente por un descuido de principiante, Grune únicamente estaba interesado en el príncipe, ahora era claro lo que había hecho, los distrajo para tenerlo a solas.

La pantera estaba encadenada a un árbol en el campamento militar de su viejo amigo, nueve o diez lagartos lo custodiaban, uno de ellos era el mismo rastreador que le informo a Grune sobre su ubicación. — Veo que has despertado…

Grune estaba enfrente de él sin su armadura dorada, con una mirada de satisfacción en el rostro, esa era la mirada de una persona que ha encontrado un tesoro largamente perdido y está dispuesta a despilfarrarlo. — Tygra yace en mi cama, esperando por mí para ser desflorado.

Panthro intento liberarse advirtiéndole. — Aléjate de él, Lion-O jamás te perdonara si le haces daño.

Grune se carcajeó respondiéndole. — Asesine a su padre, destruí su reino y piensas que necesito su perdón para algo… sé que es su hermano y si Claudius siguiera con vida, este momento sería mucho más glorioso aun.

Panthro apretó los dientes e intento liberarse de las cadenas que lo mantenían sujeto al árbol. — Lo primero que hubiera hecho cuando me convirtiera en rey si tú me hubieras ayudado seria tomarlo como mío, asesinar a ese león y a su padre, asesine a su padre, lo tendré a él y pronto morirá Lion-O… cuando venga a buscarte.

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Tygra despertó en el interior de una tienda, en una cama que era bastante grande y cómoda si la comparaban con el suelo en el que habían estado durmiendo últimamente, su ropa y sus armas habían sido depositadas con cuidado en una silla junto a la puerta.

Al levantarse tuvo que sostenerse de un perchero, su cabeza le daba vueltas y al rosarla con sus dedos sintió algo de la sangre coagulada, debía salir de allí como fuera, no permitiría que Grune lo tocara con sus sucias manos.

Su armadura estaba colgada del perchero donde se sostuvo y retrocedió tan rápido que casi pierde el equilibrio, derribando la pesada aberración al suelo, seguramente alertando a los guardias.

Ya no se podía permitir más estupideces, primero nadar en el lago tanto tiempo, después permitir y provocar que Grune los golpeara.

Debía concentrarse en salir de allí primero, después se regañaría todo lo que quisiera. — tengo que vestirme y salir de aquí… solo eso.

Tygra estaba listo para salir, jamás se había vestido tan rápido en su vida ni se sintió tan bien al portar sus armas, con su pistola y látigo se sentía más seguro, casi como si Grune en un campamento plagado de sus soldados no pudiera tocarlo. — Veo que ya despertaste.

Tygra se dio la vuelta e inmediatamente lo apunto con su arma diciéndole al mismo tiempo que retrocedía, esperando que eso fuera suficiente para alejar al traidor que asesino a su padre, destruyo su reino y les arrebato su futuro lejos de su cuerpo. — No te me acerques.

Grune levanto las manos como si tratara de tranquilizarlo, diciéndole señalando la puerta por la que acababa de pasar, la única forma de salir de esa tienda y por la cual podrían llegar sus hombres de necesitarlos. — Por qué no te controlas y vienes a mí, Tygra… con una orden mía, tú y Panthro serán asesinados…

Tygra respondió relamiéndose los labios, los que sentía demasiado secos, apretando un poco más el gatillo al darse cuenta que Grune lo subestimaba ignorando sus habilidades como tirador, sintiendo tanto desagrado como uno de los suyos podía sentir al ver la lujuria reflejada en sus ojos. —Aun así tu estarás muerto, Grune… y si no, tendrás que dar la orden y de todas formas no me poseerás porque yo estaré muerto.

Grune asintió complacido, no era la respuesta que Tygra estaba esperando, ni tampoco que su enemigo se abalanzará en su contra, haciéndole recordar otra ocasión en la cual un sujeto enorme cubierto con una capa ataco a Lion-O y después intento violarlo.

Su dedo apretó el gatillo varias veces sin ningún resultado, Grune cayó sobre él y sostuvo sus muñecas por arriba de su cabeza diciéndole. — Con la tecnología primero tienes que revisar que el arma este cargada.

Tygra se revolvió debajo de su cuerpo, excitándolo, provocando que quisiera besarlo como muchos años atrás lo hizo, arrebatándole un segundo beso, introduciendo su lengua en su boca.

Su gatito respondió de la misma forma, mordiendo sus labios con tanta fuerza que lo obligo a retroceder, reacción que aprovecho para impactar su rodilla contra sus partes íntimas tan fuerte como podía pronunciando. — Fuiste tú… tu me atacaste en ese callejón.

Grune gruño adolorido, jamás había sentido tanto dolor y aun así tuvo que decirle recordando ese primer beso, esa llama que apagaría con sus propias manos, la misma llama que lo excitaba y llamaba cual polilla. — ¿Cuántos de los míos conoces?

Tygra recogió su pistola nuevamente y esta vez revisando que estuviera cargada volvió a apuntarle, estaba a punto de matarlo cuando escucho el indiscutible sonido de la voz de su hermano, necesitaba ayuda y él no deseaba continuar en ese lugar, se sentía sucio bajo la mirada predadora del tigre dientes de sable.

Al salir envuelto en su látigo, invisible a los ojos de los demás, pudo escuchar que Lion-O le preguntaba a Panthro intentando encontrarlo, desesperándose al no verlo, esperando que la pantera pudiera decirle que paso, que aun estuviera vivo y que seguiría molestándolo como todo buen hermano mayor haría o eso quería pensar. — ¿Dónde está Tygra? ¿Dónde está mi hermano?

Panthro le respondió señalando la tienda en donde dormía Grune, esperando que pudieran detener al monstruo avaricioso antes de que lastimara a Tygra, golpeando los remanentes de las tropas de su antiguo amigo. — Grune todo este tiempo buscaba a Tygra.

Lion-O pregunto respirando hondo, tratando de controlar las emociones que amenazaban con destruir su corazón esperando que su hermano estuviera con vida y a salvo, poder derrotar a cada uno de los lagartos para ir en su búsqueda. — ¿De qué hablas? ¿Por qué?

Panthro suspiro molesto, acaso podrían ser más ciegos, pero como no serlo, sí se suponía que eran amigos y nunca sospecho sus verdaderas intenciones, jamás hubiera creído que los traicionaría, que asesinaría a sus hermanos, a su rey para después intentar poseer a su hijo, escuchando como Lion-O le preguntaba. — ¿Quiere la espada?

Panthro pronuncio entonces, siendo tan directo como podría serlo con el joven rey cuando los lagartos habían sido derrotados por fin, cuando solamente le faltaba ir a la tienda en donde temía el joven rey observaría una imagen desgarradora. — No, lo quiere a él… me imagino que forma parte de sus recompensas.

— No— pronuncio Lion-O apretando el mango de su espada con fuerza, tanta que sus nudillos comenzaban a volverse blancos y sus uñas habían cortado la palma de su mano. — No lo permitiré.

Tygra apareció en ese momento diciéndole a Lion-O con seguridad, intentando ocultar su temor, queriendo ignorar toda esa extraña locura, ya era suficiente con lo que tenían que hacer para que también tuviera que preocuparse por su “virtud”. — Yo puedo cuidarme solo.

Lion-O en vez de pronunciar lo que pensaba Tygra que diría corrió en su dirección y lo abrazo, acariciando su cabello por la nuca diciéndole intentando tranquilizarlo, penetrando sus defensas y mirando exactamente cual asustado estaba. — Pensé que te perdería a ti también.

Tygra no se movió al principio, para después rodear con sus brazos el torso de su hermano diciéndole tranquilizándolo de la misma forma. — No me perderás Lion-O…

Grune al recuperarse siguió a Tygra, observando con odio y rencor la reunión de los dos hermanos, diciéndole al menor con los dientes apretados odiando la forma en la cual tocaba a su príncipe y este devolvía el afecto. — ¡El es mío! ¡No permitiré que un sucio león me robe lo que me pertenece! ¡No, otra vez!

Lion-O dio varios pasos en dirección de Grune empuñando la espada, pronunciando furioso, como nunca antes lo había estado, deseando más que nada asesinar a la criatura que trataba así a su hermano. — ¿Cómo te atreves? ¡No permitiré que hables de mi hermano como si se tratase de un objeto!

Un sentimiento era tan fuerte como la rabia que sentía y ese era desprecio, Grune era un monstruo por siquiera insinuar que deseaba a su hermano, celos e ira, era todo lo que podía sentir ese general. — ¡Eres repugnante!

Grune controlando su molestia le pregunto esperando que los jóvenes príncipes escucharan sus palabras, que creyeran en ellas. — Tygra era el pago acordado por mis servicios, no por Mum-Ra, sino por tu padre… solo que se arrepintió de dármelo al final, tal vez encontró un mejor postor… un príncipe o un futuro rey.

Al ver que había tenido la respuesta esperada en ambos hijos y que Panthro no había pronunciado una sola palabra contradiciéndolo continúo diciendo. — Tu titulo solo era una formalidad… te adopto para que su verdadero hijo tuviera compañía… se te educo para servirle Tygra…

Tygra sacudió su cabeza, no estaba dispuesto a creer esas palabras, no de la persona que los había traicionado a todos, que asesino a su padre e intento tomarlo, que quería a Lion-O muerto. — ¡No escuchare esto!…

Solo era cuestión de introducir la sombra de la duda en el joven príncipe para poder separarlos, acercarlo a él, convertirlo en su consorte. — ¿Le tienes miedo a la verdad?

Tygra susurro más para sí mismo que para los demás. — Eso es mentira…

Grune le pregunto esperando que la respuesta del príncipe fuera la que necesitaba. — ¿Por qué no fuiste rey? ¿Si eras su hijo porque te quitaron ese privilegio?

Tygra se había hecho esa pregunta en más de una ocasión, porque fue Lion-O el elegido para portar la posesión más preciada de su pueblo, de toda su raza, porque nunca era suficiente lo que hacía para demostrarle que él también merecía ese honor, no por el poder, por lo que significaba seguir los pasos de su padre. — Por qué tú no tienes el linaje adecuado, siempre te lo he dicho… ¿Cuándo estarás dispuesto a escucharme?

Lion-O se mordió el labio al escuchar esas mentiras, al ver que Tygra comenzaba a creerlas, Grune no lo dejaría solo, su avaricia no destruiría a su familia. — ¡Guarda silencio!

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¿A quién le interesaría que esta historia se convirtiera en un Tygra/Lion-O?

Llevo 1 voto por que si… y 1voto por que no…

Que opinan, ¿qué pareja quieren ver para Tygra?

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