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¿ME DAS UN BESO? por Sparkle Nao

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Notas del fanfic:

¡Hola a tod@s de nuevo! Esta vez vengo con una historia de Pandora Hearts. Es un poco tierna ya que es a lo romántico sin ningún tipo de insinuaciones extremas :D

Espero que disfruten, ¡Pasen y lean! Y si tienen tiempo, ya de paso comenten.

PD: Los personajes de Pandora Hearts no me pertenecen, son creaciones de Jun Mochizuki.

FANFIC OZ&GIL- MI SUE—O ERES TU

FANFIC OZ&GIL-  ¿ME DAS UN BESO?

 

Bajo la sombra de un árbol en pleno día de verano, se hallaban Oz y Gil descansando después de una ardua jornada de investigación en Pandora.

Gil observaba el paisaje mientras Oz leía un libro de caballeros que dejó a medias porque acabó dormido en el regazo del supuesto mayor.

Oz soñó que Gil se transformaba en un apuesto caballero, y que iba a rescatarle de las garras del malvado brujo Break que lo había secuestrado mientras tomaba el sol en el jardín trasero. Gilbert estaba a punto de alcanzar su mano, cuando apareció de la nada Sharon-san cogiéndolo por el brazo y llevándoselo a su mansión. Cuando abrió los ojos se hallaba sentado en un sillón al lado de Alice que no paraba de mirarlo con una sonrisa maquiavélica impregnada en su rostro. Vio como sus labios se movían, pero no podía escuchar nada, intentó decir algo pero su boca no emitió palabra alguna. Intentó calmarse, cerró los ojos nuevamente y al abrirlos se encontró dentro de los recuerdos de Alice, en el jardín. Al dar un paso, resbaló. Se dio cuenta de que llevaba puesto un vestido verde con pequeños bordados dorados en el pecho y  unos zapatos de tacón  alto que se ajustaban perfectamente a sus pies. Intentó pararse con semejantes tacones pero lo único que conseguía era que su trasero besara el suelo una y otra vez. Se dio por vencido al vigésimo cuarto intento. Se echó ahí mismo, esperando que así pudiera levantarse más tarde. Vio las nubes deformes y esponjosas pasar lentamente, sin prisa alguna, cuando de repente escuchó una melodía que le era muy familiar, Lacie.

Con un solo impulso logró levantarse y sacudirse la poca hierba que había quedado prendada en el vestido. Poco a poco comenzó a caminar adentrándose así al laberinto, que, siguiendo la melodía lo llevó a la salida.

Allí, bajo la sobra de un árbol en pleno día de verano, pudo ver al héroe de Sabrie, Jack Bezarius; y a su eterno amante Glen Baskerville descansando en el regazo de este.

El moreno tenía en su mano el reloj que producía esa hermosa y melancólica melodía, que repercutía una y otra vez sin descanso inundando así, el ambiente.

Jack alzó la mirada sin dejar de peinar los cabellos de su dormitado amante y la posó en su descendiente. Sonrió y como por arte de magia sus palabras resonaron en la mente del chico. “Amor, un licor y medicina excelente para el alma, tómala cada día y ya verás como todo cambia. No temas al amor mi pequeño rubio, pues necesitas de él para sobrevivir y darle a la persona que tú amas para que sobreviva también. Cierra los ojos y dime que ves, luego ábrelos y dime a quien ves”.

Un fuerte viento lo obligó a cerrar los ojos. Cuando los abrió se encontró de nuevo sentado en el sillón de la sala de los Rainsworth, la única diferencia era que Alice ya no estaba sentada a su lado y llevaba aun el vestido puesto. Sentía el cuerpo sumamente pesado, tenía unas ganas enormes de dormir. Por una parte, su cuerpo le pedía a gritos un merecido descanso, pero por otra, su mente le decía que pasase lo que pasase, no podía dormirse, las palabras de Jack resonaban débilmente en su cabeza, algo sucedería pronto; poco a poco a medida que pasaba el tiempo, el sueño fue ganando terreno hasta el punto de someterlo y dormirlo.

De la nada, la puerta se abrió estruendosamente dando paso a un Gil agitado y preocupado, después de luchar contra Xerxes y su invasión de pasteles empalagosos, y Sharon y sus insoportables culebrones de amores imposibles, cogió a Oz a lo princesa y esquivando libros asesinos, pasteles y tacones se lo llevó lejos de la estruendosa casa de los Rainsworth, en un bello corcel gris, que, luego cuando estuvo en un lugar más calmado lo despertó besándolo tiernamente que acabó convirtiéndose en un apasionado beso para luego acabar fundiéndose en uno.

Ese beso, parecía tan real que daría lo que fuese por sentirlo otra vez.

Poco a poco Oz fue abriendo sus ojos encontrándose así el rostro sonriente de Gilbert.

-Gil…- dijo mientras alzaba su mano para acariciar el rostro del aludido.

-¿Qué sucede Oz?- preguntó mientras posaba su mano sobre la del “pequeño”- ¿dormiste bien?

-Si… soñé una cosa muy rara- comenzó a explicar- soñé que estaba tomando el sol en la parte trasera de la casa cuando Break me raptó, tu acudiste en mi ayuda y… estabas a punto de salvarme cuando Sharon-san me raptó esa vez.

Una gotita cayó ligeramente por la sien de Gil.

-Bueno, me desperté en la casa de Sharon-san, y Alice estaba sentada a mi lado mirándome maquiavélicamente- continuó explicando Oz- luego me dormí dentro de mi sueño y desperté en uno de los recuerdos de Alice. Cuando desperté me sentía cansado y me volví a dormir. Y por lo que se ve cuando me dormí en mi sueño me desperté aquí- concluyó el rubio.

Algunas partes de su sueño se las guardó para él como un tesoro más, quedaron un rato en silencio, Oz recordaba vivamente la parte del beso, y no soportándolo más dijo:

-Gil... ¿Me das un beso?

-Claro- Gil bajó su cabeza y le dio un beso en la mejilla- ¿Así está bien?

-No, yo quiero un beso en otro sitio- dijo mientras ponía el dedo índice encima de sus labios.

Gil se puso rojo como un tomate ante la insinuación de Oz, luego sonrió y poco a poco se fue acercando de nuevo, esta vez a los labios de Oz dándole un beso cargado de ternura.

-¿Sabes que te quiero Gil?-dijo para luego continuar- Desde el primer instante en que te vi, hace unos quince años atrás te he querido, tan lindo y tan frágil, parecías una muñequita de porcelana- rió por lo bajo- Siempre que sueño algo tu apareces o para salvarme o para recordarme que debo de cumplir con mis obligaciones, convirtiéndome lentamente en una persona responsable y madura como tú. ¿Y tú? ¿Me quieres?

-Pues… no, no te quiero- respondió con una sonrisa adornando sus labios- lo que siento es demasiado grande, que las palabras te quiero se quedan cortas. Mmmm… Ah, ya sé, yo te anhelo cuando no estás a mi lado, te adoro, te aprecio, te agradezco y sobretodo yo… te amo.

A Oz se le subían los colores a la cara, se sentía tan feliz que podía morir de alegría en ese mismo instante. …l también con una sonrisa le dijo:

 -Yo también te amo Gil.

.·.·.FIN.·.·.

Notas finales:

¿Y bien? Deseo que os haya gustado. ¡Hasta la próxima!


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