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Amor(?) por RosaSalvaje

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Notas del capitulo:

Los personajes aqui nombrados son propiedad de sus creadores.

 

Espero les guste.

-Maldito Albafika!- Fueron las palabras  que la boca del juez pronunciaron al sucumbir ante el hermoso guerrero. Mientras ambos se sumían en aquel sueño llamado muerte, aquella eternidad en la que los humanos sufren y los espectros esperan para regresar al lugar gobernado por su señor. El pisciano desfallecía, mientras su alma se dirigía hacia Yomotsu, apagando esa mirada fuerte y decidida, convirtiéndola en nada, quitando su brillo y vida.

<En el inframundo>

Minos despertaba en su amplio lecho sobre sabanas de seda blancas y almohadones de plumas finamente bordadas con hilos de plata, mientras por su adormecido cuerpo corría el fuerte veneno que usó su rival. Al abrir sus ojos comenzó a tener pequeños lapsos de delirios en los cuales se veía en batalla contra el guerrero peliceleste, cuando su mente hubo repasado cada momento acontecido su rostro lucía una confusión aparente con una sonrisa cínica y sádica digna del gran juez Minos mientras momentáneamente la rabia se apoderaba de él. Murmuraba palabrerías con una expresión entre ira y complacencia.

- Ese bastardo me asesinó, ¿qué se cree? Esta es una vergüenza para un espectro o más bien dicho una humillación ser derrotado por una rata dorada. Pero no puedo negar que fue delicioso tenerlo como mi marioneta, poseer esa belleza fue tan sublime. Cada centímetro de su cuerpo tensado por mis hilos, su figura exquisita y sus ojos llenos de vida, esos ojos que me veían con desprecio y de forma retadora.-

Sin más comenzó acariciando su miembro y satisfaciéndose al tener en la mente a su rival, suspiraba y gemía imaginando poseer a tal belleza como suya, un premio bien merecido. De repente un pensamiento seguido de una sonrisa sádica y gustosa salieron del espectro– seguramente su alma debe estar por llegar al inframundo, quiero tener a la bella marioneta conmigo siempre- balbuceaba levantándose aun mareado levemente por los efectos del veneno. La idea de poseer ese bello cuerpo le excitaba cada segundo, más aun el saber que se resistiría le haría más divertida su tarea. Se vistió rápidamente con su túnica habitual para juzgar almas y emprendió su camino a la sala del silencio. Allí Lune  juzgaba las almas que recién llegaban, Minos entró con algo de pereza, le lanzó su gélida mirada al albino

–Lune ya han llegado las almas de los caballeros atenienses?-

El albino levantó la mirada con respeto hacia su maestro diciendo – mi señor Minos los caballeros de plata y bronce que eliminó ya están aquí, solo falta el caballero de piscis-

El juez de manera tranquila se acomodaba el cabello plateado mientras una sonrisa de satisfacción se dibujaba en su rostro – quiero que lo mandes a la biblioteca, allí estaré para recibirlo- Lune asintió mientras Minos se dirigía a su biblioteca, a paso lento y pensaba en como reaccionaria la belleza ateniense.

Después de un rato el caballero de piscis entró al recinto recuperando su férrea mirada y su movilidad propia, dejando de ser un alma que se movía por inercia. –Bienvenido a la primera prisión del inframundo caballero, soy Lune espectro de Balrog-. El pisciano lo veía de manera retadora y sin darse cuenta fue inmovilizado por dos espectros mientras el serio hombre lo veía – sin duda mi señor tiene buen gusto, disfruta de tu estancia caballero-.

-Tú señor? De quién diablos hablas?; suéltenme sucios espectros-. El caballero forcejeaba pero estaba a merced de ellos, sin cosmo y sin sus rosas solo podía usar su fuerza. Tras minutos de lucha los espectros lo dejaron seminconsciente y podía sentir como lo tocaban aquellos seres que le parecían tan repugnantes mientras yacía indefenso. Su mente solo suplicaba por salir pronto de ese lugar y quedar en el olvido sin consciencia propia. Mientras tanto la biblioteca escondía al juez que con su socarrona sonrisa esperaba a su visitante. Los espectros ataron al guerrero y de forma violenta lo lanzaron al interior de la biblioteca retirándose enseguida. Al cerrarse la puerta lo único que veía era una figura imponente en el escritorio alumbrado por el fuego de la chimenea. – quien eres tú?- decía el pisciano mientras su mirada fuerte se clavaba en aquel hombre misterioso que sonreía de manera burlona y se acercaba a él tomándolo por la barbilla – es una pena que mi mejor marioneta no me recuerde, acaso ya olvidaste como rompía tus huesos? O el delicioso sonido de tus gritos-. El caballero sintiendo repulsión le escupió el rostro. El juez lo soltó y reía de manera burlona, volvió a sus deberes y tras un rato lo cargo en su hombro hacia su habitación. El pisciano trataba deliberarse desesperadamente pero su cosmo estaba suprimido y sus fuerzas estaban disminuidas. Minos cerró bien la puerta de la habitación y con sus hilos ató al hermoso guerrero a su cama, de forma cínica se subió sobre él y le dijo cerca de su oreja:

 - mi bella marioneta tendrás que esperarme un poco más, debo volver con mi señor Hades-. Dicho esto el juez lo ato totalmente a la cama y salió de allí rumbo al corazón del inframundo. El hermoso guerrero solo veía la forma de escaparse. Se encontraba en una amplia y suntuosa habitación. Un amplio ventanal dejaba entrar la tonalidad rojiza del inframundo, la cabecera de la cama tenía un grifo imponente tallado en madera, las sabanas eran de seda y las almohadas de las finas que se pudiera tener, los candelabros y demás adornos eran de plata y oro con incrustaciones de piedras preciosas. Después de analizar el lugar el dorado pudo desatar su amarre y salió por la ventana, comenzando a vagar sin rumbo en el inframundo.

Notas finales:

Diganme si quieren más?. Soy nueva en esto y la verdad tengo muchas dudas sobre como continuar


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