“¿Es así como quiero vivir hasta la vejez?... ¿él quiere vivir así?, ¿con una persona mayor que él, y además hombre?”
Esas dudas no me dejaban en paz, en mi cabeza siempre estaban… “¿y si Nowaki me dejaba en un futuro?”... ¿Por qué tenía que dudar?
Los días pasaban y Nowaki llegaba cada día mas tarde…
“por eso es por lo que estas dudas llegan en mi mente… no me gusta dudar de él, pero estos días en que llega tarde me molestan… que cuando llegue ni me diga un: ‘te amo Hiro-san’ me hacen dudar… ¿y si quiere dejarme?... ‘no puedo seguir así’… tenemos que hablar”
-oh…. Kamijou ¿te sucede algo?-esa voz…
-Miyagi-sensei… ¿Qué hace aquí?
-venía a hablar sobre las pruebas de literatura… ¿sucede algo?-me volvía a insistir… ‘tan obvio era?’-te vez pálido… ¿has comido últimamente?-se acerca y toca mi estómago plano-estas delgado… de verdad Hiroki me preocupas… ¿Qué te sucede?... en la universidad andas decaído y no retas a nadie… no digo que sea malo, ¡pero es preocupante!
-no venía a ver las pruebas… no debería hacerme un interrogatorio, si sigue preguntando me veré obligado a dejarlo en el pasillo.
-oww… ¡¡¡Hiroki-chan es malo!!!-dice con su típico tono infantil… ‘por Kami-sama, como me irrita este hombre’-entremos y corrijamos las pruebas…
Ya dentro, corregimos pruebas, y creamos otras… pasamos horas haciendo eso…
-¿quiere algo de beber o comer, Miyagi-sensei?-le pregunto.
-he… claro, si es que puedes, un café….
-tengo emparedado de queso, también tostadas-le digo.
-emparedado de queso… comerás también, ¿verdad?-me pregunta.
-no tengo hambre-le digo, y a decir verdad, hace ya dos semanas que no tenia hambre… y tomaba café para mantenerme despierto, aunque parecía que estaba muy despierto en todos lado… ‘es raro’-le traigo enseguida las cosas, Miyagi-sensei.
Camino hacia la cocina y empiezo a hacer el café para los dos y le hago el emparedado de queso a él… al sentir el olor a queso, me entran ganas de vomitar…
-qué asco-susurro y voy al baño… vomito al menos por dos minutos, era ya habitual, no habría el refrigerador por lo mismo, me daba asco el olor de la comida y al verlas cocidas era peor… -esto no está bien… ¿Qué me pasa?
-lo mismo quiero saber yo, Hiroki-me dice a las espaldas Miyagi-no comes, vomitas… ¿Qué otra cosa te pasa?, sabes que no es bueno que esto te pase…
-no sé qué me pasa… hace dos semanas que esto me sucede…
-bueno, deberías comer algo…
-vomitare de nuevo, solo vomite al sentir el olor del refrigerador… ah, debo de votar la comida que hay allí… ¿se la llevarías al perro del callejón, Miyagi?-le pregunto.
-quien te prepara tu comida… Nowaki, cierto… ¿él no sabe nada de lo que te pasa?
-¿por qué lo tendría que saber?-le pregunta tratando de fingir indiferencia.
-así que por eso estas así, algo no anda bien entre ustedes, eso te quita el hambre y… también el sueño, por lo que veo-me toca las ojeras…-¿tomas café para no dormir?
-si… ¿Miyagi? ¿Por qué te preocupas tanto por mí?-le pregunto…
Nos sentamos en el sillón, y él me recostó de modo de que quedara mi cabeza apoyada en sus piernas.
-eres mi amigo, Hiroki… me preocupas mucho, estas mal.
-pr-profesor Miyagi-me sonroje y tartamudeaba, esta situación es muy comprometedora…
-¿sabes algo Hiroki?-me pregunta mirándome directo a los ojos.
-¿qué?-le pregunto nervioso, pues se estaba acercando mucho a mí.
-me gustas, me gustas mucho-esperen… ¿escuche bien?-no es como amor, pero me atraes, no me gusta, nunca me ha gustado verte triste…-me toma la barbilla, y se acerca aún más… no si debo pararlo, es un presentimiento raro, es como si algo que puede serme útil viniera… -te besare… ¿está bien?
¿¡Por qué rayos me pregunta eso!?
Me pongo nervioso y él se ríe…
-porque aunque no lo estuviera lo haría-dice riendo… ‘¡rayos!, como odio esa actitud de él’-bueno, sigamos…
Sus labios cada vez más se acercan a los míos… me siento nervioso y de alguna forma tan mal, que ni siquiera puedo moverme… no quiero besarlo, pero una parte de mi siente curiosidad de saber cómo se siente… Y sus labios rosan lo míos, son tan suaves que un escalofrío recorre mi espalda, siento como las energías me abandonan de a poco, no es por su beso… es porque detrás suyo esta Nowaki, quien se acerca y lo toma de la blusa, pero el profesor no parece estar sorprendido… más bien parece complacido de esta escena… ¿Qué le pasa?
-ya es segunda vez que trata de besar a Hiro-san… ¿que pretende?-le pregunta furioso…
-porque ya es segunda vez que el sufre por su culpa, Nowaki-kun.
-¿sufrir?... –me mira dudoso, ‘no se ha dado cuenta de nada’…
Me paro, pues parece que Nowaki quiere golpearlo de nuevo… demasiado rápido, mi cabeza empieza a bombear y todo se ve borroso, por acto reflejo me llevo las manos a mi cabeza… todo se oscurece, y lo último que escucho son sus voces:
-¡¡¡Hiroki!!!
-¡¡¡Hiro-san!!!
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-Está muy mal… señores me podrían decir… ¿Qué le paso a este hombre?-la voz que hablaba era una desconocida… grave y muy disciplinada.
-y… yo no… ¡no lo sé!-grita desesperado una desesperada voz… la conocía… era de… de… no podía recordarlo.
-esta en un estado de preocupación intenso… eso es lo único que puedo decir yo… estaba privándose de alimentos… lo único que tomaba de alimento es café-esa voz era un poco molesta… pero tabien me resultaba conocida… ¡esto es molesto! No recuerdo quienes de quienes son estas voces… no… lo… recuerdo.
¡¡¡no recuerdo nada de ellos!!! No recuerdo quienes son esas personas a las cuales pertenecen estas voces…
Abro los ojos asustado… todos me miran… pero yo no los conozco… ¿Qué significa esto?
-señor Kamijou-doce un tipo vestido de blanco… ¿un médico?
-s-si-esperen… ¿Cómo sé que me llamo a mí?... claro, yo me llamo Kamijou… Hiroki. Profesor de la escuela Mitsuhashi… pero no recuerdo nada más… ninguna persona… nada más.
-¿este bien?-me pregunta… “¿lo estoy?”
-no lo sé…-susurro-no recuerdo a nadie… ¡no recuerdo nada!... ¿Cómo puedo recordar todo lo de mí, pero nada de nadie más?-le pregunto con desesperación…
-¿Cómo es eso?-me pregunta frunciendo el entrecejo-¿cómo sabe eso usted?
-los que antes hablaban… solo recuerdo sus voces, pero no sus caras… tampoco acaso son algo mío… trate de recordar a cualquier persona o recordar a mis padres, pero no puedo… ¿¡por qué no puedo!?-grito con histeria… y sigo gritando lo mismo.
-paciente de la 15, ataque de histeria… repito ataque de histeria en la 15-se oye su voz amplificada por los altavoces de aquel hospital…
No sé qué pasara conmigo ahora… lo último que vi fue a dos hombres que me miraban impresionados y tristes… dos pelinegros… pero el que más
me llamo la atención fue el más joven y alto, estaba llorando en silencio y tenía tristeza en sus ojos, bellos ojos azules… que me llevaron nostalgia en mi corazón.