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Lazos Consanguíneos por JungKimSenshi

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Notas del fanfic:

Y con este one shot llega a su fin la mini serie que le dió nombre a mi blog... espero que les guste. En realidad es mi primer SiChul, así que no sé cómo haya quedado...

 

Disfrútenla!!!

Habían muchas cosas rondando su cabeza. En aquel momento, su propia vida era un caos del cual no podía culpar a nadie más que a sí mismo.   Entró a su casa en aquel domingo por la mañana, después otra fuerte discusión con su esposa. Habían ido a la iglesia, como cada semana, a escuchar el sermón de su suegro que era pastor de esa congregación. Y por primera vez en dieciocho años de casado con Yuri, deseó que lo tragase la tierra.   Su esposa, de treinta y seis años estaba comportándose como una adolescente hormonal por el nuevo maestro que había llegado a vivir a su comunidad. Después de eso, una discusión como las que se habían venido dando en los últimos años. La frustración de una vida que él nunca quiso, los reclamos de falta de atención y de cariño que le hacía su esposa, poco a poco todo se está acumulando, amenazando con estallar como una olla de presión llegando al límite y echar todo afuera, sin importar a quien manche en el proceso.   Sin embargo, SiWon piensa primero en sus hijos. Esos dos jovencitos que han hecho de su vida un poco más llevadera.    Se sienta en el sofá de la sala y respira profundo. Se separó de su esposa en un parque, después de que discutieron dentro de su auto estacionado. Él le pedía que como mínimo mostrara un poco de respeto a la casa de Dios, a él como su esposo y no se comportara de esa manera, pero empezó la misma cantaleta, sobre sexo y su frecuencia reducida a cero.   No podía evitarlo, ya no se excitaba con ella. Si antes podía intentarlo, y tener imágenes en su cabeza que le ayuden, ahora con el tiempo las imágenes se habían hecho borrosas y las escasas ganas de fingir que siente algo por su esposa, se volvieron nulas.   Cada vez la situación era peor, y sabía que a nadie podía culpar excepto a sí mismo. Si él no hubiera decidido tomar el camino fácil y mantener las apariencias, de volverse un cobarde prefiriendo aparentar, nada de esto estuviera pasando. De hecho, no sería el hazme reír de la comunidad entera.

Se pasa las manos por el rostro, sintiendo algo que le oprime el pecho.   - Que bueno que eres basquetbolista, porque de beisbolista, te mueres de hambre.

Escuchó la voz de su hijo menor. ¿Ahora qué rayos estaba sucediendo?

Cállate, TaeMin.

El hombre mayor se levanta del sofá en que está sentado, siguiendo las voces de sus hijos en la planta alta de la casa. Al llegar a las escaleras, se detiene en el último escalón. La habitación de MinHo, su hijo mayor, está justo al costado de la entrada, por lo que las voces se escuchaban claramente.

Ay, Hyung… ¿Qué parte no entendiste que vas a tener que darme mucho más de lo que tú crees  para que yo me mantenga callado? Papá y mamá estarían tan decepcionados de su hijo mayor.Tú no sabes nada.Estarían tan decepcionados de que su hijo mayor resultó gay…- la voz de su hijo menor estaba llena de resentimiento y envidia.- MinHo el perfecto, el atleta, el “buenas calificaciones”… resultó gay.TaeMin, no colmes mi paciencia. Vete de mi habitación, TaeMin… ahora… ¡Lárgate!

La puerta se abrió y TaeMin fue empujado hacia el pasillo. El menor se giró contra la puerta ahora cerrada.

No las vayas juntando, MinHo.- Gritó con coraje, aporreando un pie contra el suelo, cual niño haciendo rabieta.- Será mejor que te portes bien conmigo o se te caerá el teatrito.

SiWon frunce el ceño. Ese es el carácter de su madre. Respira profundo, empuñando sus manos, bajó unos escalones y volvió a subirlos, haciendo que sus pasos se escucharan más fuertes.

¿Qué está pasando? ¿Por qué gritan?

TaeMin le mira levantando una ceja y entra a su habitación sin contestarle. Sí, definitivamente ese es el carácter de su madre.

MinHo...- SiWon llama a la puerta de su hijo.

El castaño abre la puerta y le mira, suspirando pesadamente.

¿Cuál fue el problema? ¿Por qué se estaban gritando tu hermano y tú?

El menor negó con un movimiento de cabeza, sin decirle nada a su padre.

Sabes que puedes confiar en mí, que te amo. ¿No es así?

MinHo asintió con un movimiento de cabeza. SiWon supo que tal vez ahora no iba a decirle nada aún, le daría tiempo. Sabía que vendría a confiar en él.

El mayor sonrío y se giró para ir a su habitación.

Appa...- la voz de su hijo le detuvo en seco, volvió el rostro para mirarle.- me amarías... aún si yo... si yo no soy...- se interrumpió, desviando la mirada.
Te amo tal como eres, MinHo... y te amaría aunque tuvieras tres ojos y cinco brazos.- dijo en tono de broma, acercándose para besar su frente.

~°~°~°~°~

Siempre había resistido la tentación. Siempre había dicho que nunca le sería infiel.

Sus pasos habían sido guiados por su subconsciente, mientras repasaba los acontecimientos del día.

++ Flash Back

Había llegado a casa más temprano que lo usual. Generalmente estaba para cenar, a las siete de la tarde, sin embargo esta vez había llegado casi a las cuatro. Quería pensar que podía descansar antes de que su esposa empezara con sus reclamos. Trataba por el bien de sus hijos que las peleas no se salieran de control, pero cada día era peor.

Respiró profundo, entrando en su casa. El silencio reinaba en el lugar. Sus hijos no se encontraban. Era día de entrenamiento para MinHo y TaeMin buscaba siempre algún pretexto para salir de casa. Sin embargo, era demasiada tranquilidad.

Dejó su portafolios en un sofá y se fue quitando la corbata y el saco, de camino a la habitación, cuando escuchó aquellos ruidos.

Gemidos cortos, jadeos, pequeños gritos que eran ahogados. SiWon entreabrió la puerta de su habitación, que era el lugar de donde provenían y la vio a ella... a Yuri, su esposa, la madre de sus hijos... con las piernas tan abiertas, siendo penetrada con rudeza por el maestro nuevo, aquel con el que había estado coqueteando en la iglesia frente a todo el mundo.

Parpadeó creyendo que estaba viviendo una alucinación, pero no, esa escena no desapareció.

++ Fin Flash Back.

Después de eso había salido de su casa y se había dedicado a deambular sin rumbo fijo, pesando en qué debería hacer.

Creyó que una escena como esa debería provocarle algún sentimiento negativo, al menos tristeza u odio contra aquel que había venido a "destruir su hogar", pero sólo se engañaría. Su hogar estaba destruido desde el día en que se casó con Yuri sin amor de por medio, por que su corazón ya pertenecía a alguien desde hacía mucho tiempo. Y ahora, lo único que podía era sentir... alivio... libertad... se sentía libre como en mucho tiempo no lo hacía.

Entró a ese edificio que no había visitado en años. No sabía si él seguía viviendo ahí, en el lugar donde habían compartido tantas cosas, pero no perdía nada con ir a ver. Si no, lo intentaría por otro lado, esta vez no iba a darse por vencido así... aunque le hubiera tomado diecisiete años darse cuenta de las cosas.

Los nervios le carcomían durante todo el trayecto al quinto piso en el ascensor, ¿Cómo enfrentarlo después de tantos años? Tocó el timbre, porque metido en sus pensamientos, no se había dado cuenta que había llegado a su destino.

Nadie atendió la llamada, ¿estaría vacío el departamento?

Segundo timbre... Y una voz diciendo "Un momento, por favor."

La puerta se abre para revelar un chico sin camisa, en ropa interior y totalmente desconocido para él. SiWon parpadea confundido. Definitivamente tendría que empezar a buscarle y por algún lado debía empezar.

¿Sí? Dígame.- le habla el desconocido y puede sentir su mirada repasándolo de arriba para abajo.

Sabía que causaba ese efecto en hombre y mujeres por igual, pues a pesar de su edad, tenía un cuerpo magníficamente conservado, sin embargo este chico no disimulaba su admiración.

Disculpa yo estoy buscando a...
GunHee ¿Quién es?- pregunta un chico, que salía envuelto en una bata de baño con una tolla en la cabeza, recién saliendo de la ducha.

Se ve interrumpido por esa voz que ha extrañado cada segundo en todos estos años.

He-HeeChul.- le llama con un ligero temblor en la voz y el aludido le mira sorprendido.

El chico sin camisa mira a uno y a otro para después sonreír.

-¿Le conoces?- levanta una ceja en tono burlón.
Es mi primo.- le presenta el mayor de los tres con seriedad.- pasa, no te quedes ahí de pie.

El moreno traga saliva. HeeChul nunca había sido así con él. Siempre había sido un poco más ¿efusivo? Bueno, diecisiete años no pasan en balde.

Me voy a cambiar.- dice el chico al que llamó "GunHee".
Sí, claro. El dinero está sobre la mesa.- le aclara HeeChul.
Lo sé, lo sé... donde siempre.- grita perdiéndose por el pasillo.

El silencio pesado se instala entre ellos. SiWon no sabe cómo comenzar. Quiere gritar, preguntar quién era ese tipo, qué hacía en su departamento, por qué estaba sin camisa... y lo peor... por qué HeeChul le daba dinero.

Antes que tu mente malintencionada haga que tu boca suelte algo inapropiado... GunHee es mi estilista.- dice quitándose la toalla de la cabeza y revelando un cabello largo hasta los hombros, de color naranja.- y es mi mejor amigo, por eso viene a mi casa.

Ni siquiera sabía por qué le estaba dando una maldita explicación, era su maldita casa y él podía meter a quien quisiera.Ni siquiera sabía por qué había venido a verlo después de todo este tiempo en el que le había evitado como la peste, a pesar de ser familia.

- ¿Qué haces tú aquí?- pregunta dejando la toalla sobre el respaldo de una silla.
- Me voy ya, HeeChul. Recuerda ponerte el tratamiento después de que se seque.- la voz de un GunHee ya bien vestido les interrumpe.
Nos vemos, GunHee. Gracias.
Cualquier cosa por mi Chul.- El chico guiña un ojo antes de salir del departamento.

SiWon no sabía cómo comenzar. Su primo le miraba impaciente.

Tengo cosas qué hacer. Si querías verme, ya lo hiciste. Ahí está la puerta

No le estaba sacando de su vida, ¿Cierto?

Había amado a HeeChul casi toda su vida. Desde la adolescencia, y siendo el otro mayor que él, lo había admirado, el hijo de la hermana de su padre, uno de los sobrinos más grandes y ejemplo para los demás. Pronto la admiración se había transformado en un sentimiento muy profundo... y compartido.

No recordaba como una cosa guió a la otra, pero un día, en una reunión familiar, un juego a las escondidas con los más pequeños, un armario y unas ganas irrefrenables de probar los labios del mayor, curiosidad tal vez... sin embargo, se vieron envueltos en algo mucho más fuerte y duradero que simple curiosidad.

Siempre he sido un cobarde.- SiWon reconoce en voz alta, ganando una mirada de incredulidad del mayor.- Me dejé llevar por el qué dirán... me avergoncé de quién era yo realmente, y negué lo que sentía.

El mayor negó con un movimiento de cabeza.

- Demasiado tarde ¿No crees?- le responde con seriedad.- Han sido más de quince años.
Dieciocho, HeeChul y he contado cada maldito día desde entonces.- reconoció.
¿Y ahora qué? ¿Vienes a disculparte? ¿Vienes a decir esto ahora?- ríe con algo de ironía.- Está bien... si lo quieres así. Te perdono... listo, ya puedes irte.- le señala la puerta moviendo una mano con gracia.- Era lo que querías ¿No?

SiWon sabía que se lo merecía. Es decir, no podía esperar que le recibiera con los brazos abiertos, sobre todo cuando ha pasado tanto tiempo.

Yo sé que aun me amas, HeeChul. Lo sé por que yo siento lo mismo.
No estés tan lleno de ti mismo, SiWon.- Le mira con enojo.- ya no siento lo mismo por ti.
¿Estás seguro de eso? HeeChul, mírate... no has tenido pareja en mucho tiempo.... y apenas me viste justificaste la presencia de ese hombre en tu departamento. Yo ni siquiera había abierto la boca.
- ¡Lárgate, SiWon! No puedes esperar que yo te acepte así como así, que me trague mi orgullo y te diga lo que quieres escuchar solamente porque un buen día te presentas en mi casa, como si estos dieciocho años no hubieran existido jamás.
Eso, lo sé. Lo sé perfectamente... y no te estoy pidiendo eso. Estoy pidiéndote una oportunidad para hacer las cosas bien a partir de este momento. Las cosas van a cambiar, HeeChul.

El mayor le miró con incredulidad, sintiendo un agradable cosquilleo en su estómago. Y antes de que pudiera reaccionar, el moreno se acercó a él, robándole un beso tan tierno que le derritió, tal vez un poco más, el corazón.

Te demostraré que hablo en serio.- dijo con seriedad antes de irse, dejando al mayor mirando hacia la puerta fijamente.

Porque algo dentro de él, a pesar de todos esos años, le creía a SiWon.

~°~°~°~°~

No te daré el divorcio.- gritó ella entre dientes mirándolo con odio, de pie frente a él, molesta lucía amenazadora, pero no lo suficiente para que SiWon diera un paso atrás.

Respiró profundo y se acomodó mejor en el sofá antes de contestar.

- Me lo darás. Será por mutuo acuerdo y rápido.- pidió SiWon mirándola con seriedad.

Yuri negó con la cabeza.

No voy a ser el hazme reír de los vecinos. No te daré el divorcio.

SiWon sabía que no sería fácil, pero no iba a seguir atado a ella.

Daré la pensión puntualmente para mis hijos, si ellos deciden quedarse a tu lado.- siguió hablando como si  no la hubiera escuchado.
Ya te dije que NO HABRÁ DIVORCIO.- le gritó la mujer con los puños cerrados.
No quiero llegar a ese punto, Yuri. No me obligues a hacer esto, por favor... tú sabes que no me amas... y yo no te amo tampoco. Si existió ese amor, en algún momento se extinguió y tú eres la primera en reprocharlo siempre. No podemos obligarnos a seguir adelante así.
Pero los vecinos, nuestros amigos, nuestras familias... ¿qué dirán? No te daré el divorcio, SiWon.
Tienes que hacerlo, Yuri. No me obligues a usar tu adulterio en nuestra propia cama como excusa para hacerlo.- Yuri abrió los ojos con sorpresa ante sus palabras. Por lógica, SiWon no haría eso, es un caballero ante todo, pero su muy pronto ex-esposa no estaba siendo razonable.- ¿Cuál crees que sería peor humillación?

La mujer se dejó caer en el sofá, derrotada. Suspiró ahogando un sollozo.

- N-no serías capaz.
- No me obligues a eso... el amor entre nosotros no existe, Yuri. Creo que hasta nuestros hijos se han dado cuenta de eso.

Yuri asintió con un movimiento de cabeza.

¿M-me dejarás a mis hijos?- pregunta con suavidad.
Si ellos lo desean, sí. Ellos están en edad de elegir con quien quedarse, Yuri. No voy a obligarlos a quedarse o a irse conmigo.
Que ellos elijan entonces.- responde con un suspiro.

~°~°~°~°~

La casa de su padre estaba llena de gente, gritos de niños pequeños. La familia totalmente reunida, tíos, primos, sobrinos, nietos, sobrino nietos... tres generaciones completas de la familia Choi, incluyendo a su medio-hermano ChangMin.

MinHo le sonrío a su padre cuando llegaron solos. Ni Yuri ni TaeMin quisieron acompañarles y es que sabían que ese día SiWon hablaría con su familia, les diría sobre su separación y divorcio.

No creo que Haraboji lo tome mal.- dice encogiéndose de hombros el menor. Mientras mira a su padre, sentados aun en el interior del auto aparcado.
Lo sé... Solamente que... nunca pensé que este momento llegaría.- reconoce con una leve sonrisa antes de abrir la puerta y salir del auto.

MinHo se encontró con ChangMin a medio camino, quien le tomó la mano y lo llevó a su habitación. Seguramente no se aparecerían hasta la hora del almuerzo. SiWon se dirigió a su padre, dándole un abrazo y uniéndose a los demás primos que habían empezado ya a festejar.

El moreno no pudo evitar buscar con la mirada a HeeChul y aunque encontró a su tía, supo que él no vendría, así lo había estado haciendo durante mucho tiempo ya, evitando a toda costa las reuniones familiares para no toparse con él.

Tal vez era lo mejor, una vez que él se viera libre, podría hablar con él de nuevo.

La madre de ChangMin llama a todos a la mesa. Los más pequeños en un lugar aparte, disfrutan todo tipo de snacks antes de la comida principal. Los mayores comparten anécdotas de reuniones pasadas o chistes subidos de tono mientras beben soju.

Una vez que la comida se había servido, y todos estaban en la mesa, SiWon no pudo evitar la pregunta que había estado esperando desde que llegó.

- SiWon-ah.... ¿Por qué no vino Yuri contigo? ¿Está enfermo TaeMin?- pregunta la madre de ChangMin de la manera más inocente posible, pues sabe que tiene en un buen aprecio a su... ¿ex? Sí, esa era la palabra correcta.

El moreno miró hacia todos lados, la mayoría no se concentraba en él si no en sus platos o sus botellas y respiró profundo mirando a su hijo quien desde el otro extremo de la mesa le dio un asentimiento, que le dio el suficiente coraje para hablar.

Yuri no quiso venir y TaeMin tampoco, porque sienten que ya no es necesaria su presencia aquí.- les dice en voz tranquila, atrayendo la atención de su padre, quien frunce el ceño.- Yuri y yo hemos decidido divorciarnos.

En ese momento, la mesa completa se quedó en silencio. Sus tíos y sus hermanos menores presentes no se esperaban aquella noticia.

SiWon los miró a todos lentamente, y no pasó desapercibido el apretón de manos que su hermano menor ChangMin le dio a su hijo por encima del mantel, como diciéndole que estaba ahí para él. El mayor sonrió, a punto de decir algo para aliviar la tensión.

¡Hola, familia! Ya llegué...- la voz animada de HeeChul se escuchó en el salón haciendo eco en las paredes.- ¿Wae? ¿Por qué las caras largas? Esto parece un funeral.
HeeChul, cariño, ven...- le llamó su madre, señalando la silla junto a ella, para que se siente.
¿Qué está pasando?- pregunta extrañado.
SiWon acaba de anunciar que se divorcia de Yuri, su esposa...- le respondió su madre con voz baja.

La noticia le cayó a HeeChul como un balde de agua fría. Jamás pensó que eso llegara a suceder. Después de aquella aparición en su departamento, creyó que SiWon de nuevo se olvidaría de él, que seguiría con su vida de siempre y le dejaría en paz. ¿Se había equivocado acaso?

El moreno levantó la mirada, dirigiéndola a su primo, a unos cuantos asientos de él. HeeChul podía sentir la pesada sensación de los ojos fijos de SiWon en su persona, pero no levantó el rostro.

Sabes que tienes mi apoyo total...- la voz de su padre distrajo a SiWon.- ¿Ya sabes qué vas a hacer? ¿Empezaron los tramites?
MinHo se quedará conmigo. Él lo decidió.- respondió asintiendo con un movimiento de cabeza.- Ella y TaeMin se quedarán en la casa. MinHo y yo buscaremos algo para nosotros.
- Sabes que puedes venir aquí con nosotros el tiempo que necesites.- le ofrece el hombre mayor, mientras él niega con una sonrisa.
Gracias, Aboji, pero no queremos molestar. Ya encontraremos algo pequeño para nosotros.

Después de aquel momento incómodo, la Umma de ChangMin se levantó para servirle a HeeChul y la fiesta continuó normalmente. O casi.

SiWon había sido llamado por su padre aparte, a hablar en privado de lo sucedido. A pesar de que insistió en decirle a su padre que fue mutuo acuerdo, el hombre mayor conocía a su nuera y sabía que la mujer no había tomado la decisión por sí misma, si no que había algo más que había obligado a hacerlo. Así que no tuvo más remedio que confesarle la crisis matrimonial que había llevado a su esposa a serle infiel.

Su padre comprendió. Cuando el amor no está ahí, no podías obligarlo, y él era la prueba más fehaciente de eso. SiWon ahora lo comprendía un poco más. Cuando tu corazón no está con la persona, no puedes hacer nada para remediarlo.

Al salir se sentía un poco mejor. La familia no lo había tomado muy mal, la cuestión era que él sí se sentía mal, porque tardó demasiado tiempo en darse cuenta, en tomar la decisión...

Su pensamiento fue interrumpido cuando sintió un tirón que le llevó dentro de un armario. La oscuridad repentina siendo reemplazada por una lucecita amarilla que apenas dejaba ver el interior. Unos enormes ojos negros le miraban curiosos. ¡Dios, era un dejavú! No pudo evitar evocar la imagen de la primera vez que estuvo encerrado en un clóset (vaya analogía) con HeeChul. Y definitivamente nunca olvidaría lo que sucedió ahí, en el closet de los cacharros de su tía,  después.

HeeChul no sabía cómo empezar. Mirando al hombre alto directamente a los ojos ahora, ninguna palabra le venía a su boca, la cual se abrió un par de veces en vano intento de enunciar palabra.

No fue hasta que una mano rodeó su cintura y unos labios se pegaron a los suyos, que HeeChul reaccionó rodeando el cuello del más alto con ambos brazos, respondiendo a la deliciosa sensación, a esa lengua que jugaba con la suya. Tantos años diciéndose a sí mismo que no estaba enamorado de ese hombre, y con un beso suyo todo su esfuerzo se había ido a la basura.

El aire se hizo escaso y se separaron lentamente. SiWon le miró a los ojos, aunque HeeChul aún los tenía cerrados y lentamente regresaba sobre sus pies, pues había tenido que pararse de puntas para responder al beso, debido a la altura del menor. Había olvidado lo maravilloso que se siente.

Lo hice por ti... por mí... Esa farsa duró demasiado y nos arruinó la vida a ambos.

HeeChul puso su dedo índice sobre sus labios y sonrío.

Nosotros sabíamos que a pesar de todo, aunque tú no te hubieras casado, lo nuestro no podía ser y aún no puede ser si no lo mantenemos en secreto.- Habló en voz baja y desvió la mirada.- aunque estés divorciado ahora...- SiWon besa la punta de su dedo índice, haciendo que un escalofrío recorra su cuerpo.
Ahora que estoy divorciado, y tal vez los demás no lo entiendan, pero no quiero que ellos lo hagan... quiero que tú me comprendas.
SiWon-ah...
Me gusta como dices mi nombre... es mucho más especial en tu tono de voz que en el de cualquier otra persona.

El mayor dio gracias que la semi oscuridad del clóset escondía su rostro, porque no pudo evitar sonrojarse cual colegiala hormonal.

Ahhh... caballo feo, salte de aquí.- empuja a su primo fuera del armario. De buenas que en ese momento cruzaba la madre de HeeChul mirándolos sorprendida.-Hola, mamá.- ríe el mayor mientras la mujer les mira con una ceja levantada.- vine en busca de un paño... el bebé de mi prima SunHye hizo de las suyas con un jugo de uva.- se justifica sacando un paño de la parte de arriba del closet.
Ustedes parecen niños cuando se encuentran juntos. No puedo creer que ya tengan casi cuarenta.- dice la madre de HeeChul con un movimiento de cabeza.

El mayor sonríe y asiente. El haber mencionado su edad hace que HeeChul se pregunte de su vida. ¿Qué ha hecho con ella hasta ahora? ¿Cómo la ha vivido?

Cierto que después de SiWon han habido más hombres en su vida, pero ninguno ha logrado despertar ese corazón que duerme en su pecho y que solamente con el simple roce de las manos del moreno había logrado estremecerse, despertarse lentamente.

Eso es porque SiWon es un niño... por eso.- dice en tono divertido, burlándose de su primo.- siempre lo ha sido y siempre lo será.
Como si me llevaras muchos años, sólo es un año a penas.- contraatacó el moreno.

La tía de SiWon negó con un movimiento de cabeza.

HeeChul, cariño, ¿Recuerdas que hay un departamento desocupado en el edificio en el que vives? ¿No sería ideal para SiWon y MinHo ahora?- pregunta la mujer recordando vagamente.
C-creo que sí, mamá. Veré si puedo averiguar algo.- sonríe mientras dobla el trapo para limpiar.- le llevaré esto a SunHye.- mira a SiWon y levanta la ceja antes de retirarse.

El moreno sonrió, su tía se encoje de hombros y le palmea el hombro con suavidad.

Creo que has tomado la decisión correcta. No dejes que nadie te haga pensar lo contrario.- le dice alejándose hacia la cocina.
No tiene por qué decírmelo, tía... no tiene idea.-el moreno mira en la dirección en la que HeeChul se ha ido con anterioridad.

~°~°~°~°~

Me voy, Appa...- MinHo toma su juego de llaves del gancho junto a la puerta.
¿Terminaste de arreglar tu habitación?- pregunta el mayor desde la cocina, terminando de poner los pocos utensilios que había comprado. Ahora que por fin se habían mudado, no le quedaba otra más que cocinar.
Sí, Appa...- responde el chico mientras abre la puerta.
¿A dónde vas, se puede saber?- pregunta yendo hacia la sala del pequeño departamento para despedirse de su hijo.
ChangMin... ChangMin y yo iremos al cine.- sonríe de una manera que SiWon reconoce.
Entonces no lo hagas esperar.- la voz en la puerta les hizo a ambos voltear para encontrarse con un sonriente pelinaranja sosteniendo un jarrón con un ramo de flores.- Vete ya... ChangMin es bastante especial con eso de la puntualidad.

MinHo asiente y se despide de ambos, mientras se va corriendo por el pasillo. SiWon trata de alcanzarlo cuando recuerda algo importante.

¡Eh, MinHo! ¿Llevas dine...
Creo que eso no será necesario.- el pelinaranja sonrió, debido a que el adolescente ya había desaparecido por el pasillo.

Ambos se quedaron mirando uno al otro, el mayor sonrío y levantó el jarrón con las flores.

- Bienvenidos.- dijo el mayor.

SiWon le miró, tomándole de una mano le hizo entrar a su departamento de un jalón. El pelinaranja fue tomado por sorpresa, sobre todo cuando cayó en brazos del más alto. Y antes de que pudiera protestar sus labios fueron tomados en un beso hambriento, un beso en el que le reclamaba pro completo.

HeeChul sintíó sus piernas flaquear, aferró con fuerza el jarrón en sus manos mientras respondía a los embates de la lengua del menor. Su primo se fijo en su cintura y no se dio cuenta cuando sus manos se vieron libres de las flores y pudo enredarlas en el cuello del más alto. El sabor de los labios de SiWon le embriagaba.

Poco a poco fue guiado hasta la habitación de SiWon, la cama impidió que siguiera avanzando. El aire se hizo escaso, pero el más alto en vez de separarse para poder respirar, desvió sus labios hacia la piel sensible del cuello de su primo. HeeChul no tiene tiempo de recuperar el aliento, un gemido profundo se lo quita de nuevo cuando SiWon muerde y su aliento golpea ese punto sensible que le hace aferrarse con más fuerza a él.

Aun no puede creer que tantos años después, su cuerpo reaccione como si fuera un adolescente y unos poco besos y caricias le exciten con tanta fuerza como si fuera la primera vez, como si fuera el último.

T-te... tenemos que hablar.- pide el pelinaranja con voz entrecortada, enterrando sus dedos en el cabello negro del menor.

Un sonido parecido a un "Te escucho" fue lo que recibió como respuesta. Y maldita sea, no podía pensar porque ahora SiWon había colado sus manos bajo su jersey, jugando con sus tetillas, endureciéndolas. Y el miembro de HeeChul se sentía sumamente apretado contra esos pantalones que ahora solo daban calor, estorbándole.

Pero aquella incomodidad no duró mucho, pues sin darle tiempo a quejarse, SiWon se deshizo de su ropa con manos expertas, acariciando cada parte de su cuerpo con ansiedad, como si quisiera grabar cada centímetro en su memoria. Sus labios fueron asaltados por el menor, con hambre, entre mordidas y succiones que sentían que le sacaban el alma del cuerpo.

Pero ¿A quién  quería engañar? Todo este tiempo sólo habían ansiado esto, un roce de sus manos, un beso... cosas que buscaba en otras personas... hombres mujeres que ni siquiera podían llegar a levantar en él una reacción como la que ahora vivía.

- S-SiWon.- murmura mientras se aferra a sus hombros, moviendo la cadera y sintiendo la piel del abdomen del moreno rozando contra su miembro húmedo y endurecido.

¿En qué momento se había quitado la camisa su primo? No lo recordaba. Lo único que hacía era recorrer aquella piel con sus manos, enredar sus dedos en los mechones de esa nuca y perderse en las sensaciones que despertaban esos labios en su piel.

Aquella lengua lo hacia estremecer. Sus tetillas siendo torturadas con ese músculo rugoso y húmedo, borrando con cada caricia el paso de los años y la distancia. Su mente quedó en blanco por completo y sólo podía dejarse llevar por las sensaciones que le embargaban.

SiWon se situó entre sus piernas, el roce se vuelve más intenso. Una mano acaricia su miembro con hambre, jugando en su extensión, torturando su punta y haciéndolo gemir a tal grado que ni él mismo reconoce su propia voz.

No... aguanto más.- murmura con voz entrecortada, empujando a SiWon contra el colchón y quedando encima de él, poniendo una pierna a cada lado del moreno, montándolo, mientras pelea con el cinturón para quitarle ese maldito pantalón que ahora está en su contra, debido a que no quiere abrirse... o está demasiado ansioso que sus dedos le juegan en contra.

Con ayuda del menor logra deshacerse de esa prenda endemoniada, que se asegurará de desaparecer después. Sus manos sostuvieron el miembro de SiWon, acariciandolo lentamente antes de besar la punta, lamerla y succionarla, causando que el otro se remueva debajo de él y soltara un gemido ronco, casi un gruñido. El mayor sonríe ante aquella muestra de excitación y mete el falo por completo en su boca, succionando, con fuerza, pasando su lengua por todo la extensión y acariciándola con sus dientes.

SiWon movía sus caderas, hundiéndose más en su garganta, casi causándole arcadas, peor no dejó de succionar hasta sentir ese líquido semi amargo en su lengua, mientras el cuerpo de SiWon se tensaba. HeeChul bebió todo de aquella esencia y se separó del moreno, sin dejar de acariciar su miembro con una mano.

- Justo como la primera vez, ¿Recuerdas?- pregunta en tono un poco de broma, el menor rió en voz ronca.

Sí, lo recordaba.

Hace mucho que no me excitaba tanto.- reconoce con la respiración acelerada, sobretodo cuando el mayor vuelve a tomar en sus labios su miembro.

El pelinaranja empapaba con su saliva aquel falo que ya deseaba sentir en su interior, volviendo a excitar a su amante en un momento, y antes de que el moreno pudiera darse cuenta, HeeChul se sentó a horcajadas encima de él llevando su miembro a su entrada, dejándose caer encima. Ambos gimieron cuando el miembro de SiWon entró en su interior de una sola vez, sin haberse preparado antes. Un par de lágrimas escaparon de los ojos del mayor.

Tonto... no...e-esperaste a que te preparara.- SiWon habla en tono entrecortado, acariciando su mejilla, secando las pequeñas gotas con su dedo pulgar. Su cuerpo tiembla ante la sensación del cálido y apretado interior del único hombre al que ha amado.
No... no quería esperar más.- contesta con una sonrisa y la voz algo estrangulada por el dolor.

SiWon lleva su mano al miembro semi flácido del mayor, jugando con él, buscando relajarlo.

Había olvidado... por qué te apodé "caballo".- dice medio en broma el pelinaranja antes de empezar a moverse lentamente, sintiendo la fricción en cada centímetro de sus paredes.

HeeChul se apoya en el torso del moreno, comenzando a mover sus caderas de arriba abajo, gimiendo ante la sensación de ardor y place mezclados. SiWon se aferra a sus caderas, sabe que más tarde se quejará de las marcas que sus dedos dejarán en su piel, pero no le importa, lo único que quería era enterrarse en ese cuerpo, fundirse en no solo con él, si eso fuera posible, para nunca más verse en el infierno de vida que llevó cuando no estuvo a su lado.

Pronto los gemidos del pelinaranja se volvieron más intensos, una especie de jadeo gruñido, ese que sólo escapaba de su garganta cuando había alcanzado ese punto dentro de él que le llevaba más cerca de su límite.

Le toma de la cintura y le gira contra el colchón. HeeChul se queja, sorprendido por el brusco movimiento, pero no le da ni tiempo de quejarse cuando SiWon toma sus piernas y las pone en sus hombros, empezando a balancear sus caderas con tanta fuerza, que la poca cordura que le queda, sale volando por la ventana. Se aferran uno a otro, buscando sus labios, besándose desordenadamente, no queriendo separarse, disfrutando las sensaciones que les sofocan y les llevan cada vez más cerca de su límite.

HeeChul gime con fuerza cuando el miembro de SiWon entra con fuerza, mientras su interior se contrae, sintiendo cada centímetro de su extensión. Su cuerpo tiembla, baja las piernas delos hombros del menor para rodear su cintura con ellas, haciendo las penetraciones más profundas, gimiendo con fuerza cuando su próstata termina siendo estimulada con cada embestida, su límite esta cerca y busca los labios de su amante, callando ese grito que sale de su garganta cuando se corre en su propio vientre, manchando a SiWon en su torso. El moreno no deja de moverse, de seguir embistiéndole, hasta llegar a su propio orgasmo, llenando el interior del mayor con su esencia.

Con un gruñido de satisfacción, salió lentamente del interior del pelinaranja, dejándose caer en la cama a su lado, para luego atraerlo hacia su cuerpo.

Me gusta la manera en la que "hablas".- dijo HeeChul con una risita cansada, haciendo que el moreno también riera.

SiWon pensativo, besa después su cabeza, aspirando el aroma de su cabello.

Debí haber hecho esto antes... haberme divorciado antes.

El mayor niega con un movimiento de cabeza.

- Esto es imposible, SiWon, lo sabes... aunque tu no te hubieras casado, o te hubieras divorciado mucho antes... no podríamos... nadie nos entendería...
No me importa si los demás me entienden o no, me importa que me entiendas tú...
Ya lo habías dicho antes.- Suspira mientras apoya su cabeza en el pecho de SiWon.- Somos ya muy viejos para vivir un amor a escondidas...
¿Quién te dijo que lo esconderemos?- levanta la barbilla del mayor para que le mire con sus ojos  negros adormilados.- la mejor forma de esconder algo, HeeNim, es a la vista de todos.- le responde con una sonrisa y le besa lentamente.

~°~°~°~°~

HeeChul se levantó, cuando el día ya había aclarado. Miró a SiWon dormir y sonrió con suavidad. Sabe que tiene el sueño pesado, así que mejor se marcharía antes de que despertara o MinHo le viera.

¡MinHo! Habían olvidado al hijo de SiWon.

Se levanta cuidadosamente, y se viste con rapidez, mientras ruega que el menor no haya escuchado nada de lo de la noche anterior. Aunque en realidad, él ya se había marchado cuando todo sucedió, no podía haber escuchado algo, ¿cierto? Suspira y se dirige a la puerta para salir al pasillo poder regresar a su departamento.

Cuando casi alcanzaba la puerta, ésta se abrió abruptamente, rozando su nariz que no fue alcanzada debido a que se retiró a tiempo.

¡Oh! ¿Aún estás aquí?- pregunta MinHo con sus grandes ojos cafés fijos en él.

HeeChul levanta una ceja, en estado de alerta ante el tono de voz del más joven.

Sí...- responde en forma cautelosa.

MinHo entra y cierra la puerta, pero permanece ahí, impidiéndole la retirada.

¿Sabes, tío Chul? Ayer en que fui a alcanzar a ChangMin Hyung para ir al cine, llegué retrasado.- HeeChul frunció el eño ante lo que el muchachito estaba diciendo.- se me olvidó la billetera y tuve que regresar por ella.

El mayor abrió los ojos desmesuradamente. ¡Los escuchó!

El menor sonrió mientras inclinaba hacia un lado la cabeza sin dejar de observarlo.

¿Va esto en serio o tengo que preocuparme por mi Appa?- pregunta con tono serio de repente.

Y HeeChul sonríe mientras niega con un movimiento de cabeza. Al parecer, el pequeño era más maduro de lo que creía.

Casi tanto como tú y ChangMin.- le devolvió el golpe.

Porque HeeChul lo sabía desde hace mucho, ambos le recordaban a SiWon y a él cuando eran más jóvenes, y había visto algo más... era amor en realidad, por algo no había dicho nada a nadie.

MinHo solamente miró con sospecha a HeeChul, sopesando la situación y sólo asintió con un movimiento de cabeza.

Iré a dormir.- dijo el jovencito estirándose.- y yo que tú regreso con mi Appa...- le sugiere mientras se va caminando lentamente hacia su habitación.- Una cosa más...- el mayor frunce el ceño antes de mirar en dirección de MinHo.- Ni sueñes con que te voy a llamar "Umma".- añadió con una risita antes de cerrar la puerta de su habitación.
Tampoco te lo iba a pedir.- respondió en voz alta, dudando que le haya escuchado.

Miró a la puerta de MinHo, totalmente cerrada, antes de tomar la decisión y regresar de nuevo al dormitorio de SiWon... total, era sábado... y sería un sábado para recordar.
Notas finales:

Y pues terminando esta serie pendiente, me despido de amor-yaoi... si quieren encontrar más historias mías, pueden visitar mi blog:

 

Blog====> Fobidden love <==== Blog

 

Gracias a todas las que se han tomado la molestia de leer y comentar...

bye bye... y le sespero en mi blog <3 <3 <3 <3 <3

 

AKTF!!!!


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