Escucha bien amor lo que te digo,
pues creo no habrá otra ocasión
para decirte que no me arrepiento
de haberte conocido.
¿Por qué siento algo muy extraño cuando lo veo con ella? ¿Por qué no me gusta ver que estén juntos? ¿Qué tiene ella que yo no?
Eran las preguntas que se hacía Sung Yeol desde la ventana de la cocina. Desde que su novio, Myung Soo, conoció a su nueva amiga, el mayor se molestaba todo el tiempo, tenía muchos reproches hacia todos y no había un momento en que no dejara de hablar de ellos dos juntos, L, la amiga de L. Solo la ha tratado un par de veces pero ya la odia.
Sus vacaciones también se han visto arruinadas por la misma causa: la amiga de su novio.
El chico alto los observaba desde el balcón de la habitación, los dos juntos, compartiendo frases, mirándose, uno muy cerca del otro… Algo en su interior ardía cada vez que el visual estaba con la chica. ¿Celos?
En los meses que llevaban juntos, el mayor nunca había celado a su novio. Pero a Myung Soo siempre le gustaron las mujeres, todo el tiempo solía buscar una chica que estuviera con él, incluso intentó algo con una modelo.
Los demás miembros sabían que algo pasaba, y es que no ver al más alto brincando de un lugar a otro y con esa característica sonrisa en los labios lo decía todo, problemas.
─ ¿Cómo me veo con esta ropa, no se me ven mal las piernas? ─cuestionó la chica a los siete hombres que se encontraban con ella bajo la sombra de una palma, a pie de la playa.
Sung Yeol prefirió ignorarla, no era mucho de su incumbencia y la verdad no estaba del mejor humor para responder. No hasta que vio las acciones de la chicha dos años mayor que él. Ella se acercó hacía el visual del grupo, quedando de espaldas para dar una mejor vista de sus piernas, con esos apretados shorts en color negro, el color favorito de Myung Soo.
─ ¿Cómo se ven mis piernas, Myung Soo? ─El más alto en el grupo se puso furioso al ver aquello. Se acomodó bien en su lugar y dedicó a la chica una mirada que lo decía todo, te odio.
─No, no, te ves bien. ─Respondió de forma educada el aludido.
─Mal, tus piernas se ven gordas y tu trasero muy deforme. ─Añadió Yeol de forma nada amable.
─Sung Yeol, no vuelvas a decirle eso a una mujer. ─Lo reprendió su novio. Él había sido criado en un seno familiar donde nadie debía faltarle el respeto a una mujer.
─Arasso, pero sólo he dicho la verdad… Además, sabes que no me gustan las mujeres. ─Se defendió el mayor, los demás se dedicaban a escuchar y Sólo Dong Woo estaba atrapado entre sus propios pensamientos.
─Él es marica y gay. ─La mujer tampoco iba a quedarse callada ante tal comentario del más alto.
Sung Yeol esperaba que su novio le dijera algo a ella, pero nada, ningún comentario salió de su boca además de una pequeña risa. El chico se levantó, los otros miembros sólo le observaron marcharse y uno de ellos negó con la cabeza. No era su relación, pero hasta Sung Gyu comprendía las cosas. El líder fue tras el chico de las piernas largas luego de que el mismo se fuera, y dejo a Woo Hyun, quien se había estado recargando sobre su hombro, que se apoyará contra el tronco de la palma que estaba a su lado.
Yeol llegó a la habitación, con los ojos cristalinos y el corazón lastimado. ¿Por qué no habrá dio nada? ¿Acaso le importa más su amiga que su novio? No lo sabía, no estaba en sí. Cada día que pasaba y los miraba todo el tiempo juntos, perdía más la cabeza y dejaba de ser la persona cuerda que todos conocían. Los celos lo embargaban y se apoderaban de sus pensamientos, haciéndolo perder su auto-control.
Se echó a la cama, en la habitación que compartía con el líder, Woo Hyun y Hoya, y lloró. Derramó una lágrima por cada pensamiento que se le venía a la mente; ellos juntos, en las presentaciones, en su debut, su primer beso juntos, su primera cita… Y ahora su novio con la chica que se dice llamar su amiga.
─Sung Yeollie… -Sung Gyu lo llamó desde la puerta.
El menor se limpió el rostro con el antebrazo y se maldijo por no haber cerrado antes.
─ ¿Estás bien? ─No, era obvio que no estaba bien.
─ ¿Por qué me duele tanto, hyung? ─Preguntó el menor entre lágrimas y sollozos. ─Verlo todo el tiempo con ella hace que… La defiende de todos pero no me defiende de ella, de sus comentarios, ¿por qué?
El mayor lo miró a los tristes ojos del alto.
─El amor es así…
─ ¿Y él me ama? ─Salió el peine, Sung Yeol estaba dudando del amor de su novio. Y es que no importa cuántas veces le dijera lo mucho que lo ama, sus acciones en ese momento decían otra cosa. Debía ser su novio quien estuviera ahí para consolarlo, no su líder.
El chico de ojos pequeños se acercó hasta el contrario que aún se encontraba recostado en la cama y lo envolvió con sus brazos para consolarlo. No era el chico frío con corazón de piedra que todos creían.
─Él te ama, sus palabras siempre han sido sinceras. Todos podemos verlo cada vez que te mira, cuando te abraza y en cada presentación él canta para ti… No dudes de eso, Yeol. ─Sus palabras eran firmes pero cálidas.
─ Y si me ama tanto, ¿por qué no está conmigo? ¿Por qué no pudo venir detrás de mí cuando me vio marchar? ¿Por qué se quedó con ella? Y ¿Por qué siempre está con ella? ─Estalló el menor con euforia. Sus puntos eran buenos y ni siquiera el chico de ojos pequeños podía responder eso.
El alto salió corriendo de la habitación hecho un mar de lágrimas, ya no quería que su hyung lo viera de esa forma. Se encerró en el baño y abrió la llave de la ducha, necesitaba calmarse para aclarar su mente, los celos carcomían su interior y ya estaban llegando a su límite. Podía sentir el agua fría chocar contra su cuerpo y mezclarse con lo salado de sus ojos.
El corazón del más bajo latía con mucha fuerza mientras una punzada de preocupación lo atacaba, la puerta del baño estaba cerrada por dentro y sabía que Sung Yeol no saldría en horas.
─Hyung, ¿todo está bien? ─Entró Myung Soo muy preocupado luego de recibir el mensaje de su líder.─ ¿En dónde está Sung Yeol?
El mayor señaló con el índice el cuarto de baño y lo enfrentó algo molesto por la situación, pues no le gustaba nada ver a su dongsaeng tan mal.
─ ¿Hasta ahora es que vienes?
─ ¿Eh? ─L estaba confundido. ─Pero sí llegue en cuanto recibí el mensaje…
─Parece que tu amiga te necesita más.
─ ¿Amiga? Pero si Yeollie sabe que…
─No me refiero a eso. ─Fue interrumpido por el mayor─. Entra con él, te necesita.
L llamó a la puerta pero la respuesta fue nula, sólo el sonido del agua cayendo lo recibió.
─ ¿Seguro que está ahí? ─SungGyu asintió.
El visual dio patadas hasta que pudo abrir la puerta y lo que vio le rompió el corazón; Sung Yeol estaba tendido sobre el frío suelo, completamente empapado y sus sollozos podían escucharse hasta la entrada.
─Yeollie… ─Se adentró con el corazón en el puño y los ojos cristalinos ante tal imagen, se arrodilló junto a la delgada anatomía ajena. ─Perdóname… ─Cayó en cuenta del daño que ocasionó en el mayor. ─Perdóname Yeollie, no me gusta verte de esta forma. Te amo, te amo mucho y lo sabes pero, ¿solo por ella te pones así? ─Ahí estaba de nuevo, ella en la conversación.
El contrario de levantó molesto del suelo y se arrinconó en una esquina del baño en donde aún le alcanzaba la corriente del agua, abrazó sus piernas y ocultando el rostro en el hueco de entre sus piernas, continuó con los sollozos. El menor caminó de rodillas hasta donde su novio y lo envolvió en un cálido abrazo, de esos que las personas queridas suelen darte cuando alguien te ha destrozado por dentro, de los que el alma necesita para vaciar la carga que lleva.
El mayor rompió en llanto, ahora sabía a lo que se estaba refiriendo su líder con “él te necesita”.
─Sung Yeollie, ya no llores por favor, me parte el corazón verte así.
─ ¿Es que aún no lo entiendes? No me gusta verte mucho con ella. La forma en que te mira, que siempre pida tu opinión sobre la ropa que usa, que te pregunte cómo se ve… Ella busca otra cosa, ¿o no recuerdas lo que te dijo?
─Estás… ¿Celoso, Sung Yeol?
El mayor no dijo nada. Sólo se limitó a levantarse para salir. El menos atrapó la mano ajena cuando el contrario se había alejado pocos pasos.
─Yeollie…
─No te preocupes, ─respondió el aludido─ voy a dejarlos ser felices…
El comentario le cayó como un balde de agua fría al más joven.
─ ¿Eh?
─Ella siempre quiso alguien como tú, y tú pareces ser feliz a su lado. ─Las lágrimas le impedían hablar con claridad, estaba dispuesto a sacrificar sus sentimientos por ver feliz a su novio.
El más bajo tiró de la mojada mano ajena para regresar al mayor al suelo, tomó a su novio por las mejillas mientras el agua de la regadera caía sobre ambos cuerpos.
─Escucha bien, yo sólo te amo a ti, ella no es importante, es sólo alguien que conocí. Para mí no hay nada más importante que mi Sung Yeollie, nadie más se ha ganado mi corazón. Sung Yeol es todo en mi vida, y si él ya no quiere estar conmigo, entonces mi vida ya no tiene sentido, todo se apagará cuando Yeollie ya no quiera más a su Myung Soo…
Las sinceras palabras del menor lo hicieron sentir cálido por dentro. El llanto se apoderó de la joven pareja en el cuarto de baño y unieron sus labios en un profundo pero lento beso, que sirvió como reconciliación para ambos.
─Te amo a ti y sólo a ti, Lee Sung Yeol… ─Musitó mientras limpiaba con los pulgares el agua salada de los ojos de su novio.