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Just A Little Favor por keny_shawol

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Notas del capitulo:

Son las 7:00 a.m. y ya no puedo dormir, ¿Qué mejor que leer en AY? (?)

Changmin miró todo, y era la única cosa en que Kibum podía pensar en esos momentos. Changmin parecía molesto y dispuesto a obtener respuestas. Kibum tuvo miedo de todo en ese momento. Si Changmin contaba todo lo visto a Minho, él perdería todo.


 


Kibum sintió deseos de haber pasado un poco más de tiempo con Minho. Ahora con Changmin como espectador de un beso no deseado, todo podía acabar rápidamente. Más rápido de lo que él deseó.


 


—Puedo explicarlo. —Habló tan rápido que casi no reconoció su voz.


 


Estaba desesperado, decidió. Necesitaba explicar a Changmin lo ocurrido y entonces su aventura con Minho no tendría un fin repentino. Necesitaba que Changmin le creyera. Necesitaba esa seguridad.


 


—¿Puedes, Kibum? Porque para mí está muy claro lo que vi. 


 


Dios, Changmin estaba muy molesto. Demasiado tal vez para ver escuchar a Kibum. Y tenía miedo. Él necesitaba pasar sólo un tiempo más con Minho. Sólo un beso más, y sólo vivir esa vida que tanto deseaba.


 


—Estás viendo cosas que no son.


 


Fue sincero y esperó a que eso se reflejara en su mirada y voz. Changmin pareció pensarlo un momento, y cambió su peso de un pie a otro. Sus manos desaparecieron en sus bolsillos y Kibum deseó que eso significara una oportunidad para aclarar lo sucedido.


 


—¿Es así?


 


—Lo es.


 


Entonces pensó en todo lo que podía y no decirle a Changmin. ¿Era bueno agregar una mentira más a la lista o la verdad lo sacaría de ese problema? Kibum no estaba seguro.


 


Changmin enarcó una ceja y se movió impacientemente por el lugar. Kibum se dio cuenta que él no tenía la paciencia y no esperaría mucho tiempo por una explicación. Quería respuestas y parecía quererlas pronto.


 


—Entonces qué está pasando, Kibum.


Kibum respiró y trató de calmar sus nervios. Quería hablar y explicar a Changmin lo sucedido, pero las palabras no estaban cooperando. Tenía miles de ideas en la cabeza, pero ni siquiera sabía cuál era la correcta.


 


El plan de Taemin lo estaba dejando mal.


 


No sabía si debía ser él frente a Changmin, si ser el diseñador que tenía la última palabra o inventar algo nuevo para que creyera en sus palabras.


 


—Él era mi ex-pareja. —La verdad escapó primero. —No quiere entender que no existe un ‘nosotros’. No quiere aceptar que todo ha terminado.


 


Era la verdad y se felicitó por no agregar una mentira más a la lista. Observó entonces a Changmin buscando signos de dudas, pero Changmin parecía estar haciendo lo mismo con él.


 


Él estaba buscando las mentiras, lo observó entrecerrar los ojos y estudiarlo a la distancia. No parecía contento con la respuesta y parecía no creerle del todo.


 


—¿Entonces por qué permites que te trate de esa manera? —Él preguntó. —¿Por qué permites que te bese de esa manera? No sé, Kibum, pero la historia no me convence. Le has mentido a Minho una vez.


 


Changmin sonrió, de esa manera arrogante, diciéndole silenciosamente que lo había atrapado. Kibum quería gritar, regresar el tiempo o cualquier cosa que arreglara la situación.


 


Pensó que si se mostraba nervioso o débil, Changmin descubriría lo que estaba oculto y que detrás de esa verdad, había un trasfondo un poco peor. Pensó en Minho y su relación con él.


 


Hasta ahora, la relación con Minho, era lo mejor que tenía y no quería que acabara pronto y por un malentendido. Sonrió por dentro cuando lo irónico de la situación lo atrapó. Él estaba ahí sufriendo por un malentendido, cuando su relación con Minho podía explotar por una de sus tantas mentiras.


 


—Tú eres él que está viendo lo que quiere. —Kibum alzó el rostro y lo miró como si nada en el mundo pudiera perturbarlo. —Eso que viste ahí no fue más que yo siendo besado a la fuerza. —Sonrió suavemente. —Te estoy diciendo la verdad, pero me tiene sin cuidado si lo crees o no.


 


Tomó por sorpresa a Changmin. El más alto abrió los ojos y parpadeó un par de veces. Kibum pensó que Changmin podía estar creyendo todo dicho. Pero entonces Changmin curvó los labios de una manera que no le gustó y se acercó unos pasos a él.


 


—Entonces, supongo que no te importara que Minho se entere de todo este malentendido. —Extendió un poco más su sonrisa. —Considerémoslo una divertida anécdota.


 


Él sabía que lo tenía atrapado y Kibum dudó por un momento. Escondió cualquier emoción y miró a Changmin como si fueran los mejores amigos teniendo una agradable conversación.


 


—No veo ningún problema con eso.


 


Changmin se sorprendió de nuevo y él agradeció silenciosamente a su madre y todas esas clases de actuación enmascaradas.  Secretamente esperaba que Changmin olvidara la idea y dejara pasar todo lo sucedido, pero era esperar mucho.


 


Aún no sabía cómo le diría a Minho, sí se atrevería hacerlo. Imágenes con diferentes escenarios pasaron por sus ojos, ninguna le gustó.


 


—¿Deberías decirle tú?


 


Changmin parecía no querer decirle a Minho todo lo visto, pero sabía que si se negaba, el otro no dudaría en hacerlo lo más rápido posible. Kibum se vio atrapado en un lugar nada bonito.


 


—¿Por qué no lo haces tú?


 


La pregunta había sido estúpida y lo sabía, era como afirmarle a Changmin que había algo más detrás de todo el “malentendido”. Aun así subió la mirada y enarcó una ceja, esperando la respuesta.


 


—Dejaré que seas tú. —dijo, sus ojos brillando de una forma extraña. —Pero, Kibum, si no lo haces, lo haré yo.


Changmin lo miró una vez más, marcando la amenaza un momento más antes de alejarse. Kibum respiró un poco más tranquilo mientras lo veía desaparecer. La tranquilidad duró tan poco, recordó a Minho y entonces perdió un poco las esperanzas.


 


 


 


Era su cumpleaños y Choi Minho no tenía nada que hacer. Era tan graciosa la situación que él mismo rió suevamente. Era uno de los actores más reconocidos del momento, pero en realidad no tenía ni una fiesta para ese día.


 


Sulli y Changmin lo visitaron por la mañana, pero Minho no hizo nada por retenerlos unos momentos más. Pensó que podía pasar el día con Kibum, recordó entonces que Kibum podía tener otras cosas que hacer y que tal vez, en lo último que él había pensado era en su cumpleaños.


 


Aun no podía creer que el tiempo hubiera pasado tan rápido y que Diciembre lo hubiera atrapado tan velozmente. Paseó por la sala de su casa, pensando en llamar a Kibum. En todo el día no había tenido noticas de él y deseaba por lo menos llamarle.


 


Era tarde y la noche brillaba a las fueras. Miró la hora y decidió que era un buen momento para llamarlo, el turno de Kibum en la cafetería había terminado y él podía estar en su casa.


 


Tomó el móvil dispuesto a marcar y entonces el timbre y golpes en la puerta detuvieron todo. Frunció el ceño mientras caminaba hacia la puerta principal y abrió.


 


Kibum estaba ahí.


 


Y se veía adorable. Pequeños copos de nieve adornaban su cabello y sus mejillas y nariz roja hacían que sólo quisiera besar esas partes. Sonrió ampliamente cuando lo vio y sin pensarlo dos veces lo llevó hacia sus brazos.


 


Dios, amaba abrazarlo.


 


—También te extrañé, Minho.—Sintió una de sus manos viajar hacia su cintura y tocarlo suavemente. —¡Feliz cumpleaños!


 


Minho sonrió contra su cabello, lo separó de él y besó la punta de su nariz.


—Gracias. —extendió su sonrisa. —Pensé que no recordarías.


 


—Por supuesto que lo hice. Ahora entremos. —Kibum se alejó unos pasos de él y le mostró una pequeña caja que él reconoció enseguida. —Vamos, pasé por tu pastelería favorita y decidí comprar algo para ti.


 


 


El corazón de Minho latía un poco más rápido mientras miraba a Kibum pasearse por la cocina y tomando todo lo que necesitaba. Era como si Kibum perteneciera a esa cocina y a esa casa.


 


Por momentos le sonreía y el corazón de Minho no podía soportarlo. Decidió que le encantaba la manera en que Kibum poco a poco a iba encajando en su vida, en su casa y en todo lo concerniente a ellos. 


 


—Deberías cambiarte de ropa. Puedo ver como tiemblas desde aquí.


 


—Después. —Ondeó la mano, restándole importancia—El día casi acaba. Debes pedir un deseo. —Sonrió de manera infantil—Siento no haber podido llegar antes, pero entre la compañía y la cafetería, el tiempo no me alcanza.


 


—¿Compañía?—Preguntó confundido. —Pensé que sólo tenías el turno en la cafetería. 


 


Kibum paró todo movimiento y abrió los ojos. Minho se preocupó y pensó que él se había golpeado o lastimado. Kibum lo miró y parpadeó un par de veces y entonces siguió con todo como si nada hubiera pasado.


 


—Sólo trabajo ahí, Minho. —Le dio la espalda y continuó paseándose en la cocina. —Pero pensé que podía buscar otro trabajo.


 


—No me importaría ayudarte, lo sabes.


 


—Estoy bien, Minho, pero gracias.


 


—Pero —Kibum alzó la mano y lo interrumpió, sonriendo sólo un poco.


 


—Está todo listo. —Kibum se acercó a la mesa, y colocó el pequeño pastel frente a él. Encendió la pequeña vela que decoraba el pastel y entonces encontró su mirada. —Te cantaría, pero no soy bueno. —Acercó su cuerpo por sobre la mesa y besó la comisura de sus labios. —¡Feliz cumpleaños, Minho! —Sonrió —Pide un deseo.


 


Minho lo miró, ignorando su petición por unos segundos. La luz de la vela bañaba sólo una pequeña parte del rostro de Kibum y la sonrisa que bailaba en sus labios, era suficiente para que Minho creyera que era la perfecta imagen. La guardó en su memoria y sonrió antes de acercarse a la vela y soplar suavemente.


 


Kibum aplaudió y rió como si todo fuera lo mejor. Minho lo sentía así. Podía haber durado sólo un segundo, pero Minho creía que era la mejor forma de celebrar su cumpleaños.


 


Kibum se acercó a él, rodeando la mesa y sentándose en su regazo. Minho decidió que podía acostumbrase a cumpleaños de esa manera. Con sólo él y Kibum juntos.


 


—Me siento muy mayor ahora. —Era como si ahora cayera en cuenta de la diferencia de edad entre él y Kibum. Parecía mucha, pero parecía que a Kibum no le importaba, y decidió que a él tampoco.


 


—Eres demasiado atractivo, olvidemos tu edad. —Kibum entonces lo besó suavemente, enredando una de sus manos en su cabello y la otra paseándose suavemente por su cuello. —Perdóname por no haber traído un regalo. No me dio tiempo. Pero estoy dispuesto a cumplir cualquiera de tus caprichosos sólo por hoy, así que dime, ¿Qué deseas?


 


—No debiste decir eso. Tengo muchas ideas. —él enarcó una ceja y miró provocadoramente a Kibum.


 


Vio el rostro de Kibum sonrojarse y un mar de sentimientos apoderarse de su mirada, pensó que no habían sido las mejores palabras y se regañó por asustarlo de esa manera.


 


—Dime la verdad, Minho, ¿Te molesta mucho que yo quiera esperar, para, ya sabes? —Kibum parecía avergonzado en verdad y se regañó una vez más por causar eso en él.


 


—Era una broma, Kibum. Te dije que no te obligaría a nada y pienso cumplir eso. ¿Confías en mí?


 


Era una pregunta importante y la respuesta era aún más importante. Dios, ellos tenían una relación y Minho quería que Kibum se sintiera cómodo y feliz, sin ninguna preocupación, ni nada que pudiera alterarlo.


 


—Confío en ti, Minho.


 


Kibum le dio una mirada sincera y una pequeña sonrisa y Minho sintió que podía respirar de nuevo. Besó la punta de la nariz de Kibum y se levantó dejando a Kibum de pie frente a él.


 


—¿Qué me dices entonces de sólo una noche películas? Dejaré mis manos quietas. —Bromeó, mientras tomaba la mano de Kibum y lo arrastraba con él.


 


—Me parece perfecto.


 


 


 


Kibum dejó que Minho lo desvistiera, como si de un niño pequeño se tratara. No sabía cómo, pero había terminado con el torso desnudo y encima de la lavadora. Pensó que era tan cliché como una comedia romántica, pero no le importó.


 


Las manos de Minho descansaban en sus cintura y su boca tenia atrapado sus labios, robándose cada suspiró que escapaba de él, sus piernas rodeaban la cadera de Minho y podía sentir su excitación. Pensó en dejar el plan de Taemin y dirigirse a la cama con Minho. Olvidar la noche de películas que Minho había propuesto, ahora parecía una buena idea. Él sólo quería que esas manos no abandonaran su piel y que esos labios besaran cada parte de su cuerpo.


 


Pero se obligó a parar cuando se dio cuenta que comenzaba a pensar en Minho de una manera aún más profunda y que ese ‘te quiero’ que había escapado de sus labios, podría convertirse en un ‘te amo’.


 


—Minho. —Usó cada parte de su autocontrol y alejó sus labios de los ajenos. —Hay una película reproduciéndose en tu habitación.


 


Minho lo miró aturdido. Su esponjosa boca estaba hinchada y lista para ser besada de nuevo. Sus grandes ojos brillaban con el deseo y Kibum estuvo a punto de desnudarlo ahí mismo.


 


—Película. —Minho murmuró, como si la palabra fuera nueva. —Cierto. Vamos.


 


—Espera. —Lo detuvo, aun sentado sobre la lavadora y sus piernas a cada lado de su cadera. —Pronto. —Lo besó una vez más. —Lo prometo.


 


 


Despertarse con Minho, era como las películas y la vez diferente.


 


Diferente y mucho mejor.


 


Kibum amó cada parte de ese momento. No fue tan cliché como despertarse abrazados y con las piernas enredadas. No fue en lo absoluto así, él despertó a un costado de Minho, dándole la espalda, pero la mano de Minho estaba ahí en su cintura y eso bastó para que todo fuera perfecto.


 


Sólo pudo observarlo dormir unos minutos antes que Minho abriera los ojos y bostezara de una manera adorable. Minho lo miró a los ojos. Esos grandes ojos brillantes le estaban diciendo algo que no quería saber. Minho lo estaba empezando a querer con la misma intensidad que él. Minho se estaba enamorado, justo como él lo estaba haciendo.


 


—Minho, tengo algo que decirte.


 


Ni siquiera esperó un ‘buenos días’ ni un beso. La plática con Changmin le carcomía conciencia y la culpabilidad se hacía más grande.


 


Lo miró a los ojos un momento, y entonces Kibum comenzó a relatar todo. 

Notas finales:

Changmin no es tan malo (?) ¿No creen?


 


¡Nos leemos pronto! 


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