Parte 2
Se oía el llanto de una persona, esta persona se hallaba postrada sobre el cuerpo de su gran amigo. Pero de la nada la persona tendida en el frio piso, persona que creían muerto, comenzó a moverse y quejarse, cosa que hizo que la chica sobre él se incorporara y los demás fijaran su mirada en la persona que poco a poco iba quedando sentado en el piso.
Pues si, la única razón de que Sasuke haya mirado atrás cuando se marchaba era para cerciorarse una vez mas que Naruto aun pudiese tener vida, pues si no fuese así no se hubiese marchado.
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N*
Los días pasaban, las semanas concluían, los meses finalizaban, las estaciones llegaban a su fin, los años quedaban atrás, años en donde con todo su esfuerzo logro que si “él” llegase a volver no le harían nada, un esfuerzo posiblemente en vano, pues a pesar de haber pasado 8 años, aun guardaba la vaga, débil, insensata, triste y dolorosa esperanza de que “el” volviera como siempre lo había querido.
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El tiempo siguió su curso y no detuvo su paso o volvió atrás.
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N*
Quizás cada vez se ponía más hermoso y deseable para los ojos de quien le viera pero aun así, era como una joya que en años hubiese visto la luz, opaca y sin brillo, era como él se veía, no muchos lo notaban pero conforme le iban viendo día tras día podían notar que la joya más hermosa que podía llegar a existir, solo se opacaba más y más, y el brillo ya ni la luz del sol lo sacaba a relucir.
Su cara y su sonrisa te hacían ver lo alegre que estaba, pero sus ojos de color cielo te hacían ver la inmensa tristeza que se hallaba en cada rincón de aquella siempre frágil alma. Solo por esa simple emoción llamada tristeza, es que luego de más años hizo que pasara lo peor que hubiesen querido para el aquellos que le rodeaban.
N
S*
11 años desde aquel día, ¿Cuánto más aguantaría todo eso?, o más bien, ¿cuánto más pensaba torturarse a sí mismo?, sabía bien que no era el único que sufría pero aun así, ¿Por qué no hacía nada?, fácil era la respuesta pero tonta a la vez, por simple estupidez y cobardía, ¿Por qué por cosas tan tontas como esas, se hacía sufrir a sí mismo y a aquella persona que tanto quería?, en verdad era solo, un simple tonto.
Si lo conocías bien, y aun si no, podías notar como su rostro nunca expresaba nada, pero ahora mismo no era el caso, pues su cabello siempre de un intenso negro azulado, ahora era de un negro opaco y sin vida, ya ni el viento podía mecer sus cabellos, además su piel siempre con un brillo especial que te hacia querer tocarla, estaba opaca casi parecida a la de un muerto, incluso la de un muerto tendría más vida y color, y su rostro solo reflejaba ese sentimiento llamado tristeza.
Esta persona todas las noches contemplaba el cielo nocturno, siempre mirándolo con anhelo, esperando la respuesta que ya tenía, y siempre esperando que el cielo se tornara de aquel azul cielo que siempre le llamo la atención, pero siempre el sueño lo vencía y no lograba ver amanecer.
La respuesta que buscaba hace tiempo que ya la había encontrado, pero por su estupidez aun no hacía nada, pero ya no seguiría así, tenía que actuar ahora o en algún momento podría ser ya demasiado tarde.
S
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Caminaba a paso veloz, atravesaba los inmensos bosques saltando de un árbol al otro, no debía perder tiempo, pues se había enterado de algo que lo frustraba pero al mismo tiempo le ponía triste, si no se apresuraba podría llegar demasiado tarde, por eso solo tenía como objetivo llegar lo antes posible a ese lugar, a esa aldea que odiaba, pero que ya no le importaba.
Su estado había empeorado, por más que trataban de hacer que mejorara, no había resultados positivos. Pero lamentablemente había llegado el momento, ya no había nada que hacer, por eso ahora lo trasladaban a aquel lugar al que siempre llamo hogar, ahí empezó y decidió que ahí terminaría, era su petición pero no la última pues esa no se la podrían hacer realidad por más que lo intentaran.
Morir a los 28 años, realmente joven, y también cruel cuando la mayor parte de esos años fue de eterno sufrimiento, que destino tan cruel le había tocado.
Que noticia tan cruel, mientras seguía avanzando a todo lo que daba, sus lágrimas no dejaban de inundar sus ojos y nublar su vista, tenía que llegar pronto, no podía llegar tarde, no podía.
La noche caía y muy pronto la mejor luz de todas se extinguiría, y no era precisamente la del sol que finalmente se había ocultado.