Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La casa de atrás por Mero-Mero-San

[Reviews - 43]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Las noches en aquel lugar eran movidas, cada hombre de distinta edad se daba una enorme sacudida física y financiera, Sanji extrañamente fue hacia el lugar dos veces, pero no se animo a entrar, sin Mihawk no tenía el valor suficiente, pero algo lo empujaba levemente a entrar y darle una surra a ese condenado peli verde.

Desde la vereda del frente veía el lugar que cubria a la casa de atrás, se veía tan normal ante los ojos de las personas, aunque hoy era sábado y por la tarde, así que todos se encontraban trabajando

-¡Oh! ¡Pero si eres Sanji!- al mirar hacia el costado se encontró con el pelinegro

-Mugiwara- casi no lo reconoció, lo vio diferente al no llevar esas ropas tan eróticas, llevar ropa común y masculina, parecía un chico normal, le pareció extraño

El menor sonrió, de la bolsa del supermercado que traía saco una manzana y se la lanzo -¿Qué haces aquí? aun no atendemos- el rubio al atraparlo, froto la manzana contra su pecho y luego le dio una mordida -¿sabe bien?-

Mastico por un momento -Sí, deliciosa, no vine aquí para que me atiendan, solo estaba de paso-

Alzo una ceja -mmm- levanto sus hombros restándole importancia a lo que verdaderamente pretendía –como quieras ¿quieres pasar? Apenas son las 4 y el resto aun duerme-

Lo pensó por un segundo, tal vez podría ver a ese maldito y acosarlo de mala manera, acepto la invitación, pero no fueron para la casa de atrás, fueron a una más pequeña que estaba al costado

-¿Por qué todos duermen a esta hora?-

Dejo las compras en la mesa -¿eres idiota?- se cruzo de brazos algo ofendido –nosotros trabajamos hasta el amanecer- ahí fue cuando recordó a lo que se dedicaban -¿quieres té?- puso en la hornalla una pequeña pava

-No gracias ¿tu porque no estás durmiendo?-

-Anoche no tuve mucho trabajo, estuve hasta las tres- dijo en un tono molesto –necesito dinero- silencio, un silencio de 5 minutos, muy incómodo para ambos jóvenes casi desconocidos, no había palabras y era de esperarse, no se conocían mucho, la pava comenzó a sonar.

El peli negro se levanto y se sirvió el liquido, tomo asiento en la silla, creía que ya era hora de continuar con la respuesta con la mejor educación hacia su invitado –se ve que nadie quiere a un joven con inmadurez sexual- el rubio se atraganto con un trozo de la manzana, detuvo su respiración tratando de hacerlo pasar –¿qué te sucede?…- fue por un vaso en la alacena y lo lleno de agua -ten- lo empujo, se deslizo hasta destino –eres raro Sanji-

Bebió un gran trago y de un golpe dejo el vaso vacío -Cállate Mugiwara…- movió la manzana en su mano -¿te gusta?- detuvo el beber y miro intrigado al rubio -¿te gusta lo que haces?-

Oculto su mirada bajo su flequillo y sonrió –alguien tan tonto como yo puede tener un trabajo como este, es lo único que encuentro-

-¿En serio? ¿No has pensado trabajar en otro lugar?- pregunto extrañado, alguien de gran vista como ese chico podría trabajar de cualquier cosa

-No…aquí pagan bien, además me gusta lo que siento a veces- retuvo la manzana en su boca esperando que el contrario continuara –me gusta sentir que sirvo-

Servir, entendía eso, el siempre quiso servir y serle útil al viejo desde que era pequeño, podría comprender con un poco de dolor a lo que se refería

-Mi mundo es este…en un punto estoy feliz, porque…eh conocido a mi mejor amigo- miro por un momento al rubio -Oni- sonrió de golpe como un niño –el es una buena persona-

Mordió fuertemente la manzana comiéndose hasta las semillas, trago de una sola vez el trozo -¡El no es una buena persona! ¡Daño todo mi entorno!-

El pelinegro lo miro seriamente, entendía que estaba enfadado y cegado por la imagen que le obsequio su mejor amigo -¿Por qué no hablas con él? No lo has intentado, así que sería bueno que lo hagas-

-Hablar con un sujeto despreocupado como ese sería estúpido-

-No puedes decir que es un despreocupado -dejo su taza y se puso de pie –debo salir ahora, así que debes irte también-

Camino hasta quedarse junto al menor -No te entiendo Mugiwara- susurro para luego salir, el menor se volteo observando la espalda del rubio, ese chico nunca lograría comprender a Zoro, nunca podrían llevarse bien, era obvio que estaban destinados a odiarse y hasta que Sanji no logre su cometido no se detendrá, no parara ese odio hacia el peli verde

----------

Se despertó perezosamente, salió de debajo de las sabanas y miro a su alrededor, su habitación estaba tan desordenada como siempre, se rasco la cabeza y se estiro, miro su reloj eran las 22:00 no podía creer que había dormido tanto, pero supuso que era mejor para él, se fue hasta la regadera a darse una de sus adoradas duchas, no era muy devoto del baño, pero era bueno para purificarse, la puerta sonó

-¡Con permiso!- esa voz, aun con la ducha pudo oírlo -¡Oni-chan! ¡¿Estás aquí?!-

El contrarío continuaba enjuagándose con champo, no le gustaba que lo interrumpieran y por supuesto que no le haría caso

-¡Aquí estas!- abrió la cortina del baño dejando a la vista el fornido cuerpo de Oni -¿recién te estás bañando? Que tarde- miro su reloj –te eh traído los trajes de hoy, tú eliges- estaban sobre la cama; al salir se encontró con el traje de la enfermera, la diablita, la porrista y nuevamente la sirvienta -¿Cuál te gusta?-

-Bon ¿Dónde está Luffy? El siempre lo elige para mí-

-Mugi-chan está siendo arreglado por Ivan-sama- se sentó en la mullida cama -¿Escogerás?-

Miro detenidamente cada traje con sus accesorios, las colas no le gustaban, las orejas menos, entonces tomaría la mano de su mejor amigo –la sirvienta-

-Bien- se levanto y tomo el traje –ya estas desnudo así que quédate quieto- obedeció y estiro sus brazos hacia arriba mientras se lo encajaba, luego se dio la vuelta dándole el permiso de que atara los hilos y ajustara el delantal, la ropa interior se ajusto bien en su entrepierna, en su cintura la cinta fue apretada varias veces al hacerse moño –Mugi-chan siempre escoge bien para ti, siéntate- se sentó bruscamente ignorando lo que su compañero acostumbraba a hacer, las media iba ascendiendo por su pierna hasta su muslo, luego siguió la otra, los zapatos bien lustrados se lucieron en sus pies y por último el bordadito en la cabeza; se puso de pie y se miró en el espejo, nuevamente estaba vestido de esa forma, una puta sirvienta, Bon le tocaba los hombros desde atrás –Te queda, sé que es duro, pero esfuérzate- el peli verde cerro sus ojos con dolor –ya casi es la hora, debes ir a comer algo de energía y comenzar-

La puerta se abrió de golpe -¡Oni!- el rubio entro a zancadas y lo abrazo -¡estas guapo!- restregó su mejilla contra la del menor -¡eres tan increíble, ayer las ganancias subieron a las nubes gracias a ti!-

-¡Ya es suficiente Doflamingo pervertido!- lo empujo hasta alejarlo lo suficiente –odio que me trates como un mocoso, me voy a abajo- dio un portazo dejando al par solos

Bon se tocó la mejilla mirando la puerta -Es un buen chico, soporta mucho-

-Lo sé, pero él sabe que puede retirarse cuando quiera- el rubio se acostó sobre la cama que emanaba el olor del muchacho –aunque no me agradaría que se fuera, me recuerda a Croco-chan-

El peli negro lo miro enternecido –Crocodile-chan regresara algún día, téngalo por seguro- el rubio asintió mientras se cubría el rostro con la almohada –estaré abajo si me necesita- recogió los disfraces y se retiro

----------

Tuvo el valor de ir a ese lugar sin el mayor y nuevamente estaba sentado en ese sillón, el pelinegro, quien estaba vestido con un kimono, las mejillas ligeramente maquilladas y una pequeña coleta de costado, le servía una copa pasando por alto la pareja que se retorcía en el sillón de en junto

-Mugiwara ¿Y Oni?-

Luego de darle la copa el mismo toma una –Oni está ocupado con un cliente- miro hacia una puerta sabiendo que su mejor amigo estaba allí dando su servicio -¿quieres saber su precio?-

-Pensé que la paga debía ser justa-

-El jefe le tiene gran aprecio a Oni, por lo que la paga con el debe ser realmente alta-

-mmm- bebió de la copa paciente, sus oídos comenzaban a acostumbrarse a oír a las parejas jadeantes, sus gritos, los golpeteos –dime ¿tú tienes precio?-

Sonrió de lado –yo no soy especial, no tengo precio, solo si a mí me parece justo…en realidad ese es mi precio-

Encendió un cigarro antes de que el menor metiera mano –ya veo- estuvieron en silencio por media hora hasta que el hombre con su cabellera pelirroja se retiro de la habitación y detrás de él salía Oni sudado y obviamente cansado, antes de que alguien más se le adelantara camino hasta el peli verde y lo tomo de la muñeca –no hay tiempo de descanso, adentro- lo metió en la misma habitación donde estuvo con anterioridad con el cliente

-Pelirrojo, Sanji se me escapo con Oni-

El mayor se apoyó en el respaldo del sillón con sus brazos –deja que él lo maneje y no fumes– le arrebato el cigarro que intentaba encender

-Metiche- dijo con un puchero

Mientras tanto en la habitación donde se encontraba la recién pareja despareja

Reviso su bolsillo hasta sacar un bulto -ten- la dio un fajo de billetes –¿es suficiente?-

Lo conto rápidamente -Si- tomo asiento en el borde de la cama, se quito los zapatos y comenzó a deslizar cada una de las medias con lentitud –nunca pensé que te gustaran…ya sabes-

-Cállate, apresúrate y desnúdate- aflojo los hilos de su espalda y luego la de su cuello haciendo caer de golpe el vestido y quedar en ropa interior –tienes un gran cuerpo- paso su dedo por su vientre y lo metió en su ombligo, el contrario suspiraba mientras cerraba sus ojos -¿te gusta? ¿Quieres sentirme?-

Lo miro a los ojos con un leve odio –todos me preguntan eso ¿Por qué tengo que responder?- un empujón lo mando a la cama y unas manos frías comenzaron a pasearse por su anatomía con rudeza, lo sentía perfectamente, su frialdad, sus dedos, su palma, dio un gran suspiro al sentir tales sensaciones, ese chico era… ahogo un grito, un pellizco en su pezón lo saco de sus pensamientos -¿Qué estás…?- estaba a horcajadas sobre el fumando un cigarrillo -¿Qué?-

-Maltrataste a mi gente ¿pensaste que esto iba a ser placer? ¿Qué iba a ser color rosa?- saco el cigarro de sus labios, expulso el humo lentamente y apoyo la punta al costado del cuello, el grito retenido fue una molestia –no es muy divertido que te contengas- lo retiro y volvió a llevárselo a sus labios, lleno sus pulmones del humo -¿no te gusta esto?- el silencio que le fue otorgado fue una molestia mayor –contesta- apoyo el cigarro en su pezón, el peli verde se tapo la boca para no gritar; el rubio no comprendía el por qué ese chico acallaba sus gritos, podía ser que le gustara el sufrimiento, eso se veía bien para él, podría torturarlo un poco más.

El cigarro se termino por lo que tomo un encendedor y con la piedra de este, ejerció fuerza en el pecho y comenzó a marcar una linda palabra hasta finalizarla “Puta” sonrió de lado al ver como quedo, se veía como pequeño un tatuaje, vio el rostro del chico, sus ojos acuosos mientras se tapaba la boca era esplendido, sufrir, quería verlo sufrir aun más, le dio varias bofetadas dejándole las mejillas rojas y el labio sangrando

La mano que tapaba su boca fue sujetada sobre su cabeza –D-Detente-

-¡Yo pedía eso cuando tu venias a robar! ¡Era un niño miedoso!- con su mano libre lo levanto de los cabellos para que lo mirara –pero me hice mas fuerte pensando que un día podría hacerte trizas- empujo su cabeza sobre el colchón y ahora apoyo sus manos en su cuello -muérete, muere de una vez ¡así todos seriamos felices! ¡Si no hubieras nacido nadie habría sufrido! ¡Yo no habría sufrido!- apretó con fuerza con las intenciones claras -¡quiero que te mueras!- el peli verde abría la boca buscando oxigeno, pero su garganta se cerraba impidiéndoselo, el Marimo con su izquierda seguía sujetando con fuerza el fajo de billetes y con su derecha apretaba la muñeca del rubio rogándole en silencio que no lo haga, para su fortuna el chico se detuvo –no soy un asesino- apoyo sus palmas en el torso de Oni –pero si seré tu mala suerte- comenzó a tener unas duras y frías ideas hacia ese estúpido chico, miro a su alrededor, habían esposas, cuerdas, juguetes de todo tipo, esto le pareció muy divertido al rubio

Luego de inquietantes dos horas Sanji fumaba un cigarro sentado en una silla mirándose a un espejo, allí vio el reflejo de Oni, aun acostado y con leves quejidos –debes irte- le susurro el peli verde

-Ya iba a hacerlo- apago el cigarro en el cenicero –adiós, has sido una buena puta masoquista y ten- le arrojo otro fajo –por los fuertes daños- sonrió de lado, abrió la puerta y se fue

-Nos vemos…Sanji-

----------

Salió de la habitación acomodándose la corbata, Mugiwara y el pelirrojo esperaron a que se alejara lo suficiente de la puerta de la habitación y luego se apresuraron a entrar; Sanji desde su punto solo pudo ver al peli verde que terminaba de ponerse el delantal y luego sonreía a ambas personas ¿no estaba humillado? ¿No les dijo nada? Lo vio diferente y allí estaba su diferencia, Oni ahora tenía un listón negro en su cuello, también en sus muñecas, estaba cubriendo las heridas

El menor salió corriendo hasta agarrar a Sanji –lo has hecho bien, no lo lastimaste…puedes regresar cuando quieras- le sonrió dejándolo descolocado, esa sonrisa no era la de ese pequeño ¿Qué le pasaba?

-Me voy, volveré mañana o pasado-

-Sí, te acompaño a la puerta- abrió la puerta y con un alegre saludo de mano se despedía del cocinero quien también lo saludaba a lo lejos, pero apenas cerró la puerta apretó el pomo y sus dientes -¿Por qué…Zoro?-

Camino unas cuadras, no podía quitarse de la cabeza la sonrisa de ambos jóvenes, parecían dolidos, el peli verde era obvio, pero ¿Mugiwara? ¿Por qué estaría triste? Ambas sonrisas lo molestaron ¿eran imbéciles?

-¿Sanji-san?-

Se volteo a ver a la dueña de aquella voz -¡Oh! ¡Vivi-chan!- giro alrededor de ella y le beso el dorso de su mano –ah pasado tiempo, mi bella dama-

Sonrió apenada –S-Si ¿de dónde vienes a esta hora?-

-Vengo de lastimar a un idiota por molestar mi vida, lo hice llorar como nunca, debiste verme- levanto sus puños

La peli azul se rio levemente –eso es imposible, tu eres una buena persona Sanji-san, nunca lastimarías a nadie, ni siquiera a un enemigo- continuo con su risilla sin darse cuenta de lo impactado que habían dejado esas palabras al rubio, él no era una buena persona como lo aparentaba, era falso…así lo sintió

----------

-Vaya ¿se siente mejor hoy señorita?

La muchacha estaba de pie frente a la ventana –si, hoy me siento mejor- le obsequio una hermosa sonrisa a la enfermera quien se alegro de verla en ese estado

-Llamare al doctor para que la vea ¿de acuerdo?-

La muchacha asintió -pero antes ¿podría traerme una manzana?- la enfermera dudo y la miro con los ojos entrecerrados –por favor, solo esta vez- su rogar era tan tierno, era una muchacha muy activa a pesar de estar en esas condiciones

-Está bien, pero no se lo digas a nadie- la joven le guiño un ojo y se alegro, hoy podría comer algo extra fuera del menú obligatorio

----------

Continuo visitando la casa de atrás, visitando a Oni, golpeándolo, torturándolo, todo lo que estaba a su alcance lo hacía y lo dejaba satisfecho, pero las palabras de Vivi no podían dejar de hacer eco en su cabeza, el era un buen muchacho, lo era, pero no podía evitar sentir mucho rencor hacia aquel que lo hirió.

Había una buena pregunta ¿por qué no podía hacerle lo que el resto hacia? ¿Por qué no podía ultrajarlo? …l no era de esos así que era obvio, tal vez…

Estaba caminando junto a su mejor amigo -Bien, hoy es domingo ¿A dónde vamos Usopp?-

El narizón lo pensó por un momento -¿vamos al parque? Oí que hay una pequeña feria-

-Entonces vamos- ambos eran amigos de la primaria, se llevaban bastante bien a pesar de la diferencia de edad -¿Qué has hecho toda la semana? Te fui a buscar el miércoles a la noche y no estabas-

-Ah…fui a ver a Vivi-chan- mintió rápidamente, no le diría que fue a un lugar para degenerados y aprovecharse de una persona

El moreno que sabía mucho de mentiras se dio cuenta de que esa era una de ellas, pero no cuestionaría al rubio, respetaba sus secretos, al llegar a destino se fueron corriendo a ver lo que había, aun eran jóvenes así que podría dejar su madurez frente a las muchachas, se encontraron con muchas chucherías, osos y entre otras cosas –Voy a comprar algodón de azúcar- señalo un puesto, el rubio asintió y se quedo parada viendo a las jóvenes jugar un juego de tiros que allí había, iba a acercarse y preparar sus palabrerías de dulzura, pero una silueta lo obligo a detenerse

-¡Tenemos un ganador!- grito el dueño del juego, vio como elegía un enorme oso y se lo llevaba con algo de prisa

Tantos lugares y se encontraba a la puta en un lugar familiar, eso lo molesto más que de costumbre, no tenía ningún derecho de disfrutar bellos lugares como estos

-Ese maldito ¿seducirá a alguien? ¿Violara con la mentira del oso?- se hizo la cabeza y fue tras el peli verde que se adentro al edificio de en junto al parque -¿el hospital? ¿Qué hará en un hospital?- pasó la puerta y vio al Marimo pasar de largo, noto que bajo el oso llevaba algo oscuro, parecía…eso parecía un arma -¡Espera ahí maldito!- no pudo ni dar dos pasos cuando seguridad lo detuvo repentinamente -¡¿Qué hace?! ¡Ese idiota matara personas!- forcejeaba en vano con el hombre -¡Suélteme!- le dio una patada en la entrepierna derribándolo -¡Lo siento!- se adentró corriendo

Corrió por doquier, cruzaba bellas enfermeras y doctores, hasta pacientes, llego hasta un ventanal que mostraban el jardín trasero, grandes árboles, bellas flores, algunos pacientes, también vio allí a ese maldito Marimo con el arma en su mano escondido detrás de un árbol cerca de unos niños que jugaban allí, el oso estaba apoyado contra el tronco, con una sonrisa salió de su escondite y apunto a los niños sonrientes

-¡No lo hagas!- dio un golpe con sus puños al ventanal, no quería ver una desgracia más.
Notas finales: Volvi! si mis queridas pervertidas, lamento tanto la tardanza, algunas personas ansiaban que actualizara, la verdad no tengo excusa alguna, es simplemente imperdonable lo que hice y espero que me perdonen, el estudio mata a uno y es dificil, ademas perdi todo internet al que tenia acceso y mis escrituras, sin mas palabras les pido disculpas y espero que lo hayan disfrutados, los derechos son del gran Oda-sama y nada mas, un beso y ¡Los amo!

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).