Capítulo 2
Abrió los ojos lentamente. Por un momento tuvo la esperanza de despertar en su habitación, pero la luz que entraba por la ventana del cuarto lo desmintió.
“¡No puede ser que siga aquí!” pensó con frustración, pero como era característico en él, recobró su compostura y miró a su alrededor.
Era un pequeño cuarto todo pintado de blanco, que sólo poseía un escritorio, un baño y lo que Kaiba catalogó como un ‘intento de clóset’. El único ‘adorno’ era la enorme ventana de cortinas blancas semitransparentes
“Para ser un sueño estoy tardado bastante en despertar….a menos que, no esté soñando” y tan rápido como esa idea cruzó su mente, la desechó. …l se consideraba una persona ‘lógica’, por lo cual no podía dar lugar a ideas irreales como esas.
“Por supuesto que estoy soñando. Probablemente me quedé dormido al llegar a casa” y ese pensamiento lo tranquilizó de sobremanera. Era mejor pensar que todo era falso, pues él no tenía nada que estar haciendo en un hospital.
-¿Cómo te sientes hoy Seto?- preguntó una voz desde la puerta.
Kaiba volteó lentamente y reconoció al viejo doctor. Si era un sueño, le sacaría provecho y fingiría ser parte de la locura que su mente le estaba jugando.
-Como alguien que acaba de despertar después de que le fuera inyectado un poderoso sedante- respondió Kaiba, bastante calmado.
-Veo que has regresado a tu comportamiento habitual, eso es grato- afirmó el doctor, arrastrando la silla del escritorio a un lado de la cama.
-Usted parece conocerme, y yo ni siquiera sé su nombre- estableció Seto, sentándose en la cama y acomodando la pequeña almohada a modo de respaldo.
-Seto, el nombre es Ichikawa, ¿recuerdas?-
-Realmente no, de otra manera no le hubiera preguntado- contestó Kaiba.
El médico asintió y tomó un bolígrafo de la bolsa delantera de su bata y procedió a escribir en una libreta que llevaba en la mano.
-Seré honesto contigo. Lo único que puedo notar Seto, es que después de cada ataque terminas aún peor y la verdad no sé que más pueda hacer. Parece que tú no quieres recuperarte-
-Ya se lo dije, no sé de que me habla- insistió Seto. Este pequeño ‘sueño’ empezaba a intrigarlo y quería ver hasta donde podían llegar.
-¿Me dices la verdad?- preguntó el doctor extrañado.
-No gano nada con mentirte- y la respuesta convenció al médico.
-Sufres de una extraña mezcla entre paranoia, esquizofrenia y alucinaciones…y a veces padeces amnesia, como es el caso presente- el doctor esperó para ver si Kaiba lo comprendía, y prosiguió.
-Tus delirios más frecuentes consisten en hacerte creer que eres dueño de una compañía, y que eres una especie de ‘duelista’ de un juego de cartas. La mayoría de las veces tus delirios son pasivos, pero en ocasiones pierdes el control y tu conducta se vuelve violenta- el doctor hizo otra pausa, pero esta vez para ver la reacción de Kaiba.
Si Kaiba se hubiera sentido con la libertad de hacerlo, se hubiera reído. Todo era una increíble incoherencia. ¿Paranoico? ¿Esquizofrénico? Era un magnífico chiste, la única desventaja es que no podía salir de él.
-¿En qué piensas Seto?- preguntó el doctor, asombrado por el silencio que de pronto había reinado en la habitación.
-En que esto no tiene sentido- y Seto sonrió débilmente. El doctor negó con la cabeza.
-Sé que lo de tu hermano fue muy difícil para ti, pero tienes que entender…-
-¿Mi hermano? ¡¿Qué le pasó a mi hermano?!- Seto se maldijo mentalmente. Se había alterado bastante cuando el galeno hizo mención a su hermano. Nada pudo haberle pasado a su hermano si estaba en un sueño…
-Seto, él murió hace dos años. Por eso estás aquí…me temo que tendré que aumentar la dosis nuevamente. No está bien que continúes olvidando las cosas después de tus ataques- dijo el doctor de forma solemne.
-Olvídese del medicamento, ¿Qué fue lo que le ocurrió a mi hermano?- preguntó con incredulidad.
-…l murió, como ya te había dicho, hace dos años. Fue en el accidente automovilístico ¿recuerdas?- el médico trataba de estimular la mente de Kaiba, le preocupaba de sobremanera sus lapsos de amnesia.
-Mi hermano no puede…esto no es posible, no tiene sentido- para ser un sueño, la emoción que el ojiazul experimentó en ese momento fue muy real; tan real como nunca la había sentido.
-No Seto, no te engañes así. Por eso es que no puedes recuperarte, por que sigues tratando de aislarte y has creado un mundo en el que las cosas son como quieres que sean-
Kaiba no pudo articular palabra. Estaba empezando a dudar que fuera un sueño después de todo.
-En TÚ mundo Seto, eres un empresario dueño de su propia compañía, vives sólo con tu hermano y eres uno de los mejores ‘duelistas’. Tus padres murieron y fuiste criado en un orfanato, y luego adoptado….¿no consideras ilógico que un muchacho de diecisiete años pueda ser dueño de una corporación?- el doctor dio un suspiro.
-Eso no puede ser…¡usted trata de confundirme!- acusó el castaño, desviando la mirada hacia una de las esquinas de su habitación.
-Seto, tú eres el que se confunde. Dime, ¿no quisieras ver las cosas tal y como son en realidad? – le preguntó el médico.
-Sí- fue su débil respuesta.
-Entonces tienes que confiar en nosotros, estamos para ayudarte a salir de esto y a regresar con las personas que te están esperando fuera de estos muros-
-¿Personas?- preguntó Kaiba. Si su hermano estaba muerto…¿quién podría estarlo esperando afuera?
-Creo que ya ha sido suficiente por hoy, le diré a Jenny que traiga tus medicamentos, y por amor de Dios, ¡tómatelos!, te ayudarán a sentirte mejor y a recordar todo lo que por el momento ignoras- y el doctor se levantó de la silla y se encaminó hacia la puerta.
El castaño observó como la enfermera de cabellos pelirrojos se aproximaba al médico, y éste le comentaba en voz baja.
-Tarde o temprano tendremos que decirles que no está progresando. Parece que cada día está peor y tendremos que iniciar un tratamiento más intensivo…Jenny querida, tráele las pastillas y verifica que se las tome- y el doctor desapareció de su campo visual.
Kaiba no podía creerlo. ¿Cómo podía tener una vida de la cual no tenía ni un solo recuerdo? Sólo tenía memorias de él como el dueño de KaibaCorp, y nada más…¿cómo podía ser eso una alucinación?
Y fue cuando las dudas volvieron a su mente ¿Y si era verdad? Siempre creyó que soñaba, pero ¿cabía la posibilidad de que ese mundo fuera real?
Para salvación suya entró la enfermera con un vasito plástico que contenía pastillas de diversos colores, y otro de agua simple.
-Aquí tienes- le dijo ella amablemente.
Kaiba tomó las pastillas, y una por una se las fue tomando. Cuando hubo terminado, le preguntó a la enfermera algo que no había lograd apartar de su mente.
-¿Desde hace cuanto tiempo estoy aquí?-
La muchacha sonrió tristemente y respondió:
-Tres años- y tomando los vasos vacíos y salió de la habitación, dejando a Kaiba con sus pensamientos.
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Es corto (nuevamente) y en serio lo lamento, pero tenía que terminar con la introducción. Además de que la escuela abarca gran parte de mi tiempo... :(
Muchas gracias por sus reviews, que son una verdadera inspiración para seguir escribiendo. También quiero agradecer a todos aquellos que han decidido apretar el botón y tomarse el tiempo de leer mi fic.
Yo sé que muchos se preguntan qué le pasa a Seto, y por qué está en un hospital psiquiátrico, pero responder a esas preguntas adelantaría algunos capítulos...pero pueden estar tranqulios, por que aunque me gusta torturar a algunos personajes, generalmente mis historias terminan en finales felices...!!!
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