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La casa de atrás por Mero-Mero-San

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Se sintió como un héroe al patear a Mihawk, por un momento había olvidado el respeto y cariño que le tenía, había olvidado el dolor y odio hacia ese peli verde, en ese momento olvido el presente que estaba pasando.

-¡Bien hecho Sanji!- Luffy tuvo que abrir la boca, era necesario felicitarlo, se había visto, desde su punto, genial

Fue increíble verlo, Sanji estaba frente a él con una pose que lo hacía ver fantástico, no se había equivocado, su corazón en ese momento estaba…

Cerró los ojos al sentirse pesado y cayó en su mullido colchón, la emoción del momento era fuerte, las personas que lo herían estaban frente a sus ojos, la persona que lo hirió lo protegió, la persona que lo hirió le pidió en silencio exclusividad para una mejora en su vida, su cuerpo no soporto eso…

Escuchaba suaves susurros en su oído, le hacían cosquillas, también sentía un leve calor, era extraño y hermoso, deseaba estar así todo el tiempo.

Lentamente abrió sus parpados -Oye Marimo- se topo con sus ojos azules y la mano del rubio en su mejilla –al fin despiertas- ¿Por qué Sanji estaba ahí? ¿Por qué sonreía? –Deja de sentirte mal y siéntate de una vez-

-S-Si- el rubio se corrió hacia un costado, no era que estaba encima del Marimo, se encontraba sentado pero algo inclinado –Lu...- miro a la puerta y no estaba su amigo incondicional, debía tener en cuenta en ese momento ese rubio estaba allí y no podría usar los nombres –Sanji….¿qué haces aquí?-

-Fui a una panadería y compre unas magdalenas, Mugiwara se fue a hacer el té y de paso se las llevo, ese travesti dijo que prepararía la nueva ropa o algo así y el pelirrojo se llevo de los pelos a Mihawk hasta su auto-

Aun seguía sin entender ¿Por qué estaba ahí? ¿Por qué lo salvo? ¿Por qué? Su cabeza era un torbellino de confusiones ¡¿Qué tenía el que atraía a los peores hombres de la historia?! ¡Cierto! ¡Qué estúpido es al preguntarse eso! ¡…l era una escoria ante los ojos ajenos! Más ante Sanji

-Oye Marimo ¿Quieres?- le ofreció un cigarro, el peli verde no dudo y lo tomo, fue increíble ver como Sanji lo encendía por él, dio una calada y suspiro expulsando el humo con ¿elegancia? ¿Sensualidad? ¿Que fue eso para los ojos del cocinero del amor? –Sabes fumar- le arrebato el cigarro de su mano y se lo llevo a los labios ¡¿Qué estaba haciendo?! ¡Eso era un beso indirecto!

-Era mi cigarro, idiota- el rubio sonrió y se acerco a sus labios -¿Q-Que haces?- el humo salió de los labios de Kuroashi golpeando los labios contrarios

-¿Crees que me veo sensual?- pregunto con picardía y rio por sus adentros, Zoro entrecerró los ojos, ese momento era excitante -sabes, te ves mejor si no fumas-

¡¿Cómo pudo haber dicho eso?! ¡La relación que tenían era de puta y cliente! ¡Debía actuar como tal! ¡No tenia porque decirle que se vería mejor o peor con o sin algo!

Se enfado, pero se controlo –Te traje esto como disculpa de lo que ocurrió- le entrego unas rosquillas con crema en una cajita -fui…rudo, no me siento orgulloso-

Acepto el pequeño paquete, se sentía estúpidamente feliz, Sanji le trajo un presente por lo que le hizo, eso…eso nunca había pasado, pero siempre pasaba algo que arruinaba el momento

-¡Aquí está el té!- ah, así que era Luffy el que arruinaba el momento –ten Sanji- como agradecimiento le dio un tazón de té y cuatro de las veinte magdalenas; el rubio con sinceridad no quería comer, solo quería estar entre las putas para ver su ritmo de vida fuera de esa casona.

Aunque el pelinegro tenia comida sus ojos se clavaron en las grandes roscas de Zoro, pero no se las quitaría, se controlaría.

Zoro tomo su taza y una de sus roscas, la cual mordió y degusto, sabia a una ¿bebida?.

-¿Ya está el té?- el pelirrojo entro y se lanzo sobre la cama junto a Zoro –mi taza, mi taza- reclamo y enseguida se le fue entregada –falta Bon ¿Dónde está?-

-Aquí- se asomo por la venta –yo quiero también- Luffy sonrió y rápidamente de la pava lleno una de las tazas –bien, entonces ¿Por qué brindamos?- pregunto curioso, mirando cuidadosamente al peli verde

Mugiwara cerró los ojos y frunció el ceño, parecía pensarlo de enserio, casi al instante un foquito ilumino su mente tan pequeña, abrió los ojos y sonrió –brindamos por Sanji- el rubio miro sorprendido al menor -ayudaste a Zoro y a nosotros, además te has convertido en algo más que un cliente, en un amigo desde ahora- levanto su taza junto al resto y dieron el brindis por hecho.

Zoro no bebió, solo se quedo viendo el líquido verde dentro de su taza, la cual reflejaba su rostro, Sanji desde ahora era un amigo, serian algo como amigos con derechos, eso sonaba un poco asqueroso, pero…tendría algo más que relaciones pasajeras de ese rubio.

-Oye Marimo, estas muy serio- era el menos indicado para decir eso, el también estaba en la misma condición que el moreno –díganme una cosa- roto su mirada por los cuatro hombres -¿hay servicio gratuito por hoy para mí?- miro de reojo al Marimo que al parecer se tenso

Los chicos se miraron dudosos porque sabían a donde iría a parar el cuerpo del rubio, de seguro sobre el puto que más odiaba

-Está bien- hablo, rompiendo el silencio Roronoa –yo estoy a favor-

-¡Zoro!- el pelinegro no podía permitirlo, pero se dio cuenta de que debía respetar sus decisiones, si el peli verde lo quería no debía hablar, había determinación y tristeza en los ojos oscuros de su mejor amigo, entendió el mensaje –está bien- ¿estaba bien que Sanji de ahora en adelante fuera el amigo de ellos? Tal vez se equivoco

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El rubio veía de arriba a abajo al personal especial, en verdad se veían muy elegantes, por esa razón, esa noche el cliente que los requiera debería hablar primero con él sobre la suma, esta noche los muchachos permanecerían en las habitaciones asignadas hasta que uno de los clientes convenciera financieramente al rubio.

Zoro, Luffy y Shanks, quienes eran los mejores del lugar, fueron los principales en lucir las nuevas prendas.

Sanji con algo de nervios llego, los chicos habían acordado darle una noche gratuita y eso significaba una sola cosa “venganza”, si, a pesar de haber ayudado al peli verde y decirle algunas palabras fuera de lo común, seguiría con su asunto personal a flor de pie.

Fuera de lo normal fue recibido por Bon-chan, que no se especializaba en “esa” clase de servicios, sino en entretener ¿Cómo? Una charla, bebidas, juegos de mesa, eso era para el que no estaba en condiciones de una noche de relación y además por esa razón el “travesti” no recibía buena paga como el resto de los chicos, aun así era feliz.

Esta vez en un sillón diferente a lo habitual, la copa de siempre le fue servida y la charla de Bon-chan fue placentera, nada más; por una extraña razón su compañero de charla se levanto del sillón yendo hacia un cliente ¿Qué pasa? No tenía ni la remota idea, iba a seguirle, pero un hombre adulto se presento ante él y le extendió la mano

-Hola, pequeño rubio de diminuta virilidad-

Eso no era esperado ¿Quién era ese hombre para llamarlo de ese modo? Molesto por sus palabras, le arrojo lo poco que quedaba de la bebida de su copa, eso era lo menos que se merecía por insultarlo; el rubio mayor sonrió y continuo con su mano arriba

-¿Qué te pasa?- noto como varios hombres murmuraban sobre ellos dos -¿Qué les pasa a todos?- era raro como los miraban, como hablaban sin dejar de mirarlos, no entendió hasta que oyó “es el dueño”

En ese instante se sintió intimidado, ese hombre no dejaba ver sus ojos a través de unos estúpidos lentes, su altura y sonrisa lograron su cometido, aunque no iba a arrodillarse y rogar por una disculpa

-Eres Kuroashi ¿verdad?- el menor asintió y le apretó la mano –Yo soy Joker, un gusto-

-Me imagino que ese es un nombre artístico ¿me equivoco?- soltó una carcajada soltando al cejudo, ese mocoso le resulto interesante y sobre todo inteligente, aunque siempre fue un tonto ante su padre –se nota, idiota-

-Tienes mucha lengua ¿te lo han dicho?- no respondió y se mantuvo firme –bueno, hablando de un tema distinto- le señalo el sillón invitándolo a sentarse, ambos lo hicieron, pero no se veían nada relajados –mis niños me han pedido una noche gratuita para ti, ya que salvaste a Oni de que una biga le partiera la cabeza- ¡¿Qué clase de mentira absurda le han dicho?! –No me lo creí, ya que Mugiwara no sabe mentir- se acerco a la mesita de vidrio y se sirvió vino –es un muchacho muy inocente, por eso con él hay límites ya que no es un uke normal-

-¿Limites? ¿Aquí no era “solo putas, vale todo”-

El plumífero miro con reproche a Sanji, pero este claramente no lo vio -¿Quién te dijo algo tan absurdo?-

Parpadeo confundido ¿Qué acaso jugaban con él? Muchos de los clientes e incluso Luffy se lo dijeron en más de una ocasión.

-¿Has leído las reglas?- le entrego una hoja, pero era diferente a la que le habían mostrado la primera vez, en esta había modificaciones

1-Los seme y ukes no debe ser lastimados a menos que agredan

2-La paga debe ser justa y en casos especiales “consultados” por el dueño

3-Nunca trates de saber nada de nuestros “empleados”

4-La insinuación se cobra, el manoseo también, así que si no estás de acuerdo, lárgate

5-No maltratar, es multa, no matar, te demandamos y te expulsamos

-¿Qué es esto? ¡Es diferente a lo que leí el primer día!-

Dejo la copa y acomodo sus manos detrás de su cabeza –ya veo, así que modifico las reglas ¿Por qué siempre hace eso?- al ver la confusión de Sanji decidió aclarárselo –mis muchachos pueden ser seme o uke, a la mayoría le gusta ser ukes ya que la paga si o si, es mayor-

-No veo la diferencia-

-Lo hay, los seme de aquí, lo son solo porque lo necesitan temporalmente, para ellos esa ganancia es suficiente, en cambio mis indefensos ukes, cargan con el dolor en su interior, deben trabajar por alguien más o para sobrevivir-

Por alguien más…recordó a la joven hermana de Zoro, ella estaba viviendo gracias a que ese estúpido le pagaba el tratamiento con este infierno, pagaba con su cuerpo, con sus lágrimas ¿hasta dónde era capaz de llegar por ella? Cierto…hasta robar y casi matar

-Tú no lo entiendes porque de seguro has tenido a alguien que te cuide, que te quiera- se sentó normalmente con sus dedos entrelazados –Mugiwara teme perder clientes, por esa razón muestra una lista hecha por su mano, solo se refiere a los ukes, pero él no es un uke normal-

-Eso me dijo hace un momento ¿ah que se refiere?-

Se levanto sin darle una respuesta –tienes mi permiso con Oni, pero no lo lastimes más de lo que esta, te espera en la segunda planta, entra por aquella puerta- apunto hacia arriba –es un pasillo, cuarta puerta a la derecha- se despidió con un movimiento de mano.

Vio la figura de ese hombre hasta que desapareció por completo de su vista –que hombre tan extraño- se rasco la frente, bueno, volviendo al tema, segundo piso, pasillo, cuarta puerta a la derecha, camino hasta una escalera, donde un hombre lo recibió al correr la cadena que la cerraba.

Las cosas estaban distintas y eso lo incomodaba ¿el cambio se debió a Kuina-chan? No, ella no tenía nada que ver, solo eran cosas que pasaban aunque creyera que estuvieran relacionadas

Camino por el estrecho pasillo, cuarta puerta a la derecha, estaba frente a ella. Miro el pomo, si abría se encontraría con la puta de Zoro, tendría que torturarlo, la idea no le resultaba mala, pero ¿Qué era esa punzada en sus brazos? Era como si algo le impidiera a que lo haga ¡déjense de joder! ¡No tenia porque sentir algo de pena! ¡Menos dolor!

Entro, pero…¿se equivoco de habitación? Debía ser por que, frente a él había una persona alta, estaba elegante y además le daba la espalda, esa sin duda era una espalda ancha

-Llegaste Sanji- se volteo a mirar a rubio que parecía un idiota con esa cara de sorpresa -¿estás bien?-

-P-Por supuesto ¿Quién te crees que soy?- miro hacia un costado ¿a qué venía esa vestimenta? Una camisa blanca que no lucia corbata, una chaqueta y pantalón negro que combinaban con los zapatos, ese no podía ser el Marimo Porque…¡Porque era una puta! ¡Las putas no se visten así!

Se quito la chaqueta y tuvo la intención de desabotonarse la camisa, debía comenzar con la costumbre

-Espera- levanto su mano deteniendo a lo lejos las intenciones de Zoro –aun no te desvistas- camino con pasos lentos y se sentó de un salto sobre la cama, la cual era bastante grande –ahora sí, hazlo-

Observo mejor la apariencia de Roronoa, se veía realmente diferente con esa ropa, se veía…sensual, se veía como un hombre, aunque realmente era una puta y un infeliz

-Ya solo quítate la camisa- Zoro asintió y comenzó –pero hazlo, len-ta-men-te, mientras mueves tus caderas-

Se sonrojo, no sabía cómo moverse, la camisa y lo otro no era problema, pero eso de mover las caderas con sensualidad no estaba incluido en su lista de experiencia

-No sé hacerlo- le aclaro por las dudas; al parecer el rubio se molesto ya que se levanto, al verlo frente a él, los nervios comenzaron a traicionarlo, Sanji…Sanji lo iba a quemar de nuevo con el cigarro, aunque ahora no tenia uno en sus dedos; sintió las manos del rubio en su cadera y con algo de presión comenzó a moverlas de un lado a otro

–así, hazlo así-

No podía dejar de mirar el rostro del rubio, parecía demasiado tranquilo, todo lo contrario a él, estaba hecho un manojo de nervios al moverse de esa manera, pero le relajaba sentir el tacto de su compañero nocturno

-Marimo, continua desnudándote- con ayuda de Kuroashi en sus caderas, continuo con la parte superior de sus ropas hasta quitárselas por completo –bien, ahora pon tus manos en mi hombro- y así lo hizo Roronoa algo cohibido -bueno, haz un pie atrás- lo hizo confuso ¿a donde quería llegar este pervertido? –ahora el otro y luego de costado- Zoro entendió lo que estaban haciendo ¡Estaban bailando! ¡¿Por qué?! ¡¿Qué mierda?!

“Es una burla, es un payaso, es manejable, el…era un títere” eso era y lo aceptaba, así que no quería ese cuidado engañoso, esas caricias falsas, ese juego estúpido al buen trato, no soportaba que jugaran con él, el dolor era mejor que esa escena tan trucha que ninguno se la creería

-¡Deja de jugar conmigo!- empujo a Sanji realmente molesto, el rubio cayó en la alfombra -¡Soy una puta, debo complacerte, sino me quieres para coger! ¡¿Entonces para que me quieres?!- eso no era realmente lo que quería decir, en verdad le había dolido esas palabras, pero debía tomar lo que creo antes los demás ojos -¡¿Qué te pasa?! ¡Ya no te ves tan masculino! ¡Golpéame como lo hace siempre! ¡Hazlo!- no hubo necesidad de pedir más, de un salto Sanji le encajo un puñetazo en la mejilla

-Bueno, si así lo quieres- se aflojo la corbata y tomo del cuello a Zoro, lo arrojo sobre la cama y con el odio que trato de controlar lo abofeteo como la primera vez, ahora fueron tantas veces que del labio se deslizaron varios hilos de sangre, que su nariz se torno roja; lo odiaba, lo aborrecía, por su culpa estuvo en el hospital toda una semana para ver la recuperación de su padre, lloro y suplico a dios que lo protegiera, también sufrió durante unas semanas más...pero tuvo suerte.

Saco su encendedor y nuevamente volvió con la piedra al pecho, la herida anterior estaba sanando, se estaba borrando, no podía permitir eso, debía recordarle lo sucedió, que era una suciedad

“-Eres su amigo ¿verdad?-

-Sí, soy su amigo-”

Se detuvo, recordó que sus palabras no debían fallarle a la joven, tal vez sea su último deseo antes de que su enfermedad la consuma

Lo vio herido, lo vio dolido, lo vio bajo suyo y se frustro -¡Te odio! ¡Te odio!- golpeo su pecho en reiteradas veces –te odio tanto…¡Te odio tanto que deseo tu muerte! ¡Pero-!- calmo su respiración y con cuidado toco la herida que ya se veía rojiza –no soy una mala persona ¡No lo soy!- se inclino mostrándole su rostro con claridad, sus ojos…de los cuales descendían lagrimas -¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué hago esto? ¿Por qué no me creo cuando digo que soy buena persona?-

Las manos de Zoro que antes se aferraban con fuerza a la sabana, ascendieron y acariciaron las mejillas del rubio

-¿A qué vienen esas lágrimas?- palpo fuertemente la mejilla izquierda –bórralas, no las quiero y tu tampoco- Kuroashi estaba completamente confundido –puedes maltratarme, golpearme, odiarme, pero no dejes ver lagrimas que pueden arruinar eso que has construido, eso te ah convertido en la buena persona que eres-

-¿Qué dices?-

-Te has mantenido firme por tus sentimientos negativos hacia mí, eso te ah hecho duro y capaz de muchas cosas ¿no es así?- el rubio asintió –eres increíble Sanji, no te destruyas por estúpidas confusiones, hazme pedazos-

Roronoa Zoro fue aquel que lo hirió, que casi mato a su padre, que arruino el restaurant hace 5 años atrás, que tras los años, el se volvió duro, fuerte, único; supo que el Marimo tiene su edad, que tiene una vida difícil, que hizo todo por su hermana mayor. Ese chico era estúpido e inmaduro, pero ahora le dice que lo destroce, que lo odie, todo eso con una sonrisa ¿Qué clase de hombre es él?

--Con tan solo 13 años se decidió a conseguir dinero como le fuera posible, con un trozo de vidrio en su bolsillo caminaba por la fría calle, ya era media noche y la noticia no le había caído bien, en todo el día dio vueltas, necesitaba una solución

Tuvo suerte de cruzarse con un hombre que platicaba con su hijo, sin dudas esos dos tendrían dinero, no titubeo, como un cobarde apuñalo por la espalda al hombre, el niño aterrado grito mientras veía como su progenitor caía.

De un arrebato tomo su billetera, no pensó en las consecuencias, solo pensaba en que ella pudiera sobrevivir y sonreír como siempre, no pensó en el sufrimiento ajeno, su mente solo estabestaba centrado en hacerla feliz; no fue el mejor camino, pero era lo único que se le vino en mente al no tener padres, ni otro familiar--

Así comenzó, así cometió su primer delito, así dio inicio al odio y dolor de un muchachito cobarde, que se refugiaba bajo el brazo de su padre
Notas finales: Aqui lo tienen, disculpen la tardanza, espero que haya sido del agrado de todos, un beso!

Lamento las faltas de ortografia, si es que hay XD

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