[Babysitters especial CHENMIN]
18 años después
El silencio era armonioso y relajante.
— ¡Aléjate demonio! — exclamó una joven con disgusto, la joven ingresó a la sala principal con pasos ruidosos, la adolescente tenía una cabellera larga hasta más allá de sus muslo, el color de su cabello era castaño claro, su piel muy blanca pero en sus mejillas se adornaban con un color rosa carmesí, su estatura era media, delgada, una joven hermosa, para a penas sus 17 años.
— ¡Jamás! ¡Ven aquí cara de bollo! — detrás de la chica caminaba un chico con los labios fruncidos, su estatura era algo más alta que la adolecente, su cabello era castaño oscuro, su tez era un poco más oscura que su pequeña hermana. — ¡Seung Yeon ven aquí!... o le diré papá lo que vi — amenazó Kyu Han, la nombrada se detuvo por completo ante las palabras de su hermano, sus mejillas se encendieron aun más y la vergüenza la cubrió, Seung Yeol se giró.
— No te atreverás... no puedes... ¡Soy tu hermana mayor! — se excusó muy alterada, Kyu Han sonrió satisfecho.
— Solo por dos minutos... Te tengo en mis manos — Kyu Han sonrió con malicia.
— Eres... mamá te regañará... además papá me cree más a mí que a ti — contraatacó, Kyu Han negó
— Claro... ¿Pero... por qué le inventaría a papá que... TÚ estuviste besuqueándote con un chico detrás del instituto? — Seung Yeol se sonrojó ferozmente — Pero la cereza del postre es que esa persona no es nada menos que Park Young — Seung Yeol no tenía palabras para justificarse.
— No... No puedes hacerlo... yo... yo le diré a... Jimin que te gusta — amenazó, Kyu Han abrió los ojos de par a par, sus mejillas se tiñeron de rojo, ambos hermanos se miraron con seriedad.
— ¿Acaso no les dije que no quiero ver pelear? — de las escaleras bajaba un hombre, aunque ya tenía unos 35 años su belleza y delicadez estaba intacta, sus rasgos delicados habían madurado pero no dejaba de verse hermoso, Minseok bajó los últimos escalones lentamente.
— Ella empezó — se excusó Kyu Han, Seung Yeol rodó los ojos.
— No quiero saber quien empezó — regañó Minseok, los dos hermanos asintieron.
— ¿Cómo te sientes mamá? — preguntó Seung Yeon observando de pie a cabeza a Minseok, éste suspiró pausadamente, colocó una mano e su espalda, en su pobre y adolorida espalda.
— Esto ha sido... agotador... estos 8 meses han sido agotadores... nunca estuve tan cansado... y gracias a dios los vómitos pararon a los 5 meses.... — a pesar del dolor en su espalda, sus pies hinchados, y sus contracciones cada cinco minutos pero su sonrisa era enorme, su tercer hijo iba a llegar muy pronto, Kyu Han avanzó hacía Minseok y lo abrazó, Seung Yeol lo imitó, ambos besaron las mejillas de su madre.
— Papá regresará hoy... debes estar feliz ¿No ma? — preguntó Kyu.
— Si, una semana sin que su padre esté... ha sido difícil, su hermano estuvo inquieto toda la semana — contestó con una mueca.
— Espero que sea niña — suspiró Seung Yeon con una radiante sonrisa.
— No, será varón... eso espero — susurró, Kyu Han no sabía si podría cuidar a dos hermanas *Hay muchos imbéciles en este mundo...* se dijo a sí mismo, lo último que Kyu Han era renegar con dos hermanas y un mundo lleno de pervertidos.
— No lo sé... pero si sé es que quiero que nazca sano y fuerte... como ustedes — Minseok acarició el rostro de sus dos hijos mayores, una sonrisa se instaló en su rostro, sus hijos eran... eran su vida, junto a Jongdae y a su próximo bebé, ellos eran lo más hermoso que tenía. Ahora más que nunca no se arrepentía de sus acciones, porque con cada detalle o acción obtuvo a su familia. Que pronto crecería a 5 integrantes.
— Es un hermoso abrazo familiar ¿Puedo unirme? — preguntó Jongdae quien estaba frente a ellos con una maleta en el suelo, Minseok sintió como su corazón se aceleraba.
*Siempre causas que mi corazón se agite con solo verte*
Jongdae no esperó una respuesta y se acercó a su familia y los abrazó.
— Los extrañé... a los cuatro — murmuró.
— Papá... Seung Yeon está saliendo con Youn... — y antes de que Kyu Han dijera algo su hermana le tapó la boca y lo arrastró.
— Cállate pequeño insecto... o juro que le diré a Jimin que tú le enviaste esas cartas de amor... y créeme no solo ella lo sabrá... todo el instituto — susurró en el oído de su hermano, Kyu Han tembló, aquella mirada era exactamente igual al de su madre... llena de maldad. Kyu Han no opuso resistencia y se dejó arrastrar.
— Estos niños —murmuró Minseok con un leve tono de fastidio pero a su vez dulce, Jongdae besó a su distraído esposo, dejándolo sin aliento, Minseok rodeó el cuello de su esposo uniéndose aun más en ese extrañado beso. Ambos permanecieron unidos por largos y hermosos segundos hasta que sus pulmones exigieron aire.
— H-he lle-llegado a tiempo... ¿Pero para qué quieres que nos juntemos? ¿Qué estás tramando Minnie? — preguntó un jadeante Jongdae mientras observaba a su hermoso esposo, Minseok fingió inocencia y solo sonrió.
— Ya lo verás — murmuró con un tono dulce.
— Hyung — gritaron mientras azotaban la puerta, la pareja se giró, Jongdae frunció los labios, Minseok sonrió ampliamente al ver aquel chico, aquella mini versión de su esposo.
— Minnie — gritó aquel chico de cabello castaño y con una sonrisa juguetona, Jongdae protegió a su esposo de aquel monstruito.
— Aléjate o te golpearé, Minnie es mío... búscate al tuyo — demandó infantil, Minseok rodó los ojos, golpeó en la cabeza a Jongdae, obviamente con dulzura.
— Deja de pelear con tu hermano, muestra algo de madurez — le regañó Minseok, su pequeño cuñado de 16 años formó un puchero, el mini-Jongdae abrazó a su cuñado mejillas, Jongdae fulminó a su hermano. Aunque de cierta manera era graciosa la manera en que ambos estaban encantados con Minseok, obviamente los hermanos Chen tenía un fetiche por los cachetones. Sí, Jongdae había cambiado el apellido de su madre por el de su padre... ahora era Chen Jongdae. Y ahora tenía un hermano de 16 años, el cual era muy fastidioso cuando quería robarle la atención de su esposo... pero después era divertido estar con él.
— Minnie.., ¿Por qué no te casas conmigo? — preguntó el adolescente con un puchero, Minseok sonrió al ver como su pequeño cuñado se parecía a su esposo.
— ¡Deja de decirle Minnie! ¡Y él nunca se casará contigo! — exclamó con enojo, el menor negó.
— Madura Jongdae — le dijo Mark a su hermano, Minseok rio.
— Pequeño malcriado ¿Qué haces aquí? — preguntó Jongdae fulminándolo con la mirada.
— Bueno, vine a visitar a mi preferido Hyung, que obviamente no eres tú — Jongdae bufó ¿Hasta cuándo tendría que soportar a su hermano? Nunca nadie le había dicho que ser hermano mayor iba a ser difícil.
— Ya lo viste, ya lo saludaste ahora vete — le ordenó pero Mark solo rió por la postura de su hermano mayor
— No te enojes Hyung… sabes que te quiero — el menor formó un adorable puchero, su pequeño hermano sabia como conquistarlo, a él y a todos. Jongdae relajó la seria expresión de su rostro con una suave sonrisa.
— Está bien — soltó más calmado, Mark arqueó una ceja.
— Espero que mi Hyung-Dae cocine algo rico… iré a ver a mis sobrinos — Mark rápidamente besó la mejilla de su cuñado y corrió hacia las escaleras, Jongdae inhaló con fuerza.
— Eres un buen Hyung — murmuró Minseok para luego soltar una risita. Jongdae rodó los ojos pero aun así sonrió, aunque las peleas con Mark eran constantes Jongdae lo quería mucho, adoraba a su pequeño hermano, y le alegraba mucho por fin que sus padres se arreglaran, que su madre lo aceptara y luego de dos años se casaran, Sandara por más dura que había sido ella seguía enamorada del padre de Jongdae, su madre había guardado aquel sentimientos, pero cuando su padre por fin dio con él… su madre volvió a revivir esos sentimientos. Las cosas en su familia habían mejorado… pero lo que lo llenaba de alegría era su propia familia… la que había construido con Minseok durante estos años.
— Y tu eres mi perfecto esposo — murmuró, Jongdae rodeó a Minseok con abrazo, aunque fue algo leve ya que la panza les impedía abrazarse por completo.
— Estoy gordo — lloriqueó Minseok al ver que los brazos de su esposo no lo rodeaban por completo.
— No estás gordo… ahí adentro llevas un pedazo de nuestro corazón, y me alegra muchísimo que pronto conozcamos a nuestro pequeño o pequeña — Jongdae entrelazó sus dedos con los de Minseok, luego sonrió al ver la sortija con un diamante de gran tamaño en el dedo de su esposo. — Me gusta cómo te queda el anillo mi querido esposo — murmuró con un brillo singular, Minseok resopló.
— Por supuesto que te gusta… tu mismo te aseguraste de comprar un diamante que sea vistoso y que todos vean que estoy casado — refunfuñó. Jongdae le guiñó el ojo.
— Eso quiere decir que funcionó… sabes que lo iba a hacer, después de tantos años en los que no me dabas una respuesta clara tuve que hacerlo, no quiero que nadie te aleje de mi — confesó.
— Sabias perfectamente que una boda era algo apresurado, la vida de casados es… absorbente, además teníamos toda la vida para casarnos, además no quería que me dijeran señor Kim por el hecho de haber casado a los 18, no quería recordar mis días en la universidad con ese apodo… — bisbiseó — Además dijiste que siempre me esperarías — contraatacó.
— Tienes razón, pero me hubiese gustado que te dijeran señor Kim o Chen, y… siempre te esperaría, pero eso no asegura de que me estaba volviendo loco por la espera —
— Por supuesto… cada vez que me ibas a recoger a la universidad siempre dejas bien en claro quién eras y quien eran nuestros hijos — Minseok resopló — En fin… ahora soy completamente tuyo, propiedad de Chen Jongdae — Minseok sonrió por sus propias palabras, luego besó a su confundido esposo — Alístate cariño... saldremos en 30 minutos y... a mí también me gusta tu sortija… propiedad de Chen Minseok — el embarazado desenredó sus brazos del cuello de Jongdae para luego avanzar pero se detuvo — Quiero una tarta de frambuesa con mucha crema chantillí — ordenó con un puchero. Jongdae asintió con una sonrisa divertida, realmente amaba cuando su Minnie tenía antojos, el embarazo siempre lo hacía ver adorable, Minseok desapareció de la sala con una leve sonrisa. Sin duda eran un matrimonio muy feliz.