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El reino de los Dioses Malditos por Syna-chan

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Notas del capitulo:

Antes de que cojais vuestras armas varias y empeceis a matarme quiero decir que HE VUELTO!!!!!

por fin despues de un laaaaaaargo mes lleno de examenes suspensos de universidad (menudo veranito me espera uwu) llega la conti de vuestro querido fic con intensiones pervertidas :3

y sin mas dilaciooon...

nos leemos abajo >3<

Estaba anclado en un vacío oscuro, acompañado por varias presencias cálidas que le hacían saber que no estaba solo en aquel lugar.

No sentía el paso del tiempo en aquel lugar. Ahora ya sabía que era lo que había después de la muerte. Un vacío negro y oscuro en el que podías estar acompañado tal y como estaba el, con aquel cálido sentimiento de protección. Pero los casos en los que las almas de los fallecidos estaban acompañadas en grupo estaban muy contados. Lo más usual es la eterna y fría soledad.

Ya se había acostumbrado a la sensación de calidez que le brindaban las almas que él sabía que eran las de su nakama, de su madre, y de sus padres, tanto biológico como adoptivo. Echo en falta al alma de su hermano, con lo que sospechaba que estaba vivo.

Sintió un tirón desgarrador en lo más hondo de su ser, un tirón que cada vez más rápido lo alejaba de aquellas presencias que tan cálidas sentían. Una vez que dejo de sentirlos, comenzó a sentir dolor, un dolor terrible que sentía en todo el cuerpo… un momento… ¿QUÉ DEMONIOS?

Por alguna extraña razón había vuelto a su cuerpo, el cual estaba como si no hubiera muerto, pero aunque no veía ninguna herida, seguía sintiendo un dolor intenso, que poco a poco se iba extendiendo por todo su cuerpo. No sabía cuánto tiempo llevaba así, ni sabía tampoco cuánto tiempo llevaba muerto. Lo que si sabía era que el dolor se estaba concentrando de nuevo en su pecho, concretamente en el lugar en que aquel hombre lo atravesó y que fue la causa de su muerte. Un buen rato más tarde, aquel dolor fue remitiendo y finalmente desapareció por completo.

Por fin pudo abrir los ojos y ver… aquella oscuridad nuevamente, pero no era una oscuridad fría como la que reunía las almas de los fallecidos, sino una oscuridad sofocante y cálida, demasiado cálida.

Pudo escuchar algunas voces, dos de ellas desconocidas para él, y otra distinta, una voz muy familiar, que le hizo recordar aquellos momentos que compartía con su novio cuando estaba vivo y se encontraban a solas. Pudo escuchar sonidos de pelea, gritos, y hasta una explosión. Después de eso el silencio.

Un tiempo después pudo escuchar de nuevo voces, aquel par de voces desconocidas para él y otra voz distinta de la anterior, puesto que esta era más chillona. Reconoció al fin a la persona que estaba hablando. ¡Era su hermanito Luffy! Que culpable se había sentido todo este tiempo, por haberle hecho sufrir de aquella manera al morir en sus brazos. Seguro que en aquel momento volvió a ser el hermanito llorón que fue de pequeño.  También alcanzo a escuchar la voz que tantos recuerdos felices le trae de su tripulación, aquella voz del que sigue siendo su pareja, pues no dudaba que no lo había dejado de amar.

Volvió a sentir otro tirón, pero más débil que el anterior, y apareció en un lugar más cálido y sofocante que el anterior si cabe. El lugar tenía las paredes pegajosas, y daba la impresión de que se contrajeran. Se escuchó un largo y potente rugido que procedía del mismo lugar en el que estaba, y llego a la conclusión de que estaba en el estómago de alguna criatura gigante. Después de aquel potente rugido, pudo escuchar de nuevo la voz de su hermanito acompañada de otra voz que desconocía.

Después de escuchar golpes, rugidos, y de volver a sentir después de tanto tiempo, el calor de las llamas recorriendo su piel sin quemarse, signo de que había recuperado incluso los poderes de su habilidad, la bestia en la que permanecía murió. Al poco de morir la bestia, comenzó a picarle todo el cuerpo, y el estómago de lleno de sangre, y otras cosas en las que era mejor no pensar. Era peligroso quedarse allí, y si permanecía más tiempo, volvería al vacío en el que había permanecido en todo este tiempo. Mareado ante el olor que desprendía aquella vomitiva sustancia en la que se vería envuelto en breve, se preparó para asestarle uno de sus poderosos Hiken. Pudo escuchar la voz de su hermanito llamándole, por lo que procuro apresurarse. Le costó un poco coordinar sus movimientos, algo ya oxidado por el largo tiempo en inactivo que sospechaba que había estado, y una vez que tuvo listo el puño, golpeó aquella blandengue y pegajosa pared, la cual, al contacto con el fuego, se prendió por completo, desatando un infierno de llamas que acabo por colapsar y explotar, dejando libre al pecoso.

Dio un par de pasos al frente y sintió el aire fresco que se respiraba en comparación con el interior de la bestia donde había estado antes. La luz que había fuera, aunque tenue, lo cegó, e hizo que el mareo que había sufrido instantes antes volviera con más fuerza. Pudo entreabrir los ojos un poco, lo suficiente como para reconocer a su hermano y a su novio, quienes se abalanzaban sobre el con la clara amenaza de achucharlo y derribarlo.

-       AAACEEEEEEEEE- grito Luffy entre lágrimas y moqueos, tirándose encima de su hermano, seguido muy de cerca por Marco, quien también se agacho a abrazar a su novio.

-       Luffy… Marco… soltadme que me ahogo- dijo Ace casi sin aliento.

-       Lo siento mi amor- dijo Marco aflojando un poco su abrazo-, pero es que han pasado dos años desde aquel día.

-       Te he echado mucho de menos Ace- añadió Luffy entre sollozos y apretando un poquito más a su hermano.

Fue entonces cuando Marco y Ace se fundieron en un beso, que aunque al principio fue un beso casto, se iba tornando poco a poco en un beso lujurioso, acentuado también por la desnudez que presentaba Ace y las nada inocentes caricias que le brindaba Marco aprovechando ese estado. Iba comenzando a deslizar su mano por los muslos de Ace, llegando a su entrepierna, que empezaba a despertar por aquellas atenciones. Ante esto, el pecoso empezó a jadear en los labios del rubio, ajeno a su hermano, quien aún lo seguía abrazando.

-       Room… Shambles- dijo Law en un susurro, alejando a su amado de aquella escena antes de que se pasaran de salidos.

-       Ace-san… Marco-san… ya sé que habéis pasado un tiempo separados y que queréis hacer vuestras cosas de pareja… ¿pero no sería mejor hacerlas cuando ya hallamos salido de aquí?- dijo Robin con una sonrisita, y sirviendo de apoyo a Nami, quien no dejaba de sangrar por la nariz al ver la escena (N/A: no la culpo xD).

Ace se separó bruscamente de Marco, colorado como un tomate, y tratando de tapar de alguna manera sus partes íntimas con poco éxito. Se fijó en que al lado suyo, donde antes había estado Luffy abrazándolo, ahora había un fardo con algo de ropa con la que cubrirse. Los demás, se giraron para darle un poquito de intimidad a Ace, pero Marco no parecía querer que su novio se cubriera, con lo que trato de impedirlo haciéndole cosquillas, como las que le hacía cuando se bañaban juntos en el Moby Dick.

Mientras Ace hacia el intento por vestirse y contener las risas y los gemidos que traviesamente Marco le provocaba, Robin y Law comentaban sus vivencias en aquella cueva.

-       Encontré algo relacionado con el libro que encontraste Law-san- dijo Robin.

-       Nosotros lo único que hemos hecho ha sido encontrar a la parejita de allí, pero nada más que tenga que ver con la isla- contesto a su vez el ojeroso.

-       Nos podrías llevar al lugar donde encontraste el libro, si no te importa- pidió Robin con curiosidad.

-       En cuanto salgamos de aquí os llevare, dudo que mugiwara-ya se acuerde del camino.

-       Ya estoy, ¿nos vamos?- dijo Ace con una sonrisa y algo sonrojado. Detrás venia Marco cojeando, pero sonriente también. No era difícil de deducir lo que había pasado y como se las había apañado Ace para poder vestirse en condiciones. Llevaba una camisa blanca abierta, con las mangas recogidas, y unos pantalones cortos como los que llevaba antes de color negro. Llevaba además su cinturón con la A en la hebilla; llevaba unos botines militares que le sentaban muy bien.

-       Ya era hora, vámonos entonces- dijo Zoro mientras comenzaba a caminar por la dirección que no era.

-       POR AHÍ NO ES- le gritaron todos. El peliverde, a quien no se le notaba casi el sonrojo, se dio la vuelta y siguió cerca de Sanji, quien para asegurarse de que no se perdiera de nuevo y sonrojado también, le cogió la mano.

Salieron de aquella sala y casi se perdieron, de no ser porque encontraron una estela de niebla que parecía que les indicaba el camino. Al principio la ignoraron, pero Nami y Robin se percataron de que si querían salir de allí sin perderse, tendrían que seguir la niebla. Cuando por fin lograron salir, era mediodía, y hacia una calor insoportable. Por ello, siguieron caminando, y Zoro y Sanji se perdieron.

No supieron cuando se separaron del grupo, pero cuando se dieron cuenta ya era tarde.

-       Tsk, ya se volvieron a perder- dijo Zoro con fastidio.

-       SOMOS NOSOTROS LOS QUE NOS HEMOS PERDIDO IDIOTA- le grito Sanji mientras le golpeaba en la cabeza.

-       A QUIEN LE LLAMAS IDIOTA CEJAS DE DIANA- le contesto a su vez el peliverde, comenzando así una de sus peleas infantiles. Al rato de comenzar, se dieron cuenta de otra cosa: sus manos seguían entrelazadas. Ambos se sonrojaron violentamente, pero no se separaron, sino que se comenzaron a juntar. Finalmente, cuando estuvieron a punto de fundirse en un beso, Luffy los encontró, haciendo que los dos cayeran al suelo en una posición bastante comprometida, sobre todo teniendo en cuenta el beso que se estaban dando y la entrepierna del rubio siendo presionada por la rodilla del peliverde, cosa que le saco un gemido ahogado en los labios de Zoro.

-       ¡Sanji comida!- exclamo Luffy, aun montado sobre la pareja, ajeno a lo que estaba pasando justo debajo de él.

-       Bájate de encima nuestra y te preparare algo- dijo Sanji sonrojado a mas no poder y cortando el beso, algo que molesto a Zoro.

-       A ti te preparare un platillo especial marimo-kun- le susurro Sanji a Zoro, con una voz seductora que le hizo tragar duro. Tras esto, los tres se levantaron del suelo, justo a tiempo para que los demás llegaran. Por suerte para ellos, había un pequeño lago cerca de allí, y detrás de ese lago, las ruinas que anteriormente visitaron Luffy y Law.

-       Parece que no estábamos tan perdidos como pensábamos- susurro Law mirando al resto. Acto seguido saco aquel libro que llevaba consigo desde que lo encontró, y se puso a ojearlo.-  Las runas que aparecieron ya no están- dijo extrañado.

-       ¿Me dejas ver?- pregunto la arqueóloga.- tal vez las runas aparecen cuando están lejos de las ruinas y desaparecen cuando está cerca.

-       Esa afirmación es correcta- dijo una extraña voz procedente del lago. Al girarse vieron a un hombre vestido con una armadura oxidada y cubierta de algas y mugre. Su yelmo le cubría toda la cabeza, sin dejar ni un centímetro de piel sin cubrir. Su coraza y cota de malla también le cubría todo, al igual que las extremidades. A primera vista aquel hombre estaba listo para la lucha desde hace mucho tiempo, y que iba montado sobre un caballo que también iba totalmente cubierto por una armadura. Era sorprendente la cantidad de peso que cargaba aquel animal, sumando el peso de la armadura de ambos y del agua que llevaban encima. Aun así aquel caballo avanzo cargando con el peso de su jinete con bastante rapidez. Una vez que salieron del lago, aquel caballero descabalgo, y observo las reacciones de los nakamas. Usopp estaba escondido detrás de Ace y Marco, quienes lo veían amenazadoramente, Nami estaba a su vez detrás de Robin, quien estaba tranquila pero lista para el ataque; Zoro estaba a punto de desenvainar sus katanas, Sanji estaba encendiendo un cigarro, Law también estaba a punto de atacar con uno de sus Room, y Luffy tenía la mirada brillante.

-       Sugeeeeeeee~ - dijo Luffy impresionado soltando estrellitas alrededor.- ossan, ¿me puedes dar una de esas a mí?

-       Acompañadme por favor, tienen que hablar con ella. Solo vosotros podéis acabar con esta pesadilla.

----------------------------------------------------------------------------- to be continued

Notas finales:

bueno bueno bueno

marco-chan no me esperaba que fueras taaan pervertido ewe aunque la verdad no le culpo, ace es tan adorablemente violable *^* 

y bueno por otro lado, el lemon tardara varios capitulos por llegar owo lo que voy a hacer sera avanzar la historia y cuando este avanzada, dedicar tres capitulos a lemon owo 

sinceramente espero que no tarde tanto en actualizar para la proxima >w<

bueno otra cosa:

como muchas autoras hacen aqui, al review numero 50 le hare un one-shot de su pareja favorita owo, lo mismo al numero 100, 150,200 (bueno no espero llegar a tantos pero por soñar que no quede >w<) 

y no os atosigo mas >w< 

un besazo a todos >3<


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