Ahí estaba él entrando a su hogar, sin creer lo que veía. Ambos tenían 22 años, eran estudiantes universitarios, cada uno con su propios trabajo y tenían su propio apartamento, como cualqueir pareja que está dispuesta a convivir. Era viernes por las noche y él, llegando algo cansado después de haber trabajdo en la mañana y tener clases hasta ésas horas, lo único que quería al llegar a casa era cenar e irse a dormir, pero cierta imágen hizo que sus pensamientos fueran tirados a la basura.
Aquel modelo, rubio, de silueta delicada pero sensual, había armado aquella escena: él vestido de colegiala, pero no una común y corriente, era una más... Erótica. Con su falda roja y corta, lo demasiado como para que se vea su parte trasera, notándose que estaba usando ropa interior femenina, de color roja también. Portaba medias negras hasta un poco más arriba que las rodillas y su camisa blancha estaba con los botones desabrochados hasta llegar a su abdomen. Y no sólo éso, para agregar, el rubio tenía una pequeña paleta entre sus labios, haciendo que aquello sea un toque más pervertido.
- ¿Cómo me veo? -Preguntó animado Kise una vez divisó a su pareja entrar, con ojos brillantes y esperando una respuesta positiva. Por otra parte, el contrario no emitió palabra alguna, lo que veía lo había dejado sin palabras y, más ahora, quería preguntar el por qué, pero conociendo al rubio, iba a salirse con algo como "Quería probarlo".
- Te ves... Bien. -Tragó saliva y dejó su bolso en uno de los estantes cerca de la puerta para luego entrar en la sala, donde el rubio estaba esperándolo sobre el sofá.
- ¿¡De verdad!? -Queriendo escuchar más, quiso afirmarlo volviendo a preguntar. Sin esperar mucho más, tomó de la mano al recién llegado, que estaba completamente sonrojado, y le indicó que se sentara a su lado, lo cual hizo sin ninguna resistencia.
- ¿Por qué...? -No podia dejar de contemplar a su novio, se veía realmente hermoso, en especial porque traía maquillaje y éso lo hacía mucho más hermoso de lo que era.
- Quería probar, la ropa de chica me queda bien, ¿verdad? -Lo sabía, sabía que iba a contestar éso.
Suspiró luego de sus palabras y sin esperar mucho más, se acercó al rubio e hizo que éste se recostara sobre el sofá, posicionándose sobre su cuerpo.
- Espera. -Kise frenó a aquella persona que estaba esperando atacar sus labios para sonreirle lujuriosamente.- Parece que estás apurado, pero hoy lo haremos a mi manera.
Siendo éstas sus última palabra, le indicó que fuera a la habitación. En el lugar, Kise le volvió a indicar que se recostara sobre la cama y ahora, quien estaba arriba, era el rubio.- Será divertido, siempre lo hacemos a tu manera, hoy quiero divertirme yo. -Le guiñó un ojo y, sacando las esposas de uno de los cajones que se encontraban al lado de su cama, rápidamente esposó a su pareja al respaldo de la cama, pudiendo así inmobilizarlo de la parte superior, teniendo sus brazos completamente estirados hacia cada punta.-
- ¡Hey! ¿Qué estás haciendo, idiota? -Ante ésto, el rubio descendió para besar los labios del, ahora, medio inmobilizado.
- Sólo espera y verás. -El rubio siempre se las ingeniaba para conseguir ése tipo de cosas. Aprovechando el nerviosismo contrario, besó su cuello y aprovechó a morderlo, sabiendo que luego dejaría marcas.
- ¡Maldito Kise! ¡No puedes... Ah, sabes que tengo que ir a trabajar mañana... -Se quejaba ante las acciones del rubio, haciendo a éste último reír en un tono alto.
- Cállate, Bakagamicchi, mañana es sábado y no tienes que ir a trabajar. -El contrario se quedó completamente callado, tenía razón y por éso fue que se sonrojó aún más.
- Ah... ¿Qué harás? ¿Piensas violarme o algo así? -Preguntó un ingenuo, pero no tanto, Kagami. Ya sabía lo que pasaría, así que se metería en el ambiente y trataría de provocar a Kise.
- ¿Crees que haría éso? -Comentó el rubio en un tono inocente, para luego dedicarle una lasciva sonrisa.- Te dije que hoy me divertiré a mi manera. -Y dicho éso, juntó ambas entrepiernas, haciendo un lento pero intenso movimiento de pelvis, pudiendo sentir el miembro contrario que, conociéndo al pelirrojo, no tardaría en reaccionar. Y así era.
- Ah... Kise, te ves tan sensual y yo así, sin poder tocarte... -Entrecerró sus ojos y se mordió el labio inferior, queriendo ocultar los jadeos que aquella fricción le provocaban.
- Lo sé, sabía que ésto enciende a Kagamicchi, aunque si estuviera vestido normal, sería lo mismo, pero ya te lo dije... Quería probar. -Dijo aquello último con un puchero y, al notar el erecto miembro bajo la preda de Kagami, decidió despojarlo de éstas y dejar a la vista su entrepierna.
Se relamió los labios y, antes de hacerlo, miró a un sonrojado pelirrojo. Sonrió y volvió su atención al miembro contrario para engullirlo en su boca, marcando un ritmo suave y torturador para quien estaba brindando ése servicio.
Kagami, sin poder ocultarlo más, dejó escuchar jadeo y gemidos de entre sus labios, mezclados con el nombre del rubio y de vez en cuando algún "idiota" o "maldito". Realmente lo estaba torturando y éso Kise lo sabía muy bien, es todo lo contrario a como el pelirrojo lo hace.
- ¿Qué sucede? ¿Quieres más? ¿Más rápido? ¿O continuo de ésta forma? -De aguna manera, le divertía, quería escuchar ahora que su novio pedía por más. Haciendo que ése momento los papeles se inviertieran.
- Kise... I-Idiota, hazlo más rápido. -Tiró su cabeza hacia atrás, era obvia la respuesta. Quería más y, es especial, quería sentir el cuerpo de la copia perfecta siendo penetrado por él, pero parece que éso tardaría.
- De acuerdo. -Aprovechó aquel cruce de palabras para sacarse las prendas y quedar completamente desnudo. Volvió a entretenerse con el miembro de Kagami, ésta vez siendo un poco más rápido, mientras que con su diestra de autocomplacía, ahogando gemidos mientras la hombría de Kagami entraba y salía de su boca.
El pelirrojo hacía fuerza para poder soltarse, pero era inútil. Quería tomar al rubio entre sus brazos y penetrarlo de una vez, no aguantaba el ritmo que el contrario iba.
- Kise... -Lo llamó entre gemidos. El rubio disminuyó el ritmo de la felación y levantó la vista.- No aguanto más ésto... Necesito estar dentro tuyo. -El rubio detuvo su trabajo, no sin antes hacer unas cuantas pasadas con su lengua desde la punta hasta la base del miembro de Kagami.
- ¿Tan apurado estás? -Ladeó una sonrisa y al escuchar ésas palabras, se posicionó sobre el cuerpo del pelirrojo, haciendo que el miembro contrario rozara con su entrada repetidas veces.- A decir verdad, yo también te necesito dentro, creo que ya has sufrido bastante, ¿verdad? -Rió suavemente el rubio mientras iba introduciendo el miembro de Kagami en su interior, lo que hizo que éste se alterara un poco.
- ¡Espera! ¡No estás preparado! -A pesar de que Kagami fuera bastante agresivo cuando se trataba de penetrarlo, siempre tenía el cuidado de hacerlo bien desde un principio, no quería lastimarlo, pero parece que al de ojos dorados mucho no le improtaba éso.- Ha... Demonios, Kise... -Cerró sus ojos con fuerza al sentir que estaba completamente en el cuerpo contrario.
- ¿Se siente bien, Taiga? -Se quedó en aquella posición hasta que su cuerpo se acostumbró a la intromisión y comenzó a moverse de arriba hacia abajo, gimiendo como siempre lo hacía al sentir aquel pedazo de carne caliente entrar y salir de su cuerpo.-
- Nhg... Kise, e-eres... Un idiota. -Con el entrecejo fruncido, dejó salir aquellas palabras mezcladas con gemidos. Sentía como ésa conocida sensación placentera recorría su cuerpo cada vez que el rubio se movía. Y ni hablar de éste último, gemía como si fuera que su vida dependía de ello... Bueno, siempre era así, pero ésta vez, tal vez, se sentía diferente.
- K-Kagami... cchi. -Sumergido en placer, lo único en lo que se centraba era en la persona que ahora mismo estaba en iguales condiciones que él y que, si seguían en ése ritmo, llegarían al climax rápidamente.
El pelirrojo abrió sus ojos para contemplar la imagen frente a sus ojos: su novio brincando sobre su cuerpo. Lo había visto así en varias... muchas ocasiones, pero ésta, realmente lo había excitado. A pesar de que no podía tocarlo, le complacía el hecho de que el rubio, desde que empezó a moverse, no tocó su propio miembro, haciendo que se formara una leve sonrisa en el rostro de Kagami. "Éso quiere decir que quiere venirse solo con las penetraciones", y con ése pensamiento, comenzó a mover sus caderas, ayudando a que lo movimientos sean más agresivos, queriendo llegar a lo más profundo del delicado y blanco cuerpo de su pareja.
- Ung... Kagami... -Un sonrojado Kise pronunciaba con dificultad, aquello daba alerta a que pronto se vendría sobre su cuerpo, lo que incitó a que el contrario aumentara sus golpes.
El rubio fue el primero en venirse sobre su abdomen contrario, descubierto previamente durante la felación por las blancas manos. Si no fuera por las esposas, hubiera tragado todo aquello que su pareja descargo. Luego de aquello, el pelirrojo se vino dentro de su interior, acompañado de un ronco gemido.
Kise se recostó sobre el cuerpo manchado y cerró los ojos con una media sonrisa en su cuerpo, con la respiración agitada. Igual pasaba con Kagami, quien se sentía incómodo aún esposado.
- Sácame ésto. -Demandó. Un obediente rubio hizo lo que le pidieron, buscando las llaves que estaba en el mismo cajón de donde había sacado las esposas. Al ser liberado, instantamente abrazó el cuerpo de Kise de manera posesiva, quedando éste último sin poder moverse.- Te amo, Kise idiota. -Susurró en su oído.
- El idiota aquí eres tú, Bakagamicchi. -Comentó con una sonrisa y con un tono parecido al del contrario. Se separó para acariciar su empapado rostro de sudor con sus suaves y delicadas manos.- Lo siento, sé que ése ritmo no te gusta. -Rió divertido, dejando un suave beso en sus labios.
- Cállate, no me gustó... Pero lo disfruté de todas formas. -Aún mantenía el cuerpo contrario entre sus brazos, teniendo curiosidad de una cosa.- Ah, dime... ¿Por qué llevas un disfráz de colegiala? No creo que solo haya sido "querer probar".
- Ah, éso... Pues, es que hoy llamé a Midorimacchi en la mañana y me dijo que mi objeto de la suerte sería un disfráz de colegiala. -Al escuchar ésto, el rostro de Kagami cambió completamente a uno serio.
- ¿Midorima? ¡No deberías de hacerle caso! -Suspiró y luego volvió al tono calmo con el que estaba.- Pero... Si sólo era el disfráz, ¿Por qué estás maquillado y tenías una paleta en la boca cuando llegue?
- Si tenía que disfrazarme, tenía que hacerlo bien. Además, me veía linda, ¿no es así? -El rubio rió divertido para luego dejar, nuevamente, un beso en los labios contrarios.-
- Kise... Eres un idiota. -Comentó un resignado Kagami para luego bostezar.
- Pero soy tu idiota, Kagamicchi, todo tuyo. -Y con ésto último, dejó que sus ojos se cerraran, no sin antes decir un "Buenas noches" al pelirrojo que, seguramente, ya estaría completamente dormido debido al agotador día que tuvo.