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Just A Little Favor por keny_shawol

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Notas del capitulo:

Hola~


El final de esto ha llegado. Tengo el epilogo desde hace una semana, pero mis horarios son terribles y sólo los fines de semana tengo un poco de tiempo, pero hoy terminé antes y decidí actualizar porque no sé si mañana tenga tiempo. Ultimo día de actualización~


Más que como un epílogo, pienso en esto como un extra, y un final para otra persona. Muchas cosas quedaron sin respuestas por parte de Taemin y con esto espero contestarlas en su mayoría.


Nos leemos en las notas finales. 

Lee Taemin no estaba ahí por coincidencia, ni por destino, ni casualidades de la vida. Estaba ahí porque quería. Porque esa vocecita en su cabeza le decía que debía verle sólo una vez más, un momento más, y entonces recordarse porque había hecho todo.


 


La cafetería de Jinki seguía igual, al menos desde el exterior. Taemin había corrido a la cafetería de Jinki, después de sus clases en la academia, cuando por casualidad había visto a Jinki más temprano por la mañana.


 


Lo había visto salir de un pequeño lugar. Jinki tenía esa sonrisa que podía iluminar lugares cuando dejaba el lugar, y minutos después Taemin se había enterado que el lugar sería una nueva sucursal.


 


Las cosas parecían ir bien para Jinki, y no podía decir que no se alegraba por eso. Pero entonces la curiosidad lo había atacado. Pensó en Kibum, pensó en Minho y en cómo estarían las cosas para ellos. Ni siquiera estaba seguro de si ellos seguían juntos, no había noticias de Minho, ni mucho menos de Kibum.


 


Y Taemin estaba curioso. Porque desde que Kibum había terminado su relación, él hizo lo que Kibum quería. Se alejó de él, suprimiendo sus ganas de verle cada día y dejarlo ir, para que pudiera ser feliz.


 


Pero había pasado un año desde eso, y los deseos de ver a Kibum le atacaron nuevamente, con más intensidad esta vez. Necesitaba verle, y saber que todo estaba bien con él. Y no estaba seguro de si lo encontraría en la cafetería de Jinki, pero haría el intento ese día.


 


Seguía igual, Taemin decidió cuando entró a la cafetería y la campanilla que anunciaba un nuevo cliente sonó. Recordó entonces la primera vez que había estado ahí, cuando descubrió a Kibum en una de sus mentiras, y sonrió recordando lo adorable que Kibum se veía cuando se sorprendía.


 


Taemin contó un par de muebles nuevos, y las paredes de otro color cuando avanzó, pero la cafetería seguía teniendo ese sentimiento de estar en casa cuando entrabas. Taemin creía que todo era gracias a Jinki.


 


Buscó con la mirada a Kibum, mientras dejaba la puerta principal atrás, pero él no se veía por ningún lugar. Taemin después recordó que Kibum no estaría ahí, él debía estar en la parte de atrás, jugando con sus manos y haciendo las cosas más deliciosas.


 


El pánico se apoderó de él, y cuando decidía irse, la mirada de Jinki lo encontró y Taemin se congeló en su lugar. Jinki parecía realmente confundido cuando sus ojos se encontraron, pero después de unos segundos una lenta y suave sonrisa bailaba en sus labios.


 


—¡Taemin!—Jinki sonrió y parecía feliz de verle. —Qué sorpresa. Comenzaba a creer que ya no te vería por aquí.


 


Ese era su plan. Dejar de estar cerca de Kibum, de todo lo relacionado con Minho y demás. Pero era débil si de Kibum se trataba.


 


—Hola, Jinki. —Sonrió a Jinki, avanzando un poco más.


 


La incomodidad también lo atacó. Ahora pensaba que tratar de ver a Kibum no había sido la mejor de las ideas. ¿Qué si Kibum lo echaba de nuevo o le dijera que no quería verle ni un minuto más? Taemin estaba seguro de que se rompería si eso sucediera otra vez, y no estaba seguro de poder soportarlo una vez más.


 


—¿Buscas a Kibum?—Jinki preguntó, pero parecía ser cauteloso con su pregunta. Taemin se preguntó si Jinki sabía algo sobre todo lo ocurrido entre ellos.


 


—Uh, sí. —Taemin bajó la mirada, concentrándose en los pastelillos que adornaban en lugar. —¿Está aquí?


 


Jinki asintió y señaló la puerta trasera, la que llevaba hacía la cocina. Taemin imaginó a Kibum. Lo imaginó concentrado en la decoración de los pastelillos, en la manera en que mordía su labio inferior cuando estaba concentrado en algo, o la manera en que arrugaba la nariz. Malditamente adorable.


 


—Espera aquí. —Jinki dijo. —Lo llamaré.


 


—¡No!—Jinki abrió los ojos cuando su voz se elevó, pero Taemin necesitaba detenerlo. No porque no quisiera ver a Kibum, era sólo que no se sentía preparado. —Yo sólo…—Mordió su labio inferior, buscando las palabras correctas. —No tienes que avisarle, sólo quería saber cómo está.


 


—Ya veo. —Jinki dijo, y pareció entenderlo. —Kibum dijo algo como ustedes no viéndose por un tiempo. Pensé que todo estaba mejor ahora. —Jinki se perdió y Taemin pensó que había olvidado que estaba hablando con él.


—¿Él te dijo?—Preguntó y fue cuando Jinki le miró. Taemin tenía un poco de miedo, de alguna manera quería que todo lo que había hecho se mantuviera en secreto, porque estaba demasiado avergonzado de sí mismo.


 


—¿Me dijo?—Preguntó confundido. —En realidad no es como si me hubiera confesado algo, él más bien parecía hablar consigo mismo cuando le pregunté por ti, pensé que tuvieron alguna pelea. —Él sonrió. —Espero que no haya sido algo por lo cual preocuparse.


 


Taemin asintió, un poco feliz de saber eso, un poco confundido con todo lo restante. En verdad quería arreglar un montón de cosas en su pasado, pero sabía que algunas cosas era mejor simplemente dejarlas como estaban. Y dejar el pasado atrás era algo bueno, se repitió, siempre era algo bueno.


 


—Nada malo, Jinki. —Decidió sólo omitir una gran parte de todo, porque esa no era una historia de Jinki, era una historia de él y Kibum y estaba a punto de cerrarla para siempre.


 


—Todavía puedo llamarlo si quieres. —Jinki ofreció. —Minho también está ahí. —Señaló de nuevo hacía la puerta trasera.


 


—¿Minho está ahí? —Chilló y se avergonzó un poco por eso. Jinki rió, pero asintió. Taemin ahora estaba seguro de que ir a ver a Kibum no había sido la mejor de sus ideas. Él podía lidiar con Kibum, pero estaba seguro que Minho estaba más que molesto con él, y no sabía que esperar exactamente de eso.


 


—Sí, él está ahí.


 


Taemin no esperó una palabra más, se acercó a Jinki, pasando detrás de la barra y caminando hacia la puerta trasera. Sabía que estaba siendo un grosero, uno que no debería de entrar en la cafetería de esa manera, pero saber que Minho estaba ahí, con Kibum, había hecho que cometiera ese impulso.


 


Tomó la perilla de la puerta, y respiró profundo antes de atreverse a abrirla. Ni siquiera tuvo el valor de abrir la puerta por completo, la entreabrió, mirando cuidadosamente hacia el lugar.


 


La cocina seguía siendo igual que como él la recordaba, tenía ese toque de Kibum en cada rincón, y la harina seguía regada en la mesa del centro, con un montón de cosas dulces más. Su mirada recorrió el lugar, buscando a Kibum, pero no parecía estar ahí, al menos no desde lo poco que podía ver.


 


Decidió ser un poco más valiente y abrió la puerta sólo un poco más. Escuchó a Jinki reír cuando lo hizo y sonrió al pensarse de esa manera. Seguía sin ver a Kibum y Taemin optó por abrir la puerta por completo.


 


—Tal vez estén en la parte de atrás. —Jinki murmuró, y él dirigió su vista hacia la otra puerta, esa que llevaba hacia la parte trasera de la cafetería. Y entonces lo vio.


 


Kibum estaba ahí, y seguía siendo tan hermoso como siempre. Él reía, tenía el cabello oscuro, y Taemin creía que ese color sólo le hacía verse más atractivo. Parecía feliz, se veía demasiado feliz ante sus ojos, y no era sólo por la risa que estaba escapando de él en ese momento.


 


Sus pómulos eran más pronunciados, y Kibum no tenía esa tensión en su cuerpo que siempre le acompañaba. Sí, Kibum era feliz.


 


—¿Él está bien, Jinki?—Preguntó, esperando que la respuesta de Jinki confirmara una vez más lo que él estaba viendo. Sólo quería que la respuesta de Jinki lo hiciera más real. —¿Es feliz?—Susurró.


 


Sintió a Jinki moverse a su lado, y agradeció eso sin saber exactamente el por qué. Le miró rápidamente, encontrándose una suave sonrisa en los labios de Jinki.


 


—Kibum es muy reservado con su vida personal, pero puedo decir que es feliz. —Jinki dijo, y la realidad le apuñaló. Tal vez Kibum si necesitaba de él lejos para ser feliz.


 


Observó a Kibum, la risa que seguía escuchándose, la sonrisa que después llegaba, y el brillo suave en sus ojos, entonces la mano de Kibum atrapó su mirada.


 


Minho también estaba ahí, sosteniendo la mano de Kibum y jugando distraídamente con sus dedos. De nuevo el golpe de la realidad se hizo presente. Minho hablaba y Kibum reía. Minho seguía estando tan atractivo como siempre, pero sin duda lo que llamó la atención de Taemin fueron los ojos de Minho.


 


Minho tenía esa mirada de amor y adoración que él siempre soñó recibir y que ahora sólo era para Kibum y nada más que él.


—¿Se supone que está trabajando?—Sonrió, mirando a Jinki. —Estoy celoso, ¿Qué trabajo te deja traer a tu novio contigo?


 


Jinki rió, negando con la cabeza e inundando el lugar con el sonido. Tan refrescante.


 


—Minho viene de visita a veces. Aunque, debo decir, no me molesta en lo absoluto. —Jinki asintió hacia ellos. —No si la presencia de Minho incremente las ventas.


 


Ambos rieron, y su mirada se perdió en ellos. Dios, él debería odiarlos, por esa aura romántica y amorosa que desprendían, por lo cursis que seguramente eran y por una infinidad de cosas más. Pero no lo hacía, nunca lo haría.


 


Recordó entonces como comenzó todo, con ese sueño que siempre tenía: que Choi Minho se enamorara de él. Quería que Minho lo amara de la misma forma en que lo amaba él. Sabía que era muy ambicioso de su parte. Conocía tan bien a Choi Minho y también sabía lo que conllevaba estar con él.


 


Pensó en cómo el nombre de Kibum atravesó su mente el día en que Minho terminó con él, y en cómo afectaría Kibum a Minho. Taemin estaba seguro de las cosas que Kibum podía lograr en Minho, y mientras veía la forma en que ellos se sonreían, pensó que jamás imaginó la magnitud de sus acciones.


 


—Minho es bueno, ¿no?—Dijo a Jinki, pero su mirada seguía en ellos. —Para la cafetería, para las ventas… para Kibum también, ¿cierto?


 


De nuevo miró a sus manos entrelazadas y de nuevo a su mente llegó el pasado.


 


Recordó entonces cómo todo se había descontrolado. Él al principio estaba seguro de su plan, engañó a Kibum desde el principio, porque él no sólo quería que Kibum hiciera pagar a Minho su dolor, él también quería a Minho de nuevo en sus brazos.


 


Pero fue un tonto. Kibum podía lograr cosas en Minho, pero Kibum también podía remover cosas en él. Porque, Kibum después de todo, era su primer amor. Y eso fue el problema. Pasar tiempo con Kibum traía el pasado de vuelta, tocar a Kibum hacía que sus mejores deseos quisieran ser cumplidos. Y tener a Kibum cerca, sus ojos, sus pómulos, y sus labios, hacían que todos esos recuerdos llegaran una y otra vez.


 


Y como la primera vez que se dio cuenta que estaba enamorado de su mejor amigo, su enamoramiento explotó en él otra vez. Se dio cuenta que querer a Minho, no era como querer que Kibum le mirara y le dijera que lo amaba. No era para nada lo mismo.


 


Porque él podía querer a Minho, se dio cuenta, pero el amor a Kibum era una cosa muy distinta. Y los problemas se agrandaron aún más. Su plan había perdido sentido a mitad del camino y se encontró perdido, y sin saber qué era lo quería.


 


Negó con la cabeza cuando ese pensamiento atravesó su mente. Había sido un maldito estúpido, pero eso era lo que los enamorados eran: unos estúpidos. Y él no era excepción.


 


—Minho parece bueno para Kibum, sí. Kibum dijo que ellos estaban trabajando duro en la relación, pero parece que todo está mejor. —Jinki dijo, y Taemin pensó en ellos como unos acosadores. —Parece muy feliz estos días.


 


—Sí. —Murmuró, incapaz de despegar la vista de ellos.


 


Ahí estaba todo lo que él quería. Ahí estaban los ojos soñadores de Kibum, esa mirada amorosa, esas sonrisas suaves, ese amor que él quiso un tiempo, pero era demasiado tarde, y había cometido un montón de locuras.


 


Pensó en el momento en que se dio cuenta que Kibum se había enamorado de Minho. Dios, ese fue un día terrible. Ante sus ojos estaba Kibum enamorándose más y más de Minho y él no podía hacer nada.


 


Entonces mintió como lo había estado haciendo todo ese tiempo, advirtió a Kibum, y preparó todo un nuevo plan. Pero las cosas nunca salieron como él planeó, y Kibum cayó por Minho.


 


Taemin suspiró, su mente vagando a esos días. Él no mentía cuando advirtió a Kibum, porque creía conocer a Minho, y tenía miedo por Kibum. Porque Minho era jugador, porque a Minho no le importaban las personas, porque él tomaba los sentimientos ajenos y jugaba con ellos.  Y eso no era lo que quería para Kibum. No iba a arriesgar a Kibum por eso.


 


Pero Kibum no había escuchado, Kibum se había enamorado y entonces recurrió a su última jugada: hacer creer a Kibum que Minho le había sido infiel. Taemin negó con la cabeza cuando pensó en ese día. Dios, había sido tan estúpido.


Y seguía recriminándose por ese día. Minho, por supuesto, no había sido infiel, y todo, una vez más, se derrumbó ante sus ojos.


 


—Es extraño sólo obsérvalos. —Jinki dijo, con una sonrisa incomoda bailando en los labios. —Porque simplemente no pasas y le hablas.


 


La tentación era tan grande, pero Taemin no se sentía preparado para hablarle aún. Minho estaba ahí, y seguramente estaba más molesto de lo que Kibum lo estaba y él había prometido alejarse de él, justo como Kibum quería.


 


Lo observó a lo lejos, recordando cuando Kibum se quebró frente a él. Su corazón se había rasgado al ver a Kibum llorando, rogando porque le devolviera a Minho. Su mente le decía que hiciera lo posible por regresarle a Minho a Kibum, y dejar de ver ese rostro demacrado e infeliz, pero su corazón le decía que esa la perfecta oportunidad para tener a Kibum sólo para él.


 


Lo pensó e hizo lo que creía correcto. Habló con Minho, le advirtió sobre lo que podía pasar si él dejaba a Kibum solo, le dijo lo que planeaba hacer si él simplemente se alejaba de Kibum, y entonces se alejó creyendo que con eso Minho despertaría un poco.


 


Sabía que no era tan mal actor y eso ayudó a que Minho comenzara a pensar que sería su vida sin Kibum. Minho había sido tan predecible, y había ido por Kibum, y aunque su corazón se estaba rompiendo, si Kibum era feliz, entonces él había hecho todo bien.


 


Entonces la sorpresa llegó, Kibum no lo quería en su vida y eso terminó por destrozarlo. Sus lágrimas no fueron mentiras, cuando dijo que todo lo hacía por él decía la verdad, pero era demasiado tarde, se dio cuenta, porque esta vez Kibum no le creería, esta vez Kibum estaba terminando todo.


 


Y dolió en ese momento, y ahora viéndolo a lo lejos creía que ese dicho era tan cierto ‘el tiempo mata el dolor’ y él estaba haciéndolo bien, porque verle feliz se sentía bien, y porque el dolor disminuía con el tiempo, y porque su corazón había comprendido que él y Kibum, sólo serían amigos.


 


—No. —Negó con la cabeza suavemente, mientras le sonreía a Jinki. —Es tarde. —Miró la hora en su móvil y frunció el ceño. —Tengo clases, debería estar marchándome ahora. —Cerró la puerta, mientras se alejaba del lugar. —De todas maneras, gracias, Jinki, por dejar que, uh, lo vea.


Jinki asintió, sonriendo de esa manera que Taemin amaba secretamente. Curvó sus labios una vez más, antes de alejarse de Jinki y caminar entre las mesas hasta la puerta principal.


 


—Taemin. —Se detuvo cuando escuchó su nombre y miró por sobre su hombro para ver a Jinki mirarle a lo lejos. —¿Tal vez quisieras ir por un café?—Taemin rió, mientras giraba para verle mejor y le gustó lo tímido y lindo que parecía Jinki.  


 


—Jinki, eres dueño de una cafetería. —Enarcó una ceja y extendió sus manos. Jinki parpadeó y asintió, dándose cuenta de lo que acababa de decir. Rió suavemente, observándole y creyéndole adorable.


 


—Entonces, ¿Qué tal una cena?


 


Taemin mordió su labio inferior, dudando sólo un momento, y asintiendo después calmadamente.


 


—Me encantaría, Jinki. —Sonrió y le devolvió el gesto. —Me encantaría. 


 

Notas finales:

Terminó.


Esto no estaba pensado al comienzo de la historia, pero cuando este capítulo vino a mí, tuve que escribirlo, lo sentí necesario, porque estaba dejando cosas sin respuestas, y Taemin necesitaba esto. Sólo para que le entendieran un poco mejor.


Cuando terminé forbbiden tenía planeado otras historias, pero por ahora estarán en pausa, porque mi tiempo es escaso, y no creo que pueda con un long-fic por ahora,  tal vez termine todos los oneshot que tengo olvidados.


¡Muchísimas gracias por su apoyo! Creo que nunca les agradezco lo suficiente por su apoyo, sus lecturas y sus comentarios, en verdad muchas gracias.


Espero que más personas se animen con el MinKey, ¡Llenemos AY de MinKey! Escriban mucho de esos dos, que son hermosos juntos. Si alguien escribe TeukChul háganlo también, estoy enamorada de esa pareja.


En fin, muchas, muchas gracias por todo.


¡Nos estamos leyendo!


 


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