Lo sabía, desde que tenía 10 años y vio a aquel chico de ojos azulados y rostro inexpresivo, sabía cual era su meta, fuera de querer ganarle en las competencias de natación, lo que él realmente anhelaba era ver su sonrisa. Pasaba horas preguntándose, ¿como sería el sonido de su risa?, ¿si acaso su rostro se iluminaría y esos ojos serían capaces de mostrar ese brillo?
Ya tenía su reto, ahora solo faltaba hablarle. A pesar de que Matsuoka Rin se veía como un niño seguro de sí mismo y alegre, tenía ese lado tierno y penoso, pero estaba decidido. Nanase Haruka le dedicaría una sonrisa solo a él.
Se volvieron amigos, pero con todo lo que paso terminaron separándose, él se fue a Australia y Haru se quedo en Japón. Sin ninguna forma de comunicarse, el sueño de Rin se fue quedando como eso... Como un sueño.
Ahora 7 años después, su meta principal era ganarle, ya luego tendría tiempo de escuchar su risa. Su primer encuentro después de 7 largos años no fue algo conmovedor, Rin sonrió de manera soberbia y Haru seguía con su cara neutra, eso vaya que molesto a Matsuoka pero se contuvo de decirle algo.
Los días fueron pasando al igual que los meses y finalmente se volvieron a ver. En esa tienda de trajes de baño hablaron de natación hasta que Haru, sorprendentemente, fue el que cambió el tema.
-Rin, ¿por qué siempre que nos vemos me dices lo mismo?-
-....- él no contesto
-Rin... Solíamos ser amigos y para ser sincero... Extraño esos tiempos en el que podía escucharte reír siempre... Extraño ese sonido y el brillo de tus ojos- dijo Haru con un tierno rubor en sus mejillas.
Rin sólo abrió los ojos de sobremanera y sonrió, abrazo a Haru e inhalo el aroma de su cabello, le alzó el rostro y le dio un beso, fue tierno y rápido.
-Haru, no tienes idea de cuánto tiempo soñé que dijeras eso- Haru parecía no entender -dilo de nuevo por favor, di que extrañas mi risa-
- Rin, extraño tus risas, extrañaba tus abrazos, extrañaba tu aroma... Te extrañaba a ti- dicho esto Haru sonrió. Fue el momento perfecto, ambos sonrieron incluso Haru soltó una pequeña risa, cosa que hizo a Rin el hombre más feliz sobre la tierra.
-Haru, por favor sigue sonriendo... Deja que yo sea el causante de esa acción- Haru se sonrojó cual tomate y sonrió.
Finalmente ambos se quedaron abrazados, sintiéndose cerca y fue en ese momento que un fugaz pensamiento pasó por la mente de Rin "finalmente sonrió"
THE END?
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(aquí es donde vuelve a empezar)
Lo sabía, desde que tenía 10 años y vio a aquel chico de ojos azulados y rostro inexpresivo, sabía cual era su meta, fuera de querer ganarle en las competencias de natación, lo que él realmente anhelaba era ver su sonrisa. Pasaba horas preguntándose, ¿como sería el sonido de su risa?, ¿si acaso su rostro se iluminaría y esos ojos serían capaces de mostrar ese brillo?
Ya tenía su reto, ahora solo faltaba hablarle. A pesar de que Matsuoka Rin se veía como un niño seguro de sí mismo y alegre, tenía ese lado tierno y penoso, pero estaba decidido. Nanase Haruka le dedicaría una sonrisa solo a él.
Se volvieron amigos, pero con todo lo que paso terminaron separándose, él se fue a Australia y Haru se quedo en Japón. Sin ninguna forma de comunicarse, el sueño de Rin se fue quedando como eso... Como un sueño.
Ahora 7 años después, su meta principal era ganarle, ya luego tendría tiempo de escuchar su risa. Su primer encuentro después de 7 largos años no fue algo conmovedor, Rin sonrió de manera soberbia y Haru seguía con su cara neutra, eso vaya que molesto a Matsuoka pero se contuvo de decirle algo.
Los días fueron pasando al igual que los meses y finalmente se volvieron a ver. En esa tienda de trajes de baño hablaron de natación hasta que Haru, sorprendentemente, fue el que cambió el tema.
-Rin, ¿por qué siempre que nos vemos me dices lo mismo?-
-....- él no contesto
-Rin... Solíamos ser amigos y para ser sincero... Extraño esos tiempos en el que podía escucharte reír siempre... Extraño ese sonido y el brillo de tus ojos- dijo Haru con un tierno rubor en sus mejillas.
Rin sólo abrió los ojos de sobremanera y sonrió, abrazo a Haru e inhalo el aroma de su cabello, le alzó el rostro y le dio un beso, fue tierno y rápido.
-Haru, no tienes idea de cuánto tiempo soñé que dijeras eso- Haru parecía no entender -dilo de nuevo por favor, di que extrañas mi risa-
- Rin, extraño tus risas, extrañaba tus abrazos, extrañaba tu aroma... Te extrañaba a ti- dicho esto Haru sonrió. Fue el momento perfecto, ambos sonrieron incluso Haru soltó una pequeña risa, cosa que hizo a Rin el hombre más feliz sobre la tierra.
-Haru, por favor sigue sonriendo... Deja que yo sea el causante de esa acción- Haru se sonrojó cual tomate y sonrió.
Finalmente ambos se quedaron abrazados, sintiéndose cerca y fue en ese momento que un fugaz pensamiento pasó por la mente de Rin "finalmente sonrió"