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Just A Little Favor por keny_shawol

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Notas del capitulo:

Hola.


No tardé tanto en actualizar y espero que pueda seguir así. Muchas gracias por sus comentarios, espero llevar esta historia lo mejor posible. 

—¿Key? —Minho preguntó, saboreando el nombre como si del más exquisito chocolate se tratara. —¿Qué clase de nombre es ese?


 


Minho lo miró, Key encontró su mirada. Arqueó una ceja y esperó a que respondiera. Se dio cuenta que Key tardaba demasiado en contestar simples preguntas, pero no le dio mucha importancia. Key miró la bebida que sostenía y después encontró su mirada, mientras se encogía de hombros.


 


—Es el único que tengo para ti.


 


—Key. —Minho repitió. —Me gusta.


 


Key sonrió y Minho devolvió el gesto. Tomó un poco de su bebida y observó al chico frente a él. Le recordó a Taemin, su ex-pareja, solo que mejor, más hermoso, más su tipo. Conocía a los de su tipo, ellos venían con la palabra ‘problemas’ tatuada en el rostro, pero él le gustaba jugar con fuego y esa noche se encontraba especialmente de humor.


 


Key era hermoso. Tenía unos rasgados y salvajes ojos y una boca en forma de corazón que Minho quería probar. Pensó en si Key lo había reconocido, pero o Key era un buen actor, o en verdad no sabía quién era él.


 


—Entonces, Key, ¿Qué te trae por aquí?


 


—Quería una noche fuera de casa. —Key jugó con el borde del vaso, pasando delicadamente sus largos y delgados dedos. —¿Nunca has sentido esa necesidad de escapar de tu realidad solo unos momentos?, ¿No quisieras solo respirar tranquilamente, sin que nadie te reconozca?


 


Las palabras llegaron sobre él como una realidad más en su vida. Por supuesto había experimentado esa necesidad demasiadas veces para ser contadas. Había días en que Minho quería sólo respirar, sólo salir a la calle sin que nadie lo saludara, sin que nadie lo reconociera.


 


—Más de las que te puedas imaginar. —Su respuesta pareció gustarle, una sonrisa pequeña bailaba en los labios de Key y ese simplemente gesto pareció gustarle demasiado.


 


Minho lo entendía, demasiado bien al parecer. Su rostro era famoso, había grandes anuncios con su rostro por las calles, su nombre era sinónimo de ‘importante’. No había un solo momento en que nadie le preguntara si él era el famoso Choi Minho. No había día en que una fan se acercara pidiéndole un autógrafo.


 


—¿Es difícil ser tú?


 


Pensó la respuesta un momento, preguntándose qué significado estaba buscando Key con esa respuesta. Era difícil ser él en lo que se refería a su personalidad, pero no era difícil ser actor, lo difícil era la fama.


 


—Depende del punto en que lo mires. —Bebió de nuevo, esperando una respuesta. —¿Es difícil ser tú, Key?


 


Key calló por un momento, pensado. Minho quería saber que había detrás de Key, cuál eran los secretos que parecía albergar. Sin saber por qué, Minho se vio a sí mismo deseando conocerlo un poco más, aprender de él.


 


—A veces uno no puede ser quien realmente es. —Key susurró tan bajo que si no hubiera estado a su lado, no lo hubiera escuchado. —¿No es eso malo? —Podía sentir la decepción y el enojo en su voz, pero no entendía porque.


 


—Uno siempre debe ser quien en realidad es. —Era verdad, aunque no siempre se pudiera.


 


Su caso era así, él podía ser cualquier persona en la pantalla, pero a veces resultaba tan difícil mostrar su personalidad, que simplemente optaba por no hacerlo. Y era ilógico hasta cierto punto, él era conocido por sus múltiples parejas y el terror al compromiso, pero la realidad era que esperaba encontrar a alguien, esperaba  por esa persona que removería su mundo y nada más importara.


 


—Pero no siempre se obtiene lo que uno quiere.


 


Se quedaron callados por unos momentos, vagando por sus pensamientos, haciendo que la incomodidad quisiera entrar entre ellos. Minho pensó qué podría preguntarle, pero no buscaba cómo continuar con la conversación. No era la primera vez que conocía a alguien en un bar, pero le pareció diferente, como si fuera nuevo. Tal vez era Key.


 


—¿A qué te dedicas, Key? —Preguntó finalmente. Las cejas de Key se elevaron y mordió su labio inferior, desviando la mirada. —¿Siempre tardas tanto en contestar?


Eso pareció divertirle, porque una casi risa escapó de sus labios. El sonido fue suave y casi imperceptible, le gustó más de lo que hubiera pensando una risa podría gustarle.


 


—Cocino.


 


—¿Cocinas?


 


—Mi sueño es tener mi propio lugar. Una cafetería, tal vez. Me gusta la repostería.


 


Por supuesto no se lo imaginó, Key se veía tan elegante y la vez tan jovial que no parecía de las personas que le gustaban pasar todo el día tras el horno. Pero él no podía decir nada de eso, no conocía a ningún repostero en persona, pero si todos eran tan hermosos como Key, él estaría dispuesto a conocerlos.


 


—¿Podría probarlos alguna vez?


 


—Oh, no lo sé—Kibum sonrió. —Estoy seguro que tienes a los mejores reposteros a tu disposición.


 


—¿Por qué dices eso?


 


—Sé quién eres, Minho.


 


Eso lo decepcionó y sorprendió. Esperaba que Key no lo reconociera, pero al parecer eso no sería así. Aun así Key no lo había tratado de una forma diferente y no parecía ilusionado ni fascinado con él y eso le gustaba.


 


—Por un momento pensé que no me reconocerías.


 


—Tu rostro está en cada parte de la ciudad, sería difícil que no te reconocieran.


 


Minho asintió y mantuvo la boca cerrada. Jugó con el vaso, moviendo el líquido de un lado a otro. Ahora no sabía de qué debía hablar y Key tampoco ayudaba. Él no estaba impresionado con Minho siendo un famoso actor y parecía que tampoco estaba muy a gusto en su compañía y eso le llamó la atención.


 


Key parecía un reto, y él estaba dispuesto a tomarlo. No parecía del tipo de chico que tenía aventuras de una noche y Minho encontraba eso mucho mejor.


El móvil de Kibum sonó perturbando el silencio que había caído sobre ellos. Escuchó la pequeña disculpa de Key y él asintió, dándole entender que no importaba. Se concentró en la conversación, pero no entendía nada, Key contestaba con monosílabos y parecía querer terminar pronto la conversación. Se preguntó con quién estaba hablando. La conversación terminó un par de minutos más tarde y el móvil de Key quedo olvidado sobre la barra.


 


—¿Tu novio? —Key saltó en su lugar, parecía que había olvidado dónde y con quién se encontraba. Negó con la cabeza rápidamente, tomando un poco de su bebida.


 


—Era solo trabajo.


 


El silencio reinó de nuevo y ésta vez Minho no se apresuró en romperlo. Key movía las manos y jugaba con la parte inferior de su camisa. Minho observó su cuerpo, era delgado, pero sus piernas parecían fuertes y bien formadas. Imágenes de un Key desnudo atacaron su mente y se vio a sí mismo, moviéndose sobre su lugar.


 


—Fue un placer conocerte, Minho, pero tengo que irme. —La voz de Key rompió sus pensamientos. Él lo miró ponerse de pie y después intentar tomar el móvil. Eso no sucedió. —¿Qué haces?


 


Minho no lo sabía, pero tomó el móvil y guardó su número. Miró a Key mientras éste enarcó una ceja, esperando por el móvil. Cuando su móvil sonó él sonrió, Key frunció el ceño cuando lo escuchó, pero era demasiado tarde, el número de Key ya estaba en sus manos, guardado en un lugar seguro.


 


—Solo asegurándome de que volvamos a encontrarnos.


 


La mano de Key apareció ante él, con una sonrisa devolvió el móvil a su dueño, esperando una reacción. Key se limitó a mirarlo, entrecerrando los ojos y sin decir palabra comenzó a alejarse.


 


—Nos vemos pronto, Key.


 


Key se detuvo y lo miró sobre su hombro, Minho estaba seguro de haber visto una pequeña sonrisa bailar en sus labios.


 


 


 


Cuando Kibum salió de aquel lugar se permitió respirar. El viento revolvió su cabello y por un momento todo se sintió bien. Parecía que después de esos largos minutos con Minho, al fin podía soltar el aire de sus pulmones.


 


El móvil aún seguía en su mano y entonces sonrió inconsciente. «Él puede ser encantador cuando quiere» Las palabras de Taemin resonaron en su mente y recordó cuál era la situación. Minho no había sido del todo encantador esa noche, pero tampoco fue como se imaginó seria.


 


Se dio cuenta que tenía un mal concepto de Minho y que tal vez no todo era como se aparentaba. Estaba seguro que Minho seria superficial o que alardearía sobre su fama y profesión. Pero le pareció que lo último que Minho quería era hablar de su carrera.


 


Cuando el móvil sonó él se asustó, en la pantalla se leía el nombre de Taemin y contestó rápidamente, necesitando hablar con él.


 


—¿Cómo te fue? —Las palabras de Taemin se escucharon rápidas y desesperadas y a Kibum no le importó que el maleducado ni siquiera saludara.


 


—Tengo su número—Escuchó la pequeña risa de Taemin y sonrió sin entender por qué.


 


Caminó dejando atrás el lugar en donde Minho aún se encontraba, no quería que por alguna casualidad Minho escuchara su conversación y entonces todo se fuera por la borda.


 


—Yo sabía que podías lograrlo. —La voz de Taemin rebosaba de felicidad. —Pero dime, ¿Qué más paso?, ¿Sobre qué hablaron?


 


Kibum recordó su conversación con Minho, pero se sentía reacio a hablar a Taemin sobre eso.


 


No habían hablado mucho y de casi nada importante, pero lo poco que le había dicho y dejado entender, era algo muy privado, como algo intimo entre ellos. Minho parecía querer un día solo para él, un día para respirar y ser quién realmente era. Justo como él.  


 


Tenía miedo de eso, pues él y Minho parecían compartir un mismo deseo. No quería llegar a apreciar a Minho y hacer que todo el plan de Taemin acabara más pronto de lo que empezó. Pero si Minho seguía hablándole de esas cosas no sabría si podría lograrlo.


—Nada en especial. —Dijo, sin mentir del todo. —Lo único que dijo era que quería asegurarse que volviéramos a encontrarnos. Es una buena señal, ¿No?


 


—Por supuesto que sí. Minho jamás le daría a alguien su número sino quisiera verlo de nuevo. ¿Él te lo dio? O ¿Tú se lo pediste?


 


—Él tomó mi móvil y guardó su número, después marcó para que él pudiera tener el mío.  


 


—¡Kibum, eso es aún mejor!


 


Escuchó a Taemin sobre lo que Minho acostumbraba a hacer con sus conquistas. No era nada del otro mundo, Minho los llamaba a una cita y si el parecía quedar impresionado entonces podía volverse recurrente. Pero Taemin le dijo que tenía otros planes para él y que haría todo lo que él no hizo.


 


Taemin estaba seguro que todo saldría bien y que Minho terminaría por enamorarse de él, pero Kibum aún tenía sus dudas. Taemin no podía asegurar que Minho terminaría por enamorarse, era algo que no estaba en sus manos, pero no quería decepcionar a Taemin diciéndole eso.


 


Era tonto pensar en decepcionar a Taemin, cuando tan solo unos días atrás aun pensaba que la idea era tonta y descabellada, pero Taemin tenía ese poder en él. Además del hecho de poder ser él en compañía de Minho, de poder respirar de los colores, los dibujos y las telas. Se sentía realmente bien pretender ser un repostero, pretender ser algo que en verdad deseaba con todo su ser.


 


No había mentido a Minho cuando le dijo que quería tener su propio lugar y Kibum secretamente había tomado un par de clases de repostería y sentía que no lo hacía realmente mal.


 


—Taemin, ¿Qué debo hacer si me habla?


 


Tampoco lo sabía y no quería cometer errores como esa noche. Había tardado en contestar las preguntas de Minho y esperaba que él no hubiera demostrado su confusión y nerviosismo. No estaba preparado para nada y decidió que debía hablar con Taemin mejor antes de cada encuentro con él. Debía tener todo calculado y así no tener ningún error en sus siguientes encuentros. Encuentros que sin saber por qué, ya anticipaba.


 


—Minho es tan predecible—Taemin dijo. —Así que supongo que te hablara y te pedirá que te encuentres con él. Aceptaras, Kibum. Y después no asistirás. Serás su nuevo reto, Bum. 

Notas finales:

La historia puede ir un poco lenta, pero como dijo Taemin, será el nuevo reto de Minho.


¡Nos leemos pronto! 


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