Plagas muggle
Despacio se movió, estiro su brazo buscando a quien esa noche lo hizo sentir lo que creía que solo en sueños sentiría, sobre todo porque nunca imagino que seria precisamente él quien le hiciera pasar las mejores noches de su vida, ya llevaban viviendo juntos por dos años después de haber dejado el colegio y pareciera como si apenas fuera ayer, suspiro algo amodorrado, estaba oscuro así que tanteo el lugar encontrándolo vacio, volvió a suspirar extrañando esa presencia en su cama, y despacio cual vil minino se desperezo sobre esta, despacio saco los delicados pies de entre las sabanas de seda y se sentó, estiro un brazo encontrando a oscuras una playera de su pareja sobre el silloncito que estaba a un lado de la enorme cama, la tomo y se vistió con ella, se levanto y descalzo comenzó a caminar con dirección a la puerta de la habitación, estaba completamente desnudo y la playera a pesar de ser de su pareja que era mas grueso que él, solo alcanzaba a cubrirle apenas debajo de las nalgas, a pesar de ya tener casi veinte años, aún parecía un niño, con su cabello corto y despeinado, contrario a como casi siempre lo traía, como si lo tuviera pegado al cráneo por el exceso de gomina.
Salió de la habitación y despacio camino por un largo pasillo, mientras con un par de dedos iba tocando la pared como si eso fuera su guía, nunca se dio cuenta de que de la habitación de al lado contrario al lado al que se dirigía, alguien también abrió la puerta al mismo tiempo que él, quien al verlo así se quedo sin aliento, y quien despacio recorrió con la mirada y sin poder parpadear ni una vez, pues estaba reteniendo la respiración sin siquiera darse cuenta, desde esos pies descalzos, pasando por esos tobillos delicados, subir por ese par de pantorrillas, para seguir por ese hermoso y bien formado par de piernas desnudas, subió la vista por la playera imaginando como el chico llevaría su cuerpo debajo de esa prenda…¡por Merlín! El no era de esos gustos, pero extrañamente lo imagino desnudo…y le gusto, el rubio no escucho como su perseguidor dejo escapar un largo y hondo suspiro, el iba muy concentrado en sus pensamientos, su prioridad era encontrar a la persona por la cual estaba ahí en ese pasillo a esa hora, el siguió caminando sin darse cuenta de que era perseguido.
El perseguidor no sabia ya como actuar, cerro los ojos y por un escaso segundo se dejo caer de espaldas sobre la pared, el rubio no era de su agrado y nunca lo fue, pero tampoco jamás se imagino verlo de esa forma, nunca en su vida había visto un bien formado par de piernas, de piel como de porcelana y se imagino tan suaves al tacto, por unos momentos su imaginación lo traiciono disparando su libido al cielo, despertando a su miembro, avispado como soldado listo para la batalla, sintió como un escalofrió lo recorrió de pies a la cabeza, y como no, si, pues incluso creyó sentir como se le enredaban primero en su cintura, para un par de segundos después casi las imagino sobre sus hombros, y el saboreando con gula lo que cubría entre ellas la poca tela, y que alguien había ya saboreado momentos antes que él… ¡¡¡Merlín lo ampare!!! Pero si hasta aspiro con muchas fuerzas imaginando ya hasta su olor, se relamió los labios imaginando su sabor, su textura, su suavidad como si estuviera entre ese par de piernas hechas un verdadero monumento a la perfección.
En un instante sintió como las piernas se le hicieron de gelatina y trastabillo cayendo en el resquicio de una puerta, salvándolo por un segundo de un bochornoso momento, ya que en ese preciso momento, el rubio volteo al haber creído escuchar un pequeño ruido y por el cual creyó que iba en la dirección equivocada, iba a dar la vuelta para regresar por el mismo pasillo, pero fue un pequeño ruido del pasar de hojas que le indico que iba bien encaminado, así que haciendo caso omiso de lo que creyó escuchar, siguió sobre sus pasos hacia donde se escuchaba nuevamente ese pequeño sonido, se asomo despacio y su rostro se ilumino al ver al dueño de los dos mejores años de su vida, en su rostro se dibujo una suave sonrisa y sus ojos adquirieron un brillo muy especial.
Y ahí lo vio, el moreno estaba sentado en un sillón, repasando las hojas de un enorme libro de cuentas, estaba muy concentrado, tanto que no se dio cuenta de su presencia, el rubio movió negativamente la cabeza al ver que ni cuenta se daba de su compañía, así que muy despacio se acerco a él, provocándole un pequeño sobresalto, le quito el libro de las manos, lo cerro y se agacho levemente poniéndolo en la mesita de centro, el chico lo miro algo sorprendido y sonrió al ver como el rubio lo estaba provocando al enseñarle levemente su bien formado trasero a través de la tela, suspiro muy despacio, y recargo un codo en el reposabrazos del sillón, para inmediatamente después recargar sobre su mano su cara, y ladeándola un poco al observar al rubio, lo recorrió con la vista y le sonrió, mientras una de sus manos al verse libre de semejante peso, con mucha suavidad la llevo a la cadera del chico poniéndolo de frente a él, el ojigris se mordió el labio inferior en un gesto de coquetería, mientras le arrugaba levemente su naricita, se acerco hasta quedar muy cerca y completamente de frente, así que despacio comenzó a levantar una de sus piernas, Potter suspiro mientras se la acariciaba suavemente, el rubio se sentó a horcajadas en las piernas del moreno y quedando hincado en el sillón, levanto ambos brazos y se los paso alrededor del cuello apretándolo en un suave abrazo, haciendo que el rostro de este quedara entre su cuello, y aspirando mutuamente su olor, el rubio se separo un poco y despacio dirigió sus labios hacia la apetecible boca de Harry.
Con suavidad le dio un pequeño beso cual caricia de una pluma, el moreno ya tenia completamente dilatadas las pupilas del deseo que su pareja despertaba en el, Malfoy tenia ese fuerte poder sobre el, y lo sabia, sabia que con solo una caricia suya, hacia de ese hombre un títere, el chico de ojos verdes era arcilla en sus manos, y el también lo sabia y no le importaba, sabia que el rubio lo disfrutaba manejándolo a su antojo, por lo menos eso era lo que este creía...y era cierto.
El moreno cerro un momento los ojos mientras acariciaba las caderas del chico encima suyo, lo levanto un poco y lo rodeo por completo con sus brazos, enterró su rostro en el pecho del rubio y aspiro su aroma, mientras este quedaba por completo hincado con las piernas abiertas, y dócilmente enterraba sus dedos en la abundante y rebelde cabellera negra, suavemente masajeo su cuero cabelludo haciendo que el leon jadeara ante tales caricias.
El moreno levanto la mirada y vio el rostro ruborizado que su chico tenia, este tenia esos hermosos ojos hechos de plata cerrados, y estaba con la boca entreabierta mientras gemía quedito al sentir las caricias de Harry sobre su piel, ya que había este metido ambas manos debajo de la playera y acariciaba íntimamente su cuerpo, jadeo con fuerzas al sentir como este le estrujaba una nalga para después pegarlo mas a él, Draco soltó la cabellera de Harry y agachándose un poco dirigió sus manos hacia la orilla de la playera de su pareja para quitársela, lo insto a levantar los brazos y dejarlo desnudo de la cintura para arriba, apenas se la quito y el leon hizo lo mismo que él, muy despacio le quito la playera al chico de ojos acerados.
El rubio quedo completamente desnudo sobre el chico de ojos verdes, sin darse cuenta de que estaban haciendo que mas de uno dejara escapar un largo suspiro, el moreno lánguidamente acariciaba toda esa piel que estaba a su disposición, se sabia dueño de ese cuerpo de tentación, sabia que ese chico de ojos grises era suyo, suyo y de nadie más, y sobretodo que lo podía tomar cuando se le antojara, acción que al rubio no le molestaba en absoluto, al contrario, disfrutaba provocando al moreno cada que la ocasión se presentaba, y disfrutaba provocándolo cuando sabia que no podía ni siquiera tocarlo o cuando estaban en presencia de terceras personas.
Harry Potter llevo su lengua hacia los rosados pezones, lamiéndolos como si fueran unos dulces, se los mordió con suavidad provocando que el rubio se arqueara de placer gimiendo con fuerzas, apretándose contra el.
El ojigris pego su cuerpo al del moreno para sentir la calidez de su piel, le fascinaba sentir su cuerpo pegado al de su pareja, lo abrazo con fuerzas por el cuello y con voz enronquecida del deseo le dijo en el oído, mientras de paso le mordía el lobulito de su oreja.
- Harry - suspiro - te amo - le metió su lengua en ella y repitió - te amo - imploro - tómame, vamos tómame ya.
- Draco, yo también te amo, oh Draco… - murmuro ansioso - no sabes como me pones, me tienes hecho un vil guiñapo…
- Harry - sonrió muy ufano - yo soy tu dueño.
- Lo eres - aspiro su aroma embriagándose de placer - si, lo eres…
- Bueno - sonrió malicioso - pues te ordeno que me hagas el amor, y que me hagas gritar tu nombre hasta caer desfallecido…
- Si, lo hare - beso su pecho con suavidad - te hare el amor aquí, y después te llevare a la recamara y te arrojare sobre nuestra cama, y te voy a hacer el amor hasta que ya no puedas gritar más, hasta que se te vaya la voz de pedirme mas y de tanto gritar que me amas.
- Harry… - gimió despacito provocandolo - acaríciame…
- Draco - dijo comenzando a tocar con suavidad toda esa piel tan blanca - tienes una piel tan suave y tan blanca que me enloquece, tan cálida - decía al tiempo que paseaba sus dedos por ese cuerpo que le exigía mas todavía.
- Harry me estas matando - rogo abrazado al moreno - dame más...
- Draco, te amo - le dijo al mismo tiempo que bajaba sus manos por detrás, hasta posarlas sobre sus nalgas dándoles un fuerte apretón, para después llevarlas hasta sus caderas y levantarlo un poco, el rubio entendió y dejándose levantar un poco, llevo sus manos hasta el resorte de la cinturilla del pantalón del moreno, lo tomo y comenzó a jalarlo hacia abajo, este levanto un poco las caderas y dejo que el rubio se lo bajara muy despacio, el ojigris se bajo y con ambas manos el mismo le quito el pantalón por completo, quedando en igualdad de condiciones, los dos completamente desnudos. Estando el moreno sentado de nueva cuenta, volvió a tomar de las caderas de Draco y lo levanto cual vil pluma y lo subió de nueva cuenta a su regazo, en esta ocasión lo sentó en sus piernas cerca de las rodillas, dándole espacio a este de poder trabajar con sus manos sobre su miembro, el rubio lo miro a los ojos al tiempo que despacio tomaba ese miembro entre sus dedos, lo acaricio con suavidad mientras se acercaba a besar sus labios, labios que aprovecho el moreno y mordió despacio después de saborearlos, los delineo con su lengua al mismo tiempo que el buscaba con sus dedos la entrada del rubio tan ansiada por el, por sus dedos, por su miembro…y quien se levanto un poco dándole espacio para que encontrara lo que tanto buscaba…
El moreno lo dilato con cuidado, siempre cuidándolo, siempre mimándolo, y ante todo, dándole el placer que necesitaba y que merecía.
Lo miro a la cara y sonrió ante tal cuadro de seducción, levanto una mano y le retiro un mechón de su frente, le beso la perfecta nariz, tratando de distraerlo mientras con sus manos lo levantaba de las caderas para ahora si para adueñarse de su interior, Draco le sonrió mientras le soltaba los testículos que había estado acariciando, y después levantaba el brazo y lo pasaba alrededor del cuello de Harry, mientras que con la otra mano tenia sostenido el pene del ojiverde, quien estaba esperando que su chico se acomodara sobre él, no sabia que draco esperaba para poder empalarse de un solo golpe, el rubio sabia que su pareja lo haría con suavidad, pues lo que menos quería era lastimarlo, así que ayudándolo, el mismo se acomodo el miembro del moreno en su entrada y cuando ya estuvo listo, el mismo se dejo caer, entrando este por completo en el rubio en un solo movimiento, haciéndolo cerrar los ojos con fuerza al sentir tal estreches sobre su sexo, cerro la boca para no gritar al sentir tal placer y no despertar a sus invitados, aquella cavidad era tan estrecha que dolía aguantarse para no moverse, mientras dejaba que su rubio se acoplara a la invasión en su cuerpo.
- Draco… - jadeo sudoroso - estoy tan dentro de ti - le beso un hombro - me enloqueces.
- Oh Harry - susurro con voz ahogada - me llenas...me llenas por completo…en todos los sentidos.
Hary suspiro y dejo caer su frente en el hombro de Draco, mientras este dejaba escapar un suspiro, el rubio lo miro a la cara y le sonrió, indicándole que todo estaba bien.
- Vamos Harry - dijo en medio de un gemido ahogado - acaríciame…
El moreno obedeció, mientras veía con deleite como Draco comenzaba a cabalgarlo con lentitud disfrutando la invasión, veía con embeleso como echaba la cabeza hacia atrás, dándole espacio para que lamiera, besara y mordiera su cuello, su pecho, sus tetillas, lamio y beso toda es parte de su piel, y mientras esperaba que el rubio impusiera un ritmo, vio como este lo sujetaba por los hombros y como se levantaba y se dejaba caer, para cada vez llegar mas profundo, vio como se mordía los labios en un gesto de placer, como tenia cerrados los ojos y jadeaba con desesperación, mientras se meneaba en círculos sobre su pene deliciosamente apretado en su interior, haciéndolo jadear, se movía de lo mas delicioso, y mientras el rubio disfrutaba y se movía cadenciosamente, el moreno acariciaba toda esa suave y cálida piel de porcelana, al mismo tiempo que mordía y lamia esos pezones que lo enloquecían, disfrutando uno del otro así estuvieron largos minutos, hasta que el ojiverde metió su mano entre sus cuerpos y tomaba entre sus dedos el miembro de Draco, comenzando a masturbarlo con fuerza, mientras con la otra mano tomaba los testículos y los estrujaba con pasión, haciendo que este gritara aun mas de placer, haciendo que reptara y se arqueara hacia atrás, doblándose en un movimiento que parecía imposible, demostrando lo elástico que era el chico, Harry lo soltó de sus partes intimas, y lo sujeto inmediatamente por la cintura para evitar que cayera, mientras la rubia serpiente levantaba ambas piernas y las enredaba en la cintura de Potter apretándolo como si la vida se le fuera en ello.
Ese movimiento basto para que al mismo tiempo los dos dejaran escapar un grito, y el vientre de ambos se humedeciera con la simiente del rubio que en ese mismo instante eyaculaba, apretando inconscientemente su entrada sobre el miembro del moreno que al sentir tal estreches, fue atraído por un orgasmo que lo dejo agotado por momentos, vaciándose por completo en el interior de su pareja.
Así estuvieron unos instantes, hasta que Draco se incorporo y se dejo caer sobre el pecho de Harry, quien lo abrazo y lo acaricio lánguidamente por la espalda, dándole pequeños besos en los hombros, cuello y cabello, sonrió al verlo todo sudoroso pero con una mueca de felicidad en su rostro que difícilmente alguien le podría borrar en ese instante.
- Amor - dijo al oído del rubio, quien aún trataba de recuperar el aire después de semejante orgasmo - ¿sabes que te haré al llegar a la habitación?
- Mmm…no se, dime… - dijo en medio de un suspiro esperando por la promesa de acción.
- Te arrojare a la cama y te hare el amor de tal manera que sentirás que te partiré en dos, gritaras tanto de placer hasta quedar mudo…
- Es una promesa… - dijo abrazándolo por el cuello nuevamente y le decía al oído en secreto mientras se pegaba al moreno cual vil lapa - Harry tenemos publico…
Harry no volteo a buscar a su publico, pero sabia desde que el rubio había llegado a la habitación que detrás de él, alguien había estado siguiéndolo, también se dio cuenta cuando poco a poco, ese “alguien” se había masturbado viendo el magnifico espectáculo que ofrecía el rubio con su desnudes.
- Lo se - dijo sonriendo con picardía, mientras le tomaba el rostro con ambas manos y comenzaba a besar sus labios, ignorando a su publico deliberadamente.
- Solo porque se que no tienen dinero, si no les cobraba a ambos Weasley por las clases de sexo… - dijo burlándose de los pelirrojos que los miraban con la baba hasta el suelo, y quienes no se habían dado cuenta de que habían sido descubiertos, la menor de los Weasley había llegado en el preciso instante a la puerta de la sala a ver si el moreno “podía necesitar algo” justo cuando el rubio había llegado hasta el sillón, la pelirroja menor estaba completamente mojada de sus pantaletas, parada en la entrada que daba a la sala semi oculta, mientras el pelirrojo menor estaba escondido con su mano dentro de sus pantalones, ayudando a su miembro dándole las ultimas jaladas y llegando al orgasmo casi al mismo tiempo que la pareja en la sala, este estaba oculto por la puerta que daba a los pasillos por donde había llegado el rubio con anterioridad.
- Sabes que eres un pequeño diablillo - le dijo tocándole la punta de la nariz al ojigris como si fuera un pequeño crio malcriado, pues sabía que el rubio sabía que los pelirrojos los estaban viendo hacer el amor en la pequeña sala en la que había encontrado al moreno.
- Yo no tengo la culpa de que Weasley saliera en ese instante de su habitación y me siguiera como un perro - se quejo - o de que la comadrejilla junior aún no pierda las esperanzas contigo.
- Quizás el tampoco la tenga, pero sabias que nadie puede apartar la mirada de tus piernas en cuanto posan su mirada en ellas.
- Bueno - dijo con una sonrisa - tuvo suerte de que yo saliera a buscarte en ese preciso instante, ¿aunque no sabia que la comadreja tuviera estos gustos? - dijo pensativo - creí que la Granger era su novia.
- Y lo es - sonrio - lo que sucede, es que tú pones a mil a todo aquel que tiene el privilegio de ver ese hermoso par de piernas.
- Mmm… ¿solo mis piernas…?
- Tonto
El moreno le sonrió y despacio lo levanto un poco, solo para poder salir del interior del rubio, quien sin bajar de las piernas de Harry solo se dejo manejar a su antojo, cruzo sus piernas sobre las caderas de este y lo abrazo con ambos brazos, mientras que harry se levantaba con su preciada carga y dejo que así desnudo, lo cargara y lo llevara hasta su recamara en donde había la promesa de que harían el amor por toda la noche, donde ya estando en ella, el moreno poso al rubio con suavidad sobre la cama, para poder cumplirle la promesa de hacerlo perder la voz, de tanto gritar de placer.
- Harry… - dijo en medio de un nuevo orgasmo - me gusto hacerlo con público - dijo el muy ladino - así que la próxima vez que les caiga misteriosamente una plaga muggle de chinches a tus amigos y hagan limpieza a fondo en la madriguera, puedes ofrecerle nuestra hospitalidad nuevamente a tus amigos.
- Bueno - dijo mientras enterraba su rostro en el cuello del rubio y aspiraba su aroma, deleitándose con este - como ahora te has vuelto tan generoso, te diré que creo que la próxima semana, instigare a Ron ahora a limpiar su cuarto porque si no me equivoco, esta ves les caerá una plaga muggle de pulgas.
- Genial - fue lo último que dijo el rubio, instigando él al moreno a no descansar y seguir haciendo el amor por lo que restaba de la noche.
FIN