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La casa de atrás por Mero-Mero-San

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Vio horrorizado como apunto a los niños y disparo, pero lejos de su pronóstico los niños se reían, una pistola ¿de agua? Por lo que vio, los niños eran pacientes del hospital, corrían y algunos sacaban pistolas similares y le arrojaban agua, ese chico estaba jugando con los niños, eso sí que era extraño ¿Por qué una puta sucia juega con niños puros? Eso no se podía comprender por nada del mundo ¿en verdad ese chico de cabellera verde era la persona que acoso a su familia durante años?

Lo observo durante media hora a escondidas, se reía, corría, giraba, caía, todo con los niños ¿acaso las personas del hospital no conocían a ese salvaje?

-¡Adiós Onii-chan!- gritaban los niños al peli verde que ya tenía al oso en su mano y salía por la puerta hacia el cocinero, el rubio pego un salto detrás de un sillón para ocultar su escuálido cuerpo, para su suerte no fue visto por nadie, solo pudo oír la voz del de seguridad quien lo buscaba desesperado, se calculaba que quedo oculto por 10 minutos, al asomarse un poco no vio al hombre ni al peli verde; una bella enfermera se cruzo en su zona visual

-Disculpe señorita- la joven se volteo respondiéndole de buena manera –¿ah visto a un muchacho de cabellera verde?-

-¿Joven de cabellera verde?- la bella señorita reviso su lista -¿es un paciente?-

Sanji dio su negativa, no estaba seguro que ese imbécil fuera un paciente, lo pensó detenidamente –es un visitante- se aseguro de eso ya que llevaba un oso, era obvio que era un obsequio para alguien de ese lugar –es de mi estatura, llevaba una camisa blanca y unos pantalones negros, tenía un arete-

-¿un arete?- la enfermera sonrió -¿no querrá decir tres?- levanto tres de sus dedos –apuesto a que se refiere a un muchacho bastante guapo y de piel morena-

-S-Si, bueno, para mí no es guapo-

La joven se rio y le mostro una fotografía -¿es él?-

Miro la imagen y se sorprendió –si, es el ¿pero por que tiene una de él?-

La guardo y se sonrojo –Me parece atractivo ¿tiene algún problema? No es delito tener la fotografía de la persona que te llama la atención- inflo sus mejillas y frunció las cejas –se llama Roronoa Zoro, debe estar en la habitación 53 del segundo piso-

-Gracias Señorita y le deseo mi suerte con el Marimo- le beso el dorso de la mano y se fue corriendo

-Espera…¡No lo llame Marimo!- grito molesta al rubio que se estaba alejando, este vio que el ascensor estaba ocupado así que utilizo las escaleras, no se le escaparía ese bastardo maricota, puerta 35, puerta 48, puerta 53, estaba aquí, ya llego, ese maldito estaba tras esa puerta, la abrió sin tocar, no esperaba encontrar nada, solo al peli verde haciéndose un análisis, aunque…¿una habitación? ¿Un oso? Era extraño, estaba tan concentrado que se olvido de mirar el interior con cuidado.

-¿Quién es usted?- una dulce voz se oyó a su costado, debió haberse equivocado de habitación, bueno, es lo que pensó en ese instante, pero no, porque allí estaba el oso que cargaba esa alga en un sillón -¿es un nuevo doctor?-

Esa joven era una belleza, no, era la belleza de bellezas, sus ojos eran preciosos, sus cabellos azulados y algo cortos, su piel era la de un bebé, esa mujer era la belleza en persona.

-¡Oiga! ¡¿Por qué entro así?!- una enfermera de casi 40 años y algo regordeta miro molesta al rubio que sonrió, por supuesto no fue recibió bien, un bandejazo en la cara como respuesta a esa sonrisa tan linda -¿Qué pasa en estos tiempos que los hombres son tan directos? pervertido-

Se sobo el golpe, no iba a responder, la enfermera tenía razón, entro sin tocar y eso era acoso

-Julie-san, por favor no sea duro con el- la muchacha con algo de dificultad se puso de pie y camino hasta el rubio –lo siento, no suelo tener visitas masculinas- estiro su mano ayudando a poner de pie al chico que parecía anonado -Soy Kuina ¿Cómo se llama?-

Soltó su mano y volvió al suelo que pisaba –S-Soy Sanji, lamento haberla interrumpido Kuina-chan- la muchacha se tapo la boca y rio levemente

-¿Kuina-chan? Qué lindo- a la joven le agrado que le dijeran “chan”

“¡Que linda!” pensó, pero no se lo diría, ya que había una enfermera con mirada asesina y una jeringa en la mano detrás de la peli azul

-¡¿Qué quiere en este cuarto?! ¡Retírese!- le lanzo unos guantes de látex, esquivo el objeto y sin más que decir decidió retirarse

-¡Espera!- la muchacha lo jalo de la manga de la camisa -¿Por qué vino a este cuarto?-

Suspiro, debía ser sincero con la señorita por lo menos –estaba siguiendo a un Marimo-

-¿Marimo?- pregunto confundida –ah ¿te refieres a Zoro?- dijo sorprendida

Zoro, con qué así en verdad se llamaba el bastardo de cabello verde, bien, ya tenía el nombre del estúpido aquel, tenía el apellido gracias a la enfermera, ahora necesitaba exprimir un poco de información, no tenía nada en contra de la joven, de seguro no sabía nada de lo que hacia ese idiota

-Si, Zoro…- le apretó la mano -él se peleo conmigo hace un tiempo y bueno, quería arreglar las cosas-

-Con que es eso- dijo aliviada, al parecer su precioso muchachito tenía un viejo amigo, eso la aliviaba –discúlpalo, mi hermano menor es muy testarudo a veces-

Ahora era el rubio que se sorprendía -¿Zoro es su hermano menor? Que sorpresa- sonrió –el nunca hablaba de su familia-

La peli azul lo llevo hasta el sillón individual donde literalmente, lo obligo a sentarse –era de esperarse, no es social- ella tomo asiento en su cama

Platicaron divertidamente, dejando de lado el asunto del peli verde, el chico pasó a segundo plano en cuestión de segundos y el plan de Sanji para quitar sin mala intención información se fue para otro lado.

Kuroashi la hizo reír en varias oportunidades y la enfermera en un punto se alegro de verla muy animada, mientras tanto tomaba una muestra de sangre y se entretenía con la charla de ambos jóvenes.

-¿En serio? No sabía que eras tan bueno- dijo asombrada

-Sí, puedo levantar a 20 damas a la vez- movió sus brazos de arriba a abajo –soy fuerte como nadie-

Kuina sonrió, pero de repente su nariz comenzó a sangrar sorprendiéndola tanto como al rubio

-Kuina, debes acostarse- la enfermera con lentitud la recostó de costado y enseguida le puso algodón en la nariz -voy por el doctor-

-Oiga ¿Qué le pasa?- pregunto preocupado el rubio, pero la enfermera se retiro sin contestarle -¿Kuina-chan?-

Su respiración estaba algo alterada y sus ojos se entrecerraron, dio un quejido y apreto sus dientes, observo al joven preocupado –estoy enferma…- apretó la sabana con su izquierda -Leucemia- dijo sin mucho rodeo

¿Leucemia? Eso, eso era una enfermedad terminal según sabia

-¿Te pondrás bien?- ella negó con lentitud con una ligera sonrisa –no puede ser-

-Mi hermano…me ah cuidado durante 5 años, le ah sido duro…estoy segura…- cerro fuertemente sus ojos -con 18 años no puede soportar más- arrastro su mano hasta toparse con la del rubio –eres su amigo ¿verdad?-

No sabía que responderle, el no era su amigo, todo lo contrario, el lo odiaba, lo aborrecía como a nadie, pero ¿Cómo podría decirle eso a una muchacha moribunda? Ella de seguro moriría ya que se dio cuenta que su piel era bastante pálida, odiaba mentir y más a una dama, pero no le quería arruinar el día

-Sí, es mi amigo- apretó su mano y la beso –soy amigo de Zoro- dijo sonriente

Ella sonrió y sus ojos dejaron de presionarse –cuídalo por favor-

-Salga de aquí por favor- la enfermera regreso con el doctor, que de tres patadas lo saco de ahí.

Ya fuera del hospital, estaba confundido, Kuina-chan era la hermana enferma del cruel Marimo ¿no es así? Del prostituto de aquel sucio lugar ¿verdad? Era horrible ¿acaso el trabajaba por el bien de su hermana? No lo sabía, pero de algo estaba seguro, no había marcha atrás, había mentido y ahora debía serle fiel a sus palabras, no quería ser llamado mentiroso por esa sonrisa sincera que pronto se marchitaría

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Jugaba con uno de sus compañeros cuando oyó la puerta abrirse, supo de inmediato de quien se trataba

-¡Zoro!- el pelinegro abrazo fuertemente al peli verde que se veía cansado –¿Cómo esta ella? ¿Ya le darán el alta?-

El Marimo negó con seriedad, Luffy bajo su ánimo y lo soltó, esa no era la noticia que esperaba, ansiaba oír con una sonrisa “ella va a estar bien” pero no sucedió, Kuina iba a morir y el mayor se iba a ir, esa era la realidad

-¿Por qué viniste tan temprano? ¿No tenias una hora?- el pelirrojo limpiaba un vaso mientras lo observaba

-Me enoje con ella…discutimos, así que regrese antes-

-Qué pena, pero anímate Oni-chan- Bon se acerco al peli verde –ten, es un adelanto mínimo de tu ganancia futura- un fajo de billetes le fue entregado –debes pagar la medicina ¿verdad?-

Asintió con desgana, ciertamente necesitaba dinero, pago el hospital y el mejor cuidado, ahora le faltaba la medicina que era lo esencial. Agacho la cabeza y le fue entregado un café bien cargado por manos del pelirrojo, estaba bastante estresado con el asunto de su único familiar

-Deberías comprarte ropa algún día- sugirió Shanks, quien estaba al tanto del asunto y sabía que el moreno se gastaba el dinero exclusivamente en el hospital y no se daba ningún gusto en vestimenta o en darse un momento en algún lugar

-No quiero nada, solo quiero un milagro- sabia el desenlace fatal, pero esperaba que la mano de alguien pudiera hacer algo al respecto –debo pagar un medico del extranjero-

-Oni-chan ¿Por qué no vas a dormir? Te hará bien-

Miro al mayor –pero el trabajo- sentía que debía cumplir con su deber

-¡No te preocupes por eso!- le tomo las manos –Doffy-chan dijo que te tomes el día, descansa ¿sí?- por poco y rogo

La mano traviesa del pequeño lo empujo fuertemente, el moreno se volteo a verlo –ve a dormir Zoro, ella de seguro mañana te golpeara- ¿Por qué Luffy era así? ¿Cómo podía animarlo? asintió y se fue hacia su mullida y cómoda cama.

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Mihawk estaba nervioso, por alguna razón extraña no le permitían el acceso a Oni, tal vez todavía no lo habían perdonado, pero ¡Era un cliente por dios! El siempre pagaba bien, era justo con el muchacho de su obsesión ¡¿Por qué tanta negación de parte del jefe?! ¡¿Por qué nadie permitía siquiera verlo?! Golpeo fuertemente su escritorio, ya estaba al límite, necesitaba a Oni y lo necesitaba de enserio

El toque de la puerta disipo las alocadas ideas que se le cruzo por la cabeza -¿Quién es?-

Su secretaria entreabrió la puerta y se asomo –Disculpe Sr. Mihawk- hablo tímidamente –su esposa en la línea 3- así como se asomo se retiro

Se rasco la frente, no tenía ganas de aguantar la chillona voz de su concubina, prefería estar con alguien que no le regañe y se dedicara más a oírlo, eso le gustaría, también que se dedique a complacerlo de diversas maneras, levanto el tubo, pero colgó de inmediato, se levanto de su silla y tomo su saco, salió con el rumbo asegurado…

El rubio caminaba más lento de lo normal, iba a cruzar la calle cuando un automóvil lo rozo -¡Oye idiota! ¡Ten más cuidado!- ni siquiera se dio cuenta de que se trataba del vehículo del peli negro, solo se encontraba ensimismado en las palabras de la joven que agonizaba

Se detuvo frente a una panadería, no sabía si entrar o quedarse observando, algún pastel o tal vez unas galletas, no era un hombre que rompía promesas, así que decidió que por lo menos hoy debía comportarse.

Mientras tanto el pelinegro se detuvo frente a una restaurant y descendió .

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-¡¿En serio?!- Mugiwara sujeto del brazo de Bon -¡Bon-chan! ¡¿En serio que ya no tendremos que disfrazarnos?!- esa nueva idea le resulto fabulosa, ahora podrían verse respetables, los demás los verían de una manera distinta, ya no serian putas solamente -¡Dile que acepto, acepto!- agito el brazo de su compañero

-A mí también me gusta la idea, yo también quiero- el pelirrojo estaba igual de entusiasmado que el menor, saber que tendría que vestirse como los hombres que eran lo hacía feliz –Oye Luffy ¿quieres tu pan tostado?-

-¡Sí!- aun no se despegaba de Bon –Bon-chan ¿seremos respetados?-

-Si Mugi-chan, seremos tratados decentemente- sonrió y abrazo al pequeño, por fin, por fin tendrían suerte y un buen cambio –Shanks…todo cambiara- el mayor asintió

La puerta delicadamente fue tocada tres veces, el pelirrojo bajo el fuego y se dispuso a abrir, al hacerlo el rostro menos deseado estaba frente a él, quiso cerrar pero el pie del contrario lo impidió

-¿Así me recibes?- empujo con fuerza la puerta –con permiso-

-¡¿Ah que has venido?!- lo desafío con la mirada

Miro hacia la mesa, allí estaba Mugiwara y el travesti aquel, pero faltaba el más importante, Oni, era al que más quería ver

-¿Dónde está él?- el pelinegro menor, nervioso, miro hacia el pasillo, desgraciadamente ese reflejo de miedo fue una guía para Mihawk que comenzó a dar los primeros pasos

-¡No!- Luffy por odio más que nada se movió de su lugar y lo empujo dándolo contra la pared del pasillo que llevaba a la puerta del fondo a la izquierda -¡No te acerques a mi mejor amigo!- los otros dos se quedaron mirándolo asombrados por la valentía del muchacho -¡ya no tienes nada que hacer aquí! ¡Vete!- apunto a la puerta principal

-¡Necesito verlo!- le metió una traba y lo empujo -¡Con permiso!- varias zancadas a toda prisa y con cuidado abrió la puerta

Al entrar se encontró con una ventana, la cual sus cortinas se movían por la brisa y bajo ella, una cama…una cama en la cual yacía recostado Zoro, estaba hecho ovillo abrazando una almohada, se veía tan…¡dios! no tenia palabra, era perfecto

Esa remera holgada y su bóxer oscuro con bordes grises del cual se extendías dos piernas bien torneadas, increíble, se ve que estaba haciendo todo de su autocontrol porque sino quien sabe lo que le hubiera hecho, se acerco e inclino

-Oye Oni- le movió el hombro -despierta-

Mugiwara apareció en la habitación y lo tironeo sacándolo hasta el pasillo –te dije que te le alejaras, no puedes acercártele-

Extendió un fajo de billetes, si ese era el problema para el menor entonces estaba solucionado; Luffy de un manotazo mando a volar el dinero, estaba ofendido por la muestra de Mihawk ¿no entendía que lo que hacía era por amistad y no dinero?

-¡Maldito! ¡Vete!- quiso lanzársele encima, pero las manos del pelirrojo lo detuvieron -¡Suéltame! ¡Este hombre-!-

-¿Qué está pasando?- todos se quedaron quietos, Zoro había despertado, había escuchado el griterío y ahora estaba más despierto que nunca –Luffy ¿estás ahí?-

Mihawk estaba dispuesto a entrar ya que el pequeño estaba en desventaja -¡Oni, cierra la puerta con llave!- grito

Fue tarde para reaccionar, el peli verde ya tenía a ese hombre de mirada cruel en los pies de su cama, pero no tuvo miedo, ni siquiera se había molestado en moverse, solo lo miro tan apagado como estaba

-Hola Oni, te ves bien- sus pasos se escucharon tan claros y tranquilos que daba muestra de que estaba dispuesto a todo; se sentó a la orilla del colchón muy cerca del chico –no te eh visto en varias semanas-

El menor asintió y se mantuvo con sus manos entrelazadas –Me resulto extraño que no se apareciera por aquí ¿ya lo odia?-

Eso dejo impactado al pelinegro, tal vez interpreto mal, pero ¿Oni le estaba pregunta el porqué ya no fue a verlo? Se rasco la cabeza, eso simplemente era cosa de su mente, ni en sus sueños el peli verde le pediría algo así

-Estaba ocupado, el trabajo- ¿Qué carajos? No entendía el porqué mentía, tal vez no quería ganarse otro castigo y quedarse sin su puta –pero…- hablo por impulso –yo quería venir y…- de su muñeca colgaba una bolsa, la cual dejo en las piernas de Zoro, el Marimo por curiosidad saco el contenido, el papel que lo envolvía fue retirado, era una bandejita con Onigiris de distintas formas, era inusual, pero allí estaban, en sus piernas, le pareció gracioso y sonrió.

Esa sonrisa puso de ánimos al peli negro que se tomo el atrevimiento de tomar su mentón y con el mayor de las picardías, tratar de robarle un beso…

Lo veía venir, pero…no, no tenía porque pasar, no tenía que ser así, porque al final sería como siempre, de que no es más que una puta para los demás ojos, quería…deseaba una charla con uno de sus clientes

Sanji… ese rubio rompió todo lo que planeaba, así lo fue…como siempre

-¡No!- lo empujo bruscamente tirándolo al suelo junto a sus onigiris, Shanks, Luffy y Bon-chan se mantenían cerca del marco de la puerta esperando el momento indicado para ayudarlo

Ya de rodillas sobre el colchón se dio cuenta de lo que había hecho, pero no se sentía mal, todo lo contario, se quito de encima un futuro peso, el de la culpa por no dejarse tratar como tal

-¡¿Qué hiciste?!- se levanto molesto con sus puños fuertemente apretados, pero no avanzo un solo paso, se dio cuenta que no obtendría nada si se violentaba de esa manera con el peli verde, carraspeo y pensó mejor -discúlpame- eso no era esperado por él, ni por nadie –Oni…- de su dedo se retiro uno de sus anillos de oro con incrustaciones de piedras preciosas –toma, póntelo en el dedo que más quieras-

Completamente estupefacto veía al hombre que le pidió tal cosa con esa pieza sostenida en dos de sus dedos ¿un anillo? No era de compromiso ni casamiento ¿entonces que era? a ese hombre siempre le gustaba hacérselo hasta dañarlo, lo lastimaba, lo humillaba ¿ah que mierda venia un anillo tan hermoso? Inexplicable…o eso pensó hasta que un clic lo hizo reaccionar, ese anillo representaba la posesión que tenía en el, que era suyo, que era su objeto, de nadie más.

¿Cómo debía tomarlo? Si trabajaba con exclusividad recibiría de seguro mucho más dinero para ayudar a su hermana, pero también existía esa parte de que si se hacía respetar la paga seguiría siendo la misma y no sería un objeto especialmente de ese hombre, pero lo seria de todos, por un momento pensó que la culpa era de ella, su hermana era la causante de toda su desgracia, aguantarse cinco años de violaciones y golpes, eso no se podría olvidar jamás.

Lo odio, se enfado, la ira corría por sus venas, personas como Mihawk que no pensaban en el corazón, en los sentimientos, debían dejar de existir, deberían sufrir para poder entender

-¡No lo quiero!- manoteo el anillo mandándolo a volar a alguna parte de la habitación -¡Vete a la mierda!-

Exacerbarte frunció el ceño -¡Mocoso!- lo tomo del cuello arrinconándolo contra la cama -¡No olvides quien soy!- Luffy y Shanks ya iban a imponerse ante la violenta escena, pero una figura paso entre ellos dejándolos sorprendidos.

Fue tan rápido, Mihawk se dio contra la pared, lo único que veía era una pierna oscura que iba desapareciendo de a poco, al incorporarse con ayuda de sus codos y toser un poco, lo vio, sus ojos se iluminaron y pidió perdón, pidió en silencio perdón por pensar mal de su hermana, por culparla, ella no era la culpable de nada, ella era maravillosa, no tenía la culpa de sus decisiones.

-San..ji- susurro con lentitud, como si esa palabra le quemara la garganta

Encendió un cigarro, le dio una fuerte calada y suspiro –eso es violencia de género, Mihawk-
Notas finales: Ahi lo tienen, me olvide de Dia tras Dia, lo siento, un beso

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