Cuando la Winter Cup había finalizado, sorprendió la idea de capitán de Kaijo de unas vacaciones en una cabaña cerca de las montañas de Hokkaido para relajarse. El lo veía como una recompensa para su adorado equipo, que había dado lo mejor en el torneo.
El día había llegado todos estaban en la estación para abordar el tren que los llevaría, excepto una persona que había estado emocionado por el viaje con su Senpai.
- vuelvan a marcarle a ese tonto- refunfuño Yukio
- No responde, me manda a grabador, ¿qué hacemos? el tren está por salir-
- sabía que debía haber pasado a verlo, si no llega a tiempo lo esperare ustedes váyanse luego los alcanzamos-
A lo lejos se veía correr a un Rubio alto vestido con una chamarra negra, por debajo una playera blanca, un pantalón rasgado de mezclilla y unas botas para hacer juego con la chamarra. Cuando llego tiró sus cosas a un lado de donde estaban y feliz corrió a abrazar a su Senpai, que lo recibió un un golpe en su cara.
- ya te íbamos a dejar- avergonzado levemente, porque había dicho hace algunos segundos que el lo esperaría
- Sumimasen me he quedado dormido, por la emoción del viaje- inclinándose una y otra vez por el retraso
-¿ acaso eres un niñito, para emocionarte tanto y llegar tarde?- dijo en un tono sarcástico
- ya está por llegar el tren- dijo Moriyama interrumpiendo
Subieron al tren y Kise quería sentarse con su senpai, no podía ocultar sus ganas de pasar el mayor tiempo posible con el. Pero en un lugar de eso una viejita se sentó a su lado cuando se percató ya era demasiado tarde y por educación se quedo sentado. Por momentos miraba de reojo que hacia su Senpai, veía como se divertía con los demás integrantes de su equipo. Eso le molestaba un poco y más porque veía que el pelinegro se la pasaba bien sin el.
Kise no sabía que de lejos Yukio le observaba, Sin darse cuenta se durmió el jugador estrella de Kaijo. La viejita se bajó del tren, por lo cual aprovecho ese instante para ir junto a Kise en el vagón del tren.
- ¿Siempre se ha visto tan guapo?, quizás sea que lo veo diferente de como se viste la mayoría del tiempo- pensó mientras lo seguía viendo detenidamente. - que rayos ando pensando- susurro esas palabras para que no puedan ser escuchadas por nadie.
Kasamatsu estaba hipnotizado por sus pestañas largas, su piel, y esos labios rosas que contrastaban con su piel blanca. se percato que estaba temblando de frío el Rubio, y se fue por una sábana.
-tonto si no te tapas te vaz a enfermar- dijo con voz gentil, mientras lo tapaba delicadamente para no despertarlo.
-gracias, no sabía que te preocupabas por mi- respondió somnoliento
Rojo de la vergüenza por que lo había escuchado, le dio un puñetazo mientras le embarraba la cobija en su cara.
- sólo lo hice porque no quiero tener que cuidar después a enfermos y sobre todo a ti- acabando de decir eso se dio la vuelta. Apenado hundió su cabeza, en su bufanda gris con franjas rojas y azules, porque lo habían descubierto.
Todo el resto del camino trató el ojiazul de evitar a Kise, porque aún le apenaba lo ocurrido. Llegando a la cabaña, se rifaron los cuartos ya que iba a compartirlo dos personas.
-haber todos saquen un papel, y los que tengan el mismo número están en la misma habitación - ordeno Hayakawa
- el mío es 3 - dijo felizmente Kise
Pasaron todos y sólo falto el capitán, Kise estaba feliz porque ya era un hecho de que el otro número tres era del Senpai ya que no había salido, se podía notar en el modelo su cola de perrito moviéndose de un lado a otro por lo feliz que era.
- no es necesario que tome el papel, yo dormiré en la sala para vigilarlos a todos - menciono antes de tomar el papel
Todos estaban de acuerdo menos una persona, quien tenía unos sentimientos de tristeza, enojo, furia, melancolía, en resumidas cuentas un mar de sentimientos. Se fue al baño para aclarar sus ideas.
- es evidente que no quiere estar junto a mi, ¿tan molesto soy para el?- mencionaba mientras abría la llave de la regadera y el agua fluía sobre su cuerpo esbelto y marcado.
Mientras en la cabaña todos ya tenían planes y se habían marchado, o eso había pensado Yukio, el finalmente podía bajar la guardia y tomar una siesta antes de realizar alguna actividad.
- la habitación tres me debió haber tocado, así que iré a dormir ahí, el lugar donde debí estar con kise- menciono un poco triste por lo que había hecho
- ¿qué estará haciendo?, pero más importante porque últimamente me preocupo mucho por el- con sus manos sacudió su cabello para evitar pensar en cosas.
De pronto vio la chamarra negra que llevaba consigo Ryouta, no pudo evitar tomarla y olerla siempre se había pregunto a que olía el. Tenía demasiado sueño por lo cual se acostó en la cama y se cubrió con aquella chamarra, cayendo en un profundo sueño.
- ese baño si que me ayudo - decía el ojidorado al momento de salir del baño, sólo cubierto con una toalla en la cintura.
- no, otra vez me dejaron solo- acaso no me quieren, con lágrimas de tristeza haciendo sus rabietas.
- mientras me secó vere la tv y aprovechando que no hay nadie me quedare sólo con la toalla- dijo en voz juguetona y alegre
- aunque siento que esta haciendo más frío que hace un rato, quizás solo es porque aún estoy mojado- pensó mientras prendía la tv.
Mientras cambiaba los canales le llamo la atención el canal del noticiero, así que se quedo viendo aquel canal.
- estamos en el centro meteorológico de Hokkaido, donde se ha pronosticado una fuerte nevada la cual esta avanzando muy rápido-
Al escuchar lo que la reportera decía le entro un poco la angustia por estar solo en aquella cabaña, pero aún más por no saber donde estaba su amado Senpai.
- tomen sus medidas necesarias, no salgan de sus casa las personas que se encuentren cerca de las montañas. Esperen que la nevada pare, seguiremos informando-
Tomando su celular marco rápidamente a su Senpai, para sólo encontrar que había interferencia quizás por la tormenta que se aproximaba. Kise se Asomo en una de las ventanas que estaba cubierta por un marco de madera, viendo como empezaba a caer finamente la nieve.
-demonios, ya empezó. ¿Qué debo hacer? Esta Yukio-senpai afuera. Como sea debo asegurarme que este bien-
- iré a rescatarte senpai- menciono en voz motivado y seguro de si mismo. Aunque claro esta que no sabía que iba hacer.
Fue corriendo a la habitación 3 para buscar ropa, vestirse e ir a rescatar a su amado capitán. Para su sorpresa vio a yukio durmiendo en su cama y más increíble tapando se con la chamarra negra de el, paralizado por su asombro cuando reacciono corrió a abrazarlo.
- estaba muy asustado Senpai, pensé que estabas afuera con la tormenta próxima-
-¿Kise? -con voz dulce y semi consiente.
Cuando se dio cuenta de que lo habían visto, sobre todo el, durmiendo con la chamarra y en su cama. Su cara quedo con un color que más rojo no podía quedar.
-No ha-bi-as i-do con lo-s de-más - era más que evidente sus nervios
- No- sacudiendo la cabeza con un cachorrito. - pensé que me dejaste, nieve, tormenta, miedo. Me alegró que estés - decía sin poder completar o formular una frase.
- kise, cálmate no entendí nada de lo que dijiste-
Suspiro el rubio para poder ordenar sus pensamientos e ideas y poder hilar las oraciones.
- Yukio-Senpai pensé que te habías ido con lo demás. Estaba triste porque me habías dejado atrás, y prendí la televisión y vi el noticiero donde decían de una tormenta y me preocupe por ti- con sus ojos llorosos.
Ante tal escena se conmovió
- ven estoy bien, sólo hay que avisar a los demás. Creo que nos quedaremos tu y yo aquí solos a esperar que pase la tormenta- lo jalo para abrazarlo.
Kasamatsu se dio cuenta en ese instante algo que debió notar desde que entro a la habitación Ryouta y que por algún motivo había omitido, quizás por que lo habían descubierto con la chamarra. Por increíble que parezca logro quedar más rojo que hacia hace unos momentos, el rubor abarcaba toda la cara extendiéndose a las orejas.
- ¿porqué sólo estas con una toalla?-
- me termine de bañar y como pensé que no había nadie me quede así- respondió de la manera más natural e inocente.
- ponte algo de ropa, saldré para que te cambies- diciendo esto hizo a un lado la chamarra para poder levantarse de la cama.
-Senpai ¿es mi chamarra?, ¿porque estabas tapado con mi ropa y acostado en mi cama?- pregunto
-me voy- intento no responder esas preguntas y se levantó haciendo un moviendo rápido tiro a un lado la chamarra y con eso vio como pasaba una toalla volando junto la chamarra. Incrédulo de lo que había pasado volteó a ver a Kise y vio que estaba completamente desnudo.
Todo había pasado en un instante que ni él ni el ojidorado se percataron.
-AHH la toalla- dijo con una expresión de sorpresa ante lo ocurrido
-tápate, no te quedes ahí parado-
- cierra los ojos, me da pena que me veas-
-¿y crees que a mí no me da pena?- alcanzo a musitar, se volteó y le dio la toalla.
-¿porqué te da pena?- decía mientras se cubría con la toalla.
- por nada en especial- salió de la habitación para dirigirse frente a la tv y la chimenea en la sala.
Kasamatsu pensaba que Kise tenía buen aspecto no solo en su cara, también en su cuerpo. Recordaba cómo se veía el delantero de su equipo sin nada de ropa, observo cómo sus huesos de su clavícula resaltaban, sus pezones rosas al igual que sus labios hacían contraste con su piel blanca, tenía unos abdominales de ensueño que cualquier mujer desearía tener y probar. Pero por algún motivo el estaba pensando en que quería pasar sus dedos sobre ese abdomen bien formado, no se había percatado que le gustaba Kise, también alcanzo a ver su sexo de Kise cubierto por pelos rubios igual que su cabello pero más delgados, el cual estaba bien dotado. Sólo de pensar en esa escena de antes se puso erecta la masculinidad de Yukio.
- ¿qué me está pasando, no puedo creer que pensando en cómo se veía me haya puesto así?, tengo que deshacerme de esto rápidamente antes que lo vea el - se levantó para ir al baño rápidamente choco frontalmente con Kise.
-Senpai, ¿estás rojo tienes calentura?-
- si tengo calentura pero no de esa clase que piensas- pensó
-iré a prender la chimenea-
-que bien que no se haya dado cuenta- pensó también
Kise se había dado cuenta de lo que pasaba, ya que en el choque frontal sintió como algo duro y firme se pegó a su cuerpo. Era más que evidente que era el miembro del pelinegro.
En el baño Yukio empezó a frotar su miembro, mientras pensaba en las imágenes de Kise desnudo frente a él, quería tocarlo, besarlo. Lo deseaba como una pantera desea comer carne fresca. Pensó en cómo se vería Kise si le estuvieran haciendo cosas pervertidas, con eso logro calmar ese deseo corriéndose en un papel sanitario. Término de arreglarse y se fue a la sala junto al ojidorado.
-Senpai, quiero decirte algo- con una voz apagada más de lo normal
-¿qué pasa?-
-es algo que quiero decirte, pero no lo tomes a mal. No pienses que es una broma, lo digo desde el fondo de mi corazón - pronuncio con voz tranquila
-¿qué podría ser?- pensó
- ME GUSTAS MUCHO SENPAI- alcanzo a gritar para que no se arrepienta luego y no lo diga.
-¿qué?-
- no espero que me correspondas a mis sentimientos, sólo quería decírtelo- con un poco de tristeza ante tal respuesta por parte del capitán se levantó para irse. Cuando sintió que de un jalón lo regresaban al sofá.
- no sé, si me gustas o si esto es amor. Pero quiero besarte, quiero tocarte, quiero hacer cosas pervertidas contigo- decía sin pensar claramente.
Era más que obvio que era una confesión, un poco confusa pero una confesión al fin y al cabo.
Kise se acercó lentamente a su Senpai, para besarlo. Antes de eso lo observo detenidamente, vi sus cejas encrespadas de color negro, sus pestañas que hacían contraste con aquellos ojos azules, sus labios y su cabello. Se acercó hasta que los labios de los dos contactaron dulcemente empezó el beso que fue avanzando ardientemente hasta llegar un punto que era lujuria. Su lengua de Kasamatsu de deslizo hasta la boca de Kise, al mismo tiempo empezó a quitarle la ropa al segundo sin dejar de besarlo. Desabrocho lentamente aquella camisa que tenía el Rubio, la deslizo hasta quitarla por completo dejando al descubierto esa piel que anhelaba tocar y ver de cerca. Tuvieron que parar el beso ya que ambos se quedaban sin aire, Kise con actitud juguetona empezó a moder el cuello de Yukio, deslizo sus manos bajo su playera de su amor y pasó sus manos por toda la espalda, luego tomo la playera y la fue subiendo lentamente hasta sacarla por su cuello. Un poco avergonzado el capitán de Kaijo intento cubrirse, pero kise le agarró las manos.
- déjame contemplarte por completo- dijo en voz seductora
Kise que fue más atrevido empezó a bajar con besos y mordiscos suaves a través del abdomen hasta llegar al pantalón, abrió el botón de manera hábil y bajo la cremallera, pudo ver aquella erección que tenía su Senpai, era grande como si estuviera por estallar solo por estar basándose. Saco el miembro viril lo tomo y empezó a masturbarlo mientras intentaba ver que caras ponía, se sorprendió al ver que estaba de nuevo ruborizado y con cara de placer.
-kise detente ve voy a venir-
- aún estamos empezando, así que no puedo permitirlo-
Kise se detuvo por un momento, se bajó el pantalón quedando solo en un bóxer, color azul, y dejo por completo desnudo a Kasamatsu lo volteo y empezó a besarle sus espalda, en el sillón que era amplio y antiguo de color rojo lo recostó mientras le empezó a chupar toda la entrepierna. Yukio solo alcanzaba a gemir por momentos por el placer de que aquellos labios rosas que había deseado, le estuviesen besando en su hombría. Kise empezó a preparar a su amado para que pudiera entrar correctamente en el, primero lo beso luego empezó a lamer y con la punta de lengua la introducía lentamente, posteriormente sus dedos. Introdujo uno hasta llegar a tres.
-¿te duele?-
- un poco pero no es para tanto continúa- dijo en una voz donde se notaba la vergüenza que tenía
-voy a entrar, si no lo soportas paramos-
Ya que estuvo bien preparado empezó Kise a empezar su miembro contra Yukio, su glande empezó a entrar como si estuviese buscando el camino donde siempre quiso. Cuando logró meterlo casi por completo, dio un grito Kasamatsu.
-no te detengas, sigue introduciéndolo-
-¿seguro?-
-sí, sigue-
Empujo por completo y el Rubio se dio cuenta que ya lo habían recibido por completo, los labios rosa se posaron en los labios del capitán de Kaijo y se empezaron a besar de nuevo. El vaivén empezó primero sumamente suave para que el cuerpo de Yukio se acostumbrara, y a medida que pasaba el tiempo se fueron intensificando. Con esto empezaron a correr las lágrimas en las mejillas del Senpai, eran lágrimas un poco del dolor y de la felicidad de estar así justo al as de la escuela. Kise le beso las mejillas y lamió aquellas lágrimas que habían brotado de aquellos ojos azules.
Tomo con sus manos el miembro de Yukio y lo empezó agitar, tocar y masturbar. Al ver la cara de excitación y lujuria que lo hizo venirse solo con aquellas expresiones que nunca había visto. Al mismo tiempo su Senpai también se vino, en su mano.
Un poco más tranquilos, se fueron a tomar una baño en la tina, el pelinegro estaba sentado sobre el Rubio Y se besaron pícaramente.
-te amo-
-yo igual- dijo en voz bajita
-¿qué dijiste no pude escucharlo?-
-nada-
-puedo hacerte una pregunta, ¿Por qué me evitabas en el tren y no quisiste dormir conmigo?-
- tonto- dándole un golpe en la cabeza de chorlito que tenía aquel ojidorado - no es evidente, me daba vergüenza reconocer que me gustas un poco-
-¿en verdad te gusto?- dijo feliz el rubio
-seeee, no me hagas repetir eso-
-hay que esperar que termine la tormenta y vengan a rescatarnos-
- me pregunto qué hacen los muchachos-
- lo bueno que podemos quedarnos solos un rato más y podremos hacerlo de nuevo-
-claro como tú eres el Seme- dándole un codazo
- perdona es que me gustas mucho- dijo Kise con voz tranquila y serena
Ante tal situación no pudo evitar Yukio besarlo, así que se fundieron en un beso de un sentimiento mutuo.
Fin