May Valantine se lo estaba levantando.
¡Eso era maravilloso!
Pensaba Tristán mientras sentía la lengua de la curvilínea rubia en la oreja.
¡Oh cielo! ¡Dame más! ¡Dame fuego, dame, dame fuego!—gritó el extasiado castaño mientras sentía esa lengua deleitarse de su oreja pasando por su cachete hasta su boca.
Sin recuperar del todo el sentido el dormido castaño abrazó a la despampanante mujer mientras profundizaba el beso.
¡Estás muy barbuda cariño!—le dijo mientras sentía y escupía algunos pelos. La lengua de ella era sensacional porque era tan larga.
Entonces Tristán Taylor abrió los ojos y…
…descubrió que no estaba besando a la despampanante rubia, sino a una rubia un poco menos despampanante y con un cabello un poco menos sedoso y más opaco.
El nombre común es cabra.
Y se siente uno raro viendo esos ojos con pupilas horizontales y esos largos cuernos acompañados de orejas caídas.
¡Meeheheeeeeee!—baló la cabra y del susto Tris pegó un salto sin levantarse, utilizando su traste como impulsor y tren de aterrizaje.
De pronto se sintió observado y miró hacia un lado para ver a un sorprendido Joseph Wheeler vestido de novia mirándolo muy fijo.
Estaba claro que lo había visto todo.
¡Tú! ¡No digas nada!—le dijo.
No lo haré si tú no lo haces—le respondió su amigo. --¿Sabes donde estamos?—preguntó luego.
¡No estoy seguro!—respondió Taylor.
Despertó con un terrible dolor de cabeza y al abrir los ojos vio a sus dos amigos tratando de contener la risa. Lo gracioso es que uno de ellos estaba vestido de novia.
Estaba sobre un sillón o algo así y sentándose muy molesto preguntó--¿De que se ríen idiotas?—luego trató de pasarse la mano por el cabello solo que…
…no lo encontró.
Se levantó y buscó como desesperado un espejo mientras se tocaba la cabeza y descubrió algo de pelo en la cima de su cabeza. Cuando encontró el espejo descubrió que tenía un corte mohicano y también unos tatuajes estilo tribal en los costados rapados de la cabeza además de una gran caravana en su oreja izquierda.
¡Tranquilo Yami!—dijo Tristán.
Estamos seguros que se te quitará cuando te crezca el pelo—dijo Joey antes de que ambos amigos comenzaran a descostillarse de la risa.
¡Esto no es gracioso!—dijo furioso el tricolor que ahora parecía punk--¿Y que haces tú vestido de novia?—preguntó después y Joey se quedó tieso. Luego una cabra apareció tras ellos--¿Y esa cabra que hace aquí?—entonces el que quedó tieso fue el castaño.
¿Sabes donde estamos?—preguntó para cambiar de tema Taylor.
Están en mis habitaciones—informó una voz que todos reconocieron. Miraron a un lado y allí estaba Seto Kaiba con el traje algo desacomodado, sin corbata y mirando muy atentamente a su futuro cuñado.
¿Alguien tiene idea de lo que pasó anoche? Porque yo no recuerdo nada—dijo el rubio para eludir lo que el otro podía decir. Tenía idea de que en el futuro el otro no dejaría de castigarlo por ello.
Todos negaron.
Lo último que recuerdo es estar llegando a aquel bar de strips y ahí todo se vuelve borroso—dijo Tristán.
Lo mismo para mi—admitió Joey.
Y para mí—exclamó Yami.
Y para mí—admitió Kaiba frotándose la cabeza por la resaca. Iba a ir por algo cuando de pronto preguntó--¿Y Mokuba?—
Debe estar por aquí—dijo Joseph.
Pero no estaba.
Buscaron en todo el lugar pero no dieron con él.
¡Hay que buscarlo ya!—apremió el ojos azules.
Deja de conducir. ¡No somos imbéciles! Iremos a ver por el hotel—dijo el ojos mieles.
¿Buscarás así vestido?—preguntó Seto refiriéndose al atuendo del otro y avergonzado el rubio se ruborizó.
Iré primero a mi habitación a cambiarme—dijo.
¡Buena idea! Nosotros iremos bajando—dijo Kaiba.
¿Por qué crees que puedes mandarnos a tu antojo?—se le enfrentó el rubio increpándolo desde muy cerca, quedaron casi nariz a nariz.
¡Porque puedo! ¡Soy el más inteligente y aquí soy el que lo paga todo!—dijo el ojos azules.
¡Pues para mí eso no vale nada!—le gritó el ojos mieles y se fue a grandes zancadas hacia el pasillo.
¡Nos vemos linda!—dijo el furioso castaño y el otro se paró un momento por la burla pero luego se enderezó y siguió su camino.
¿Lo encontraron?—preguntó el ojos mieles ni bien se encontró con ellos en el lobby.
No. No lo hemos encontrado y aquí nos dicen que salió con nosotros pero no volvió—dijo Tristán.
Joey miró tras él y se sintió un poco mal por Seto que se veía desesperado. Sabía que su hermano menor era todo para él. Se puso en su lugar por un momento y pensó en lo que le pasaría si perdiera así a Serenity. Se enloquecería.
¡Tranquilo! Lo encontraremos—aseveró colocando una mano sobre un hombro del castaño que este apartó.
¡Todo esto es tu culpa, Wheeler! ¡Tú nos trajiste aquí! Si le pasa algo a Mokuba puedes creer que convertiré tu vida en un verdadero infierno—dijo el castaño y Joey le creía.
¿Adonde vas?--le preguntó Tristán al CEO.
Al único lugar que todos recordamos—respondió este que se dirigía ya a la entrada.