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Dance For You por Lula Mato

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Notas del fanfic:

¡Hola!

¿Cómo están queridas y queridos?

 

Bueno, ahora vengo con un One Shot que he escrito en dos noches. Porque como dicen que las noches son más inspiradoras, a mi me funciona así. <>

 

No tiene ninguna advertencia, y así la tuviera, igual hicieran caso omiso y lo leerían de todas formas ^^

 

Espero les guste :3

Notas del capitulo:

¡Hola!

 

Estoy de vuelta presentándoles un nuevo One Shot. Espero en verdad, que sea de su total agrado. 

Para mí, esta pareja es la más pura en B.A.P y pues, me encanta como se ven juntos *w*

 

¡DISFRÚTENLO!

 

Desde hace como un mes que tenía esa canción en su mente, tarareando, cantando e incluso bailando. Lo último, algo que hacía siempre que tenía tiempo a solas en la empresa, en esa sala de piso flotante color crema, con un espejo de pared a pared, con el logo de su disquera a un lado de la puerta, con paredes blancas y  focos colgantes.

Un chico de rubios cabellos y piel nívea que camina directo a esa sala donde tan a gusto se siente desde que se acerca a ella. Con pasos apresurados por la felicidad de un día bien trabajado, con largas zancadas de emoción, mejor dicho ganas. Esas inmensurables ganas de dar todo de sí en un piso que le hacía sentir como si estuviera volando. Así iba JunHong, con una sonrisa en el rostro, una sudadera sin mangas negra y rotos pantalones jean.

El hecho de sentir cómo tu sangre fluye sin mesura por tus venas, el tiritar de tus piernas cuando das pasos imposibles, la fuerza con la que tu pecho sube y baja por falta de aire, esas gotas de esfuerzo que corren por tu rostro y mueren en tu barbilla, simplemente es una imagen perfecta.

Así lo piensa el joven que en ese instante se mira al espejo de la sala de prácticas. Y es que ya han pasado diez minutos desde que está ahí, pero en todo ese tiempo solo ha bailado una canción,  una y otra vez, tan solo por el simple hecho de que le encanta y le hace sentir que es sensual, no sexy. Porque ser sexy es algo que el pequeño considera a su pensar, vulgar. Diferente a ser sensual que es la máxima expresión de belleza y profesionalismo. Y JunHong bailando esa canción es sensual así como provocativo y perfectamente hermoso a los ojos de alguien que furtivo le mira desde la ventanilla de esa puerta blanca que divide la sala del pasillo y las demás salas de baile.

 

—0—

 

Caminaba por entre los pasillos con el fin de despejar su mente un poco acudiendo al único lugar en donde lograba tal hazaña. Lo cierto es que, aunque tenga una imagen algo distraída y a veces torpe, él pensaba y presenciaba algunas cosas que ciertamente no eran fáciles de asimilar para personas de su edad. Estar en ese mundo del consumo por medio de la imagen que presentas o muchas veces te imponen los medios ser, es algo agotador para él. Y como todo bailarín apasionado, lo único que le mantiene cuerdo y con su sonrisa clásica y angelical en el rostro, es bailar.

Precisamente eso es lo que tiene en la mente mientras camina a paso lento y con los brazos a los costados, sujetando las manos en sus bolsillos, pero algo llega a sus oídos, una melodía lenta con ritmo fuerte y cantada por los labios perfectos de una gran artista, con una voz gruesa y de tono salvaje. Simplemente adictivo. Por ahí va con su rostro relajado, cada vez se acerca más al origen de aquella canción tan cautivadora. Camina como poseído llegando así hasta la sala de ensayos donde un compañero suyo baila con toda su alma, con movimientos tranquilos pero potentes, con un rostro tomado totalmente por la pista que suena y retumba en sus oídos y los de quién le mira.

JongUp no da crédito a lo que mira, ha visto muchas veces la manera en la que ese menor suyo baila, ese amiguito con quién ha entablado una relación tan cercana que cree con nadie más podrá lograr conseguir. Pero, hoy es diferente. Extrañamente diferente, por lo general él suele ser de movimientos finos pero potentes, pero ahora es totalmente lo contrario, y le encanta. Nunca ha visto ese lado provocativo y cautivador de aquella persona a la que se siente, prohibido y letalmente atraído.

Porque sí, Moon JongUp se siente atraído física y sentimentalmente por un menor que, según él, no le ve más que como un simple amigo, un hermano con quién puede hablar de cosas con las que nadie más podría. Y es por eso que no trata ningún tipo de acercamiento, siempre manteniendo sus sentimientos ocultos, pero con este baile, con esta canción, con esa simple imagen que ha quedado grabada en su cabeza como una película en cámara lenta, se ha visto en la penosa y desesperante situación de no soportar más nada. Ni su silencio, ni sus emociones. Pero, no le toca más que tan solo admirar como ese cuerpo delante suyo, es posesionado por la melodía tranquila que parece tatuarse en su sangre y manejar por completo su cuerpo. Logrando así que el mayor desfallezca y su aliento sea expulsado sin previo aviso en un suspiro traicionero.

 

—0—

 

Ya habían pasado cerca de dos horas, las mismas que tenían de receso mientras los mayores estudiaran sus lecciones de canto y los más grandes del grupo arreglaran algunos asuntos importantes con el CEO de la empresa. Ambos jóvenes ya habían terminado de bailar, más que todo JunHong quién había dado todo de sí estos últimos días, en mejorar sus movimientos, en hacerlos más delicados, suaves y precisos. Mientras que JongUp lo único que había logrado, después de ver al menor en acción, fueron caídas al enroscarse en sus propios pies, gracias a su distraída cabeza que se había propuesto torturarlo pasando únicamente los recuerdos de su JunHong.

Una vez en el auto, y sentados como de costumbre: Manager Kang, YongGuk. YoungJae con HimChan, DaeHyun y JongUp, y atrás por falta de espacio para sus largas piernas, JunHong. Cuatro de ellos sumergidos en un sueño profundo, uno manejando la van, dos escuchando música, pero uno de ellos pensando en cómo se llamará la dichosa canción que al parecer le tiene de cabeza. Pero, para su suerte, el pequeño rubio de sonrisa brillante y hoyuelos en las mejillas, lo sabe, y por ende un castaño se voltea para preguntar en voz baja por miedo a despertar a sus hermanos mayores. Pero, justo cuando regresa a ver, justo en ese momento en el que sus ojos divisan los ojos del menor, se da cuenta de que así como los demás están dormidos, él también lo está. Y para su desgracia, su tormento, su hermosa suerte, es bellísimo.

Se ve tremendamente hermoso. En su rostro hay tal vez cansancio, tal vez exceso de trabajo, pero también hay paz. Una paz que solo alguien puro puede expresar en sus facciones, una tez tranquila y relajada que, arrullada por la misma canción que ha escuchado desde hace tres horas y los días anteriores, descansa sobre un brazo blanquecino, y el mismo, sobre un asiento de cuero negro.

Una vez llegados a las afueras de su departamento, todos y cada uno de los integrantes del grupo tuvieron que bajar del auto. Cinco bajaron, pero el pequeño gigante JunHong no despertaba de su letargo, por lo que el líder tuvo que llevarlo como pudo hasta la habitación que compartía con el bailarín principal, todo esto bajo su atenta y celosa mirada. ¿Por qué él tenía que tocar y llevar como a damisela en peligro, a su querido hermanito? ¿Por qué era él a quién más admiraba ese niño de gran estatura? ¿Por qué a él pertenecía un cariño más grande del que él pensaba? Y ninguna de esas preguntas fueron respondidas porque al instante en el cual YongGuk depositó a su discípulo en la cama, se dio la vuelta y sonrió a JongUp, dando a entender que no molestaría más.

 

—0—

 

El día del viernes se alzaba profesando un caluroso clima en toda la cuidad sin excepción alguna en su horario, impidiendo el trabajo perfecto de algunos que en sus respectivas ocupaciones se hallaban, incluyendo a dos chicos que tanto jugaban traviesos en un backstage de piso caqui y muebles de cuero antes de subir al escenario. El uno, castaño perfectamente peinado con flequillo a un lado, chaleco que enmarcaba sus brazos como si fueran la más hermosa obra de arte y ajustados pantalones de cuero negros que dejaban nada a la imaginación. Mientras que aquel rubio con hoyuelos lucía un pantalón de cuero ajustado en  sus envidiables piernas, más aquella camiseta sin mangas que aunque todavía se estaba formando su cuerpo, podía apreciarse los blanquecinos brazos ya ejercitados.

Ya habían pasado cerca de diez horas desde que se prepararon para el concierto que darían en aquel festival al cual habían sido invitados en Singapur. Era la hora de sus dichosas presentaciones en solitario, y como de costumbre los menores del grupo organizaban una asombrosa puesta en escena con bailes de diferentes estilos pero que transmitían el mismo sentimiento, tanto para los que el escenario pisaban en ese momento como para los que admiraban desde abajo y con ésas clásicas luces color verde esmeralda. Simplemente perfecto.

El personaje del staff e incluso los mismos miembros se paralizaron al ver como sus pequeños bailaban. Y es que nunca habían visto como tan especial conexión se formaba entre ellos, cierto era que se los veía muy unidos, pero esa noche justamente, estaban despampanantes en el escenario de piso lizo. Con movimientos delicados, precisos. Con piruetas que dejaban palpitante a mil por  hora el corazón. Con miradas furtivas entre baile y baile cuando el otro no veía. Con un sentimiento de atracción, eso era lo que se presenciaba y sentía.

Y es que en la mañana del mismo día caluroso y brillante, los mismos dos personajes que ahora se encuentran en un amplio escenario, estaban en un reducido espacio de una ya conocida sala de prácticas. El castaño tan solo sentado en el piso bebiendo de su botella de agua, normalizando la respiración después de una ardua práctica. Mientras que el menor caminaba hacia la grabadora con su celular y el cable que conectaba al mismo con el aparato más grande. Buscando así, su canción preferida de los últimos días, dejando atónito al mayor, nuevamente.

 

“I wanna make that body rock. Sit back and watch.

Tonight I’m gonna put your body on my body, baby I like, when you watch me”

 

Moviéndose acorde al inicio suave de esa canción adictiva, con una sonrisa tan diferente a la que siempre suele tener y, para sorpresa del mayor, si es que podría haber otro nivel al cual llegar, JunHong ha cerrado con seguro la puerta. JongUp no puede tener los ojos más abiertos y mira con total asombro a un rubio que inicia su mágica danza a través del camino entre el dispensador de agua y la grabadora, hasta el espejo donde se ven reflejados ambos.  

 

“Imma take this time 
To show you how much you mean to me
 
Cuz you all I need”
 

 

Su cuerpo en una perfecta onda que iniciaba con su cabeza, pasaba a sus hombros, el pecho, la cadera y finalizaba en sus piernas un poco abiertas. Largas, hermosas, deliciosas. En su rostro una expresión de sensualidad, la cual, hace una vida entera, ya había cautivado a JongUp. Bailaba, se desplazaba sin alzar siquiera los pies, daba largos pasos, se acercaba y alejaba del mayor, mientras él se preguntaba: ¿Estará soñando? ¿Por qué diablos su JunHong le bailaba de esa manera? ¿De qué se había perdido?

Lo cierto era que se había perdido de todo. Mientras él se dedicaba a adorar a su pequeño “hermanito” JunHong se fijaba en ése con cara de tonto y sonrisa impresa en un rostro tono canela. En sus movimientos, en su habilidad, en su personalidad. En su corazón. Pero claro, como dicen el amor te vuelve ciego, a JongUp el mismo amor por JunHong, no le dejo ver cómo su pequeño terminaba atrapado y cayendo directo al vacío sin que él se diera cuenta. Y por ello su comportamiento. Por esa propuesta que se había hecho de “cautivar a su AngelMoon de la única forma que podía. Bailando”

Lo estaba logrando por si se lo preguntan. JunHong ya tenía colgando de un hilo al corazón del mayor. Jugaba con su cuerpo, se tocaba traviesamente, miraba de una forma provocativa a JongUp, por medio del espejo. Todo estaba fríamente calculado según él, pero no contó con algo. Y es que el mayor por el deseo de tocar y bailar junto a su pequeño, se levantó de donde estaba sentado y tal como fue JunHong hacía el espejo, lo hizo él.

 

“Tonight I'm gonna put my body on your body 
Boy I like it when you watch me, ah
 
Tonight it's going down”
 

 

Sin levantar sus pies, arrastrándolos como si de bolas de concreto se tratasen. Moviéndose ágilmente junto a él, colocando su cuerpo tras de su espalda. Simplemente rondando a su alrededor. Respirando su aroma corporal, el cual cabe recalcar, no era feo, sino todo lo contrario. Era algo parecido a un afrodisiaco para JongUp, sintiendo como ingresaba por sus fosas nasales y llegando a taladrear directamente a su cerebro y corazón. Y así empezó una de las danzas más sensuales que se ha visto.

Con roces de pieles, con sonrisas curvas, con puro amor y mezclado entre el mismo, gotas de pasión y deseo. Porque sí, se deseaban, y de qué forma. El mayor tenía un deseo algo un poco menos racional que el menor por ser eso mismo. Un menor de edad que aparte de todo parecía su hermano, pero de todas maneras era deseo. Unas inmensurables ganas de tomar al cuerpo contrario por tuvo y besarlo sin más. Y así fue, JongUp tomó de la cadera al menor mientras éste le daba las espaldas, sintiendo como su fuerte pecho a pesar de ser más bajito que él, le hacía sentir un escalofrío por toda su espina dorsal.

Ese contacto más cercano fue la gota que derramó el vaso, y así fue como ambos se unieron en un beso que llegaría a más. Pero no mal interpreten las cosas. Ellos se amaban, y con ese beso se lo muy dejaron en claro. Un beso tierno que también fue el primero para JunHong y el más especial para JongUp. Un beso que dio paso a tantas sensaciones nuevas, a un amor floreciente que tal vez regado con perseverancia, daría fruto. A una pasión desenfrenada que no cesaría sino hasta verse consumida.

Y precisamente esa pasión era la que estaba tomando el cuerpo de ambos menores del grupo. Un castaño que no soportaba la distancia entre sus labios y un menor que no permitía que sus cuerpos se separen. Así fueron cayendo las manos de JongUp hasta las caderas de JunHong, y las manos del rubio, fueron subiendo hasta la parte posterior del cuello del mayor. Besos en la boca fueron abriéndose paso por un cuello terso y casi albino de sabor asesino. Suspiros perfectos y traicioneros dejados salir por unos labios de cereza entre abiertos. Roces de dedos por espaldas y abdómenes que querían, rogaban. Buscaban, por un mayor contacto.

Poco a poco la ropa empezó a volverse una molesta interrupción en ese proceso tan especial que pronto se daría. Cayendo una a una, dejando ver pieles que tanto fueron deseadas observar, permitiendo tocar partes que siempre parecieron prohibidas. Todo al ritmo lento de una tonada embriagadora, todo bajo la atenta mirada de los pillos participantes, todo realizado con el más puro amor, con sonrisas furtivas, con caricias cohibidas.

Llegando a estar como el creador los trajo al mundo. Mejillas rosadas tanto por la vergüenza como por el deseo, fueron apreciadas. Manos que bajaban a partes intocables hasta hace un día atrás. Sintiendo pedazos de carne que tanto deseaban ser tocados, espetando sonidos agudos y placenteros. Buscando contacto más directo. Así estaban nuestros pequeños bailarines. JongUp no halló el tiempo de acostar al pequeño en el piso frío de la ya calurosa habitación, logrando sacar de esa fina boca un quejido fino, tratando de ser lo más amable posible, sintiendo como su alma se iba con la interrupción de su hombría en las estrechas y delicadas paredes de JunHong, muriendo poco a poco con su expresión de dolor. Transmitiendo únicamente amor.

 

“Boy look into my eyes 
While I'm grinding on you
 
This is beyond sex
 
I'm high on you

 

Así fue como ambos empezaron su perfecta demostración de amor, JongUp y JunHong sabían lo que hacían y no se arrepentían de nada. De hecho era lo que querían desde hace ya algún tiempo. Acariciándose, besándose, sintiendo y gimiendo. Profesando su amor a cada “Te amo” que salía de sus finos labios. Besando hasta el último rincón del cuerpo ajeno, tocando los lugares más recónditos e inexplorados de cada uno. Investigando qué es lo que le gusta y disgusta al otro. Y así como de improvisto y violento empezaron. Acaban ambos, un niño de diez y siete años con cabellera rubia y rostro carmesí por la experiencia vivida, en el vientre de su amado y un chico con sonrisa angelical y cabellos castaños de diez y ocho años, en el interior de su pequeño.

No hay cosa más hermosa que ver las profesiones del amor joven. Saber que su primera vez será la más especial, por el hecho de haber pasado con aquella persona que tanto te ilusiona, que tanto quieres, que tanto te llega a llenar de amor, te llega a hacer sentir especial. Aquella persona con la que tal vez quisieras compartir el resto de tu vida. Así se sienten Choi JunHong y Moon JongUp. Simplemente, dos jóvenes enamorados el uno del otro y unidos gracias a eso que más aman. El baile.

 

 

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer un nuevo trabajo mío!

 

Son un amor todos ustedes *w*

 

Besos:

// Con mucha baba ^3^ :P--__ //


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