-¡¿Por qué demonios hiciste eso?!- El grito de Deidara resonó por toda la suite- ¡Esa podría ser la ultima oportunidad que tenias de hablar con el!
- ¡Estuvo escuchándonos todo este tiempo! ¡Incluso me escucho dando la orden de contratar a Naruto para cazarlo! Ya es muy tarde para hacer nada. ¡Naruto!
Regreso al salón para ver como el rubio buscaba otros audífonos.
-¿Encontraste algo?
-Nop -anuncio-. Creo que era el último. Pero luego de todo lo que escucho, creo con uno fue más que suficiente.
- ¡Tienes que encontrarlo!
-¡¿Quieres dejar de pedirme eso?! ¡Haz algo por tu cuenta para variar; en lugar de sentarte a dar órdenes! -Naruto sintió deseos de golpearlo- ¡Tu no eres el único que quiere encontrarlo! ¡Yo también quiero verlo y hacer que deje de meterse en problemas! Así tenga que asegurarme de que tu no vuelvas a verlo nunca más, voy a devolverle su vida.
Naruto salió del apartamento con un fuerte portazo, rabiando por la arrogancia de Itachi y por el hecho de que Deidara era incapaz de hacer nada que Itachi no ordenara.
Su expresión adusta no cambio en lo mas mínimo, pasando a los clientes del hotel de largo y con molestia.
- Animales con ropa -rechinaba sus dientes-. ¡Maldita sea!
Golpeo con fuerza la puerta del elevador mientras este iba descendiendo lentamente. Repartió otra serie de golpes sobre pared dorada, hasta que el dolor de sus nudillos le impidió continuar.
Observó como la sangre manchaba la pared y la visión le hizo desear continuar golpeando.
No. No estaba molesto con Deidara. ¡Joder! ¡Ni siquiera estaba molesto con Itachi!
Cuando se bajó del elevador, atravesó el lobby, los pilares de mármol y se dirigió hacia la zona de descanso de los empleados. Su furia no le permitía pensar correctamente y debido a eso no calculaba el riesgo que estaba corriendo en aquellos momentos.
Junto a la puerta de entrada del salón de empleados, había un perchero de cuatro patas, donde las mujeres ponían sus bolsos o las mochilas de trabajo. Junto a este había un pizarrón blanco con el horario de la semana y cuando busco su hora actual-12:00 pm-, se dio cuenta de que todos estaban trabajando en esos momentos.
Ansioso, rebuscó entre todas las billeteras que encontró hasta que dio con la foto de la joven con la que había conversado anteriormente. Memorizó su dirección rápidamente antes de buscar el celular de… Eva -leyó-, pero era difícil encontrarlo entre todo el maquillaje, cremas faciales, pañuelos y otras… cosas. Su alivio fue indescriptible, cuando finalmente lo encontró en el fondo de la cartera.
- Sin contraseña -canto mientras buscaba entre sus aplicaciones-. Esta chica me cae cada vez mejor.
Eso era hasta que leyó su último mensaje, enviado hace apenas 30 minutos.
MENSAJES
Eva: ¿Pasaras hoy por el apartamento? 11:25am
¿????: No. 11:29am
Su usuario surgía como Desconocido.
Eva: Deberías. Hay un guardia nuevo que dice que puede Ayudarte. 11:29am
Eva: ¡Tal vez puedas recuperar tu trabajo! ☺ 11:30am
¿????: No. 11:30 am
Eva: ¿Encontraste a tu amigo? 11:31 am
¿????: Si 11:32 am
Eva: Ok 11:32 am
¿????: El nuevo guardia es rubio? 11:33 am
Eva: ¡Si! ¿Cómo lo supiste? ¿Lo conoces? 11:33 am
Eva: ¿Sigues ahí? 11:35 am
Eva: Ya debo irme. Nos vemos 11:38 am
- ¿En serio? -Naruto hizo una mueca graciosa- Hijo de puta.
Bajo el celular con pesadez y se pasó la mano por la cara. Suspiro lentamente y se dejó caer en una silla de terciopelo rojo cercana. Miro el celular de cobertor azul por un largo tiempo, pensando en que hacer a continuación. Ya no valía de nada ir a casa de la chica, a no ser que Sasuke tuviera la necesidad de protegerla de un mercenario.
Lo pensó detenidamente.
Sasuke tenía el instinto de un policía y no iba a permitir que nadie saliera herido por su culpa; pero definitivamente ese no era el tipo de reencuentro que él deseaba después de tanto tiempo sin verlo. Pero si solo se presentaba en casa de Eva, era obvio que el moreno malinterpretaría la situación y abriría fuego antes de preguntar. Suspiro nuevamente y sintió los efectos de la falta de sueño. Además de que el dolor de cabeza parecía querer perforar su cráneo, la presión no le estaba haciendo ningún favor. Miro el celular y decidió que no tenía nada que perder. ¡Le escribiría! Despues de todo, no había podido dar con él en los dos últimos días y Sasuke en cambio, sabía dónde estaba él en todo momento.
Eva (Naruto): ¿Sasuke? 12:17 pm
¿????: ¿Como sabes mi nombre, Eva? 12:19pm
Eva (Naruto): ****************** *****************************
¿????: ¿Quién eres? 12:21pm
Eva (Naruto): ******************
¿????: ?Naruto? 12:22pm
Su corazón dio un vuelco.
Eva (Naruto): Si 12:22pm
¿????: ¿Dónde está Eva? 12:23pm
¿Eso era lo primero que tenía que decirle? Pensaba que los insultos no pararían de caer sobre él, pero su prioridad parecía ser la seguridad de Eva. ¿Por qué se preocupaba por esa chica?
Eva (Naruto): Esta trabajando. No te Preocupes 12:24 pm
¿????: ¿Qué quieres? 12:24pm
Eva (Naruto): ¿Podemos hablar? ¡Puedo ir a buscarte! 12:25pm
Sus manos temblaban por los nervios.
¿????: No creo eso sea conveniente. 12:26 pm
Eva( Naruto): Entiendo que estés molesto conmigo. Pero puedo explicarte. 12:26 pm
¿????: NO 12:26pm
Eva (Naruto): ¡Por favor, Sasuke¡ 12:26 pm
¿????: Tranquilo zorrita. Mi problema no es contigo. 12:27 pm
Los ojos de Naruto se dilataron cuando leyó el ultimo mensaje. Por un momento la incredulidad y el alivio se mezclaron, pero algo no le gusto de ese mensaje. Incapaz de continuar con la insulsa conversación por mensaje y debido a que sus dedos le dolían por teclear las diminutas letras, decidió marcarle directamente.
-Estoy ocupado -Su voz se notaba ronca y distante, pero Naruto se erizo de placer al escucharlo.
- ¿A que te refieres con que tu problema no es conmigo?
Escucho una risita burlona.
- ¿Te hace feliz que no te esté cazando a ti?
- No, si a quien estas cazando es mi hermano -no recibió respuesta-. Además, si no me estas cazando a mi porque irrumpiste en mi apartamento.
- Quería verte -admitió desvergonzadamente-, además de que quería asegurarme de que no intervinieras.
Naruto fue a contestar, pero entonces escucho un grito de fondo.
- ¿Qué fue eso?
- No es nada -su voz se escuchaba forzada-. Estoy recabando información.
El rostro del rubio se torno lívido. Sabia como Sasuke estaba recabando información y fue inevitable que la escena se formara en su mente. Aterrado salió corriendo del salón, atravesando los pasillos blancos y atravesó el lobby nuevamente para salir a la calle.
- Sasuke, no hagas eso -rogo-. Yo puedo decirte todo lo que quieras. ¡Déjalo ir!
- Te tengo que dejar.
-¡Espera! ¡Vamos a vernos!
-Cuando ponga a Deidara tras la rejas y acabe con su amante, podremos hablar.
-¡No! ¡Sasuke, Deidara es mi hermano!
- Es un asesino -gruño.
- Por favor. ¡POR FAVOR! Todo lo que hizo fue querer salvarme. Estoy vivo gracias a el y a Itachi.
- Naruto…
- Es lo único que me queda, Sasuke -caminaba sobre las calles atestadas de personas que caminaban tranquilamente, ajenas a su dilema.
- ¿Lo único? -los gritos de fondo cesaron por un momento.
- ¡Familia! Es la única familia que me queda. Pero por supuesto que aun quiero estar contigo. Yo… yo te amo. Lo sabes.
- ¡No Naruto! ¡No lo sé! ¡Me utilizaste para sacar a ese asesino de la cárcel, dejando detrás de ti a un oficial muerto, un miembro de Akatsuki tirado sobre el piso de la comisaria y a mí, cargando con la responsabilidad de todas tus artimañas!
- Lo…lo siento -estaba al borde de las lágrimas.
-Que haya dormido con un asesino es una cosa-dejo salir una carcajada dolida y luego se escucho un disparo-, a todos les ha pasado al menos una vez. ¡Tal vez incluso pudiera aceptarte así! Pero que eso me costara mi carrera, me humillaran por… por ti -gruño-. Escúchame bien Naruto, si insistes en protegerlos, te convertirás en mi enemigo. Te aconsejo que escojas de qué lado estas.
-¡Por que no escuchas nada de lo que te digo! -Grito en medio de las lágrimas, haciendo q todos los peatones se giraran a verlo- ¡Quiero verte!
No recibió respuesta, pero sabía que Sasuke seguía ahí.
- Sabes que yo no te haría daño. No podría… jamás- el llanto no le permitía continuar.
-Esta bien, Naruto -acepto finalmente-. Pero ya deja de llorar.
-Amm, ¿Dónde estás? Voy a buscarte.
Se escucho un suspiro.
-No. Dame algo de tiempo para limpiar aquí. Ve a casa y límpiate esas lágrimas.
-¿Vendrás?'
- Es tu última oportunidad para demostrarme que puedo confiar en ti. No me falles otra vez.