Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Realidad por KalecsX

[Reviews - 77]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Disclaimer: Los personajes de Yu-Gi-Oh! no me pertenecen

Capítulo 3

La luz empezaba a quemarle el rostro, así que tuvo que despertarse. Nunca se enteró de cuando cayó nuevamente en un profundo sueño.

“Estúpido médicos, no hacen mas que darme sedantes”, y cambiando de posición, se quedó mirando fijamente al techo.

¿Cómo había pasado de ser un empresario a un loco cualquiera? Todo se encontraba sumido en neblina. No podía darse una respuesta satisfactoria, y eso le preocupaba.

La revelación, unas horas anteriores, de que su hermano estuviera muerto lo había mortificado bastante, y era su razón de mayor peso para no creer que fuera una realidad su presente situación. Pero por otra parte, nunca se había sentido tan vivo como en esos momentos. Era como si hubiese despertado después de años de haber dormido.

“La verdad es que no comprendo absolutamente nada” y golpeó las sábanas con sus puños. Nunca se había sentido tan impotente ante una adversidad.

Mirando en dirección a la ventana, le dio curiosidad ver a través de ella, e incorporándose lentamente se acercó hasta el marco. Sólo había un jardín, rodeado por un enorme muro y el color anaranjado del cielo le indicó que empezaba a oscurecer.

“Me siento encerrado…necesito salir de éste lugar” y recargó su frente contra el vidrio. Trataba de recordar qué era lo que le había pasado, pero todo se limitaba a una imagen de él conduciendo su flamante BMW negro, tratando de llegar a la mansión.

-Si no estaba loco antes, puede que ahora sí me cataloguen como uno- murmuró débilmente, hasta que escuchó el inconfundible sonido de una puerta al abrirse.

-Hola, Seto- saludó Jenny, entrando nuevamente con las pastillas y el vaso de agua.

-No pienso tomarlos, cada vez que ingiero esas porquerías termino dormido- dijo Seto, sin apartarse de la ventana.

-Pero ya sabes que…-

-¡No voy a tomarlos!-repitió Seto, alzando la voz.

Jenny sólo suspiró, dejó los vasos en el escritorio de Kaiba y estuvo a punto de irse, pero el castaño la retuvo.

-Espera…necesito hablar contigo- y despegándose de la ventana, se dirigió hacia Jenny.

-Yo no soy psiquiatra, así que debes de tener claro que esta plática no será profesional-

-Eso es lo que deseo- afirmó el ojiazul, tomando asiento en la orilla de la cama. Jenny se sentó a lado suyo.

-¿Cómo murió mi hermano?- preguntó Kaiba después de un prolongado silencio. No era que él aceptara la situación todavía, pero consideraba de suma importancia saber todo lo que ignoraba de ese mundo.

Jenny había visto a Kaiba recuperarse y recaer, y a través de los tres años que había pasado como su enfermera se dio cuenta que le tenía cierto cariño. Por eso decidió contestar a todas sus preguntas con la verdad.

-Accidente automovilístico. Era uno de tus “días libres” del hospital, y tu hermano y tú decidieron pasarlo vagando por ahí. Venían de regreso, pero estaba lloviendo y aparentemente una mujer se les había cruzado en el camino, la verdad solo tú la sabes, pero hasta la fecha no logras recordar que pasó. Sólo sabemos que tu auto estaba estrellado contra un poste de luz. Tú estabas bien, la bolsa de aire y el cinturón de seguridad te mantuvieron sólo con una leve concusión, pero tu hermano no fue tan afortunado; él no llevaba puesto el cinturón y sufrió una grave fractura en la espina dorsal. Si no hubiera muerto, hubiera quedado cuadrapléjico el resto de su vida-

Kaiba no pudo evitar el sentirse triste ante la revelación, y pasaron unos minutos sin hablar. Jenny sabía que si Seto no recordaba cosa alguna, lo que le dijo debió de haberlo afectado bastante.

-¿Por qué me encerraron en este lugar?- preguntó Kaiba rompiendo el silencio. Quería tener respuesta a las preguntas que consideraba de vital importancia, para poder meditar sobre su situación de una forma más acertada.

-La primera vez que pisaste este lugar fue hace tres años. Tu familia estaba preocupada por que habías presentado desvanecimientos frecuentes y según los doctores, era por el estrés en el que vivías- Jenny se dio cuenta que Kaiba no había comprendido con claridad el asunto, y decidió explicarlo.

-Estabas adelantado un año e ibas a iniciar la preparatoria, pero eso coincidió con la enfermedad que sufría tu madre y la crisis económica en al que vivían, así que fue un periodo muy difícil y te extralimitaste en los estudios, a tal grado que el estrés empezó a afectar tu estado físico de salud. Realmente no estabas internado, pero recibías consultas casi a diario y el doctor Ichikawa te recetaba algunos medicamentos que te permitían relajarte. Estuviste apunto de salir, cuando sucedió lo de la muerte de tu hermano…quedaste en tal estado que por un mes te negabas a hablar con tu familia o con alguien más, y fue cuando empezó la alucinación de ser empresario. El doctor Ichikawa no ha tenido otro remedio más que el recluirte aquí.

-¿Mi familia? ¿Quieres decirme que mi padre y mi madre están vivos?- preguntó Kaiba bastante extrañado.

-Sí, lo están. Tu madre recibió tratamiento y se encuentra mucho mejor, el amigo de tu padre, el señor Crawford pagó por sus estudios, y ha pagado tus cuentas médicas estos tres años-

-¿Pegasus Crawford?- “Esto es una locura” pensó Kaiba, evocando el recuerdo del aludido.

-Sí. El dueño de las industrias en videojuegos más exitosas del mundo- dijo Jenny sonriendo.

-¿Quieres decirme que soy pobre, y que un millonario es amigo de mi familia?-

-Así es-

“Y lo del chico de diecisiete años que es dueño de una corporación es ilógico” pensó Kaiba con amargura.

-Gracias Jenny, hay cosas que debo pensar por el momento- Kaiba deseaba estar solo y pensar.

Jenny entendió la petición y se fue, advirtiéndole que se tomara los medicamentos.

Kaiba se desplomó en su cama y suspiró.

“¿Mi madre y padre están vivos?” eso era algo que había deseado en más de una ocasión. Poder tenerlos a su lado y ser la familia que antes habían sido; Mokuba, su padre, su madre y él, juntos y felices…aparentemente eso ni ese mundo estaba destinado a ser.

“Pegasus, ni aquí puedo librarme de ti” si bien Yugi y a su bola de amigos lo desquiciaban, a Pegasus definitivamente lo aborrecía.

El cielo ya estaba oscuro, y las estrellas brillaban en lo alto. Kaiba se paró y caminó nuevamente hacia la ventana. Aún ignoraba si ese mundo era verdadero o no, pero ya no se le hacía tan difícil aceptarlo. La muerte de su hermano había sido un golpe bastante fuerte, pero a cada minuto sentía que ese dolor desaparecía.

“En este lugar parece que todas mis emociones salen con mayor frecuencia, y se van tan rápido como llegan, ¿por qué?”

Había demasiadas interrogantes cruzando por su mente, y a pesar de que no estuviera cansado, decidió recostarse e intentar dormir.

~~~

Despertó nuevamente, pero la luz cegadora de los primeros días no lo recibió. Fue intercambiada por un gris, que sólo indicaba que el día sería lluvioso y frío.

En efecto, tras salir de la bañera se podía escuchar a las gotas de lluvia chocando contra las ventanas.

Se vistió lo más aprisa que pudo y se sentó en la silla de su escritorio. Se moría de hambre, pero le era imposible abrir la puerta de su cuarto, le había echado llave.

Como si alguien pudiese leer sus pensamientos, la puerta hizo un clic, y un enfermero asomó la cabeza, indicándole que pasara a la cafetería para desayunar.

Kaiba no tardó en reaccionar y salió apresuradamente de su habitación. Divisó un enorme pasillo, con al menos diez habitaciones más, y hasta el fondo pudo ver algo que parecía una sala de estar, pues muchos individuos en batas y pantalones blancos, como los suyos, caminaban por doquier.

Al llegar a la sala, pudo ver que sólo había sillones, un ventanal y una televisión que transmitía programas infantiles.

“Qué patético”, pensó con pesar.

Entonces notó que había unas escaleras que daban al piso superior y otras que daban al inferior. Subió por ellas y llegó a más habitaciones.

“Deberían de poner señalamientos” y decidió realizar la acción contraria. Llegando así a la parte baja del edificio, donde encontró la cafetería.

Tomó una charola azul y se formó atrás de un muchacho rubio, al cual no le prestó atención, si no hasta que el rubio habló a la enfermera, pidiéndole un tazón de cereal.

-¡Wheeler!- exclamó.

El rubio volteó desconcertado.

-¿Kaiba?-

Fue un momento bastante extraño. Joseph Wheeler, el “perro” al que adoraba hacer enojar como pasatiempo, también se encontraba en el mismo lugar, y ambos se reconocieron.

Cuando hubieron salido de la fila, Joey ofreció a Kaiba que se sentara con él. Y por un momento esperó ver a Yugi, Tea, Tristán y a los demás ineptos, pero ninguno de ellos apareció.

-¿Entonces aceptas o no?- insistió el rubio.

-De acuerdo- afirmó Kaiba, siguiendo a Joey por entre las mesas y tomando asiento en una de las más alejadas.

-¿Cuánto llevas aquí?- le preguntó Kaiba.

-Una semana, a lo mucho- respondió Joey con cierta tristeza.

-Y, ¿de donde nos conocemos?- preguntó el castaño.

-¿Te acuerdas de mí, pero no te acuerdas donde nos conocimos?- cuestionó Joey.

-Por algo estoy aquí, ¿no crees?-

-Está bien. Fue en la escuela, bueno, antes de que te fueras. Estabas un año delante de mí, y solías ser mi tutor de física- fue la simple respuesta del rubio, que empezó a devorar el platón de fruta.

Kaiba hizo lo mismo, pues hacía días que no comía nada, pero no podía evitar mirar a Joey. Siempre lo consideró un muchacho atractivo a la vista, pero bastante torpe ingenuo e inferior a él.

-¿Por qué te internaron?- preguntó Joey.

-Según ellos sufro de alucinaciones- respondió el castaño, sin darle mucha importancia al asunto.

Joseph asintió y siguió comiendo.

-¿Y a ti?- preguntó Kaiba, bastante intrigado.

-Larga historia, en resumen, traté de suicidarme- respondió Joey, tratando de contener unas cuantas lágrimas que amenazaban con salirse.

Seto no supo que decir o hacer, así que se quedó mirando a Joey en su lucha por borrar los recuerdos.

-Yo, no tenía intenciones de…-

-Está bien, no hace falta que te disculpes- lo interrumpió Wheeler.

Y ambos terminaron el desayuno en silencio. Luego subieron a la sala de estar, y se sentaron en uno de los sillones, que daban a un ventanal enorme, desde el cual se veía una fuente en medio de un jardín, y la puerta de salida.

Kaiba tenía que admitir que la fuente era bastante agradable a la vista, y se dedicó a contemplar los chorros de agua que salían de ella, al tiempo que pensaba el drástico giro que había tenido su relación con Wheeler. En lo que él consideraba una realidad, no podía más que pelearse con Joey, y aquí habían sido capaces de pasar dos horas sin agredirse.

-Seto, ¿podemos hablar?- una voz interrumpió sus pensamientos. Kaiba volteó y vio al viejo doctor Ichikawa parado frente a él.

-Seguro- fue su respuesta, y decidió seguir al doctor, tras haberse despedido de Joey.

Entraron nuevamente a su habitación, y el doctor tomó asiento en la silla nuevamente.

-¿Cómo te sientes?-

-Mejor-

-Eso es bueno…veo que no te has estado tomando los medicamentos- dijo el galeno, señalando los vasos de pastillas intactos.

-No quiero tomarlos, me duermen- respondió Kaiba.

-Pero es por tu bien…¿no habíamos quedado que te ayudarían?- cuestionó el médico.

-Si, pero hoy no me los he tomado y me siento mejor- defendió Kaiba.

-Un tratamiento se sigue al pie de la letra…no puedes suspenderlo cuando quieras- insitió el doctor, tomando notas en su libreta.

Kaiba no quería seguir discutiendo el tema, y terminó por darle la razón al psiquiatra.

Después de hablar por una hora sobre lo que Kaiba recordaba o no, el doctor le confirmó que había visto una mejoría en él, y que le daba permiso de salir de su habitación cuando quisiera, pero que aún estaba bajo observación.

Seto aceptó las condiciones, y en cuanto e doctor salió por la puerta, Kaiba regresó a donde había dejado a Joey.

-Regresaste- dijo Joey, un tanto aliviado de ya no seguir solo en esa habitación.

-Me alegra que lo notaras- respondió algo sarcástico.

-¿De qué querían hablarte?-

-Idioteces- respondió Kaiba, tomando asiento junto a él.

-¿No se ve hermoso el día cuando llueve?- preguntó Joey de pronto. Pero a Seto le pareció más un pensamiento en voz alta que una pregunta dirigida hacia su persona, por lo cual no respondió y se limitó a mirar la lluvia caer.

Por alguna extraña razón, la presencia de Joey lo reconfortaba.
~~~

Bueno, hasta aquí el capítulo tres. Espero que les haya aclarado unas cuantas de sus dudas.

Les agradezco a todos sus reviews, y perdón por no haber contestado de forma individual cada comentario, pero la falta de tiempo rige mi vida :(

Los he leído todos, y me agrada saber que les está gustando el fic. Quizás si sea algo confuso, por que no soy tan buena escritora, pero Kaiba lleva una vida muy diferente en su "otra realidad", que necesita ir descubirendo poco a poco.
Sé que los capítuos son cortos, pero como estoy en semanas de exámenes no les prometerles mucho, aunque si puedo, los haré más extensos.

Si tienen dudas, comentaros, etc, son bienvenidos!!!
KalecsX!!

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).