- Señor Odison. A mi oficina. – en este momento toda acción por parte del joven rubio fue detenida. Soltando al pobre estudiante al que estaba a punto de dar otro puñetazo en la cara.
En menos de dos segundos la explanada donde hasta hace unos momentos se encontraba repleta de estudiantes viendo la pelea se desintegro por completo. El joven rubio, de ojos azules piel bronceada y evidentemente gran musculatura. Caminaba tras el señor Heimdall el que todo lo ve, como solían llamarlo, pero era el prefecto. Caminaron hasta llegar a la oficina. El joven la conocía muy bien. No era la primera vez que entraba ahí, así que no tardó mucho en tomar su asiento favorito frente al escritorio del mayor.
Antes de iniciar a hablar el señor Heimdall saco una carpeta algo grande del cajón de su escritorio. Poniéndola enfrente del joven.
- ¿Sabe que es esto señor Odison? – le decía sarcásticamente. Claro que sabía, había visto esa carpeta desde que entro a la escuela. – bueno señor Odison, no puedo decir que es un mal estudiante. Pero sabemos bien que usted no se sabe comportar. Tenemos dos semanas de haber iniciado clases y usted ya está en mi oficina, eh de creer que no le gusta mantenerse tranquilo o es que disfruta de mi compañía y que anexe una hoja más a este expediente.
El joven rubio no decía nada, solo se quedó viendo la carpeta, sabía muy bien que un reporte más y causaría consecuencias graves. Él no quería eso pero que podía hacer si otros en la escuela se comportaban como idiotas con las mujeres.
- Bien, señor Odison. Como en verdad espero que cambie le daré dos semanas más de vacaciones y le diré a sus padres. Que le tengan más atención.
Al escuchar eso el rubio se tensó, estaba bien que ya no era un niño pero mandarlo dos semanas de suspensión y aparte tener que lidiar con sus padres. No que fueran a regañarlo pero no quería ver la cara de decepción de su padre o su madre. Eso no era posible además ya había a entrado a su periodo número ocho uno más y seria libre para ir a la universidad, lejos. Con este tipo de cosas no creía que podría lograrlo.
- Señor.- al fin hablo el joven rubio, y su voz sonaba mucho más grave que la del hombre frente de él. – será que se pueda hacer algo al respecto, yo me…
- No. – fue interrumpido. – esta es la decisión, y espero se mantenga alejado de los problemas durante ese tiempo o tendré que verme forzado a poner la tercera falta grave y creo que esta consiente que eso no le conviene ahora que ya está a punto de salir. Ahora hágame el favor de cerrar la puerta antes de irse. Y lo veré dentro de dos semanas.
El joven derrotado salió de la oficina, donde sus amigos lo esperaban. Y dio un largo suspiro.
- Thor, que ha pasado.- pregunto un joven rubio
- Me han suspendido Fandral.
- Bueno, no puede ser tan malo. Por unos días será bueno, puedes hacerlo que sea.- respondía con optimismo.
- Son dos semanas.
- Vaya. Bueno que puedes hacer solo trata de disfrutarlo.
- No sé si quiera que disfrutare dos semanas de estar en casa. – decía el joven rubio más musculoso mientras se encaminaba a la salida acompañado con su amigo.
- Bueno, por dé mientras piensa que le dirás a tus padres y te vine a traer tus cosas.
- Gracias.
- No amigo, gracias a ti. Sé que fue mi culpa el que haya iniciado ese disturbio y aun así fuiste solo tú el que pago las consecuencias.
- No te preocupes, bien sabemos que tú tienes más disturbios que yo. Uno más de este tipo y bueno, tal vez ya no regresabas.
- Sí. Pero en verdad gracias. Yo le diré a los demás. Y tomare toda la rabia de Sif, no estará feliz de que por mi culpa estés suspendido dos semanas.
- Está bien, espero que por lo menos apuntes bien lo que se vea en clases para que pueda copiarlo.
- No prometo nada. – decía el joven mientras despedía al más alto.- si no vez que yo estoy aquí y ya iniciaron las clases.
Thor salió con una sonrisa en el rostro. Pero se sentía cansado ahora tendría que ir a su casa y enfrentar a sus padres.
Las dos semanas habían pasado y la verdad se le hizo eterno el tiempo. Ya que su padre lo castigo con cero salidas, cero amigos, cero internet y cero de todo. Solo falto que le quitara el alimento, pensaba. A demás que su madre lo ocupo como limpiador oficial de la casa durante ese tiempo. Limpio el garaje, el techo las cunetas, el sótano la habitación de huéspedes. Y no recordaba que más. Por suerte no tenían ático. Aun que sus padres e iban a trabajar y no llegaba hasta entrada la noche Thor les tenía respeto y acataba sus órdenes. Así que haber pasado esas dos semanas en casa le habían servido de escarmiento. Deseaba entrar en el salón de clases y aprender fuera lo que fuera.
Lo que Thor no se espero es que haber perdido dos semanas de clase era demasiado, al final de los primeros tres módulos de clase se dio cuenta que no entendía nada. Era verdad, que Fandral no había copiado mucho o alguno de sus otros amigos. Aparte que casi no compartían clases desde el año pasado, tal vez unas tres clases, junto con Hogun, Sif y Volstagg, pero eso no ayudaba así que debía pedir ayuda a alguien más. Y sabía perfectamente a quien.
Loki.