Quiero contar como fue que abrí paso a uno de los mundos más gloriosos que me deparaba la vida. Consumí y succione cada sabor y vigorosidad que tenía hasta su huida. Pude captar cada centímetro que me era otorgado, otorgado por el destino de juntarnos aunque otros lo llamarían…. Lujuria divina.
No pretendía ser invitado… jamás tuve tal intención. En tal caso que eso no sea más que una escusa para desmentirlo ya que puede que lo sea. Lo que si se, es que estas palabras que diré siempre confié plenamente en ellas, “estoy confundido”. No quiero volverme de esos tantos que se escabullen de tan solo pensar en esa idea por miedo a intentarlo ¿Piensan jugar con la verdad... Con lo que el destino le tiene preparado?
Era de esas noches donde la neblina disipa la claridad y tapa toda realidad, me encontraba jugando con el joystick en mano. La intención nunca se me había cruzado por la mente de contemplar como nuestro frenesí inocente se escapaba y se perdía por mis manos ¡Ni mucho menos quería ser yo quien luego terminara de esta forma! Esto no viene al caso… ¡Dios!
Venia la parte de la historia y esas largas animaciones, que no es de menos decir que eran excepcionales pero no de mi agrado.
.- ¡Ya quitémoslo¡
.- ¡No, para! .- Me jala del brazo .- Déjalo.
Largo un suspiro y suelto el joystick derrotado. Él tergiversaba la historia con estupideces que inventaba por lo que se reía a carcajadas y cuando lo hacia se sujetaba de mi camisa apretándose más a mí, hasta que nuestros hombros sintieron la calidez del otro. Sentía la textura de su piel al rozarse nuestras manos. Un caliente vapor se deslizaba dentro mío, sobre mi pecho dificultándome respirar. Me acelere, pero trataba de controlar la alborotacion que sentía dentro mío. Rubén movía lentamente su dedo de arriba para abajo, como pretendiendo acariciarme. Lo mire pero no se animaba a hacer lo mismo, su mirada se fijaba en el monitor pero su rostro lo decía todo. ¿Cómo quería que no continuara luego?
De a poco y cautelosamente deslizaba mi mano por encima de la suya, y esta con gentiles movimientos acortaba la distancia. Hasta que quise sentirla por completo y la atrape con mi mano ¡Como si fuese una maquina de peluche y hubiera conseguido uno! Un día glorioso después de tanta espera pero no, literalmente eso no había ocurrido sino que sostuve su delgada mano con un suave movimiento. Y aunque él no me miraba, yo si mire esa dulce curva que se formo en sus labios. De pronto…
.- ¡Mira Mangel, ya podéis jugar!-Claro hazte el incrédulo, pensaba.
Nos aferramos al control y una nueva partida comenzaba, como también una nueva faceta en nuestras vidas.
Jure no verme derrotado por sentimientos indecorosos pero era más fuerte que yo, sentía por dentro un fuego quemarme porque pretendía más que solo una caricia. Desesperación y angustia de saber que a nosotros no nos aguardaba más que una “amistad” pero por un instante eso dejaba de ser un impedimento para mí.
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